Guerra contra la obesidad: ?es una buena estrategia de salud?
Debido al crecimiento del sobrepeso y obesidad a escala global, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha acelerado su plan de acci¨®n contra esta forma de malnutrici¨®n que considera una epidemia en todo el mundo
Detener el crecimiento en las ¨²ltimas d¨¦cadas de la obesidad, que para la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha alcanzado proporciones de epidemia mundial, es uno de los objetivos globales de nutrici¨®n para 2025. Y es el primer gran reto del Plan de aceleraci¨®n para parar la obesidad, aprobado en la asamblea de 2022 de la OMS. Acabamos de saber que desde ese a?o, ya m¨¢s de 1.000 millones de personas en todo el mundo son obesas, seg¨²n los datos de los ¨²ltimos estudios, que reflejan que la obesidad es el problema de nutrici¨®n m¨¢s com¨²n en la mayor¨ªa de los pa¨ªses. Antes asociada al primer mundo, ya es prevalente en pa¨ªses menos desarrollados y en los grupos sociales de rentas m¨¢s bajas.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud define el sobrepeso y la obesidad ¡°como una acumulaci¨®n anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud¡±. El indicador que se usa en adultos para medir este exceso de grasa, aunque en realidad es un exceso de peso, es el ?ndice de Masa Corporal (IMC). Este par¨¢metro se obtiene de dividir el peso en kilogramos entre el cuadrado de la estatura y fue creado en 1832 por el matem¨¢tico, astr¨®nomo y estad¨ªstico belga Lambert Adolphe Quetelet, quien no ten¨ªan nada que ver con la salud. Para la OMS, una persona adulta tiene sobrepeso si su IMC es igual o superior a 25 y es obesa si llega o supera un ¨ªndice de 30.
Cada vez es m¨¢s cuestionado este par¨¢metro, pero se sigue usando en el ¨¢mbito m¨¦dico, aunque no tiene en cuenta la edad, el sexo, la raza. Su aplicaci¨®n se basa en datos de un hombre cauc¨¢sico, por lo que ya de primeras obvia al 52% de la poblaci¨®n mundial, las mujeres. Seg¨²n los datos de la OMS:
- Desde 1975, la obesidad casi se ha triplicado en todo el mundo.
- En 2016, m¨¢s de 1900 millones de adultos (el 39% del total) ten¨ªan sobrepeso, de los cuales, m¨¢s de 650 millones (el 13% del total) eran obesos.
- La mayor¨ªa de la poblaci¨®n mundial vive en pa¨ªses donde el sobrepeso y la obesidad se cobran m¨¢s vidas de personas que la insuficiencia ponderal.
- En 2016, 41 millones de ni?os menores de cinco a?os ten¨ªan sobrepeso o eran obesos. La cifra ascend¨ªa a 340 millones si cont¨¢bamos a ni?os y adolescentes (de 5 a 19 a?os).
Estas cifras, que reflejan un crecimiento del sobrepeso y obesidad a escala global, han llevado a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud a defender la etiqueta de epidemia para la obesidad. Es importante saber que la OMS ya no describe la obesidad como una enfermedad, sino como un factor de riesgo para desarrollar otras enfermedades, como diabetes tipo II, cardiopat¨ªas, accidentes cardiovasculares y algunos tipos de c¨¢ncer. Con estos datos, lo l¨®gico ser¨ªa tomar medidas, pero ?desde d¨®nde? La OMS promueve la implicaci¨®n no solo de la industria alimentaria, sino tambi¨¦n de los gobiernos, a trav¨¦s de inversiones en pol¨ªticas de salud p¨²blica y de la promoci¨®n de una dieta sana y un mayor incremento de la actividad f¨ªsica.
Ya en la Estrategia mundial sobre re?gimen alimentario, actividad fi?sica y salud, adoptada por su asamblea en 2004, la OMS describ¨ªa las medidas necesarias para respaldar las dietas sanas y la actividad f¨ªsica peri¨®dica. Seg¨²n el actual plan de acci¨®n mundial aprobado en la asamblea de 2022, debe alcanzarse, no m¨¢s all¨¢ del 2030, una reducci¨®n relativa del 30% en la mortalidad prematura a causa de las enfermedades no transmisibles, y una disminuci¨®n de la obesidad hasta alcanzar las tasas del 2010.
