Por qu¨¦ para rendir m¨¢s en el gimnasio o el deporte debes mantener a raya las redes sociales

Si Superman existiese fuera de los c¨®mics, el cine y la televisi¨®n, su aut¨¦ntica kryptonita ser¨ªan las redes sociales. Al igual que los cristales verdes de ese material ficticio debilitan al superh¨¦roe de capa y calzones rojos, consultar esas aplicaciones en nuestros m¨®viles parece quemar nuestra energ¨ªa mental y lastrar nuestro trabajo entrenando en el gimnasio o haciendo deporte profesional. Es lo que pudo ocurrirle durante los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres 2012 a la nadadora australiana Emily Seebo...

Si Superman existiese fuera de los c¨®mics, el cine y la televisi¨®n, su aut¨¦ntica kryptonita ser¨ªan las redes sociales. Al igual que los cristales verdes de ese material ficticio debilitan al superh¨¦roe de capa y calzones rojos, consultar esas aplicaciones en nuestros m¨®viles parece quemar nuestra energ¨ªa mental y lastrar nuestro trabajo entrenando en el gimnasio o haciendo deporte profesional. Es lo que pudo ocurrirle durante los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres 2012 a la nadadora australiana Emily Seebohm. Pese a acabar de hacerse con la plata en los 100 metros espalda (competici¨®n para la que part¨ªa como favorita), manifest¨® devastada haber perdido el oro por trasnochar consultando Facebook y Twitter. ¡°Me sent¨ª como si no hubiera salido de las redes sociales y no me hubiera centrado en m¨ª misma¡±, declar¨® entonces la atleta. Se retract¨® horas m¨¢s tarde, pero, ?podr¨ªa un uso abusivo de esas aplicaciones haberle afectado?

Aunque existen pocos estudios al respecto, seg¨²n expertos en educaci¨®n f¨ªsica de la Universidad Federal de Para¨ªba, en Brasil, navegar por las redes en el m¨®vil durante media hora disminuy¨® un tercio el rendimiento de un peque?o grupo de personas que entrenaban la fuerza de forma recreativa en un gimnasio. Ese efecto fue el resultado de la ¡°fatiga mental¡± resultante de deslizar por v¨ªdeos, fotos y dar me gustas, lo que merma nuestra autoestima y consume nuestra energ¨ªa cognitiva. Los investigadores llegaron a esta conclusi¨®n comparando en dos grupos de ocho adultos de ambos sexos los efectos de dos tareas diferentes: consultar Facebook, Instagram o Twitter, frente a ver un documental sobre la NASA antes y despu¨¦s de realizar sentadillas.

Tras evaluar las variables fisiol¨®gicas y el ¨ªndice de esfuerzo percibido (que estima la intensidad del entrenamiento), quienes se expusieron a 30 minutos de redes sociales percibieron una mayor fatiga mental y realizaron menos repeticiones del ejercicio. Todo ello sin que se encontrasen diferencias relevantes en las condiciones, la motivaci¨®n de los participantes o sus concentraciones de lactato en sangre (un marcador biol¨®gico del esfuerzo). ¡°Nuestros hallazgos apoyan las bases psicol¨®gicas, m¨¢s que fisiol¨®gicas, de los efectos de la fatiga mental¡±, concluyeron. Otra investigaci¨®n del mismo grupo estudi¨® a 20 futbolistas masculinos y constat¨® que media hora de exposici¨®n a aplicaciones de tel¨¦fonos inteligentes causaron fatiga mental (reducci¨®n del rendimiento cognitivo) y enlentecieron su toma de decisiones para pasar el bal¨®n.

Invitan a la desatenci¨®n y lastran la autoestima

¡°Utilizar las redes sociales de forma indiscriminada en momentos pr¨®ximos a una competici¨®n afecta al rendimiento¡±, considera Miguel del Valle, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina del Deporte (SEMED). ¡°Por una parte puedes relajarte de tu estr¨¦s competitivo, pero tambi¨¦n puede crearte ansiedad deportiva. Adem¨¢s, implica una p¨¦rdida de atenci¨®n y eso tambi¨¦n disminuye el rendimiento¡±, explica por tel¨¦fono el tambi¨¦n catedr¨¢tico de anatom¨ªa de la Universidad de Oviedo. Del Valle empez¨® a interesarse por esta problem¨¢tica cuando constat¨® hace unos a?os que los atletas entrenaban sin perder de vista el m¨®vil. ¡°Y esto no puede ser¡±, resuelve.

