Judit Carrera: ¡°El debate sobre el futuro de la humanidad no puede quedar solo en manos de la ciencia y de las empresas tecnol¨®gicas¡±
La directora del Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona explica por qu¨¦ la instituci¨®n ha dedicado sus ¨²ltimas grandes apuestas a temas cient¨ªficos como el cerebro, Marte y la biolog¨ªa de los seres vivos
Para Judit Carrera, barcelonesa de 47 a?os, la ciencia es demasiado importante como para dejarla solo en manos de cient¨ªficos. Cree que las instituciones culturales como la que dirige, el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB), deben ayudar a descifrarla. Partiendo del ¡°rigor, pero tambi¨¦n creando un v¨ªnculo a trav¨¦s de la emoci¨®n¡±. Desde que lleg¨® a la direcci¨®n en 2018, el CCCB ha programado exposiciones, tan fascinantes como profundas, sobre f¨ªsica cu¨¢ntica, Marte, las relaciones simbi¨®ticas en la naturaleza y el a?o que viene llegar¨¢ otra sobre inteligencia artificial. Ahora acaban de echar el cierre a Cerebro(s), que viaja a Madrid, al Espacio Fundaci¨®n Telef¨®nica, tras atraer a m¨¢s de 86.000 personas. Con materiales originales del padre de la neurociencia moderna, Santiago Ram¨®n y Cajal, Carrera no oculta que le encantar¨ªa que esta exhibici¨®n fuera el germen del futuro museo dedicado al Nobel espa?ol.
Pregunta. ?Qu¨¦ es lo que quieren que se lleve el p¨²blico al salir de estas exposiciones cient¨ªficas?
Respuesta. Cuando planteamos un tema es porque consideramos que es central, importante, que interpela a la sociedad contempor¨¢nea, pero en absoluto queremos imponer una tesis o una moraleja, sino que se trata m¨¢s bien plantear una conversaci¨®n abierta.
P. ?Qu¨¦ puede aportar un centro cultural sobre Marte?
R. Se est¨¢ hablando de la creciente posibilidad de colonizar Marte, de viajes espaciales, de un gran salto en la exploraci¨®n espacial. Pensamos que era bonito darle una perspectiva hist¨®rica a esta mirada sobre Marte, el gran espejo rojo, un espejo en el que la humanidad proyectaba sus imaginarios. Marte siempre hab¨ªa generado imaginarios y ciertos miedos: el de la colonizaci¨®n, de los extraterrestres. Y ahora mismo estamos m¨¢s bien haciendo el recorrido a la inversa: ?qu¨¦ posibilidades hay de escapar del planeta Tierra para ir a habitar a Marte? Tambi¨¦n ten¨ªa un mensaje esperanzador, potente, de imaginar que hay futuro a pesar de la crisis clim¨¢tica que estamos viviendo: que en un lugar con un ambiente tan des¨¦rtico, tan desolador, hab¨ªa indicios de vida.
¡°Vivimos un presente en el que se limita la imaginaci¨®n¡±
P. Tambi¨¦n al contrario: v¨¢monos para all¨¢ porque nos cargamos este.
R. Hablando con la comunidad cient¨ªfica lo que cuentan es esta expansi¨®n del capitalismo: nos vamos a cargar la Tierra, da igual, sigamos carg¨¢ndonosla para ir a vivir all¨ª. Pero que la ciencia est¨¢ investigando c¨®mo puede surgir vida en lugares donde aparentemente estaba extinguida; hay investigaci¨®n que se est¨¢ haciendo all¨ª para aplicar los resultados aqu¨ª.
P. El magnate Elon Musk quiere conectar nuestro cerebro a una m¨¢quina: el futuro plantea escenarios que asustan.
R. No podemos entender el mundo de hoy sin la convergencia de dos fen¨®menos muy potentes que est¨¢n acelerando la percepci¨®n de transformaci¨®n total que es la nueva revoluci¨®n industrial, que incluye la rob¨®tica, la nanotecnolog¨ªa, la internet de las cosas, la biotecnolog¨ªa, etc¨¦tera, que est¨¢ transformando lo que significa ser humano hoy. Y la otra, que es la crisis clim¨¢tica. Abren interrogantes muy intensos sobre cu¨¢l es el futuro. Al final las grandes preguntas de todos los tiempos son la libertad, el bien y el mal, y no simplemente la fascinaci¨®n por el ¨²ltimo gadget tecnol¨®gico. Y si dejamos este debate exclusivamente en manos de los de la ciencia o de las empresas tecnol¨®gicas, estamos perdiendo una grand¨ªsima oportunidad.
¡°El arte puede inventar nuevos horizontes para la ciencia¡±
P. ?Est¨¢ fallando ese debate?
R. Qu¨¦ hacemos con esta fusi¨®n entre el humano y la m¨¢quina, o c¨®mo abordamos el futuro de la humanidad y la vida en el planeta, no puede ser un debate que quede exclusivamente en manos de la comunidad de investigaci¨®n, cient¨ªficos y tecn¨®logos, porque son preguntas muy centrales del mundo contempor¨¢neo. Se debe hacer desde la cultura tambi¨¦n. Y la ciencia tiene que ser un instrumento al servicio de un debate pol¨ªtico y filos¨®fico que va mucho m¨¢s all¨¢ de la ciencia.
P. ?Qu¨¦ aporta el CCCB frente al cl¨¢sico museo de ciencia?
R. No hay cultura sin cultura cient¨ªfica y esa divisi¨®n tradicional entre cultura y ciencia hace muchos a?os que est¨¢ totalmente difuminada. Nuestra mirada es desde las humanidades, desde las grandes preguntas que se plantean la literatura, la filosof¨ªa, la historia, el cine, sobre los grandes retos cient¨ªficos. Y entendiendo que la ciencia tiene que interactuar con otras esferas del conocimiento.
