Bianca Jagger: ¡°Me entristece ver que a estas alturas los avances est¨¢n siendo amenazados¡±
Trabajadora incansable, presidenta de la fundaci¨®n en defensa de los derechos humanos que lleva su nombre, azote del r¨¦gimen Ortega-Murillo, esta nicarag¨¹ense n¨®mada es, adem¨¢s y al mismo tiempo, un icono de estilo, como muestra su ¨ªntima relaci¨®n con la casa Dior
Bianca Jagger es una mujer precisa. Busca siempre la palabra correcta en espa?ol. No quiere utilizar anglicismos, a pesar de que vive entre Londres y Nueva York desde los primeros setenta. Con su acento nicarag¨¹ense y su voz ronqu¨ªsima no cede ni al spanglish que ya utiliza todo el mundo. Me pregunta en una llamada de WhatsApp de las muchas que compartiremos c¨®mo se traduce checkpoint. Puesto de control, le digo.
Estas son el tipo de palabras que Bianca P¨¦rez-Mora Mac¨ªas, quien cuenta que naci¨® en Managua hace 73 a?os, usa en su vida cotidiana. ¡°Mi ¨²ltima visita a Nicaragua fue en 2018, cuando me un¨ª a la mayor manifestaci¨®n en la historia de Managua. Los francotiradores abrieron fuego de repente contra la gente, no solo para que nos dispers¨¢ramos, sino en un acto deliberado de matar, de continuar con la pol¨ªtica de Ortega de tirar a matar. He estado bajo fuego cruzado m¨¢s veces antes, en la guerra en la antigua Yugoslavia y en Centroam¨¦rica, pero el p¨¢nico que emanaba de los participantes de esa manifestaci¨®n pac¨ªfica fue horrible. Mataron a 19 personas e hirieron a 185¡å, explica. La situaci¨®n en Nicaragua, junto con la emergencia clim¨¢tica y el conflicto en Oriente Pr¨®ximo no la dejan dormir. ¡°Hubo un tiempo en el que ten¨ªa m¨¢s esperanza¡±. Digamos que la preocupaci¨®n se suma a la preocupaci¨®n: en sus redes pide a Hamas la liberaci¨®n de los rehenes y a Israel parar la muerte de civiles inocentes en Gaza, mientras protesta por el intento de la ministra de Interior de Reino Unido, Suella Braverman, de prohibir a las personas sin hogar dormir en tiendas de campa?a, mientras contin¨²a firme con su denuncia de los cr¨ªmenes en Nicaragua. ¡°Cualquiera que se oponga al r¨¦gimen Ortega-Murillo o bien es asesinado o encarcelado o debe abandonar el pa¨ªs o es deportado arbitrariamente o privado de su ciudadan¨ªa¡±.
Tambi¨¦n es precisa en lo que quiere contar y lo que no. Su matrimonio con el l¨ªder de los Rolling Stones, Mick Jagger, y la vida de los a?os setenta por la que se hizo famosa es muy lejana ya y desde entonces no solo ha estado varias veces en fuego cruzado, en Honduras en los primeros ochenta, y en 1990 en Europa; tambi¨¦n ha colaborado con Amnist¨ªa Internacional; ha testificado sobre el cambio clim¨¢tico ante el Congreso de EE UU; ha luchado por la abolici¨®n de la pena de muerte y por el cierre de Guant¨¢namo; logr¨® sacar por tierra de Bosnia en 1993 a dos ni?os que necesitaban tratamiento m¨¦dico (uno de ellos vivi¨® con ella un a?o hasta que sus padres pudieron reunirse con ¨¦l); ha recibido varios premios por su labor humanitaria y otros tantos por su compromiso con la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Aquella primera Bianca qued¨® atr¨¢s, aunque todo empez¨® entonces.
Lo ha contado much¨ªsimas veces: en 1972, el d¨ªa antes de Navidad estaba cenando en su casa de Londres cuando se enter¨® de que un terremoto hab¨ªa arrasado Managua. Viaj¨® en busca de sus padres y lo que encontr¨® fue tan desolador que convenci¨® a los Rolling Stones para que hicieran un concierto ben¨¦fico en el que tambi¨¦n particip¨® Santana. Tuvo lugar en California en 1973 y recaudaron casi medio mill¨®n de d¨®lares para las v¨ªctimas.