En ello coincide con el psic¨®logo del deporte y pedagogo Jos¨¦ Carrascosa: ¡°consultar las redes sociales, manejar el uso del tel¨¦fono antes de la competici¨®n o del entrenamiento es una perdici¨®n de cara al rendimiento¡±. Carrascosa lo percibe tanto en el deporte de competici¨®n, como entre los alumnos del instituto de secundaria en el que es orientador. ¡°Tenemos un problema grav¨ªsimo con el m¨®vil, genera dispersi¨®n a nivel atencional¡±, advierte. ¡°Ahora los chavales son m¨¢s desatentos que antes. Las tecnolog¨ªas invitan a hacer multitareas y a que la atenci¨®n picotee de una a otra. Supone una activaci¨®n nerviosa mayor y genera adicci¨®n. Cuanto m¨¢s utilizas el m¨®vil, m¨¢s dependiente eres de ¨¦l, m¨¢s te activa, pero al tiempo cada vez te resulta m¨¢s dif¨ªcil estar concentrado y pierdes calidad¡±, zanja el experto.

Carrascosa enmarca estos efectos en un contexto actual en que los l¨ªmites de la esfera privada se difuminan y todo se expone. ¡°Las personas tenemos una necesidad de aceptaci¨®n o de pertenencia respecto a un grupo. El rechazo social supone uno de los mayores castigos a nivel afectivo y es inherente al uso de las redes¡±. A su vez, la autoestima tiene que ver mucho con la autorrealizaci¨®n personal, explica a EL PA?S, aunque ¡°para mucha gente depende de los likes¡±. ¡°Puedes ser una persona aceptada socialmente, pero necesitamos sentirnos satisfechos de nosotros mismos, nos tenemos que gustar. Si gustarnos depende de la aprobaci¨®n de los dem¨¢s, somos carne de ca?¨®n a nivel afectivo¡±, subraya.

Cuanto m¨¢s utilizas el m¨®vil, m¨¢s dependiente eres de ¨¦l, m¨¢s te activa, pero cada vez te resulta m¨¢s dif¨ªcil estar concentrado y pierdes calidad

Jos¨¦ Carrascosa, psic¨®logo del deporte y pedagogo

Como fundador de Saber Competir, empresa enfocada en la psicolog¨ªa aplicada al f¨²tbol referente en su sector, Carrascosa ha trabajado con muchos deportistas profesionales y conoce de cerca esta problem¨¢tica. ¡°Quien se expone mucho tiene el riesgo de que le den mucha cera. Imag¨ªnate un deportista de nivel, buscas la aceptaci¨®n, est¨¢s pendiente de tus seguidores¡­ y te escribe uno diciendo que ojal¨¢ te rompas las dos piernas¡±, relata con un ejemplo real. No son pocos los casos de deportistas de ¨¦lite que han tenido que alejarse de las redes por sentir que estas pon¨ªan en riesgo su salud mental. Por ejemplo, el de la nadadora argentina Delfina Pignatiello, que recibi¨® numerosos ataques tras sus malos resultados en los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio 2020. ¡°La gente es muy cruel y por m¨¢s que ignore quiero cuidar mi salud mental¡±, escribi¨® la atleta antes de borrar sus cuentas de Twitter, Youtube y Twitch.

Enfocar nuestra linterna y entrar en el ¡®flow¡¯

Pero las agresiones digitales no son el ¨²nico problema. ¡°Los deportes de alto rendimiento est¨¢n evolucionando a una exigencia emocional cada vez mayor. Imag¨ªnate a Carlos Alcaraz, tiene que jugar r¨¢pido, decidir antes de recibir la bola¡­ todo eso es emocional. Jugar hacia delante, ser atrevido, pero sobre todo lograr un nivel de concentraci¨®n m¨¢ximo¡±, detalla Carrascosa. Para ello, contin¨²a, ¡°el deportista necesita prepararse antes del entrenamiento y la competici¨®n a nivel mental y emocional. Necesita unos minutos previos para ir entrando en la tarea, es un requisito previo del rendimiento ¨®ptimo¡±. En cambio, ¡°la dispersi¨®n te hace llegar no preparado¡±, recalca. ¡°Se produce un consumo de energ¨ªa cognitiva, que tiene que ver con los pensamientos; te resta energ¨ªa mental y luego te hace estar m¨¢s desenfocado en la tarea, menos preciso. En f¨²tbol, lo llaman ¡®tener menos chispa¡¯¡±.