La realidad es que la malnutrici¨®n y la desnutrici¨®n coexisten a la vuelta de la esquina, incluso en el mismo hogar. Ya no hay que irse a ?frica para ver ni?os pasando hambre, eso est¨¢ sucediendo en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados. Desde la pandemia, los recursos econ¨®micos, sanitarios y sociales han disminuido notablemente. Debido a la inflaci¨®n, los alimentos han incrementado los precios de manera abismal: de media, en torno a un 14% ; y en alimentos como el pollo, el aceite, la leche y los huevos, hasta un 20%.
En Espa?a, los bancos de alimentos alertaban, en los meses previos a la guerra de Ucrania, de una frecuencia menor de donaciones; y, por el contrario, hab¨ªa aumentado el n¨²mero de raciones de comida que ofrec¨ªan cada d¨ªa.
Malnutrici¨®n y recursos econ¨®micos
Con este panorama, que la alimentaci¨®n sea saludable a nivel individual, va a estar muy marcada por los recursos econ¨®micos, la educaci¨®n y la atenci¨®n sanitaria. No es que comer sano sea muy caro, es que hay que comer varias veces al d¨ªa y alimentar a todos los miembros de la familia. Por tanto, a veces se elige un paquete de galletas, por precio y no por desconocimiento, ya que puede ser un desayuno m¨¢s veces a la semana que un kilo de fruta. La educaci¨®n nutricional sigue fuera de las aulas y de la sanidad p¨²blica: a pesar de que es una petici¨®n de Uni¨®n Europea, Espa?a es el ¨²nico miembro que no tiene la figura del dietista y del dietista-nutricionista dentro de la sanidad p¨²blica en todas las provincias. Ni siquiera en la capital, Madrid, formamos parte de ella.
El exministro de consumo, Alberto Garz¨®n, pidi¨® la regulaci¨®n en Espa?a de la publicidad de los alimentos y bebidas no saludables dirigidos a los ni?os, con la finalidad de promover h¨¢bitos de vida m¨¢s sanos. Finalmente, la propuesta no sali¨®, ni siquiera tuvo el apoyo de Ministerio de Agricultura, as¨ª que la industria sigue como hace 15 a?os, regulando la publicidad en funci¨®n de su inter¨¦s econ¨®mico, sin perspectiva de salud.
El acceso a la salud est¨¢ m¨¢s dif¨ªcil desde la sanidad p¨²blica y aquellos que disfruten de un seguro privado podr¨¢n acceder de manera m¨¢s eficaz a la atenci¨®n m¨¦dica. De nuevo, el dinero como mediador en la salud. Por tanto, las rentas m¨¢s bajas se ven abocadas a una peor alimentaci¨®n, asistencia m¨¦dica y menores posibilidades de realizar actividad f¨ªsica. Un enfoque individual del sobrepeso y de la obesidad no sirve de nada, necesitamos un entramado social y estructural que respalde y asegure el acceso a la salud para todos, desde medidas pol¨ªticas p¨²blicas.
Investigadores sociales, creen que la epidemia de la obesidad se ha vendido de una forma alarmista. Por ejemplo, Anu Harju advierte que estamos ante ¡°una guerra contra las personas gordas y contra la gordura, como un problema m¨¦dico, moral y socioecon¨®mico, que las autoridades sanitarias de los pa¨ªses occidentales han adoptado con medidas neoliberales de autorregulaci¨®n individual de los sujetos¡±.
El neoliberalismo aplicado a este asunto ha cambiado el ¡°eres pobre, porque quieres¡± a ¡°eres gordo, porque quieres y no te esfuerzas¡±. Adem¨¢s de cruel y exento de conciencia social, niega la diversidad corporal. Estamos convirtiendo la salud en algo tremendamente clasista.
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