Aquel concierto fue quiz¨¢ su primera acci¨®n en su lucha por causas humanitarias, pero su conciencia pol¨ªtica es muy anterior. Su madre, Dora Mac¨ªas, fue su primer ejemplo. ¡°De ella aprend¨ª los conceptos de justicia, derechos humanos, libertad y democracia. Era muy consciente de que viv¨ªamos en la dictadura de la dinast¨ªa Somoza, ella fue muy pol¨ªtica. Apoy¨® la revoluci¨®n sandinista, pero se desilusion¨® con la traici¨®n de sus l¨ªderes. En 1982 obtuvo asilo pol¨ªtico en Estados Unidos y se llev¨® a mi familia all¨ª¡±. El caso de Bianca es similar. ¡°Cuando era adolescente me sent¨ªa impotente al ver las masacres de estudiantes perpetradas por la guardia nacional de Somoza. Desde muy joven quise protestar contra la brutalidad del Estado, convertirme en un instrumento de cambio¡±. Fue muy beligerante contra la intervenci¨®n de Estados Unidos en favor de los contras de Nicaragua, pero la decepci¨®n con los l¨ªderes de la revoluci¨®n fue temprana. Desde entonces hasta hoy su enfrentamiento con la dictadura de Ortega-Murillo se recrudece cada d¨ªa y se concreta en peticiones muy determinadas, como la exigencia de puesta en libertad del obispo Rolando ?lvarez Lagos: ¡°Es un s¨ªmbolo de la resistencia del pueblo de Nicaragua. Sus sermones denunciaban las violaciones sistem¨¢ticas de derechos humanos del r¨¦gimen, las persecuciones religiosas y los abusos de poder. En agosto de 2022, fue secuestrado y puesto en arresto domiciliario en Managua. Lo sentenciaron a 26 a?os de prisi¨®n por traici¨®n a la patria y comprometer la seguridad nacional en un juicio espurio. Ha sido encarcelado en condiciones execrables en la infame c¨¢rcel La Modelo, donde violan las reglas de Mandela. Estoy muy preocupada por la vida del obispo. Pido al r¨¦gimen que presente una prueba de vida y que permita el acceso a la Cruz Roja. Exijo su inmediata puesta en libertad¡±, escribe Bianca en un mail de 19 p¨¢ginas que me env¨ªa con algunas reflexiones que a?adir a nuestra entrevista.
Porque otro rasgo que la define es su compromiso con el trabajo. ¡°Me levanto entre las cinco y las seis, miro mis mensajes, leo peri¨®dicos y escucho la BBC. Desayuno y comienzo mi trabajo para la fundaci¨®n: escribo piezas de opini¨®n, hablo con organizaciones ambientales y de derechos humanos. Despu¨¦s de comer, hago ejercicio. Contin¨²o con mi trabajo de oficina y luego voy a exposiciones, conciertos, obras de teatro o al cine. Antes de dormir, trabajo de nuevo¡±. En 2005, cre¨® la fundaci¨®n Bianca Jagger, dedicada a defender los derechos humanos y poner fin a la violencia contra las mujeres y las ni?as. Habla de la violaci¨®n como arma de guerra, de la situaci¨®n de las mujeres en Ir¨¢n o Afganist¨¢n, pero tambi¨¦n de los estragos del covid para los avances en igualdad y de la Agenda 2030, que est¨¢ lejos de cumplirse. ¡°Dicen que hay fatiga medi¨¢tica en torno a los derechos de las mujeres por un aumento de la cobertura en prensa y su popularidad. Incluso afirman que hemos logrado la igualdad de g¨¦nero, al menos en el mundo desarrollado. Ojal¨¢ fuera cierto, pero no lo es¡±. Se interesa por la situaci¨®n de las mujeres en Espa?a. Cuando en 2017 habl¨® con Mar Moreno en S Moda, percibi¨® que algunas de las reacciones que aquella certera entrevista suscit¨® fueron muy reactivas, muy machistas. Sabe que, desde entonces, Espa?a como el mundo entero ha vivido la cuarta ola del feminismo y que ha habido progresos legislativos y sociales, pero que estos se ven cuestionados, como se ha constatado en la ¨²ltima campa?a electoral. ¡°Me entristece ver que a estas alturas los avances est¨¢n siendo amenazados¡±. Su labor ¨Dcomo me recuerda citando una frase de Audre Lorde: ¡°Escribo para las mujeres que no pueden hablar¡±¨D es tener el coraje de hablar por quienes no pueden. ¡°Cuando era joven decid¨ª que nunca iba a ser tratada como una ciudadana de segunda clase por mi g¨¦nero¡±. Su veh¨ªculo emancipador fue la educaci¨®n. En 1969 se instal¨® en Par¨ªs con una beca para estudiar en el Instituto de Estudios Pol¨ªticos, ¡°una instituci¨®n muy progresista. Abrac¨¦ la cultura francesa, la lengua, sus valores. En Nicaragua la libertad y la igualdad eran sue?os, en Francia descubr¨ª el valor de esas palabras¡±. Por eso el que el r¨¦gimen Ortega-Murillo haya cancelado el estatus legal de 28 universidades desde 2018, ¡°de las que 14 han sido confiscadas, robadas¡±, explica, le toca de cerca.