Carrascosa alude as¨ª al concepto de foco atencional, que equipara al haz de luz que proyecta en la oscuridad el casco de un minero. ¡°La atenci¨®n ser¨ªa como una linterna. Es limitada y, por tanto, tiene que ser selectiva¡±, explica. ¡°Un jugador de f¨²tbol se pone en el terreno de juego y los ojos proyectan un foco que se mueve acompa?ando a la situaci¨®n de juego¡±. Pero, prosigue el psic¨®logo, ¡°cuando tienes mucha estimulaci¨®n, como dice la gente joven, ¡®se empana uno¡¯. Es la informaci¨®n n¨ªtida, bien enfocada, la que procesa el cerebro. Cuando uno se desenfoca porque piensa en otra cosa, el cerebro deja de procesar la informaci¨®n de la tarea¡±. Por ello, Carrascosa considera que en el deporte es fundamental el entrenamiento atencional. ¡°?Sabes lo que m¨¢s rompe el foco en un deportista?¡±, pregunta. ¡°El di¨¢logo interno, pensar. Eso te saca de la tarea. Cuando uno est¨¢ muy estimulado por las tecnolog¨ªas y el foco est¨¢ acostumbrado a picar de flor en flor, no sabes someter el foco. En una situaci¨®n de mucha exigencia atencional, no est¨¢s preparado¡±, remata el experto.

Adem¨¢s, esa desatenci¨®n nos impide alcanzar el estado de flow (flujo, en ingl¨¦s), observa Carrascosa. Desarrollado por el psic¨®logo h¨²ngaroestadounidense Mih¨¢ly Cs¨ªkszentmih¨¢lyi (1934 - 2021), ese concepto cient¨ªfico hace referencia al logro de una concentraci¨®n absoluta en la actividad o situaci¨®n en la que una persona se encuentra, lo que nos hace m¨¢s felices. ¡°El estado de flow te permite estar con los cinco sentidos en lo que est¨¢s haciendo, hasta el extremo de que, como la atenci¨®n es limitada y selectiva, te olvidas hasta de ti mismo y la tarea te lleva. Ah¨ª nos acercamos a la excelencia, que es la mejor realizaci¨®n dentro de la preparaci¨®n que uno tiene.¡±

Cuando uno est¨¢ muy estimulado por las tecnolog¨ªas y el foco est¨¢ acostumbrado a picar de flor en flor, no sabes someter el foco. En una situaci¨®n de mucha exigencia atencional, no est¨¢s preparado

Jos¨¦ Carrascosa, psic¨®logo del deporte y pedagogo

La cara A de las apps en el deporte

Sin embargo, del Valle insiste en que el uso de redes sociales tambi¨¦n tiene un lado positivo. ¡°A trav¨¦s de ellas un deportista puede socializar. En determinados deportes se socializa poco, como en atletismo. Aparte, pueden estar en contacto con entrenadores y otros compa?eros, pueden recibir consejos o informaciones de alguna competici¨®n que les interese, pueden motivarse¡­¡±. Este m¨¦dico del deporte tambi¨¦n insiste en diferenciar entre navegar por redes y usar aplicaciones dirigidas a medir el rendimiento neuromuscular, evaluar signos vitales o prevenir lesiones, lo que puede mejorar el entrenamiento, como han abordado diversas investigaciones. Para ello, recuerda una publicaci¨®n de Frontiers in Psychology que analiz¨® los patrones de uso de aplicaciones digitales de 79 golfistas profesionales surcoreanos.

Sus autores demostraron que su rendimiento no se asociaba con el tiempo de uso del m¨®vil, pero s¨ª con el tipo de aplicaciones utilizadas. Aunque en el golf, los largos intervalos de inactividad hacen al jugador vulnerable a distractores externos ¡ªcomo el ruido, la gente o los tel¨¦fonos inteligentes¡ª, usar ese tipo de apps enfocadas en el entrenamiento estar¨ªa vinculado a un mejor rendimiento en golfistas profesionales, concluyeron. ¡°Los deportistas utilizan mucho las redes sociales para crear audiencia porque necesitan p¨²blico para publicidad¡±, a?ade del Valle. Pero, ¡°cuando van a entrenar o competir, deben aparcarlas y dedicarse de manera espec¨ªfica a ello¡±, finiquita.

