La ni?a desaparecida
Andrea conoce a Susana, una vieja amiga de Maribel. Mientras toman algo en una terraza, Susana le cuenta una sorprendente historia de su pasado que Andrea conoce bien
Ay, qu¨¦ fuerte lo de ayer. ?Te acuerdas que te dije que Maribel me propuso que fu¨¦ramos a visitar a una vieja amiga? Pues eso hicimos. Nos metimos en su coche y tras media horita de curvas llegamos hasta un pueblo diminuto que no conoc¨ªa, pr¨¢cticamente escondido en la ladera de una monta?a.
All¨ª vive Susana. Cuando Maribel me habl¨® de ella como ¡°vieja amiga¡± me imagin¨¦ a alguien de su edad, pero para nada. Susana tiene un a?o menos que yo, pero si entra en la categor¨ªa de ¡°vieja amiga¡± es porque Maribel y ella se conocieron hace un mont¨®n de tiempo, cuando Susana era tan solo una ni?a. Ha vivido siempre en el mismo pueblo, ahora con su marido y con sus hijas, y de vez en cuando Maribel va a visitarla. Bien, pues aqu¨ª viene lo bueno: cuando le pregunt¨¦ c¨®mo se hab¨ªan conocido, me cont¨® que fue Maribel quien la encontr¨® un verano en el que desapareci¨® durante siete d¨ªas. ?Susana es la ni?a de la que hablaba la noticia del peri¨®dico! ?La del peri¨®dico aquel, uno de los que estaban en la maleta de Francisco!
Me qued¨¦ sin habla, pero fue tan solo durante un par de segundos porque a continuaci¨®n se me ocurrieron doscientas preguntas que hacerle y no sab¨ªa por cu¨¢l comenzar.
Susana no recuerda mucho de aquella semana. Estuvo desaparecida desde un s¨¢bado por la noche hasta el siguiente, pero esto lo sabe porque se lo dijeron. Ella lo ¨²nico que recuerda es que su padre la acost¨®, le ley¨® un cuento y despu¨¦s estaba sola, caminando por una playa en mitad de un atardecer. Maribel se encontraba en esa playa, aprovechando las ¨²ltimas horas de sol de aquel d¨ªa, y fue ella quien la vio y avis¨® a la polic¨ªa. Me cont¨® tambi¨¦n que, en aquel momento, cuando Maribel la encontr¨®, le habl¨® a la polic¨ªa de una sala blanca en la que estuvo tumbada y en la que se sent¨ªa muy bien, muy tranquila y muy feliz, pero esto, de nuevo, lo sabe porque se lo han contado. Excepto lo de dormirse y lo de la playa, ya no recuerda nada m¨¢s. Qu¨¦ fuerte, ?no?
Yo le cont¨¦ c¨®mo hab¨ªa descubierto su historia y tambi¨¦n flip¨® bastante. A ver, no tanto como yo, claro, pero vamos, que un poco s¨ª que flip¨®, y al final, entre esto y lo otro, se nos hizo muy tarde. Ten¨ªamos todas nuestras cosas en el hostal, pero para evitar conducir de noche por esa carretera llena de curvas, Susana nos invit¨® a pasar la noche en su casa.
Acabamos de desayunar con ella y con su familia, as¨ª que en un ratito saldremos de vuelta hacia el hostal. No s¨¦ muy bien qu¨¦ haremos hoy. Ma?ana te cuento.
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