Ricard Sol¨¦, f¨ªsico: ¡°Para aprender, el libro de papel es mucho m¨¢s poderoso que cualquier medio digital¡±
El f¨ªsico, comisario de una exposici¨®n sobre el cerebro, reflexiona sobre c¨®mo ese ¨®rgano, que permiti¨® la aparici¨®n del lenguaje o la comprensi¨®n del tiempo, nos hace humanos
En Solaris, la novela de Stanislaw Lem, los tripulantes de una estaci¨®n de observaci¨®n extraterrestre tratan de comunicarse con un ser inteligente muy distinto de los conocidos. Un oc¨¦ano protoplasm¨¢tico, que parece vivo, pero con el que es imposible interaccionar, nos recuerda lo estrecha que puede ser nuestra imaginaci¨®n cuando pensamos en inteligencia alien¨ªgena. Ricard Sol¨¦ (Barcelona, 60 a?os), investigador de la ICREA (Instituci¨® Catalana de Recerca i Estudis Avan?ats) y director del Laboratorio de Sistemas Complejos de la Univ...
En Solaris, la novela de Stanislaw Lem, los tripulantes de una estaci¨®n de observaci¨®n extraterrestre tratan de comunicarse con un ser inteligente muy distinto de los conocidos. Un oc¨¦ano protoplasm¨¢tico, que parece vivo, pero con el que es imposible interaccionar, nos recuerda lo estrecha que puede ser nuestra imaginaci¨®n cuando pensamos en inteligencia alien¨ªgena. Ricard Sol¨¦ (Barcelona, 60 a?os), investigador de la ICREA (Instituci¨® Catalana de Recerca i Estudis Avan?ats) y director del Laboratorio de Sistemas Complejos de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, estudia, entre otras cosas, la existencia de los ¡°espacios de cognici¨®n¡± que van m¨¢s all¨¢ de los cerebros s¨®lidos como el humano. La diferencia entre ese ¨®rgano, ¡°con las neuronas colocadas en un lugar y conectadas entre s¨ª, respecto a los cerebros l¨ªquidos, como las redes neuronales que son las colonias de hormigas o termitas, o el sistema inmunitario, que es una especie de cerebro l¨ªquido¡±.
Esa reflexi¨®n sobre la definici¨®n de la inteligencia o la conciencia est¨¢ tambi¨¦n presente en la exposici¨®n Cerebros, de la que es comisario. La muestra, que se podr¨¢ ver en el Espacio Fundaci¨®n Telef¨®nica de Madrid hasta junio de 2023, est¨¢ organizada tambi¨¦n por el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB) y la Wellcome Collection de Londres, y explora c¨®mo el arte, la ciencia y la filosof¨ªa han estudiado y representado a lo largo de la historia el cerebro. Desde la primera gran revoluci¨®n de la neurociencia, protagonizada por Santiago Ram¨®n y Cajal, al trabajo actual, que a¨²na los esfuerzos de ingenieros, matem¨¢ticos, f¨ªsicos o bi¨®logos para entender un ¨®rgano tan complejo como el cosmos, esta b¨²squeda es la indagaci¨®n sobre qu¨¦ significa ser humano, pero tambi¨¦n sobre las enfermedades neurol¨®gicas o los miedos y posibilidades que genera la inteligencia artificial.
Pregunta. ?La neurociencia nos permitir¨¢ responder preguntas sobre cu¨¢l es nuestra naturaleza, por qu¨¦ le buscamos un sentido a la vida o si somos seres especiales entre los animales?
Respuesta. Por una parte, yo creo que s¨ª, tarde o temprano acabaremos entendiendo estas cosas. En toda esa biosfera que no es humana hay como precursores de la conciencia y de la inteligencia, pero yo pienso que los humanos somos singulares, por el lenguaje complejo o por la capacidad para comprender las emociones del otro. Y tambi¨¦n porque somos viajeros mentales en el tiempo. Podemos acceder al pasado de una forma muy rica y podemos imaginar much¨ªsimos futuros posibles. Esa combinaci¨®n da lugar a algo singular y extra?o, a nuestra capacidad para pensar en nosotros mismos y saber que somos perecederos.
