El acoso sexual en el trabajo se tolera menos si los jefes se posicionan en contra
Un estudio encuentra que cuando los l¨ªderes comunican que el acoso sexual es una prioridad se reduce la tolerancia a estas actitudes por parte de la plantilla. Siempre que no sea el jefe quien ejerce el acoso, claro
Las denuncias de acoso sexual en el trabajo han proliferado en los ¨²ltimos a?os, empujadas por movimientos como el #metoo, que llev¨® a miles de mujeres de todo el mundo a compartir en las redes sociales sus experiencias de acoso. Y, aunque las denuncias m¨¢s sonadas se han dado en el mundo del entretenimiento estadounidense, cada vez se alzan m¨¢s voces tambi¨¦n en Espa?a. A¨²n as¨ª, la mayor¨ªa de los casos de acoso sexual en entornos laborales se dan en personas an¨®nimas, son mucho m¨¢s numerosos que los denunciados y extremadamente dif¨ªciles de gestionar. Porque en muchas ocasiones, los acosadores son jefes, figuras con poder que hacen que las v¨ªctimas teman represalias si denuncian. Pero son precisamente ellos quienes tienen margen de acci¨®n para empezar a promover el cambio en las compa?¨ªas. Cuando los jefes comunican que acabar con el acoso sexual es una prioridad, se reduce la tolerancia a estas actitudes por parte de la plantilla. Esa es al menos la conclusi¨®n a la que ha llegado el estudio Leader messaging and attitudes toward sexual violence, publicado en la revista de sociolog¨ªa SAGE Journals.?
El acoso sexual hace que el trabajo se convierta en un entorno hostil para las v¨ªctimas, provoc¨¢ndoles angustia, haciendo que pierdan la confianza en s¨ª mismas y que se altere su autoimagen. Seg¨²n explica la psicolog¨ªa cl¨ªnica, pueden llegar a desarrollar un trastorno de estr¨¦s postraum¨¢tico. Todo esto hace que las horas dejen de ser productivas y aumenten las ausencias. Un metaan¨¢lisis de los antecedentes y consecuencias del acoso sexual en el lugar de trabajo encontr¨® que cada caso puede hacer perder a la compa?¨ªa una media de 22.500 d¨®lares.
Estas situaciones se ven alimentadas por entornos que no castigan las actitudes machistas. Y este es precisamente uno de los movimientos que las empresas pueden hacer para empezar a combatir el acoso, seg¨²n describe el estudio. El simple hecho de que el jefe comunique que es un tema importante para la empresa ya ayuda a crear un entorno m¨¢s seguro para las v¨ªctimas. "Esto indica a los dem¨¢s cu¨¢nto deben priorizar el tema y establece una cultura en la que no se tolera el acoso sexual", se lee en el paper.
La actitud de los jefes cambia la cultura empresarial: orienta a los empleados sobre qu¨¦ actitudes son tolerables o no dentro de ese entorno de trabajo. Daniel Goleman, psic¨®logo, antrop¨®logo, periodista y una eminencia de la inteligencia emocional, disecciona c¨®mo se traslada la actitud de los l¨ªderes al resto del equipo y c¨®mo puede condicionar el desempe?o de la empresa. Durante su ¨²ltima investigaci¨®n, Goleman encontr¨® que, de todos los elementos que afectan al rendimiento final, la importancia de los comportamientos del l¨ªder es muy influyente: se transmite a trav¨¦s de una organizaci¨®n como la electricidad a trav¨¦s de los cables.?
Y es importante que la cultura empresarial cambie porque es uno de los mejores predictores de acoso sexual en el trabajo. "Cuando el clima hacia el acoso sexual es indulgente, los miembros sienten que hay pocas consecuencias: que aquellos que participan ser¨¢n protegidos, mientras que quienes lo cuentan ser¨¢n ignorados o incluso penalizados", explican Chloe Hart, Alison Dahl y Shelley Correl, expertas en sociolog¨ªa de la Universidad de Stanford y responsables del estudio.?
Los l¨ªderes tienen en su mano aumentar el nivel de preocupaci¨®n sobre el acoso sexual. Esto es un primer paso para empezar a combatirlo pero, ?da?a la imagen de la empresa? Algunos podr¨ªan pensar que s¨ª, pero lo cierto es que negar el problema no hace que desaparezca y denunciarlo demuestra compromiso. "Ignorar el problema puede agravar el trauma sufrido por las v¨ªctimas. Las personas que son acosadas sexualmente ya experimentan consecuencias negativas para la salud y la investigaci¨®n muestra que cuando las instituciones fallan, los da?os se exacerban", explican las responsables de la investigaci¨®n. Y a?aden: "Si los l¨ªderes no hacen nada, no est¨¢n actuando de manera neutral. Pueden estar fomentando una cultura donde el acoso sexual ser¨¢ m¨¢s frecuente".? Por supuesto, la comunicaci¨®n del l¨ªder solo no resolver¨¢ este problema. Pero transmitir un mensaje claro de tolerancia cero es un primer paso importante.?
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