As¨ª se comporta el cerebro durante un ¡®viaje¡¯ psicod¨¦lico
La psilocibina, una sustancia alucin¨®gena con potencial terap¨¦utico en psiquiatr¨ªa, altera una red cerebral involucrada en el pensamiento introspectivo que nos lleva a so?ar despiertos y a recordar
A simple vista, en un viaje psicod¨¦lico con psilocibina uno se sumerge en una especie de trance: esta sustancia, que est¨¢ presente en algunos hongos alucin¨®genos, aboca a un estado alterado de la consciencia, con mucha m¨¢s sensibilidad al entorno y capacidad de experimentar alteraciones visuales, fen¨®menos de sinestesia y hasta vivencias m¨ªsticas. El yo se disuelve, trasciende al cuerpo y se distorsionan las dimensiones espaciotemporales en las que uno se sit¨²a en el mundo.
Todo eso ocurre a la vez, en un lapso temporal de unas cuatro o seis horas, que abre tambi¨¦n la puerta a explotar esta traves¨ªa con fines terap¨¦uticos: a esta sustancia psicoactiva se le atribuye potencial contra algunos trastornos psiqui¨¢tricos, como la depresi¨®n resistente o las adicciones.
En pleno renacimiento de la medicina psicod¨¦lica, la ciencia se ha volcado en estudiar qu¨¦ hay detr¨¢s de estas ins¨®litas experiencias mentales a las que empujan los alucin¨®genos. Una investigaci¨®n publicada en la revista Nature ha dado un salto para entender c¨®mo funciona el cerebro en estas circunstancias y ha descrito los cambios cerebrales que se producen, en un pu?ado de personas sanas, durante estos trances. El estudio alumbra una explicaci¨®n neurobiol¨®gica a esos llamados viajes y revela que la psilocibina altera una red cerebral implicada en el pensamiento introspectivo, como so?ar despierto y recordar.
Investigadores de la Universidad de Washington en Saint Louis (Estados Unidos) monitorizaron la actividad cerebral de siete individuos sanos a los que les administraron dosis altas o de psilocibina o de metilfenidato ¡ªunas anfetaminas indicadas para tratar el d¨¦ficit de atenci¨®n e hiperactividad¡ª. La idea de comparar estas dos sustancias, explican los expertos consultados, era sortear la sugesti¨®n y las expectativas: ¡°En ensayos cl¨ªnicos con este tipo de sustancias, la persona ya tiene expectativas de que algo le va a pasar y si no nota nada, el cerebro tambi¨¦n reacciona. Se dan estimulantes, como el metilfenidato, porque tambi¨¦n producen una activaci¨®n muy parecida a la de la psilocibina, aunque no tiene efectos psicod¨¦licos. As¨ª se evita la sugesti¨®n¡±, cuenta V¨ªctor P¨¦rez, jefe de Psiquiatr¨ªa del Hospital del Mar de Barcelona. El m¨¦dico no ha participado en este estudio, pero conoce bien este compuesto y ha colaborado en otras investigaciones con psilocibina para tratar la depresi¨®n.
Para conectar las experiencias subjetivas de estos trances con una explicaci¨®n neurobiol¨®gica, los investigadores sometieron a todos los participantes a pruebas de neuroimagen antes, durante y despu¨¦s de la toma. ¡°Hoy en d¨ªa, sabemos mucho sobre los efectos psicol¨®gicos y moleculares o celulares de la psilocibina. Pero no sabemos tanto sobre lo que sucede en el nivel que conecta los dos: las redes cerebrales funcionales¡±, justificaba en un comunicado Joshua S. Sieger, primer autor del estudio.
El cerebro humano est¨¢ compuesto por 100.000 millones de neuronas conectadas entre s¨ª y dispuestas a su vez en intricadas redes que sincronizan su actividad para construir pensamientos, comportamientos y emociones. El an¨¢lisis de los cient¨ªficos revel¨® que la psilocibina alter¨® de forma masiva la conectividad funcional ¡ªla comunicaci¨®n entre distintas ¨¢reas cerebrales¡ª en la corteza y la subcorteza del cerebro, provocando cambios mucho m¨¢s agudos de los que generaba el metilfenidato.
En concreto, los cambios m¨¢s profundos se ve¨ªan en la red neuronal por defecto, un conjunto de regiones cerebrales asociado a los automatismos, a las actividades que se hacen cuando la mente est¨¢ en reposo. ¡°Es una zona relacionada con el sustrato de nuestra identidad, con nuestro ego¡±, cuenta ?scar Soto, psiquiatra y presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina Psicod¨¦lica. Esta ¨¢rea suele estar alterada en algunos trastornos psiqui¨¢tricos.
El estudio revel¨® que, durante el viaje psicod¨¦lico, se alteran de forma generalizada los patrones habituales de comunicaci¨®n neuronal en todo el cerebro. Pero los cambios m¨¢s agudos est¨¢n impulsados por una especie de desincronizaci¨®n en la red por defecto, entre neuronas que habitualmente se activan unas a otras. ¡°Despu¨¦s de que una persona toma la psilocibina, algunas de sus redes cerebrales se disuelven, especialmente la involucrada en la percepci¨®n de uno mismo, el espacio y el tiempo. Los cambios en las conexiones a esta red pueden durar semanas¡±, resume Petros P. Peridis, profesor del Departamento de Psiquiatr¨ªa de la Universidad de Nueva York, en un an¨¢lisis adjunto en Nature.