¡°Si hubiera hecho una llamada de tel¨¦fono, eso me habr¨ªa sacado de mi zona de concentraci¨®n. No puedes salir de esa zona porque es muy dif¨ªcil volver a ella.

Arnold Schwarzenegger, estrella de Hollywood y ex gobernador de California

¡°Poner los cinco sentidos¡± para disfrutar

?Y qu¨¦ ocurre con los simples mortales, fuera del monte Olimpo? Quien acuda con regularidad a un gimnasio conoce lo habitual de ver cabezas agachadas buceando en WhatsApp, TikTok o Instagram entre serie y serie de m¨¢quinas o a corredores jadeando en la cinta mientras ven el ¨²ltimo episodio de su serie favorita. Incluso hay quien es capaz de hacer abdominales, planchas o flexiones y mantener una conversaci¨®n por el m¨®vil, lo que no deja de tener su m¨¦rito.

El siete veces Mister Olympia, estrella de Hollywood y ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger tiene su propia forma de verlo. ¡°Si hubiera hecho una llamada de tel¨¦fono, eso me habr¨ªa sacado de mi zona de concentraci¨®n. No puedes salir de esa zona porque es muy dif¨ªcil volver a ella. Adem¨¢s, b¨¢sicamente est¨¢s diciendo ¡®no me importa si acabo de destruir mi entrenamiento, pero tengo que hacer esta llamada¡¯, ?por qu¨¦?¡±, se pregunta Arnie en una entrevista colgada en la red. ¡°Cuando veo a los chicos enviando mensajes de texto, no son serios, son cosas de Mickey Mouse. O entrenas o no entrenas. Es, como decimos en Alemania, ¡®wennschon, dennschon¡¯. Si haces algo, hazlo. Hazlo todo¡±, despacha quien ha sido Conan y Terminator.

¡°Desde la psicolog¨ªa cient¨ªfica, vinculamos rendimiento y salud¡±, apunta Carrascosa. ¡°Si haces deporte amateur, como salir a correr, al ser capaz de focalizar la atenci¨®n en lo que est¨¢s haciendo y vivirlo con los cinco sentidos, obtienes un mayor disfrute. A la vez, todas tus preocupaciones se paran, la cabeza se limpia. La actividad f¨ªsica se convierte en una v¨¢lvula de escape que te ayuda a gestionar el estr¨¦s del d¨ªa a d¨ªa¡±. Pero ese vapor a presi¨®n no se libera si vives conectado 24 horas con tus responsabilidades, agrega. ¡°Sales a correr, pero est¨¢s en tus preocupaciones; haces un esfuerzo f¨ªsico, pero tu mente no se relaja¡±.

Cabe recordar que, aunque no lo consultemos, un m¨®vil cerca distrae ¡°incluso si est¨¢ apagado o dado la vuelta¡±, como explicaba hace poco a este peri¨®dico el psiquiatra de Harvard Robert Waldinger. ¡°A veces el uso del m¨®vil se convierte en un tic¡±, se?ala Carrascosa. ¡°Uno vive pendiente con el rabillo del ojo de si entra algo en el tel¨¦fono. Si luego tienes que abordar una tarea muy exigente a nivel atencional, no est¨¢s preparado¡±. Adem¨¢s, ¡°estar con la atenci¨®n puesta en otra cosa mientras est¨¢s haciendo trabajo f¨ªsico, aumenta la probabilidad de lesi¨®n¡±, a?ade. Y para quienes realizan ejercicio por obligaci¨®n, este psic¨®logo tiene un consejo. ¡°Les invitar¨ªa a que descubriesen que poner los cinco sentidos en lo que est¨¢s haciendo en el gym, sentir el esfuerzo y disfrutar de ¨¦l es muy gratificante. Pero ese paso lo tienes que dar desde una actitud de ¡®voy y desconecto con mi vida y hago algo que me va a ayudar a sentirme bien¡¯. No simplemente a una exigencia f¨ªsica, sino tambi¨¦n emocional¡±.

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