Carlos R¨ªos: ascenso y ca¨ªda del nutricionista que invent¨® el ¡®realfooding¡¯
El gur¨² cre¨® una comunidad con un relato sobre los alimentos que enfrentaba al bien y al mal. Tras conseguir millones de seguidores criticando los productos procesados, ahora los vende en grandes superficies
Carlos R¨ªos (Huelva, 31 a?os) ascendi¨® a gur¨² de la nutrici¨®n con un relato ¨¦pico y apocal¨ªptico, como muchos otros l¨ªderes espirituales antes que ¨¦l. Las se?ales del Apocalipsis estaban por todos lados: en las estanter¨ªas de los supermercados, en los anuncios de las marquesinas, en las m¨¢quinas expendedoras del trabajo. Un poder inmenso pero oculto, representado por la industria alimentaria, estaba dispuesto a cualquier cosa para atraparnos con sus productos da?inos y satisfacer el apetito inagotable de sus ejecutivos y accionistas. ¡°Los ultraprocesados nos matan lentamente porque la gente se excede en su consumo y no sabe lo que son¡±, dec¨ªa en una entrevista en 2019. En 2017, se?alaba entre los participantes de la conspiraci¨®n a los medios informativos o las facultades donde se ense?a nutrici¨®n por transmitir la idea err¨®nea ¡°de que no hay alimentos buenos ni malos¡±, advert¨ªa de que los ultraprocesados no deben recomendarse ¡°ni con moderaci¨®n¡± y se?alaba los conflictos de inter¨¦s de un discurso que hace que disminuya la percepci¨®n del peligro de los productos procesados para incrementar las ventas de la industria alimentaria.
El final estaba pr¨®ximo, pero no era inevitable. R¨ªos aseguraba en sus redes sociales que pod¨ªa abrirnos los ojos, ofreciendo su gu¨ªa para distinguir lo que era la comida real y anim¨¢ndonos a participar en su relato ¨¦pico engrosando el ej¨¦rcito realfooder (los que consumen ¡°comida real¡±). Enfrente, los que a¨²n no han sido iluminados, los fakefooders (los que consumen ¡°comida falsa¡±) y los agentes de la industria alimentaria, creadora de un entorno ilusorio que comparaba con el generado por los robots que esclavizan la humanidad en la pel¨ªcula Matrix. Con este discurso ha vendido decenas de miles de ejemplares de libros con portadas de verduras y otras hortalizas, ha desarrollado una aplicaci¨®n con m¨¢s de un mill¨®n de descargas y un pimiento como logo, y acumula mill¨®n y medio de seguidores en Instagram.
El discurso mesi¨¢nico y radical de enfrentamiento contra el mal dio resultado. Los seguidores se multiplicaron y, entonces, el movimiento mut¨® en marca. El marchamo Realfooding se ha incorporado ya a procesados como cruasanes, crema de cacao o helados. Todos esos productos, reconoce R¨ªos, ¡°no deben sustituir a la comida fresca real¡±, pero, seg¨²n ¨¦l, son menos perjudiciales que los que ya se comercializan. ¡°?Qu¨¦ hay de malo en que existan?¡±, se pregunta en una conversaci¨®n con este peri¨®dico.
El valor de cuidarse
En su transici¨®n de cr¨ªtico ac¨¦rrimo de la industria a socio comercial, R¨ªos ha demostrado una buena comprensi¨®n del cambio de significado de la alimentaci¨®n, sobre todo para los m¨¢s j¨®venes, un manejo virtuoso de las redes sociales y una gran visi¨®n mercantil. Cecilia D¨ªaz M¨¦ndez, catedr¨¢tica de Sociolog¨ªa de la Universidad de Oviedo especializada en alimentaci¨®n, afirma: ¡°Antes habl¨¢bamos de la alimentaci¨®n cuando hab¨ªa carencias, pero ahora se ha integrado en nuestra percepci¨®n del bienestar. Cuidarse, a trav¨¦s de la alimentaci¨®n o el ejercicio f¨ªsico, es un valor social y da estatus¡±. Y a?ade: ¡°[El movimiento realfooding] propicia una identidad com¨²n en torno a algo que tiene valor para los j¨®venes, que tienen identidades m¨²ltiples y buscan elementos que les permitan posicionarse socialmente. La comunicaci¨®n [de R¨ªos] est¨¢ muy orientada a crear comunidad, presenta una dualidad de buenos y malos, los realfooders frente a los fakefooders, que refuerza la identidad. Tiene una visi¨®n de fondo que nos dice que vivimos en un mundo que no es real, en una sociedad enga?osa, con poderes ocultos que hacen que eso sea as¨ª, y los j¨®venes se identifican con esa idea de que la vida quiz¨¢ no tiene el valor que deber¨ªa¡±.
