Las escritoras ¡®exc¨¦ntricas¡¯ que triunfan fuera de Madrid y Barcelona
Andrea Abreu, Irene Vallejo, Sara Mesa, Mar¨ªa S¨¢nchez o Ana Iris Sim¨®n han conquistado las listas de ventas y reivindican la potencia literaria de la periferia
Sus libros abarcan ensayo y novela, sus voces recorren la geograf¨ªa espa?ola y la amplitud de sus temas e intereses deja claro que no se trata ni de un grupo literario concreto ni de una tendencia pasajera. Todas viven fuera de Madrid y Barcelona. Se han ganado el respeto de la cr¨ªtica y el p¨²blico, y su presencia destacada en la lista de libros m¨¢s vendidos en los ¨²ltimos tiempos demuestra que el ¨¦xito literario en Espa?a ya no se escribe necesariamente desde esas dos ciudades, hasta ahora consideradas indispensables epicentros culturales para escritores.
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Sus libros abarcan ensayo y novela, sus voces recorren la geograf¨ªa espa?ola y la amplitud de sus temas e intereses deja claro que no se trata ni de un grupo literario concreto ni de una tendencia pasajera. Todas viven fuera de Madrid y Barcelona. Se han ganado el respeto de la cr¨ªtica y el p¨²blico, y su presencia destacada en la lista de libros m¨¢s vendidos en los ¨²ltimos tiempos demuestra que el ¨¦xito literario en Espa?a ya no se escribe necesariamente desde esas dos ciudades, hasta ahora consideradas indispensables epicentros culturales para escritores.
Sara Mesa vive en un pueblo de Sevilla, a unos 15 minutos en coche de la ciudad. Jam¨¢s pens¨® en trasladarse, aunque a medida que sus novelas iban ganando lectores y reconocimiento no faltaba quien le preguntaba: ¡°?Ya te has mudado aqu¨ª?¡±. Y aqu¨ª iba por Madrid o Barcelona ¡°como si fuera una consecuencia l¨®gica¡±, cuenta en conversaci¨®n telef¨®nica la escritora, que naci¨® en Madrid hace 45 a?os, aunque de ni?a se traslad¨® a Andaluc¨ªa.
Es obvio que siempre se ha podido escribir desde cualquier sitio, pero resultaba m¨¢s complicado pensar que una obra tendr¨ªa eco y encontrar¨ªa a un p¨²blico si no se estaba cerca del meollo. Mesa empez¨® a los 30 y ha ido poco a poco. ¡°Hoy no pesa tanto el elemento geogr¨¢fico para publicar o tener ¨¦xito, es algo m¨¢s l¨ªquido, aunque la geograf¨ªa sin duda es importante para configurar la narrativa de cada uno¡±, sostiene. La protagonista de su ¨²ltima novela, Un amor (Anagrama), se instala en un pueblo sevillano. ?Sigue ese personaje la ruta que muchos han emprendido fuera de los centros y las ciudades? ¡°Ella huye y va al sitio m¨¢s barato¡±, explica escueta.
Sobre el auge de autoras en el panorama literario actual en Espa?a, Mesa destaca que esas voces ¡°reivindican las diferencias¡±, y que en cualquier caso el cambio es ¡°a nivel de visibilidad¡± porque escritoras ya hab¨ªa muchas. ¡°Esto no es una moda, sino una cuesti¨®n de ajuste hist¨®rico¡±, zanja. A?ade que al fin una de las ventajas de asentarse fuera es mantener distancias con sus colegas. ¡°Tengo amigos escritores, pero creo que es bueno no hacer vida de escritor. Mucha gente con la que me cruzo a diario no sabe que publico libros y esa distancia para m¨ª es buena. Si est¨¢s todo el d¨ªa con autores acabas con una visi¨®n alterada de la realidad¡±, sostiene.
Los tres a?os que vivi¨® en Madrid acabaron por convencer a Andrea Abreu (Tenerife, 26 a?os) de que esa ciudad no la acercaba a la actividad cultural y la llenaba de estr¨¦s, preocupada como estaba por poder pagar el alquiler, mientras trabajaba de empleada en una tienda de lencer¨ªa: hab¨ªa renunciado a trabajar como periodista de becaria y trataba de terminar su primera novela. Acab¨® Panza de burro (Barrett), volvi¨® a Tenerife y se ha convertido en uno de los grandes fen¨®menos editoriales recientes con 30.000 ejemplares vendidos.
