Inteligencia artificial, justicia y cl¨¢usulas suelo
Nuestra Administraci¨®n de Justicia es uno de los servicios p¨²blicos peor valorados por los ciudadanos. Y eso es un signo de alarma
La Justicia es la primera de las funciones del Estado, pues antes que leyes los pueblos han necesitado iustitia. Y un poder judicial independiente es la garant¨ªa esencial del Estado democr¨¢tico de Derecho: s¨®lo a trav¨¦s de ¨¦l se protegen los derechos de los ciudadanos, as¨ª como se ofrece seguridad jur¨ªdica y los mecanismos para una convivencia democr¨¢tica. A pesar de ello, nuestra Administraci¨®n de Justicia es uno de los servicios p¨²blicos peor valorados por los ciudadanos. Y eso es un signo de alarma. Ahora bien, para los profesionales que trabajamos con ella todos los d¨ªas, hay extraordinarios jueces y magistrados, y las sentencias procuran hacerlas con calidad.
Todo ello ha sido objeto de estudio y reflexi¨®n por parte de muchas instancias y organizaciones, y naturalmente su an¨¢lisis desborda los l¨ªmites de este art¨ªculo. Pero la inteligencia artificial s¨ª puede ayudar a mejorar notablemente el funcionamiento de nuestros juzgados y tribunales, y adem¨¢s de forma practicable: automatizando algunos de los procedimientos m¨¢s sencillos y que copan buena parte de su actividad. Se tratar¨ªa, por ejemplo, de los procesos monitorios, las reclamaciones de consumo de baja cuant¨ªa o los litigios relativos a las cl¨¢usulas suelo, tambi¨¦n conocidas como suelo hipotecario. A la vez, con esta decisi¨®n se reducir¨ªan las cargas de trabajo y los jueces podr¨ªan atender otros asuntos m¨¢s intrincados.
Para implementar esta novedad, ser¨ªa suficiente con que las partes plantearan sus escritos a trav¨¦s de una aplicaci¨®n, como ya sucede en la pr¨¢ctica con el sistema LexNet. Y como en estos casos la prueba es documental y los documentos presentan una tipolog¨ªa cerrada, la aplicaci¨®n podr¨ªa analizarlos y conseguir un tiempo de resoluci¨®n incluso de d¨ªas, el necesario para que el demandado pueda preparar su defensa. Tras ello el sistema podr¨ªa elaborar una propuesta de sentencia que finalmente ser¨¢ aprobada por el juez, si no se quiere automatizar plenamente el procedimiento. Este es, sin duda, el campo m¨¢s sencillo por el que la inteligencia artificial deber¨ªa aplicarse a nuestra Administraci¨®n de Justicia. As¨ª lo permiten aplicaciones como Modria?, utilizada por eBay o PayPal para la r¨¢pida resoluci¨®n de reclamaciones y que comienza a introducirse en algunos Tribunales de los pa¨ªses m¨¢s avanzados.
Ahora bien, la inteligencia artificial es una herramienta, sin duda muy relevante, y tiene un campo formidable para mejorar la justicia, pero no puede mitificarse ni devenir en el juez absoluto. El algoritmo desencadena un flujo incesante de datos, invenciones y disrupciones que no siempre se comprenden, estudian o controlan. M¨¢s all¨¢ de los problemas de dise?o incompleto, sesgo, parcialidad o discriminaci¨®n de los algoritmos que han sido se?alados por voces muy autorizadas, o de la necesidad impuesta por nuestra Constituci¨®n de que las decisiones judiciales sean motivadas (art. 120.3 CE) y de permitir ejercer con plenitud el derecho de defensa (art. 24.2 CE), lo cual no es posible con algoritmos cerrados y que no explican c¨®mo han llegado a la decisi¨®n, me gustar¨ªa destacar aqu¨ª c¨®mo la justicia no es un acto de predicci¨®n ni un modelo matem¨¢tico que pueda encerrarse en f¨®rmulas.
En efecto, no hay una metodolog¨ªa jur¨ªdica universal y existen diferentes teor¨ªas sobre el Derecho, sobre la argumentaci¨®n o sobre la justicia que dificultan estandarizar y universalizar los razonamientos jur¨ªdicos. Todo ello sin olvidar el car¨¢cter nacional de muchas ramas jur¨ªdicas. O de que el juez no "predice" el derecho, dice el derecho, y ese derecho que el juez determina, si puede coincidir con lo que puede haber sido esperado, y es probablemente deseable que as¨ª sea, no es la realizaci¨®n de una predicci¨®n. La sentencia del juez es y debe ser, en la medida de lo posible, la verdad judicial buscada y establecida por medio de un proceso judicial con todas las garant¨ªas y que es vinculante para las partes: la justicia en su esencia no puede ser reducida a una predicci¨®n matem¨¢tica o cient¨ªfica.
El Derecho no es un conjunto de proposiciones de sentido un¨ªvoco y de las que se extraigan respuestas ¨²nicas e intelectualmente indiscutibles a las cuestiones litigiosas que debe resolver. Posibilita, a trav¨¦s de un conjunto de leyes conocido, que las normas jur¨ªdicas y las decisiones judiciales sean responsablemente adoptadas, razonablemente justificadas y que puedan llegar a ser, tras los oportunos recursos, firmes e inatacables. Por el momento, es el mejor instrumento de certeza y de paz que los seres humanos hemos logrado ordenar hasta hoy. Es verdad que el Derecho es, en ¨²ltimo t¨¦rmino, una promesa de certeza. Pero la certeza definitiva s¨®lo la puede dar la vida, como bien se?al¨® Couture.
En todo caso, la inteligencia artificial va a exigir la actualizaci¨®n de todos los operadores jur¨ªdicos. Y asimismo est¨¢ produciendo una transformaci¨®n en la ense?anza del Derecho, para dar entrada tambi¨¦n a la adquisici¨®n de contenidos interdisciplinares y habilidades argumentativas, estrat¨¦gicas y emocionales.
Mois¨¦s Barrio Andr¨¦s es Letrado del Consejo de Estado, Profesor de Derecho de Internet y Experto en Ciberderecho
El Derecho no es un conjunto de proposiciones de sentido un¨ªvoco y de las que se extraigan respuestas ¨²nicas e intelectualmente indiscutibles a las cuestiones litigiosas que debe resolver
El Derecho no es un conjunto de proposiciones de sentido un¨ªvoco y de las que se extraigan respuestas ¨²nicas e intelectualmente indiscutibles a las cuestiones litigiosas que debe resolver
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