P. Pero hay otros animales capaces de reconocerse a s¨ª mismos o de tener una cierta idea de lo que significa morirse.
R. Eso es complicado decirlo. Pero s¨ª, hay precursores muy importantes de lo que nos hace especiales a los humanos en otros animales, como reconocerse en un espejo, como en el caso de los elefantes. Sabemos que ellos experimentan el duelo cuando un ser cercano ha fallecido. Sienten ese dolor que no es f¨ªsico. Eso es muy importante, tanto desde el punto de vista de reconocer derechos en los animales como para comprender nuestros or¨ªgenes y el origen de la mente humana.
P. En la exposici¨®n hay reproducciones de las pinturas rupestres, que son una muestra del momento en que surge la mente humana moderna. ?C¨®mo cree que se produce la emergencia de esa mente?
R. Nadie lo sabe. Se dice que la mente y el lenguaje no dejan f¨®siles, pero esas pinturas de Lascaux o Altamira son un poco como un f¨®sil que nos indica que la mente ya estaba all¨ª. Y se ven im¨¢genes que parecen en movimiento, como si fuese una narraci¨®n, que indica que la mente narrativa ya estaba all¨ª. ?C¨®mo emerge esto? El lenguaje permite una cosa muy relevante, y es que la informaci¨®n gen¨¦tica, una herencia basada puramente en los genes, sea reemplazada en gran medida por la informaci¨®n, que permite ense?ar a los dem¨¢s, narrando una historia que permanecer¨¢ tras la muerte del que la cuenta, y abrir¨ªa la puerta a otras revoluciones, como nuestra capacidad de crear tecnolog¨ªa. Esto hace que cambie nuestra relaci¨®n con la naturaleza, nos convierte en ingenieros de la biosfera, algo que tambi¨¦n hacen animales como las termitas o las hormigas, pero de un modo distinto. Esos cambios comenzar¨ªan lentos al principio, pero cuando se juntan algo tan revolucionario como el lenguaje con la capacidad de comprender el tiempo, se produce un cambio que se acelera.
P. Noam Chomsky propuso que los seres humanos nacen con una estructura neuronal que hace posible aprender un lenguaje, que luego se concreta dependiendo de la cultura o el pa¨ªs en el que se nazca. Hay gente que a¨²n piensa que el cerebro humano es como una tabla rasa en la que se puede dibujar cualquier cosa, que la cultura lo es todo y que no existe una naturaleza humana b¨¢sica que nos condicione. ?Este debate est¨¢ superado para la neurociencia?
R. No es un asunto cerrado. Tenemos un cerebro muy grande y nos consideramos muy inteligentes, pero si a¨ªslas a un humano de la cultura y del lenguaje, que es como una especie de virus que infecta los cerebros, queda un individuo totalmente est¨²pido, porque ?qu¨¦ capacidad tiene realmente para manejarse en su entorno sin haber aprendido antes del resto?
P. La tecnolog¨ªa cambia nuestro entorno y eso acaba por cambiar nuestra mente. ?Puede hacer eso la inteligencia artificial?
R. La inteligencia artificial, que ahora est¨¢ muy de actualidad, ya tiene casi 40 a?os de edad. Las ideas que ahora se est¨¢n desarrollando con mucha rapidez ya exist¨ªan, pero ahora tenemos grandes masas de datos. Hay resultados muy poderosos, como cuando vemos c¨®mo interiorizan e imitan el estilo de un pintor como Van Gogh, pero estamos extremadamente lejos de crear un cerebro artificial, una mente creativa. Lo vemos con esto que ha salido ahora del ChatGPT, este sistema que emplea lenguaje natural. Si uno se entretiene un rato con estos sistemas, creo que es inevitable sentirse decepcionado. La parte realmente creativa, interesante, que maneja conceptos realmente originales, no est¨¢.