Canarias, dice Abreu, es el lugar que m¨¢s le gusta y el que a esta ¡°ni?a del monte¡± le hace sentir ¡°arraigada¡± y eso, admite, ¡°va en contra de la Andrea de 19 a?os¡±. Porque ella creci¨® pensando que era imposible alcanzar algo en el terreno de la cultura en Tenerife, ¡°la periferia de la periferia, el noroeste de ?frica¡±. Esa idea la empuj¨® a irse fuera, a Madrid y a Italia. ¡°Pensaba que quedarme en Canarias ser¨ªa un fracaso vital¡±, explica. ¡°Lo cierto es que creativamente las islas son muy ricas en literatura y sobre todo en m¨²sica. Hay otras fuentes de inspiraci¨®n, otras din¨¢micas y otros ¨¢mbitos de la cultura africana, latinoamericana y europea, pero aqu¨ª las industrias de cine y editoriales son pr¨¢cticamente nulas. Si mi libro se hubiera publicado en Canarias no habr¨ªa tenido este ¨¦xito, porque si se produce desde dentro parece que no tiene el mismo valor. Hay un complejo hist¨®rico desde la canariedad¡±.
Abreu no tiene dudas de que se ha roto ¡°con la idea de que el mundo empezaba y acababa en Madrid y Barcelona¡±. Hoy, dice, ya no est¨¢ muy claro d¨®nde est¨¢ el centro. Y desde esa multiplicidad la escritora, incluida en la ¨²ltima lista de la revista Granta de escritores relevantes en espa?ol menores de 35, reivindica ¡°la diversidad del uso del espa?ol, la creaci¨®n desde espacios geogr¨¢ficos y ling¨¹¨ªsticos diversos¡±. Fue precisamente la ausencia literaria de ese particular uso del idioma lo que Sabina Urraca, la editora del libro de Abreu, echaba en falta. ¡°Era como si la gente no viera que su oralidad era importante, porque desde las capitales la literatura reflejaba un habla desde lugares neutros con voces neutras¡±, apunta Urraca al tel¨¦fono. A ella la idea de la literatura deslocalizada le hace pensar en ¡°un tonel de vino abierto que anima a coger unos vasos y llenarlos¡±. Y concluye: ¡°La periferia ha ganado encanto¡±.
Veterinaria a tiempo completo, Mar¨ªa S¨¢nchez (C¨®rdoba, 32 a?os) dice que, con su libro Tierra de mujeres (Seix Barral) y los poemas recogidos en Cuaderno de campo (La Bella Varsovia), ha tratado de llevar ¡°los m¨¢rgenes al centro, porque siempre se escrib¨ªa desde los mismos lugares¡±. Reivindica la voz de las autoras que hoy ponen en cuesti¨®n qui¨¦n ha escrito hasta ahora, por ejemplo, sobre el medio rural. ¡°Estamos repasando esas ausencias. Estamos sedientas de leer a m¨¢s mujeres¡±, afirma al tel¨¦fono, sentada bajo un ciruelo, y a?ade que le gusta vivir alejada de la inmediatez de las grandes ciudades.
La autora de Feria (C¨ªrculo de Tiza), Ana Iris Sim¨®n, de vuelta en Aranjuez, el lugar donde creci¨®, apunta que durante d¨¦cadas hab¨ªa una buena oferta de productos culturales hechos por y para Madrid. Ella le¨ªa las novelas urbanas de Ray Loriga y ahora los adolescentes leen libros como Panza de burro, lo que la lleva a pensar que hoy ¡°se apuesta por la identificaci¨®n m¨¢s que por lecturas aspiracionales; hay un cambio de sensibilidad social¡±. El giro arranca, seg¨²n Sim¨®n, con Sergio del Molino: ¡°Llega un boom que alcanza a la industria y a las editoriales, que van sacando muchos libros que llegan de las ciudades de la periferia y de las provincias¡±, explica. ¡°Es una corriente y un debate sobre d¨®nde elegimos y d¨®nde podemos vivir, porque el regreso a veces se ha romantizado y no se trata solo de modernos plantando tomates, sino de j¨®venes que se ven obligados a volver a su pueblo¡±.
