La autora revelaci¨®n que no tiene miedo a la RAE
Andrea Abreu va por la quinta edici¨®n de su debut, 'Panza de burro', una novela sobre la infancia en la que rompe con las normas ortogr¨¢ficas
La irrupci¨®n literaria de Andrea Abreu (Tenerife, 24 a?os) se titula Panza de burro (Barrett) y es una historia de amistad de dos ni?as de 10 a?os en las vacaciones escolares de 2005. Es un libro sobre la infancia escrito como si fuera un juego, sin atender a las correcciones m¨¢s b¨¢sicas, las ortogr¨¢ficas. Algo as¨ª como el Verano azul de la generaci¨®n Z.
¡°Temen que todo el mundo se exprese como quiera¡±, asegura
¡±Creo que fui asalvaj¨¢ndome en lo formal, poco a poco. Me desprend¨ª de complejos y prejuicios que ten¨ªa sobre mi forma de hablar. En la periferia hay una doble opresi¨®n: la de la Pen¨ªnsula sobre las Canarias y la del ¨¢rea metropolitana de las Canarias sobre los pueblos¡±, cuenta Abreu. La escritora recuerda que era una ni?a salvaje para sus compa?eros, porque viv¨ªa en lo alto de la monta?a, en el barrio de Los Piquetes, en Icod de los Vinos, en las faldas del Teide.
Seg¨²n avanz¨® en la escritura descubri¨® la idea fuerte del relato: ¡°Aproximar lo m¨¢ximo la oralidad a lo escrito. Me encontr¨¦ con el dilema de que el lenguaje que buscaba y que hablaba en mi infancia no estaba registrado. La Academia de la Lengua Canaria recoge la marca ling¨¹¨ªstica propia, como variante del castellano, pero mi barrio queda fuera de ese diccionario tambi¨¦n. As¨ª que empec¨¦ a introducir palabras incorrectas para todos los diccionarios. Si quer¨ªa ser honesta con la realidad no pod¨ªa guiarme por la oficialidad del habla¡±, resume Abreu. La autora matiza que Panza de burro no est¨¢ escrito en canario, sino en canario de su pueblo. Lo llama ¡°chelismo¡±, que es el habla de su abuela Chela.
¡°Recibo muchos mensajes que me culpan por ello, pero me interesa experimentar y no tenerle miedo a la RAE¡±, a?ade la escritora y periodista, que trabajaba en una tienda de ropa antes de la publicaci¨®n de Panza de burro. Escrib¨ªa por la ma?ana. As¨ª estuvo medio a?o. Antes hizo de camarera. ¡°Nunca he tenido un trabajo con un sueldo de 1.000 euros¡±.
Cambio de vida
Ahora ha dejado Madrid, se ha mudado a Tenerife y acaba de hacerse aut¨®noma. Porque hasta hace unos meses sus planes eran seguir trabajando en el sector de servicios: ¡°Pero Panza de burro me ha cambiado la vida¡±, dice. Est¨¢ en marcha la quinta edici¨®n. Reconoce el empuje decisivo de la escritora Sabina Urraca, que primero fue su maestra en un taller literario y luego su editora.
En el libro se habla canario de su pueblo: ella lo llama ¡°chelismo¡±
¡±La gente tiene miedo a la anarqu¨ªa y a perder el control. Temen que todo el mundo escriba como quiera¡±, asegura la autora de una novela en la que se lee ¡±sang¨¹i de jam¨®n y queso¡±; ¡°g¨¹eno¡±, por bueno; ¡°vulc¨¢n¡± y no volc¨¢n; ¡°fisquito¡± por un poco... Es una f¨®rmula que nace y muere en este libro, se?ala Abreu: ¡°Porque no podr¨ªa volver a escribir una novela como esta¡±. ¡°Ya noto que escribo de otra manera¡±, incide.
¡°Tambi¨¦n me dicen que soy tan joven que no tengo nada que contar¡±, lamenta la escritora. Bajo todo ese ¡°chelismo¡± hay una estructura tradicional, en la que convive la telenovela, el mal de ojo, con el Messenger y los Pok¨¦mon. Costumbrismo Z. Sin giros inesperados, sin una trama trepidante¡ ¡°Si fuera una pel¨ªcula podr¨ªa ser hasta aburrida¡±, dice Abreu por tel¨¦fono, que apunta a los modos de Lucia Berlin. ¡°Pero es una realidad muy detallista de asuntos fundamentales para una ni?a, como cagar en una caja de regalices¡±. El resultado es una novela de ellas, en las que ellos aparecen como amenaza: ¡°Las ni?as son como perros salvajes y terminan siendo domesticadas¡±.
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