Para D¨ªaz, el mensaje cala tambi¨¦n en la parte m¨¢s joven de la poblaci¨®n porque ¡°son la generaci¨®n que ha empezado a perder una cultura alimentaria muy s¨®lida como la espa?ola, que generaba identidad, y ahora, a falta de esa cultura, se identifican con mensajes como el de R¨ªos¡±. ¡°El problema de la alimentaci¨®n es complejo, no lo entiendes, y R¨ªos es un buen predicador, te da soluciones sencillas a esas dudas que tienes a la hora de comprar, y as¨ª ha creado muchos adeptos¡±, sintetiza.
??igo Marauri, un investigador de la Universidad del Pa¨ªs Vasco que ha publicado un estudio en el que analiza las estrategias de comunicaci¨®n de R¨ªos, afirma que el creador del realfooding ¡°tuvo desde el principio un objetivo marketiniano, para hacerse un hueco. Ten¨ªa claro que el mensaje es importante, pero c¨®mo trasladas ese mensaje es tan importante o m¨¢s¡±, a?ade. Marauri coincide en la eficacia del relato maniqueo del bien y el mal, ¡°donde hay buenos y malos y no hay grises, y en el que se crea esa sensaci¨®n de pertenencia a una comunidad, que es adem¨¢s la comunidad del bien¡±. Para conseguir este objetivo, fueron fundamentales las redes sociales, pero tuvo una relevancia especial Instagram. ¡°En esa red se puede transmitir la informaci¨®n de forma clara y efectiva a trav¨¦s del lenguaje visual, que no demanda mucho tiempo ni atenci¨®n a los seguidores. Juega con infograf¨ªas simples y con los colores para indicarnos r¨¢pidamente d¨®nde est¨¢ el bien y d¨®nde est¨¢ el mal¡±, explica el investigador. Y adem¨¢s, ¡°elige Instagram porque es una red que no permite la discusi¨®n. Est¨¢ marcada por una gran unidireccionalidad disfrazada de bidireccionalidad. Parece que permite mucho di¨¢logo, pero ese di¨¢logo no existe¡±, prosigue. Precisamente, ¡°R¨ªos se sali¨® de Twitter cuando ten¨ªa 90.000 seguidores porque da espacio a la discusi¨®n y, cuando empezaron a aparecer ciertas contradicciones en sus mensajes, recib¨ªa unas respuestas muy negativas¡±, agrega.
Con los seguidores lleg¨® el poder y con ¨¦l las oportunidades de negocio. Como sucede con muchos revolucionarios, la transformaci¨®n del movimiento en marca vino acompa?ada de un cambio del discurso purista por uno pragm¨¢tico. ¡°Estoy haciendo algo que pocos est¨¢n haciendo. Gracias al apoyo de mi comunidad, podemos sacar productos que pueden funcionar, porque los productos en este sistema alimentario se quedan si son sabrosos y rentables, y nosotros hacemos tambi¨¦n que sean lo m¨¢s saludables posible: cruasanes con harina 100% integral, helados con menos calor¨ªas o pizzas, como las que vamos a sacar, con buenos ingredientes¡±, se justifica. A largo plazo, sugiere que tiene una estrategia para ¡°enfrentarse a los gigantes de la industria y crear un supermercado en el que solo haya comida sana¡±. Para impulsar una industria alimentaria saludable se pueden a?adir productos al lineal del supermercado que, seg¨²n reconoce el mismo R¨ªos, ser¨ªa mejor no consumir casi nunca.
¡°Un cruas¨¢n es un cruas¨¢n y un refresco, un refresco, nunca van a ser buenos¡±Juan Revenga, nutricionista
Juan Revenga es uno de los muchos nutricionistas indignados con el cambio de discurso de su compa?ero de profesi¨®n. ¡°Carlos R¨ªos ha despotricado sobre determinadas multinacionales como Danone, con la que ahora colabora¡±, afirma. ¡°El yogur natural de Danone es muy bueno, pero sigue teniendo natillas o batidos azucarados y utiliza una publicidad muy mala, que siempre bordea la l¨ªnea roja¡±, contin¨²a. El yogur l¨ªquido de Danone con el marchamo Realfooding, muy similar en t¨¦rminos nutricionales a los tradicionales yogures naturales de la multinacional, se vende m¨¢s caro: casi dos euros m¨¢s el kilo.
¡°Todos los nutricionistas nos ganamos la vida vendiendo br¨®coli, mandarina o rodaballo, pero como vio que ese nicho estaba ya ocupado y no le daba r¨¦dito econ¨®mico, ha pasado a hacer otra cosa¡±, espeta Revenga. ¡°Un cruas¨¢n es un cruas¨¢n y un refresco, un refresco, nunca van a ser buenos, no valen dentro de un patr¨®n de alimentaci¨®n saludable, igual que una galleta o un helado¡±, contin¨²a Revenga. ¡°Si quieres buscar un cruas¨¢n, busca el que m¨¢s te guste, no el que lleve una etiqueta que te llame a enga?o. Cuanto menos lo comas, mejor, pero cuando lo disfrutes, que no sea con sentimiento de culpa¡±, resume.