P. Los humanos que pintaron Altamira y los miembros de las sociedades primitivas en general necesitaban una variedad de conocimientos muy amplia para sobrevivir. Ahora estamos muy especializados, recibimos un sueldo por un trabajo muy concreto y despu¨¦s conseguimos todo a trav¨¦s de la cooperaci¨®n social a gran escala. ?C¨®mo cree que nos va a afectar este estilo de vida tan especializado y la exposici¨®n a tecnolog¨ªas como las pantallas, que han reducido nuestra capacidad de prestar atenci¨®n a temas complejos durante mucho tiempo? ?Esto se puede reflejar en cambios f¨ªsicos de nuestro cerebro?
R. Los cambios f¨ªsicos del cerebro pasan a una escala temporal muy grande. S¨ª que le dir¨¦ que a m¨ª, que me crie en un sistema de educaci¨®n m¨¢s tradicional, en el que hab¨ªa que invertir tiempo en pensar, en emplear la memoria, y escribir un ensayo te requer¨ªa una reflexi¨®n sobre diferentes partes de un problema, me produce cierta preocupaci¨®n que eso se pueda perder. La neurociencia nos ha ense?ado que el libro de papel, para aprender, para comprender, memorizar o establecer relaciones entre partes de un discurso es mucho m¨¢s poderoso que cualquier medio digital. Pese a que se hable de lo maravillosos que son los medios digitales, para la educaci¨®n eso est¨¢ lejos de ser cierto.
P. ?Hay una interpretaci¨®n cient¨ªfica del significado de los sue?os, se sabe qu¨¦ funci¨®n cumplen?
R. Explicado de una forma muy general, sabemos que so?ar es importante para sedimentar y filtrar los recuerdos. De toda la enorme cantidad de informaci¨®n que cada d¨ªa recibimos, el cerebro hace un filtrado durante el sue?o a nivel molecular, que desde el punto de vista de la evoluci¨®n es una forma de asegurarte de que tu comprensi¨®n del mundo es correcta, que no te vas a confundir cuando se te acerque alguien y no sepas si es un depredador o un familiar. Francis Crick ten¨ªa una teor¨ªa sobre los sue?os con un aspecto bastante divertido. Nosotros tenemos este legado evolutivo de limpiar las memorias y, adem¨¢s, cualquier cosa que suceda en nuestro entorno tiene que tener una l¨®gica narrativa. Cuando dormimos o estamos so?ando, y esto es una conjetura, la idea es que en ese proceso de filtrado nosotros no simplemente vemos im¨¢genes, sino que pasamos por historias, quiz¨¢ porque la mente narrativa est¨¢ ah¨ª siempre. Lo que dec¨ªa un poco jocosamente Crick era que, si eso es cierto, la peor idea que podemos tener es ir al psicoanalista a explicarle lo que hemos so?ado, porque el cerebro ha estado intentando eliminar cosas que nosotros vamos a reforzar. Hasta cierto punto es una broma, pero creo que algo de eso hay.
P. Algunos cient¨ªficos se han planteado elaborar una teor¨ªa de la mente a trav¨¦s de los mitos comunes que contaban muchos pueblos primitivos que nunca han tenido contacto, pero, aun as¨ª, cuentan historias muy similares. ?Tiene sentido?
R. Todos los humanos en el planeta compartimos arquitectura neuronal. Eso quiere decir que compartimos una forma de comprender nuestro entorno, una forma de tener expectativas. Porque el cerebro en gran medida es un sistema para hacer predicciones y tener expectativas muy claras. Si observo algo que me parece una cara, para m¨ª va a ser una cara. Culturalmente, el hecho de que de forma recurrente las culturas tengan expectativas de cierto tipo o creen mitos de cierto tipo, o incluso acaben construyendo sociedades de cierto tipo, es posible que sea inevitable por la propia naturaleza evolutiva que nos ha llevado hasta aqu¨ª.
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