Aplicaciones colaborativas, la ¡®peque?a¡¯ gran revoluci¨®n industrial
Existe algo llamado 'aplicaciones colaborativas', que facilitan la programaci¨®n de los robots y les hacen capaces de trabajar junto a operarios sin usar sistemas de seguridad tradicionales
El desarrollo de la rob¨®tica industrial en los ¨²ltimos a?os ha sido muy significativo. Dentro de ella, dos sectores destacan sobre el resto: el de los efectores finales, lo que llamar¨ªamos las ¡°manos¡± de los brazos robotizados, y el de las aplicaciones colaborativas, que facilitan la programaci¨®n de los robots y les hacen capaces de trabajar junto a operarios sin usar sistemas de seguridad tradicionales. Los datos de QYResearch lo avalan: se prev¨¦ que el mercado global de rob¨®tica de efectores finales crezca casi a doble d¨ªgito hasta 2025, para suponer 2.740 millones de d¨®lares a finales de ese a?o.
El aporte de los efectores finales y de las aplicaciones colaborativas a la cuarta revoluci¨®n es ya una realidad. Su desarrollo en los ¨²ltimos a?os ha hecho que hoy en d¨ªa contemos con herramientas rob¨®ticas m¨¢s inteligentes y vers¨¢tiles, como sensores, pinzas o cambiadores de herramientas, que les permiten pasar de asumir tareas repetitivas a poder integrarse con el resto de trabajadores en las l¨ªneas de producci¨®n y operar de forma colaborativa y totalmente segura.
Dar prioridad a las manos
Los avances tecnol¨®gicos han hecho que los efectores finales sean, cada vez, m¨¢s sofisticados y funcionales. En los ¨²ltimos cinco a?os, los robots se han utilizado en una gama m¨¢s amplia de aplicaciones. Los efectores finales han permitido que un mismo robot pueda adaptarse a diferentes circunstancias y realizar varias tareas distintas, en lugar de s¨®lo una, como suced¨ªa con los grandes brazos rob¨®ticos de las cadenas de producci¨®n industriales.
As¨ª, estas extremidades funcionales se han convertido en elementos indispensables en la industria. En este contexto, cada vez son m¨¢s los actores presentes en este mercado, lo que facilita el desarrollo de nuevas soluciones m¨¢s avanzadas, y a un coste m¨¢s reducido. El nuevo mantra ya no es ¡°m¨¢s robots, m¨¢s posibilidades¡±, sino ¡°m¨¢s efectores, m¨¢s aplicaciones para mi robot¡±.
Numerosas industrias se est¨¢n beneficiando de las aplicaciones de los robots colaborativos. Por ejemplo, en la industria farmac¨¦utica la automatizaci¨®n del proceso de pick & place reduce el riesgo de contaminaci¨®n del producto. Por citar otro ejemplo, la industria de empaquetado y paletizado se ha beneficiado de la incorporaci¨®n de robots colaborativos en la automatizaci¨®n de las l¨ªneas de envasado puesto que se reduce el tiempo de empaquetado y permite liberar a los trabajadores de acciones m¨¢s repetitivas.
Los efectores finales est¨¢n ampliando el abanico de aplicaciones de los robots colaborativos (cobots), haci¨¦ndolos m¨¢s inteligentes, reactivos e independientes. Esto ayuda a los fabricantes a cumplir con sus objetivos de producci¨®n, ya que ganan en flexibilidad y capacidad de adaptaci¨®n a los cambios del mercado, aumentando la velocidad para innovar de las distintas industrias. Ser consciente de esto es clave a la hora de planificar la implementaci¨®n de robots en cualquier actividad industrial.
El futuro pasa por la colaboraci¨®n
Esta trayectoria de innovaci¨®n y evoluci¨®n de los efectores finales y de las aplicaciones colaborativas ha llevado a las m¨¢quinas a ser cada vez m¨¢s inteligentes, adaptables, r¨¢pidas, fuertes, precisas y, lo que es m¨¢s importante, seguras para su trabajo junto a cualquier persona.
Esta capacidad de los robots para manejar una mayor gama de tareas industriales gracias a los efectores finales, as¨ª como al cambio r¨¢pido para pasar de una aplicaci¨®n a otra de forma r¨¢pida, conduce a un retorno de la inversi¨®n (ROI) m¨¢s r¨¢pido para los fabricantes. Esto se debe a que son flexibles y f¨¢ciles de implementar, permiti¨¦ndoles cambiar entre m¨²ltiples tareas con una necesidad m¨ªnima de programaci¨®n adicional o intercambio de herramientas.
Las herramientas rob¨®ticas tambi¨¦n aumentan la producci¨®n. Su capacidad para operar de forma automatizada les permite realizar tareas las 24 horas del d¨ªa, complet¨¢ndolas con mayor precisi¨®n y fiabilidad que los trabajadores humanos. La naturaleza segura, colaborativa e inteligente de los efectores finales tambi¨¦n reduce el coste de automatizaci¨®n, ya que los trabajadores pueden trabajar con ellos sin necesidad de tener un proceso de seguridad adicional, programaci¨®n compleja o costes de instalaci¨®n.
Enrico Krog es CEO de OnRobot
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