?Tienes novia? Por qu¨¦ nunca debemos hacerle esta pregunta a un ni?o
Se trata de una frase aparentemente inocente, pero que puede tener consecuencias en la forma en la que el peque?o se relaciona con los dem¨¢s.
Cuando a la salida del colegio una madre le pregunta a Nicol¨¢s, de cuatro a?os, si tiene novia, el ni?o mira con extra?eza a su padre y le dice: ¡°Pap¨¢, ?tenemos novia?¡±, como quien se cuestiona si tiene en casa el ¨²ltimo modelo de robot de cocina.
En un cumplea?os infantil, uno de los padres se acerca a Olivia, de siete a?os, para preguntarle qui¨¦n es su novio. La ni?a de inmediato baja la cabeza y se aleja avergonzada del grupo de ni?os con el que est¨¢ jugando. Al d¨ªa siguiente, en el colegio, evita estar con ellos, porque le da verg¨¹enza que alguien piense que alguno de sus amigos es su novio.
Las dos situaciones seguramente resulten familiares, ya que es habitual que los adultos formulen preguntas como esas a los ni?os. Aunque obviamente solo pretenden observar cu¨¢l es la reacci¨®n del ni?o, se trata de una pregunta aparentemente inocente que puede tener consecuencias en la forma en la que el peque?o se relaciona con los dem¨¢s.
El concepto de amistad en los ni?os
La interacci¨®n con los iguales constituye un medio muy potente de aprendizaje. El concepto de amistad evoluciona a lo largo de las etapas evolutivas y difiere, por tanto, en funci¨®n de la edad del ni?o. Robert Selman, profesor en la Universidad de Harvard, propuso una de las teor¨ªas m¨¢s conocidas sobre la evoluci¨®n de la amistad.
Este experto suger¨ªa que mientras que los preescolares mantienen una visi¨®n egoc¨¦ntrica de la amistad y consideran amigo a aquel con quien comparten juegos y un mismo espacio f¨ªsico, para los ni?os de la etapa escolar cobran importancia las preferencias compartidas y la cooperaci¨®n. En la adolescencia se valora m¨¢s el apoyo mutuo.
Las relaciones con los iguales contribuyen al desarrollo emocional y social, fomentando el sentimiento de pertenencia al grupo. En la infancia es normal la curiosidad por el propio cuerpo y por el cuerpo de otros, mientras que en la preadolescencia son frecuentes las conductas de exploraci¨®n sexual.
El cambio en la naturaleza de las relaciones con los iguales tiene lugar en la adolescencia, con el aumento del inter¨¦s sexual. No es hasta ese momento cuando las relaciones de amistad evolucionan hacia un v¨ªnculo afectivo mayor.
C¨®mo influyen los adultos
Desde peque?os existe una preferencia por relacionarse con pares del mismo g¨¦nero que se mantiene hasta la adolescencia. Aunque es com¨²n que los ni?os prefieran jugar con iguales de su g¨¦nero, esta segregaci¨®n influye en la forma de relacionarse con los dem¨¢s.
Los adultos, con nuestros comentarios, aprobamos o reprobamos las relaciones que los ni?os mantienen con sus iguales, condicion¨¢ndolas. Influimos, posiblemente de forma ingenua y no malintencionada, en la forma en la que los ni?os y las ni?as se relacionan entre ellos.
Aunque existe una preferencia documentada hacia las amistades del mismo sexo, a edades tempranas los ni?os no atribuyen a nada m¨¢s que a la amistad las relaciones que mantienen con los otros. De hecho, dif¨ªcilmente un ni?o de cuatro a?os puede explicar qu¨¦ es un novio o una novia; en todo caso puede asimilarlo a ser los mejores amigos. Cuando un adulto acu?a el t¨¦rmino novio o novia al referirse a un buen amigo de su hijo, genera confusi¨®n en el ni?o, quien a su corta edad est¨¢ aprendiendo a identificar sus emociones y las de los dem¨¢s.
?No podemos ser amigos?
Preguntar a los ni?os si tienen novio o novia puede influir en la manera en que se relacionan con sus amigos. Con esas preguntas les transmitimos la idea de que los ni?os y las ni?as no pueden tener una relaci¨®n de amistad, sino que al jugar con iguales del otro g¨¦nero la relaci¨®n pasa a ser algo m¨¢s. Fomentamos as¨ª que se relacionen solo con los de su mismo g¨¦nero, marcando diferencias entre ambos.
Adem¨¢s, les instigamos a esquivar a los amigos de distinto g¨¦nero para evitar comentarios jocosos del resto del grupo. La inocente pregunta ?qui¨¦n es tu novia?, puede generar rechazo en un ni?o de ocho a?os hacia la amiga con quien comparte juegos, ya que no quiere ser se?alado por el grupo por tener una relaci¨®n ¨ªntima de amistad a la que suelen atribuirse comportamientos que a los ni?os les averg¨¹enzan, como darse un beso o cogerse de la mano.
Preguntando a los ni?os si tienen novio o novia les advertimos de que hay una forma diferente de comportarse seg¨²n con qui¨¦n, por lo que avivamos un cambio en la forma de relacionarse con sus amigos.
Hipersexualizaci¨®n innecesaria
Cuando planteamos a los ni?os qu¨¦ chico le gusta o qui¨¦n es su novia, normalizamos que a su edad pueden tener un amigo o amiga ¨ªntima como tienen los adultos, fomentando la hipersexualizaci¨®n infantil. Precipitamos conductas que no son propias de la infancia, aprob¨¢ndolas con nuestros comentarios. Aunque no sea nuestra intenci¨®n, promovemos que los ni?os lleven a cabo conductas que son propias de los adultos y que asuman roles que no se corresponden con su etapa evolutiva.
En conclusi¨®n, los adultos debemos fomentar las relaciones de amistad entre los ni?os, ya que el apoyo social se ha identificado como uno de los factores protectores m¨¢s potentes para el bienestar psicol¨®gico.
Sin embargo, interpretar conductas sociales de los ni?os, como compartir tiempo y juegos, como relaciones de noviazgo crea diferencias entre ellos, los confunde en el aprendizaje de las emociones y puede provocar un distanciamiento precisamente de aquellos amigos con quienes comparten m¨¢s intereses y preferencias.
Mireia Orgil¨¦s es catedr¨¢tica de Universidad. Experta en Tratamiento Psicol¨®gico Infantil, Universidad Miguel Hern¨¢ndez.
Jos¨¦ Pedro Espada es catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa, Universidad Miguel Hern¨¢ndez.
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en The Conversation. Aqu¨ª puede leer el original.
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