En todo este proceso internet ha jugado un papel esencial facilitando lo que la agente Marina Penalva, de Casanovas Lynch ¡ªagencia literaria que representa a Ana Iris Sim¨®n, Abreu e Irene Vallejo¡ª califica de ¡°intercambio m¨¢s horizontal que ya no necesita pasar por Madrid o Barcelona, y que tambi¨¦n ocurre entre Espa?a y Latinoam¨¦rica¡±. El circuito, constata Penalva, ha cambiado, y hay m¨¢s facilidad para acceder a los libros y a los agentes comerciales desde fuera de las dos grandes ciudades.
Otra prueba irrefutable de que las cosas est¨¢n cambiando es que el camino literario que se forjan nuevos escritores latinoamericanos radicados en Espa?a comienza a desviarse de la ruta que marcaba Madrid y Barcelona como ¨²nicos destinos. La venezolana de 28 a?os Gabriela Consuegra lleg¨® a A Coru?a saturada de Caracas, dice, donde no pod¨ªa ¡°pensar a gusto¡±. Una hermana que ya estaba en Galicia y unas cartas que encontr¨® de Julio Cort¨¢zar sobre la ciudad norte?a acabaron por escorar su decisi¨®n.
¡°Aqu¨ª pas¨¦ el duelo y esta ciudad se acoplaba al ritmo que llevaba por dentro¡±, explica la autora de un sentido libro sobre la enfermedad y p¨¦rdida de su padre, Ha pasado un minuto y queda una vida (Temas de hoy). Pas¨® por Buenos Aires antes de asentarse definitivamente en Galicia de nuevo y fue ah¨ª donde logr¨® escribir y empez¨® a mover el manuscrito. ¡°La literatura como tal, m¨¢s all¨¢ del periodismo, la encuentro en A Coru?a. Tard¨¦ poco en encontrar un hueco y la editora con la que he trabajado se puso muy contenta cuando supo que no estaba ni en Madrid ni en Barcelona¡±, cuenta. Consuegra habla de una apertura de miras y de una generaci¨®n, la suya, que ella cree que est¨¢ m¨¢s dispuesta a hacer lo que quiere desde donde est¨¦. ¡°Con internet, ?qui¨¦n puede ubicar el centro?¡±, pregunta. Y menciona las redes locales y las librer¨ªas, y otros autores, como Manuel Rivas, que fueron transformando el panorama. ¡°Hay un cambio en las ciudades de provincias¡±.
Irene Vallejo, radicada en Zaragoza, condujo muchos kil¨®metros por Arag¨®n visitando clubes de lectura y bibliotecas rurales antes de reventar las listas de ventas con El infinito en un junco (Siruela). Recuerda perfectamente las tortillas y las croquetas con las que la agasajaban y c¨®mo iba con el maletero lleno de libros y regresaba con cebollas y longaniza. ¡°Estuve una d¨¦cada as¨ª y el salto al escaparate nacional me parec¨ªa muy dif¨ªcil¡±, explica.
Vallejo (Zaragoza, 42 a?os) se refiere a la ¡°mirada exc¨¦ntrica¡± de las escritoras radicadas fuera de Madrid y Barcelona y c¨®mo eso permite ¡°estar en contacto con otras realidades y mantener los pies en el suelo¡±. Habla de las redes perif¨¦ricas que con gran esfuerzo se han construido en la Espa?a democr¨¢tica, de la expansi¨®n de la red de bibliotecas en zonas rurales ¡ª¡°en todo esto siento que hay una herencia de las misiones pedag¨®gicas de la Rep¨²blica¡±¡ª, y de c¨®mo la tecnolog¨ªa y las comunicaciones han facilitado las cosas. Desde Bu?uel hasta Sender, la autora recuerda que la cultura aragonesa emigraba, pero hubo un giro en las ¨²ltimas d¨¦cadas ¡°con c¨ªrculos que se quedaban aqu¨ª y en eso F¨¦lix Romeo fue muy importante¡±.
Vallejo necesita la proximidad de su familia, tener una red de la que no puede prescindir. El cuidado de su padre y luego de su hijo la ataron. ¡°Es una situaci¨®n que muchas vivimos como mujeres y fue una decisi¨®n libre, pero considero que hay que hablar de ello, acabar con la ley del silencio¡±, asegura. ¡°Los afectos, las personas, los cuidados: eso tiene que ser compatible¡±. Su ¨¦xito, dice, no es solo un logro individual: ¡°Para que mi compleja situaci¨®n personal no hundiese mi carrera ha habido un esfuerzo colectivo. Ser paciente y ser terca me han ayudado mucho¡±.
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