Los protagonistas de Tesis, 20 a?os despu¨¦s
Reunimos a los rostros que protagonizaron el primer largo de Alejandro Amen¨¢bar. Una historia sobre la violencia audiovisual que cambi¨® las reglas del cine espa?ol.
12 de abril de 1996. El cine Proyecciones de Madrid acogi¨® el estreno de Tesis. ?Apenas vino gente. Recuerdo que varias calles m¨¢s all¨¢ se estrenaba Malena es un nombre de tango, de Gerardo Herrero, y todo el mundo estaba all¨ª?, cuenta Ana Torrent. Parec¨ªa normal. La cinta, un thriller de acci¨®n que recurr¨ªa a las snuff movies como excusa para hablar sobre el poder de la imagen, la violencia y las apariencias, hab¨ªa sido escrita y dirigida por un chaval (con pinta de chaval) de 23 a?os a quien no conoc¨ªa ni Dios. Salvo Jos¨¦ Luis Cuerda, quien se estrenaba con ¨¦l como productor. La originalidad y estilo narrativo de Tesis no solo atrap¨® al p¨²blico. Apenas un a?o despu¨¦s, el equipo art¨ªstico y t¨¦cnico del filme, con una edad media de 25 a?os, celebraba siete de los ocho Goya a los que fueron nominados, incluido mejor gui¨®n, direcci¨®n novel y pel¨ªcula (compiti¨® con Bwana, de Uribe, y El perro del Hortelano, de Pilar Mir¨®).
[Primer plano: ?Me llamo ?ngela y me van a matar¡?].
Hace una tarde fr¨ªa y las cinco caras m¨¢s reconocibles de la cinta que marc¨® a una generaci¨®n van llegando al estudio de El Pa¨ªs. Ana Torrent es la primera: ?No puedo creer que hayan pasado 20 a?os?, dice. Jos¨¦ Luis Cuerda aparece 20 minutos despu¨¦s con 20 kilos menos y su buen humor, el de siempre. Eduardo Noriega y Fele Mart¨ªnez, quienes tras Abre los ojos (el segundo filme de Amen¨¢bar, de 1997) han vuelto a encontrarse en el rodaje de Nuestros amantes (se estrena en junio), se presentan, casualmente, con un recortado bigote. ?Cosas del gui¨®n?, coinciden. Y a los cinco minutos aparece Alejandro. De todos (y sin tener en cuenta la transformaci¨®n capilar de Fele) es el que m¨¢s ha cambiado. F¨ªsicamente, queremos decir. El cineasta se ha convertido en un tipo interesante, con percha. En estas dos d¨¦cadas, entre producciones y bandas sonoras varias, ha rodado cinco pel¨ªculas, varios cortos y un v¨ªdeo musical para las Nancys Rubias (Me encanta. I Love It, homenaje a La Naranja Mec¨¢nica de Kubrick). Los 18 millones de euros que ha costado Regresi¨®n, su ¨²ltimo filme, marcan un paso gigante respecto a los 120 millones de pesetas que cost¨® Tesis dos d¨¦cadas atr¨¢s (45 millones de subvenci¨®n). Las f¨®rmulas f¨¢ciles no van con ¨¦l.
Tres d¨ªas tard¨® Cuerda en decidir, tras leer el gui¨®n de Tesis, que quer¨ªa jugarse los cuartos y convertirse en su productor. ?Lo primero que vi de ¨¦l fueron sus cortos (Himen¨®ptero, Luna). Ya a los 19 era concienzudo, se sab¨ªa la lecci¨®n. Me sorprendi¨® que, frente a una generaci¨®n de nuevos directores que buscaban hacer cosas espectaculares (todos mencionan nombres imprescindibles como ?lex de la Iglesia, Julio Medem, Juanma Bajo Ulloa¡), ¨¦l trabajaba para aprender y demostrarse cosas a s¨ª mismo. Y creo que esa sigue siendo su actitud: buscar el plano perfecto?. Alejandro lo confirma: ?Con el tiempo te haces m¨¢s c¨ªnico e intentas mantener eso que llaman la magia del cine. Pero ese lanzarse sin red de la primera¡ es inolvidable?.