Adem¨¢s, los cambios en la comunicaci¨®n neuronal de todo el cerebro se correlacionaron con la intensidad de la experiencia psicod¨¦lica subjetiva. ¡°La psilocibina es capaz de inducir cambios en la sincron¨ªa de la red por defecto y esa desincronizaci¨®n est¨¢ asociada al efecto psicod¨¦lico, pues cuando no tienes esos efectos, no se ven cambios en la red¡±, explica el psiquiatra del Hospital del Mar.
Despu¨¦s de que una persona toma psilocibina, algunas de sus redes cerebrales se disuelven¡±Petros P. Peridis, profesor del Departamento de Psiquiatr¨ªa de la Universidad de Nueva York
P¨¦rez sostiene que, aunque este estudio se ha hecho con participantes sanos y la red cerebral de las personas con un trastorno de salud mental est¨¢ afectada y el efecto no ser¨¢ el mismo, los datos de este estudio son el ¡°modelo que m¨¢s se aproxima a lo que pasa en la red neuronal de un enfermo¡±. Los autores ven cambios en la red neuronal por defecto: se activa cuando das psilocibina y se activa de forma diferente cuando reciben metilfenidato. ¡°Y esto est¨¢ relacionado con el efecto psicod¨¦lico que tiene el paciente, como las alucinaciones, los cambios en el sentimiento del ser, las ideas m¨ªsticas o el efecto disociativo, en el que el yo se funde con el entorno. Y luego ven que unas semanas despu¨¦s, estos cambios persisten en el hipocampo¡±, expone.
En los d¨ªas posteriores a la administraci¨®n de la psilocibina, la mayor¨ªa de redes cerebrales se normalizaron, pero los cambios provocados por la sustancia psicoactiva persistieron en las conexiones entre la red por defecto y el hipocampo anterior, un ¨¢rea involucrada en las emociones y la memoria. En esta zona se guardan los recuerdos asociados a emociones y es de las pocas ¨¢reas cerebrales donde hay formaci¨®n de nuevas neuronas. ¡°Al principio hay un efecto masivo, y cuando desaparece, permanece un efecto puntual. Y eso es exactamente lo que uno quisiera ver en un medicamento potencial. No querr¨ªas que las redes cerebrales de las personas quedaran anuladas durante d¨ªas, pero tampoco querr¨ªas que todo volviera a ser como era inmediatamente. Quieres un efecto que dure lo suficiente como para marcar la diferencia¡±, reflexionaba Nico U. F. Dosenbach, profesor de neurolog¨ªa y coautor del estudio, en un comunicado.
Cambios persistentes
Los investigadores constataron que, en el hipocampo, los cambios se manten¨ªan y hab¨ªa generaci¨®n de nuevas neuronas; un hallazgo clave, a ojos de P¨¦rez: ¡°Hay un punto de cambio centralizado en el hipocampo, que es una zona que, en pacientes depresivos, se atrofia y desaparece la neurog¨¦nesis. De hecho, los f¨¢rmacos contra la depresi¨®n, lo que hacen es activar esa formaci¨®n de neuronas del hipocampo e impedir que se atrofie. Es muy sugerente pensar que la psilocibina est¨¢ relacionada con esa neurog¨¦nesis [detectada en el estudio]¡±.
Para Soto, que tampoco ha participado en esta investigaci¨®n, el estudio ¡°refuerza el paradigma te¨®rico¡± sobre el que basaban el potencial de este psicod¨¦lico. ¡°Y que los cambios persistan a largo plazo es muy relevante porque con administraciones puntuales, conseguimos cambios persistentes¡±, apunta el psiquiatra, que ejerce en el Parc Sanitari Sant Joan de D¨¦u.
En la misma l¨ªnea, Petridis considera que el hallazgo tiene ¡°implicaciones cl¨ªnicas porque sugiere que la psilocibina podr¨ªa hacer que las conexiones en el cerebro sean m¨¢s maleables¡±. Y profundiza en su reflexi¨®n: esto ¡°podr¨ªa ser beneficioso para las personas que experimentan patrones r¨ªgidos de pensamiento y comportamiento desadaptativos. Por ejemplo, es concebible que esta maleabilidad pueda usarse para dar a las personas con adicci¨®n una nueva perspectiva sobre su relaci¨®n con las sustancias, o tal vez ayudar a las personas con depresi¨®n a escapar de sus cavilaciones¡±. En depresi¨®n resistente ya hay estudios que constatan sus beneficios ¡ªincluso Australia permite ya su administraci¨®n en estos contextos¡ª, pero Soto se?ala tambi¨¦n que ya se est¨¢ explorando su uso en adicciones (como tabaquismo, alcohol o apuestas), anorexia y trastorno obsesivo-compulsivo.
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