El ¨²ltimo Blockbuster que queda en el mundo resiste ante el ¡®streaming¡¯
El cambio en los h¨¢bitos de consumo de los usuarios ha acabado con la mayor¨ªa de videoclubes
Hasta hace solo unos a?os, los videoclubes eran el punto de encuentro de cin¨¦filos que pod¨ªan pasear entre estanterias con las ¨²ltimas novedades y las cintas de culto, elegir la que m¨¢s le gustara, llev¨¢rsela a casa y verla tantas veces como quisiera. Estos establecimientos consiguieron sobrevivir al paso del VHS al DVD, algunos llegaron a tener incluso pel¨ªculas en formato Blu-ray. Pero las plataformas en streaming, con la posibilidad de tener un videoclub dentro de la tele de casa, han dado el golpe de gracia a este negocio, que resiste a duras penas. Una muestra de ello es el declive de Blockbuster, la cadena insignia de los videoclubes, del que ya solo queda un establecimiento en todo el mundo.
El establecimiento en cuesti¨®n se encuentra en Bend (Oreg¨®n, Estados Unidos) y comparti¨® su situaci¨®n a trav¨¦s de Twitter. "Acabamos de hablar por tel¨¦fono con una radio de Australia. El ¨²ltimo Blockbuster del pa¨ªs va a cerrar a final de este mes. Esto convierte a nuestro establecimiento de Oreg¨®n en el ¨²ltimo Blockbuster del planeta". Estos son los ¨²ltimos coletazos de una cadena que fue un referente para el consumo de cine en casa durante los a?os 90 y que ha pasado de tener 9.094 tiendas a solo una. Lleg¨® a dar trabajo a 84.300 personas hasta que en 2004 comenz¨® su declive.
En torno a esa fecha y justo en los a?os siguientes, naci¨® el primer smartphone; YouTube, Facebook y Twitter comenzaron a funcionar; y Netflix ya contaba con un mill¨®n de suscriptores. De hecho, la compa?¨ªa Blockbuster lanz¨® un videoclub online para intentar competir con la plataforma en streaming. Un par de a?os despu¨¦s lleg¨® Amazon v¨ªdeo. Desde entonces, la popularidad de esta forma de consumo no ha hecho m¨¢s que crecer como la espuma. Mientras, se han cerrado videoclubes y salas de cine por doquier.
- Un debate abierto
Esto es una mala noticia para los nost¨¢lgicos y un paso natural en la evoluci¨®n del consumo de cine para los m¨¢s pr¨¢cticos. A principios de febrero de este a?o los directores de cine J. A. Bayona, Pedro Almod¨®var y ?lex de la Iglesia mantuvieron un debate en Twitter que representa a ambos bandos. Durante la ¨²ltima edici¨®n de los Goya, Almod¨®var declar¨®: "Se han cerrado 500 cines en los ¨²ltimos cuatro a?os... es desastroso. Pensar que hay comarcas donde no hay un solo cine. Mi infancia hubiera sido imposible en un lugar as¨ª. No son buenos tiempos¡±. Bayona se mostr¨® totalmente de acuerdo.
Sin embargo, ?lex de la Iglesia defendi¨® el argumento de que el s¨¦ptimo arte trasciende las pantallas de cine. "Perdonad: yo no estoy de acuerdo. Vivo una ¨¦poca en la que puedo ver lo que quiera, y mucho m¨¢s, si tengo conexi¨®n a internet. Basta ya de nostalgia. Por favor". Esta postura refleja la necesidad de reinventarse de negocios como los videoclubes. Si quieren mantenerse activos, tendr¨¢n que pivotar a otro modelo de negocio.
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