Lo fue para todos. Eduardo Noriega ya hab¨ªa trabajado con ¨¦l. ?Nos conocimos en el casting de un corto de Carlos Montero. Me contaron que Alejandro le dec¨ªa, d¨¢ndole codazos: ¡°Que no, que no¡ a este no le des el prota¡±. Y solo me dieron un papel¨ªn. Pero, ya rodando, un d¨ªa Alejandro me puso Himen¨®ptero en el visor de una c¨¢mara, y me entusiasm¨® tanto que me vi los 40 minutos del tir¨®n con el cuello doblao. Ah¨ª dije: ¡°Yo quiero trabajar con este t¨ªo¡±. Y me pas¨® el gui¨®n de Luna. Recuerdo que ¨¦ramos cuatro grabando en Paracuellos. Bueno, y la madre de Alejandro que nos hac¨ªa los bocatas [r¨ªe]. Luego, cuando consigui¨® dinero para Tesis, me dijo: ¡°Quiero contar contigo¡±?. Con Fele (Rafael, por entonces) Mart¨ªnez se encontr¨® en una muestra de su escuela de arte dram¨¢tico. ?Yo iba por la vida con mis pelos largos y mis camisetas rarunas, y la primera prueba fue un desastre, pero Alejandro me hizo una segunda y le gust¨¦. El f¨ªsico y la apariencia fueron definitivos. De hecho, las gafas y la mochila que llevo en la peli eran m¨ªas?, cuenta.
[Chema: ?Te has enamorado del malo, imb¨¦cil?]
A Ana Torrent no le sorprende que la gente la siga recordando por Tesis. ?La pel¨ªcula impact¨® porque reflejaba un nuevo tipo de cine. Ten¨ªa la frescura de una ¨®pera prima, con caras desconocidas y un estilo arriesgado al que no est¨¢bamos acostumbrados. Todo el cine americano que ¨¦l hab¨ªa visto estaba all¨ª. Y si la revisas, ves que no ha envejecido. Es incre¨ªble?.
Los d¨ªas de ensayos en el piso estudiantil de Amen¨¢bar en San Vicente Ferrer, de 10 de la ma?ana a 7 de la tarde, animan la conversaci¨®n. Todos coinciden en que hoy, con los m¨®viles, Internet y las redes sociales dentro del juego, la cinta ser¨ªa otra. ?No existir¨ªa?, zanja el director. Pero en 1996 bastaron cinco semanas y media para hacerla realidad. ?Rod¨¢bamos una barbaridad (hasta 20 planos al d¨ªa). De hecho, la escena del garaje la tuvimos que hacer de un tir¨®n. Fue dur¨ªsima?, cuenta Noriega. ?Aun as¨ª, no recuerdo un rodaje tan f¨¢cil. Y fue un acierto de Cuerda. ?l sab¨ªa que ten¨ªa a inexpertos, como Alejandro, Mateo Gil, Fele o yo, y nos mezcl¨® sabiamente con gente muy experimentada, como Emiliano Otegui, director de producci¨®n; Hans Burmann, director de fotograf¨ªa; Steinberg, frente al sonido¡ y desde el primer d¨ªa ve¨ªas c¨®mo todos se plegaban naturalmente a las ¨®rdenes de este chaval¨ªn que ten¨ªa las cosas tan claras. Nadie le discut¨ªa nada?. Jos¨¦ Luis Cuerda hace un inciso: ?Yo recuerdo que a veces pon¨ªa en duda un plano y ¨¦l me dec¨ªa: ¡°Luego en casa lo pienso, ?te parece? Y segu¨ªa a lo suyo¡±? [r¨ªe].
Este verano, Alejandro volvi¨® a la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de la Complutense. ?No hab¨ªa ido desde entonces, y tuve la misma sensaci¨®n que cuando era estudiante: pintan las paredes con la peor elecci¨®n de color posible. Ahora creo que es rosa?. Las fr¨ªas aulas y los pasillos interminables siguen all¨ª. Charlan, algunos quedan para cenar, y se colocan para disparar r¨¢pido la foto. Por el fr¨ªo y porque Alejandro tiene que irse. Est¨¢ encerrado escribiendo. ?No puedo despistarme, que luego me echan la bronca porque tardo mucho?, bromea.
En las notas de producci¨®n de Tesis, confesaba que escogi¨® el thriller porque le parec¨ªa ?el g¨¦nero m¨¢s f¨¢cil de controlar?. Y sigue enganchado a ¨¦l: ?Todo lo relacionado con el misterio tiene que ver con lo que nos define como g¨¦nero humano. Desentra?arlo es muy atractivo. De momento, me est¨¢ saliendo un drama?. Pero esa es otra historia.
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