P. ?Qu¨¦ explica una instalaci¨®n art¨ªstica sobre fen¨®menos tan cient¨ªficos?
R. El mundo del arte es precursor de otros mundos posibles, puede inventarse horizontes para la ciencia, de adelantarse a cosas que no han pasado. Y creo que esta voz del arte es important¨ªsima en un momento como el que vivimos, un presente en el que se limita la imaginaci¨®n. Nos est¨¢n diciendo que no hay futuro, que el planeta se va a extinguir, que el algoritmo decide y t¨² no decides nada. Nosotros reivindicamos la libertad de imaginar otro futuro. Y yo creo que este poder emancipador del arte y de la cultura en general es fundamental tambi¨¦n para el mundo cient¨ªfico. Y es en este espacio de intersecci¨®n entre los artistas y los cient¨ªficos, que emerge un futuro un poco m¨¢s abierto. En un momento en el que el futuro tiende a cerrarse y a negarse me parece fundamental.
¡°Hay que reivindicar la libertad de imaginar otro futuro¡±
P. ?Tienen una idea de la percepci¨®n que se lleva a la gente cuando se enfrenta a una perspectiva art¨ªstica para abordar la ciencia?
R. Generan una enorme curiosidad y fascinaci¨®n, que va acompa?ada de interrogantes que a veces se convierten en miedos. Nuestros proyectos intentan explicar mejor cu¨¢les son todas las aristas de estos debates. Que haya un rigor en el conocimiento cient¨ªfico, pero tambi¨¦n un v¨ªnculo a trav¨¦s de la emoci¨®n. Y esto lo consigue el arte, lo consigue el cine, lo consigue la instalaci¨®n art¨ªstica, la interacci¨®n. Es la transmisi¨®n de una cierta pasi¨®n por el conocimiento, una cierta pasi¨®n por el mundo. Con Marte, por ejemplo, hicimos un encuentro de astrof¨ªsicos de primer¨ªsimo nivel y una clase de chicos de 15 a?os del barrio del Raval y de esa sesi¨®n, de la pasi¨®n con la que el astrof¨ªsico estaba explicando c¨®mo funcionan los planetas, sal¨ªan dos o tres chicos diciendo: yo quiero ser astrof¨ªsico en el futuro. Es una semilla que est¨¢s plantando.
P. ?La ciencia no est¨¢ haciendo bien esa tarea de transmitir fascinaci¨®n?
R. Hace mucho tiempo que las exposiciones no pueden ser exclusivamente enciclop¨¦dicas, de transmisi¨®n del conocimiento puro y duro, sino que son experiencias vividas y sentidas. La ciencia puede ser explicada por un escritor, por un cineasta, por un antrop¨®logo. Es bueno abrir los registros desde los que puedes acercarte al conocimiento cient¨ªfico.
P. ?Y c¨®mo hablan de Marte, por ejemplo, desde una perspectiva local?
R. Es superesencial de nuestra misi¨®n. Debemos ser un reflejo, un espejo de la realidad que los hace nacer. El CCCB est¨¢ en Barcelona y no est¨¢n Gij¨®n o no est¨¢ en Par¨ªs. Tiene que ser un espejo de la sociedad que lo hace emerger. Y al mismo tiempo, la vocaci¨®n de universalidad, la vocaci¨®n de hablar en primera persona con el mundo y de participar en el debate global sin complejos desde este lugar. Yo creo que este es el verdadero cosmopolitismo, querer conversar con el mundo desde un lugar situado, dando voz a los cient¨ªficos locales, a los artistas locales. La cultura tambi¨¦n es este espacio que ayuda a dar sentido al mundo y que crea v¨ªnculos. Cuando el CCCB naci¨® en el a?o 1994, hab¨ªa en Barcelona un 2% de poblaci¨®n de origen extranjero, hoy en d¨ªa estamos al 30% de la poblaci¨®n de origen extranjero. Si queremos ser relevantes, tenemos que ser un reflejo de tu propia sociedad. Nosotros estamos ubicados en un barrio de alta complejidad, que es el barrio del Raval y para nosotros es fundamental el v¨ªnculo con este barrio que tambi¨¦n nos ense?a much¨ªsimas cosas.
P. ?Qu¨¦ respuesta reciben desde el mundo cient¨ªfico?
R. La verdad es que la relaci¨®n es extraordinaria. Hemos trabajado con los grandes centros de investigaci¨®n cient¨ªfica de Barcelona; ahora estamos preparando una para el a?o que viene sobre inteligencia artificial con el Barcelona Supercomputing Center. En los ¨²ltimos a?os, ha habido realmente una apertura enorme por parte de la comunidad cient¨ªfica, porque se entiende la importancia de la transferencia del conocimiento que ellos generan, pero tambi¨¦n porque han entendido que es necesario vincular la ciencia a otras disciplinas art¨ªsticas.
P. Les gustar¨ªa que esta exposici¨®n sirviera de germen del futuro Museo de Ram¨®n y Cajal.
R. Es que una de las cosas que pretend¨ªa esta exposici¨®n tambi¨¦n es reivindicar el legado de Cajal. Una exposici¨®n no es nunca un cap¨ªtulo cerrado, esta llega ahora a Madrid en otra versi¨®n, puede que la UE se la lleve a Bruselas. Tiene vida propia. Que contribuya a dar un peque?o empuj¨®n al legado de Cajal, ser¨ªa un gran premio para nosotros.
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