El drama de la ¡®hijidad¡¯ o por qu¨¦ la relaci¨®n entre madres e hijas es tan complicada
Existen muchos ensayos sobre maternidad, pero Blanca Lacasa probablemente ha firmado el primero sobre lo que implica ser hija con ¡®Las hijas horribles¡¯ (Libros del K.O.)
La voz de 13 mujeres que podr¨ªan ser millones.13 hijas que podr¨ªamos ser todas las hijas. M¨¢s las que convirtieron la relaci¨®n con sus madres en literatura: Vivian Gornick, Jeanette Winterson, Annie Ernaux, Am¨¦lie Nothomb. M¨¢s las expertas ¡ªfil¨®sofa, soci¨®loga, psic¨®loga, psiquiatra, historiadora, polit¨®loga¡ª conforman Las hijas horribles, el ensayo coral de Blanca Lacasa Carral¨®n, periodista y escritora de libros infantiles, sobre un tema que podr¨ªamos calificar como el tema: los desencuentros de las hijas con sus madres. ?Por qu¨¦ es tan dif¨ªcil hablar de esto y, al mismo tiempo, tenemos tanta necesidad de hacerlo? ?Por qu¨¦ el tema menos explorado de la maternidad es precisamente el que tienen en com¨²n todos los seres humanos, ser hijo? ?Y por qu¨¦ es tan diferente ser hijo a ser hija? Lacasa se dedic¨® a investigar ese tremend¨ªsimo tema en la vida de todas y el resultado es un libro tan doloroso como necesario y reparador.
?C¨®mo surge la idea del libro?
Es un tema del que hablo mucho con amigas y me di cuenta de que hay ah¨ª un asunto peliagudo, levanta muchos sentimientos encontrados. Cuando le¨ª Apegos feroces de Vivian Gornick [en el que la autora analiza la dificil¨ªsima relaci¨®n con su madre] pens¨¦: ?c¨®mo es posible que una se?ora que no es de mi generaci¨®n, que tiene otros c¨®digos, tenga una historia que me resulte tan familiar?
Se convirti¨® en una obsesi¨®n.
Obsesi¨®n no dir¨ªa¡ O igual s¨ª. Era un tema que estaba muy presente: en conversaciones, en libros, en pel¨ªculas. La escritura del libro fue relativamente r¨¢pida porque ya ten¨ªa mucho en mi cabeza. Tal vez Apegos Feroces fue el detonante, ese decirme: aqu¨ª hay algo universal. ?C¨®mo es posible esta comuni¨®n emocional tan poderosa cuando hablamos sobre nuestras madres?
?Se propuso demostrar algo en concreto de la relaci¨®n entre madres e hijas?
Me propuse que no hubiera blancos y negros. Huir de los estereotipos: la hija mala, la hija pr¨®diga, la hija no s¨¦ cu¨¢ntos. Las relaciones no son as¨ª, hay muchos grises.
?Qu¨¦ fue lo que m¨¢s le sorprendi¨® al investigar?
Me llam¨® la atenci¨®n que no hubiera pr¨¢cticamente libros sobre la relaci¨®n entre madres e hijas de no ficci¨®n. Los dos libros que encontr¨¦ est¨¢n anclados en teor¨ªas psicoanal¨ªticas y, para m¨ª, dejan fuera los criterios ambientales, culturales, religiosos, sociol¨®gicos que influyen mucho en este asunto.
Hablemos de relaci¨®n entre patriarcado, maternidad e hijidad...
La construcci¨®n de la figura de la madre, tal y como nos ha llegado, claramente es un ideal del patriarcado que busca garantizar la instituci¨®n de la familia. En el libro esto est¨¢ contado muy largo, pero el que la mujer se identifique ¨²nicamente con una identidad maternal favorece que arriba de la pir¨¢mide est¨¦n los hombres y abajo est¨¦n las mujeres. Es una cuesti¨®n de privilegio: hay que mantener esa estructura en la que al final de su vida, la hija se convierta en madre de su madre. Es repetir el esquema y eso solo pasa en el caso de las mujeres. Las que no tenemos hijos, como no hemos cumplido esa funci¨®n, tenemos que cumplirla cuidando a nuestra madre. No nos escapamos.
Algunas de sus entrevistadas han ido a terapia. ?Qu¨¦ pasa con las que no han hecho ese trabajo de pensarse?
Justamente, me gustar¨ªa que este libro ayudara a que la gente que no tiene acceso a una terapia pueda reflexionar. Este es un tema del que no se habla, as¨ª que toda esa gente que no tiene el tiempo ni el dinero para ir a terapia, se d¨¦ cuenta de c¨®mo este patr¨®n cultural le ha afectado. Me gustar¨ªa que este libro diera lugar a conversaciones porque eso ya es un camino.
?Cree que despertar¨¢ susceptibilidades?
El problema es la deificaci¨®n de la figura de la madre, no el libro. De todos modos, me parece un libro conciliador: la persona que se moleste con ¨¦l no lo ha le¨ªdo. Libera a las madres del yugo de la perfecci¨®n y nos ayuda a las hijas a entenderlas.
Tambi¨¦n habr¨¢ madres que no quieran ser desidealizadas...
La maternidad ha sido para algunas mujeres un motor vital y una identidad, y cuando esa funci¨®n se acaba, se quedan vac¨ªas. Hay un momento en el que madre e hija ya son dos adultas relacion¨¢ndose y entonces el conflicto se da cuando la madre tiene que cambiar su rol, tiene que dejar de ser madre y no sabe qu¨¦ ser con su hija. No podemos perpetuar ese sistema de mujeres con identidad ¨²nica.
En el libro hay mucha rabia, pero tambi¨¦n gente que ha aprendido a sanar.
S¨ª. Quiz¨¢ el haber hablado con personas que ya pasaron ese proceso en terapia ayude a que otras, cuando lo lean, puedan entender la idea. Siento que sin las voces de la gente que ha podido sanar el dolor y la rabia estar¨ªa incompleto. Yo no quer¨ªa que fuera un di¨¢logo muy emocional, eso lo hemos tenido ya mucho. Hemos estado muy atrapadas en discusiones sin fin que luego llevan a la culpa. Quer¨ªa dejarlas atr¨¢s.
?Con qu¨¦ sensaci¨®n se queda?
Creo que hay que hacer un trabajo ¨ªmprobo para romper el c¨ªrculo continuo de ira y culpabilizaci¨®n de la madre. Hablar de ello con quien sea, un terapeuta o una amiga, ayuda a salir. En el silencio ¡ªcon miedo, con rencor, con odio¡ª no se sana. Y tambi¨¦n hablarlos con ellas: con las madres. Ellas est¨¢n sometidas a un juicio social muy bestia. Hay que hacer un gran esfuerzo para entenderlas porque la presi¨®n que han tenido es muy fuerte, mientras que los padres, en cambio, no la han tenido. El juicio contra las madres es muy r¨¢pido: ?qu¨¦ hiciste mal? No has sido suficiente. Para una generaci¨®n en la que la ¨²nica funci¨®n era ser buenas madres que se las juzgue es muy duro, es decirles: lo ¨²nico que ten¨ªas que hacer no lo has hecho bien.
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