Esperando al robot
El problema no son los robots, sino a qui¨¦n sirven esos robots. Los avances tecnol¨®gicos pueden mejorar la vida del 99% de la poblaci¨®n o hacer a¨²n m¨¢s rico al otro 1%
En la m¨¢s conocida de las obras de Samuel Beckett, dos vagabundos, Vladimir y Estrag¨®n, esperan a Godot. No sabemos qui¨¦n es Godot. No sabemos a qu¨¦ viene. Nunca llega. Hace casi 25 a?os que Jeremy Rifkin escribi¨® El fin del trabajo, en el que advert¨ªa del devastador impacto que la robotizaci¨®n y los avances t¨¦cnicos tendr¨ªan sobre el empleo.
Los robots a¨²n no han llegado. No ha hecho falta para que en este cuarto de siglo se confirmaran los peores augurios de Rifkin. El desempleo sube. Los salarios bajan. Los ricos son m¨¢s ricos y los pobres m¨¢s pobres. Los imperios tecnol¨®gicos, cada vez m¨¢s poderosos y el proletariado digital, m¨¢s irrelevante.
Pero seguimos temiendo a los robots y no a sus amos. 3.200 millones de personas en todo el mundo necesitan trabajar para ganar un salario con el que sobrevivir. Compiten entre ellos por un empleo. Eso hace que bajen los salarios, y da m¨¢s poder a los grandes propietarios de los medios de producci¨®n, el 1% de la poblaci¨®n que es due?o del 50% de la riqueza.
Por eso el problema no son los robots, sino a qui¨¦n sirven esos robots. Los avances tecnol¨®gicos pueden mejorar la vida del 99% de la poblaci¨®n o hacer a¨²n m¨¢s rico al otro 1%. Es preocupante que en estos 25 a?os no se hayan tomado medidas pol¨ªticas para garantizar que esta revoluci¨®n digital sirva para reducir la desigualdad y no para aumentarla. No debemos renunciar a nuestra capacidad colectiva de imaginar un mundo mejor.
El desempleo sube. Los salarios bajan. Los ricos son m¨¢s ricos y los pobres m¨¢s pobres
La tecnolog¨ªa que puede destruir empleo y hacer millonarios en Silicon Valley tambi¨¦n puede reducir las jornadas laborales, acabar con el infraempleo y lograr una renta b¨¢sica universal. El problema no es tecnol¨®gico, es pol¨ªtico. Nadie duda de que el actual modelo econ¨®mico es incapaz de garantizar el pleno empleo. A lo mejor es hora de cambiar el modelo.
Al final de Esperando a Godot, Vladimir pregunta a Estrag¨®n si se van. Este contesta que s¨ª, pero los dos se quedan all¨ª parados esperando. ?Nosotros tambi¨¦n seguiremos sin hacer nada esperando al robot?
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