Neus Ball¨²s: ¡°La clase trabajadora tiene mucho que ense?arnos en t¨¦rminos de diversidad¡±

Neus Ball¨²s (Mollet del Vall¨¨s, Barcelona, 41 a?os) prefiere no decir muy alto que su tercer largometraje, Seis d¨ªas corrientes, es una comedia hasta comprobar c¨®mo el p¨²blico reacciona al verla. Pero la realidad es que su nuevo experimento f¨ªlmico irradia humor, con tres fontaneros reales haciendo las veces de actores de la improvisaci¨®n. La incontinencia verbal de Valero se cobra una nueva v¨ªctima en el inmigrante Moha, su potencial nuevo compa?ero de trabajo que viene a sustituir a Pep, sabio, pausado y a punto de la jubilaci¨®n. La pel¨ªcula, en la que la directora explora de nuevo en lo profundo a partir de lo cotidiano, retrata a sus protagonistas a trav¨¦s de las seis jornadas de chapuzas que le dan t¨ªtulo.

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La mirada hacia el otro

Es probable que alg¨²n espectador se ponga a la defensiva al primer exabrupto racista, pero de esto trata la propuesta de Ball¨²s, de que aguante en la butaca y, por esta vez, mire y escuche al otro. Ella misma lo explica en Locarno (Suiza), en cuyo festival de cine se proyecta desde este s¨¢bado hasta el lunes. Es la primera parada del que se augura ser¨¢ un extenso recorrido internacional para la cinta, ya seleccionada para estar en el de Toronto en septiembre. ¡°Quer¨ªa hablar sobre estos prejuicios que activamos y que nos hacen juzgar a alguien de inmediato. Mi padre es fontanero y me contaba muchas de las situaciones diarias que viv¨ªa. A trav¨¦s de ellas me di cuenta de que, en determinadas circunstancias, en encuentros muy breves e intensos como los suyos, ciertos prejuicios son ¨²tiles porque ahorran tiempo. A un ama de casa se le habla de una forma y a un anciano de otra, me explicaba ¨¦l. Pero ese ahorro de energ¨ªa nos ha llevado a una inexistencia de la relaci¨®n entre personas diferentes¡±.

La cineasta, que ya combin¨® realidad y ficci¨®n con actores no profesionales en su primer trabajo, La plaga (2013), ha invertido mucho tiempo en la sala de montaje para encontrar esta vez los equilibrios habituales en su cine, que se manejan entre la ligereza y la profundidad, entre lo documental y lo ficticio y entre lo experimental y lo accesible. ¡°No encontraba referentes para el tono de comedia que buscaba, porque el cine realista y social de este estilo siempre se aproxima al drama. Y en la vida cotidiana claro que hay drama, pero tambi¨¦n hay mucho humor, mucho absurdo y mucha ternura. Si somos un poco curiosos, lo vemos a menudo en el d¨ªa a d¨ªa¡±, defiende sobre esta cinta, que forma parte de Concurso Internacional, principal secci¨®n competitiva del certamen suizo.

Improvisaci¨®n sin prejuicios

Como en trabajos anteriores, el proceso le llev¨® m¨¢s de un lustro de trabajo. Tras completar un proceso de selecci¨®n del reparto en el que se encontr¨® con m¨¢s de 1.000 fontaneros, se pas¨® dos a?os conociendo a los tres elegidos, compartiendo con ellos sesiones semanales de ensayos e improvisaci¨®n para, a partir de sus encuentros, ir escribiendo el guion. Una vez entrenados para reaccionar a situaciones inesperadas, arranc¨® un rodaje que transcurri¨® de forma cronol¨®gica y que tambi¨¦n se bas¨® en la sorpresa. Ellos no sab¨ªan qu¨¦ se iba a rodar cada d¨ªa ni con qui¨¦n. Se les preparaban aver¨ªas reales, a trav¨¦s de un fontanero que formaba parte del equipo de arte, que ten¨ªan que reparar. ¡°Les plante¨¦ un juego muy en serio, que es como juegan los ni?os. Pero sin juzgarles. La premisa era: ¡®todo lo que hag¨¢is, est¨¢ bien¡±, recuerda la catalana. ¡°A la hora de montar, ten¨ªa m¨¢s de 70 horas de material con ellos tres, que no est¨¢n formados en la interpretaci¨®n, creando sobre la marcha sus propios di¨¢logos. Es probablemente lo m¨¢s duro que he hecho en mi vida, porque con ese material hab¨ªa millones de pel¨ªculas posibles¡±.

La qu¨ªmica entre a los tres y el inter¨¦s que despertaban en la directora hicieron que ellos y no otros fueran los tres elegidos. ¡°Necesitaba sentir una especie de enamoramiento de una persona con el que iba a pasar tanto tiempo. No significa que te guste todo de ¨¦l o de ella, sino que te genera una curiosidad que te hace desear saber m¨¢s. Moha es un misterio, Pep es una caja de tesoros y con Valero¡­ No estaba de acuerdo en casi nada de ¨¦l, pero a la vez me hac¨ªa re¨ªr mucho. Y esa dualidad hab¨ªa que explorarla¡±, comenta Ball¨²s.

Tanto el tr¨ªo protagonista como el mensaje de la pel¨ªcula se colocan en su entorno natural, en la periferia de la ciudad de Barcelona donde los balcones, unos pegados a otros, explican de inmediato la noci¨®n de convivencia que quiere mostrar este relato. El depender de la verdad espont¨¢nea de estos personajes le supuso una cura de humildad, dice ella misma: ¡°Te aleja de esa posici¨®n del cineasta que impone sus deseos a unos actores para que su pel¨ªcula se vea tal y como hab¨ªa planeado. De esta forma, te toca incluir situaciones que ni las quer¨ªas ni las hab¨ªas imaginado, pero tienes que aceptar que con ellas el resultado quiz¨¢ sea mejor¡±.

Porque, en realidad m¨¢s, que su propia personalidad, lo que muestran estos no-actores es una suma de vivencias de los que son como ellos. ¡°Han sido dos a?os tratando cada semana sus inseguridades y se crea un v¨ªnculo muy fuerte. Les he visto llorar, re¨ªrse, abrazarse, pelearse¡­ Yo no sab¨ªa si iba a encontrar financiaci¨®n para que esta idea pudiera proyectarse en una sala, pero me dec¨ªan que todo esto ten¨ªa sentido para ellos, que era como una terapia que les hac¨ªa salir de la jornada de ensayos como nuevos¡±, comenta la directora.

Concebido y producido en paralelo a su anterior trabajo, El viaje de Marta, cinta de ficci¨®n en la que una familia de clase media viaja de vacaciones a un resort de Senegal, comparte con ¨¦l el inter¨¦s por explorar las diferencias sociales. ¡°Los entornos homog¨¦neos me resultan muy aburridos y muy pobres, no entiendo c¨®mo la riqueza de la diferencia puede ser un conflicto, porque s¨¦ que es la que te empuja al aprendizaje y a la curiosidad. Pero soy consciente de que en el ¨¢mbito art¨ªstico e intelectual no sentimos la amenaza de la inmigraci¨®n y que es muy f¨¢cil opinar desde esta posici¨®n, en la que no temes que nadie te quite el trabajo. Son entornos como el del mundo de la obra, y otras profesiones de la clase trabajadora, los que han estado obligados a convivir desde hace mucho tiempo, los que se sujetan la escalera el uno al otro y los que tienen que depender entre s¨ª. Y son ellos lo que tienen mucho que ense?arnos en t¨¦rminos de diversidad¡±.

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