Un estudio muestra que el cerebro de la mujer pierde materia gris y volumen durante el embarazo
El fen¨®meno, que es parecido al que se produce en la pubertad, puede deberse a una reorganizaci¨®n neuronal para mejorar el v¨ªnculo entre la madre y el beb¨¦
Todos los a?os, 140 millones de mujeres se quedan embarazadas y 134 dan a luz personas nuevas. El fen¨®meno es tan frecuente que se puede pasar por alto su extra?eza; c¨®mo de seres humanos adultos, a veces ni siquiera j¨®venes, surge una vida con el potencial intacto. Pese a que los cient¨ªficos suelen adentrarse en los misterios de lo cotidiano con mayor profundidad que el resto, las inc¨®gnitas alrededor del embarazo abundan. La gastrulaci¨®n, el proceso en el que una esfera de unos cientos de c¨¦lulas se transforma en lo que despu¨¦s ser¨¢ un individuo, sigue siendo un enigma. Y, pese a la relevancia indudable del embarazo, tampoco se sabe qu¨¦ les sucede a todos esos millones de mujeres que gestan cada a?o. Esto est¨¢ empezando a cambiar.
La revista Nature Neuroscience publica hoy lunes un trabajo en el que un grupo de cient¨ªficas de la Universidad de California cuenta c¨®mo sigui¨® con detalle el embarazo de una mujer de 38 a?os, la investigadora de la Universidad de California en Irvine (EE UU), Elizabeth Chrastil, que tambi¨¦n firma el art¨ªculo, desde tres semanas antes de la concepci¨®n hasta dos a?os despu¨¦s del parto. Emily Jacobs, investigadora de la Universidad de California en Santa B¨¢rbara y coautora del estudio, cuenta que los estudios sobre los cambios cerebrales durante el embarazo se suelen hacer tomando medidas de muchas personas en un solo momento. ¡°Este enfoque grupal no nos dice c¨®mo cambia el cerebro d¨ªa a d¨ªa¡±, se?ala. Para superar ese inconveniente, en su trabajo, realizaron 26 escaneos de resonancia magn¨¦tica (MRI) de una sola persona, para tener una imagen precisa de lo que le suced¨ªa en cada fase de la gestaci¨®n y tambi¨¦n antes y despu¨¦s.
Las mujeres experimentan intensos cambios hormonales a lo largo de su vida con consecuencias importantes para su estado f¨ªsico y emocional, desde la menstruaci¨®n a la menopausia. En las 40 semanas de gestaci¨®n, el cuerpo de la madre se adapta para sustentar a un nuevo ser humano. El volumen de la sangre puede aumentar m¨¢s de un litro, la cantidad de ox¨ªgeno y energ¨ªa consumida se incrementa y la producci¨®n de hormonas como los estr¨®genos o la progesterona se multiplica hasta por mil. Esta explosi¨®n tiene efectos sobre el sistema nervioso central, que se reorganiza.
En modelos animales, se ha visto que las hormonas impulsan la producci¨®n de neuronas o hacen crecer las espinas dendr¨ªticas a trav¨¦s de la que se comunican las c¨¦lulas nerviosas. ¡°En ratones, el pico de estr¨®genos y progesterona programa circuitos cerebrales, especialmente en el hipot¨¢lamo, y este remodelado aumenta la sensibilidad de la madre a los olores y sonidos de sus cr¨ªas reci¨¦n nacidas [...] y puede desencadenar comportamientos maternos como la construcci¨®n de nidos, el lamido y el acicalamiento¡±, explica Jacobs, que puntualiza que en los humanos la historia es m¨¢s compleja. En humanos, ¡°el comportamiento parental ocurre todo el tiempo en madres no gestacionales, padres adoptivos, abuelos y padres que pueden no experimentar la gestaci¨®n de primera mano, pero que a¨²n muestran todos los comportamientos de cuidado necesarios para sus hijos¡±, afirma.
En el estudio publicado hoy, observaron una reducci¨®n generalizada de la materia gris y del volumen y el grosor de la corteza cerebral desde la novena semana del embarazo, en particular en ¨¢reas como la red neuronal por defecto, asociada con el procesado de informaci¨®n necesaria para las relaciones sociales. Aunque esto pueda sonar como algo negativo, las autoras aclaran que no lo es. Se trata en realidad de un proceso de adaptaci¨®n a una nueva circunstancia que requiere cierta especializaci¨®n para mejorar la relaci¨®n con el beb¨¦. Este tipo de reorganizaci¨®n del cerebro tambi¨¦n se produce durante la adolescencia, otro periodo de transici¨®n con una actividad hormonal intensa.
Algunos de los cambios observados durante la gestaci¨®n se revirtieron dos meses despu¨¦s del nacimiento, pero otros, como la reducci¨®n del volumen de la corteza cerebral, se mantuvieron al menos hasta dos a?os despu¨¦s del nacimiento. Aunque el estudio solo realiz¨® un seguimiento de dos a?os tras el parto, otros han encontrado cambios asociados al embarazo hasta seis a?os despu¨¦s de dar a luz, y hay algoritmos y sistemas de machine learning que, d¨¦cadas despu¨¦s del parto, son capaces de distinguir cerebros de mujeres que han pasado un embarazo de otras que nunca lo hicieron.
Chrastil, coautora y ¨²nico sujeto del estudio, cuenta que, pese a lo que se vio en sus esc¨¢neres cerebrales, no se sinti¨® diferente durante el embarazo. ¡°Algunas personas hablan de cosas como el cerebro de mam¨¢, pero yo no experiment¨¦ nada de eso¡±, asegura. ¡°Est¨¢n pasando muchas cosas, como que est¨¢s durmiendo menos o tienes ansiedad o estr¨¦s, pero no sabemos necesariamente a qu¨¦ atribuirlos. Podr¨ªamos atribuirlo al embarazo, pero en realidad no sabemos¡±, dice la investigadora, que dice que a¨²n es muy temprano para vincular cambios en el comportamiento o el estado mental de las embarazadas y los cambios que se han visto en su estudio. La ciencia no se apresura y el hijo de Chrastil ya tiene cuatro a?os, el tiempo necesario para reunir y procesar la informaci¨®n de este estudio.
Las investigadoras estadounidenses presentan este art¨ªculo como parte del trabajo de un consorcio internacional que pretende desentra?ar los misterios del cerebro de la mujer embarazada. En ese proyecto participa tambi¨¦n la espa?ola Susana Carmona, del Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid, pionera de este tipo de estudios. En una opini¨®n recogida por el SMC Espa?a, Carmona apunta que ¡°el camino a seguir ahora es evaluar este fen¨®meno en un mayor n¨²mero de sujetos para poder ver qu¨¦ relaci¨®n tienen estos cambios con factores que muestran una alta variabilidad entre sujetos: tipo de parto, lactancia, s¨ªntomas de depresi¨®n, estatus socioecon¨®mico, baja de maternidad¡¡± ¡°Sin duda, este y otros estudios centrados en caracterizar los cambios cerebrales en embarazadas nos pueden ayudar a comprender, predecir, y prevenir patolog¨ªa mental posparto, entre otros fen¨®menos. Pero a¨²n estamos lejos de realizar recomendaciones espec¨ªficas¡±, concluye. En el trabajo para conocer c¨®mo cambia el cerebro tener hijos tendr¨¢ tambi¨¦n inter¨¦s medir los cambios asociados a la crianza, m¨¢s all¨¢ del embarazo, y que no solo cambia el cerebro de las madres.
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