Revenga ha puesto a prueba los productos de R¨ªos. Despu¨¦s de analizar los productos con el sello Realfooding que se encuentran en el supermercado seg¨²n varios sistemas de clasificaci¨®n del valor nutricional de los alimentos, ha observado que la mayor¨ªa suspenden. En una detallada entrada en su blog, explica c¨®mo seg¨²n el sistema NOVA, una herramienta con amplio consenso cient¨ªfico para medir lo procesados que est¨¢n los alimentos, casi el 60% de los productos Realfooding ser¨ªan ultraprocesados, seg¨²n los criterios de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, el 73,7% no se podr¨ªan publicitar a los ni?os por su mal perfil nutricional, y de acuerdo a la aplicaci¨®n ElCoCo, el 52,6% suspenden y el 26,3% obtienen un aprobado rampl¨®n. La marca de R¨ªos sale muy bien parada, sin embargo, en su aplicaci¨®n, MyRealfood. Seg¨²n ¨¦l mismo, todos sus productos son buenos procesados.
Entre los expertos m¨¢s ben¨¦volos con R¨ªos, Ana Mar¨ªa Ruiz, del Hospital Clinic de Barcelona, reconoce el esfuerzo de su marca por lanzar productos como ¡°un refresco de cola, una crema de cacao, galletas, cruasanes o helados intentando mejorar la calidad de sus ingredientes y su perfil nutricional, algo que se debe valorar¡±. Sin embargo, recuerda, ¡°siguen siendo alimentos que no tienen cabida en una alimentaci¨®n saludable¡±.
M¨¢s dura es Julia D¨ªez, profesora en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, que considera que, ¡°m¨¢s all¨¢ de claros conflictos ¨¦ticos y de inter¨¦s, el movimiento impulsado por R¨ªos puede convertirse en un problema de salud p¨²blica¡± porque los procesados Realfooding ¡°promocionan como saludable algo que evidentemente no lo es¡±. ¡°Nadie elige comerse un helado como los de R¨ªos por su valor nutricional, sino por capricho¡±. En su opini¨®n, ¡°estos gur¨²s tienden a responsabilizar al individuo, y cuando te marcas unas reglas tan restrictivas, puedes llegar a culpabilizarte por salir con tus amigos a cenar. Los cambios tienen que ser a nivel poblacional. Los gur¨²s no est¨¢n descubriendo nada, la gente no come mal porque no sepa, sino por lo atractivo de esos alimentos o su precio. La sand¨ªa es m¨¢s cara que los nuggets de pollo¡±, se?ala.
D¨ªez contin¨²a explicando que, tradicionalmente, el mundo de la diet¨¦tica y la nutrici¨®n se dirige a lo que hace el individuo y se olvida del aspecto social de la comida, aunque hay muchos nutricionistas que est¨¢n cambiando el discurso. ¡°A largo plazo, las intervenciones a nivel individual no se mantienen, y si no cambias el contexto en el que vive la gente, no se van a mantener¡±, concluye. En este sentido, R¨ªos coincide en que para mejorar la alimentaci¨®n de toda la poblaci¨®n, ¡°ser¨ªa mucho m¨¢s efectivo que hubiese pol¨ªticas de salud p¨²blica como impuestos a los ultraprocesados y las bebidas azucaradas y subvenciones a las frutas y verduras¡±.
Sometido a intensas cr¨ªticas por todo tipo de expertos desde hace meses, R¨ªos cree que esos cuestionamientos se deben a la envidia. ¡°Cuando uno crece, el ¨¦xito no es muy bien gestionado por compa?eros de profesi¨®n, que muchas veces eran amigos. El mensaje realfooding no ha cambiado¡±, asegura. El nutricionista sigue hablando de sacar a los ciudadanos de Matrix, pero, aprovechando su analog¨ªa, parece que ha dado una herramienta a la malvada industria alimentaria para disfrazar de realidad su mundo falso. En la pel¨ªcula, Cifra, un miembro de la resistencia cansado de las penurias del mundo real, traiciona a sus amigos a cambio de que lo vuelvan a conectar a la simulaci¨®n y se la llenen de experiencias placenteras. En una reuni¨®n con un agente de los malos, conectado de nuevo a Matrix, disfruta de un chulet¨®n que solo existe en su cabeza. ¡°?Sabes? S¨¦ que este filete no es real, s¨¦ que cuando me lo meto en la boca es Matrix la que le est¨¢ diciendo a mi cerebro: es bueno y jugoso. Despu¨¦s de nueve a?os, ?sabes de qu¨¦ me doy cuenta? La ignorancia es la felicidad¡±. Los procesados supuestamente ¡°sanos¡± de R¨ªos pueden convertirse para muchos de los fakefooders rescatados en una forma de volver a las delicias de Matrix: degustar alimentos prohibidos manteniendo la ilusi¨®n de que comen de forma sana.
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