El ejercicio f¨ªsico intenso podr¨ªa actuar como ¡°escudo protector¡± contra el c¨¢ncer metast¨¢sico
Un nuevo estudio destaca la relevancia del ejercicio intenso para evitar la aparici¨®n de met¨¢stasis, aunque los expertos advierten de que no debe considerarse sustitutivo de los tratamientos actuales
En noviembre, la prestigiosa revista cient¨ªfica Cancer Research dedic¨® su portada a un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel). La elecci¨®n de esta investigaci¨®n, que describe la relevancia del ejercicio f¨ªsico para luchar contra el c¨¢ncer, como tema de portada no era balad¨ª. Hace ya tiempo que la evidencia cient¨ªfica ha demostrado el importante impacto que tiene el ejercicio f¨ªsico para prevenir la aparici¨®n de determinados tipos de c¨¢ncer, as¨ª como en la mejora de la tolerancia a los tratamientos y en la calidad de vida de los pacientes cuando estos ya han sido diagnosticados de un tumor. La investigaci¨®n, liderada por Carmit Levy, del Departamento de Gen¨¦tica Humana y Bioqu¨ªmica de la Universidad de Tel Aviv, y por Yftach Gepner, de la Escuela de Salud P¨²blica de la universidad israel¨ª, sin embargo, va un paso m¨¢s all¨¢. Demuestra el notable impacto que el ejercicio f¨ªsico intenso puede llegar a tener para evitar la aparici¨®n de met¨¢stasis, responsable del 90% de las muertes por c¨¢ncer.
¡°Los estudios han demostrado que el ejercicio f¨ªsico reduce el riesgo de algunos tipos de c¨¢ncer hasta en un 35%. Este efecto positivo es similar al impacto del ejercicio en otras afecciones, como las enfermedades card¨ªacas y la diabetes. En este estudio a?adimos nuevos conocimientos, demostrando que el ejercicio aer¨®bico de alta intensidad, que obtiene su energ¨ªa del az¨²car, puede reducir el riesgo de c¨¢ncer metast¨¢sico hasta en un 72%¡±, explica por correo electr¨®nico a EL PA?S Yftach Gepner.
El estudio llevado a cabo por los investigadores de la Universidad de Tel Aviv combin¨® los datos obtenidos de un estudio epidemiol¨®gico que monitore¨® a casi 3.000 personas sanas durante dos d¨¦cadas con los datos de un modelo animal (ratones) que fue entrenado bajo un r¨¦gimen de ejercicio estricto. Ambos resultados fueron coincidentes: los participantes que reportaron actividad aer¨®bica regular de alta intensidad ¡ªentendida por aquella que pone el coraz¨®n al 80% de las pulsaciones m¨¢ximas, como correr, ir en bici o andar cuesta arriba¡ª presentaron un 70% menos de probabilidades de desarrollar c¨¢ncer metast¨¢sico que aquellos que no realizaban ejercicio f¨ªsico.
¡°Durante el estudio, tomamos muestras de los ¨®rganos internos de los animales antes y despu¨¦s del ejercicio f¨ªsico, y tambi¨¦n despu¨¦s de la inyecci¨®n de c¨¢ncer. Encontramos que la actividad aer¨®bica redujo significativamente el desarrollo de tumores metast¨¢sicos en los ganglios linf¨¢ticos, los pulmones y el h¨ªgado¡±, afirma Gepner. Y a?ade que esta evidencia los llev¨® a plantear la hip¨®tesis de que tanto en los ratones como en los humanos este resultado favorable estuviese relacionado con una mayor tasa de consumo de glucosa inducida por el ejercicio f¨ªsico.
¡°Al examinar las c¨¦lulas de estos ¨®rganos, observamos un aumento en el n¨²mero de receptores de glucosa durante la actividad aer¨®bica de alta intensidad. Los ¨®rganos aumentaban la ingesta de glucosa y se convert¨ªan en m¨¢quinas efectivas de consumo de energ¨ªa, muy parecidas en su funcionamiento a los m¨²sculos. Suponemos que esto sucede porque los ¨®rganos deben competir por los recursos de az¨²car con los m¨²sculos. En consecuencia, si se desarrolla c¨¢ncer, la feroz competencia por la glucosa reduce la disponibilidad de energ¨ªa necesaria para la met¨¢stasis¡±, argumenta el cient¨ªfico.
Una evidencia ¡°relevante¡±
La hip¨®tesis planteada por los investigadores de la Universidad de Tel Aviv no es nueva. ¡°Sabemos que la falta de disponibilidad de nutrientes para el tumor afecta a la reprogramaci¨®n metab¨®lica de los tejidos, porque en esa reprogramaci¨®n, la interacci¨®n con las c¨¦lulas tumorales es menor¡±. La explicaci¨®n es de Luis Paz-Ares, jefe de servicio de Oncolog¨ªa M¨¦dica del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Investigaci¨®n sobre el C¨¢ncer (ASEICA). Paz-Ares considera que el estudio demuestra que si se consigue que el microambiente del tumor se altere a consecuencia de las mayores necesidades metab¨®licas inducidas por el ejercicio, este mismo ejercicio, finalmente, puede dar como resultado una especie de ¡°escudo protector¡± que protege contra el desarrollo del c¨¢ncer metast¨¢sico.
Menos optimista se muestra Miguel ?ngel Segu¨ª, coordinador Grupo de Trabajo Ejercicio y C¨¢ncer de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica (SEOM), que estima que los resultados de la investigaci¨®n, pese a ser ¡°muy interesantes¡±, no tienen una clara traslaci¨®n a las recomendaciones actuales ni una aplicaci¨®n inmediata. ¡°Estos resultados son lo que nosotros llamamos generadores de hip¨®tesis y, por tanto, se tendr¨¢n que validar en nuevos estudios¡±, afirma el onc¨®logo, que insta a tomar los datos y la hip¨®tesis planteada por los autores ¡°con mucha precauci¨®n¡±. ¡°La que se plantea en el estudio es una de las varias hip¨®tesis con que se trabaja en este campo. Sin embargo, hay que pensar que, con toda certeza, no hay un ¨²nico mecanismo que explique el efecto del ejercicio f¨ªsico en la prevenci¨®n del c¨¢ncer, sino que seguramente hay diferentes mecanismos simult¨¢neos, que adem¨¢s pueden ser m¨¢s o menos importantes seg¨²n el tipo de c¨¢ncer del que estemos hablando¡±, argumenta.
¡°?Es suficiente esta evidencia como para diseminarla a todo tipo de pacientes y a todo tipo de c¨¢nceres? Eso ser¨ªa demasiado decir, pero s¨ª es cierto que presenta datos relevantes y que, con los conocimientos que ya tenemos, ayuda a fortalecer la evidencia de recomendaciones de sentido com¨²n como hacer ejercicio para prevenir el c¨¢ncer¡±, sostiene por su parte Paz-Ares.
De la misma opini¨®n es Yftach Gepner, que considera que los resultados del estudio sugieren que las personas sanas tambi¨¦n deber¨ªan incluir componentes de alta intensidad en sus rutinas de ejercicio f¨ªsico. ¡°Creemos que los estudios futuros permitir¨¢n el desarrollo de una medicina personalizada para prevenir c¨¢nceres espec¨ªficos. Los m¨¦dicos revisar¨¢n los antecedentes familiares de los pacientes para recomendarles el tipo correcto de actividad f¨ªsica¡±, explica Gepner, que enfatiza en ¨²ltima instancia que el ejercicio f¨ªsico, gracias a sus efectos metab¨®licos y fisiol¨®gicos ¨²nicos, ¡°exhibe un mayor nivel de prevenci¨®n del c¨¢ncer que cualquier medicamento o intervenci¨®n m¨¦dica hasta la fecha¡±.
Es un punto que tambi¨¦n defiende Miguel ?ngel Segu¨ª, aunque matizando que no hay que transmitir la idea de que el ejercicio f¨ªsico es una medicina que pueda sustituir a otros tratamientos contra el c¨¢ncer: ¡°Hay que considerarlo un tratamiento complementario a todos los dem¨¢s, que ayuda claramente a mejorar los resultados en salud y en calidad de vida¡±, concluye.
Puedes seguir a EL PA?S Salud y Bienestar en Facebook, Twitter e Instagram.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.