Bianca Jagger es una mujer decidida. Desde que comenzamos a hablar de esta portada sab¨ªa qui¨¦n quer¨ªa que la fotografiara: Tom Munro. En Londres, durante la sesi¨®n de fotos, mira en la pantalla el resultado despu¨¦s de cada disparo. Si no queda satisfecha, indica exactamente qu¨¦ quiere cambiar. Conoce a la perfecci¨®n el juego y escoge qui¨¦n la peina, qui¨¦n la maquilla y qui¨¦n la viste: en este caso, Dior. Su relaci¨®n con la casa francesa viene de largo, y la admiraci¨®n hacia Maria Grazia Chiuri, la actual dise?adora de la firma, ha renovado esa conexi¨®n. ¡°En su primer desfile de Dior en 2017, las modelos luc¨ªan camisetas con el mensaje ¡®Todos deber¨ªamos ser feministas¡¯, inspiradas por el ensayo de Chimamanda Ngozi Adichie. Esa camiseta es una pieza de museo. Me gust¨® ver en ese desfile a las modelos con zapatillas y zapatos planos en un momento en que la mayor¨ªa de los dise?adores impon¨ªan a las mujeres usar peligrosos zapatos de tac¨®n alto. Maria Grazia, la primera dise?adora mujer de Dior, ha conseguido que el feminismo sea popular en la industria de la moda¡±, dice. Para ella, el estilo siempre fue un mensaje y un acto pol¨ªtico. ¡°Desde que era adolescente en Nicaragua sab¨ªa c¨®mo quer¨ªa vestir. Mi padre era un dandi, muy particular sobre sus trajes blancos de lino. Mi gusto por los trajes de hombre viene de ¨¦l. Cuando era joven, las mujeres eran ciudadanas de segunda. Llevar un traje de hombre me hac¨ªa sentir de alg¨²n modo emancipada¡±.
Bianca Jagger es una mujer rigurosa. No le gustan los cuentos ni las leyendas que campan respecto a ella. En 2015 zanj¨® de una vez por todas el mito de que hab¨ªa entrado a caballo a Studio 54 en una carta al director del Financial Times para precisar esa informaci¨®n publicada en el peri¨®dico. Ella entr¨® andando, puntualiz¨®. Cuando le pregunto por un art¨ªculo que he le¨ªdo que cuenta un evento en el que todo el mundo iba vestido de Yves Saint Laurent menos ella, se r¨ªe: ¡°Era el matrimonio de Loulou de la Falaise, la musa de Yves, y no todo el mundo iba vestido de Yves. Yo era muy amiga suya, lo admiraba mucho. Llev¨¦ un vestido de Marc Bohan para Dior bell¨ªsimo y Yves lo decor¨® con helechos, lo adorn¨®¡±. En aquella ¨¦poca conoci¨® a algunos de los creadores m¨¢s interesantes del siglo XX. La vistieron Yves Saint Laurent, Marc Bohan o Halston, pero tambi¨¦n comparti¨® su tiempo con la escena art¨ªstica de Nueva York. Con Andy Warhol la un¨ªa una relaci¨®n especial: su hija Jade recuerda en su Instagram a Warhol tomando t¨¦ con ella y sus mu?ecos en el jard¨ªn de su casa de Montauk. El artista fotografi¨® a Bianca en sus famosas polaroids en 1979 y trabajaron juntos en Interview, la revista de Warhol, de la que Bianca fue portada tres veces y en la que en 2017 entrevist¨® a Maria Grazia Chiuri, en una conversaci¨®n en la que el arte tuvo un papel predominante. Me cuenta Bianca que ella ha logrado unir en su fundaci¨®n sus dos pasiones, el arte y su labor humanitaria, con la iniciativa Arts for Human Rights (Arte por los derechos humanos). La ¨²ltima edici¨®n en 2014 cont¨® con artistas de primer¨ªsimo nivel: Alex Katz, Anselm Kiefer, Bill Viola, Marina Abramovic, Tracey Emin y Yoko Ono, entre otros. La gala fue organizada con ayuda de Dior.
Le pregunto por esa falsa dicotom¨ªa que duda que una persona con contactos en la alta sociedad, un apellido y un pasado famoso e inter¨¦s por la moda y el arte pueda desarrollar una labor social comprometida. ¡°Hay una tendencia a querernos limitar a las mujeres. Si t¨² eres una intelectual o una defensora de los derechos humanos, supuestamente no puedes interesarte por estar bien vestida, por el estilo. No juzgamos de la misma manera a los hombres¡±. Esta idea mis¨®gina de limitarnos tambi¨¦n la traslada al edadismo, aunque es consciente de que ya ocupan portadas y espacio en los medios mujeres m¨¢s maduras: ¡°Creo que hay una belleza en envejecer¡±, dice. La edad no le preocupa, trabajar¨¢ hasta el d¨ªa que muera. La ¨²ltima definici¨®n de Bianca me la da ella misma sin querer tratando de explicar c¨®mo una mujer puede ser poli¨¦drica, tener muchas capas. ¡°Ser a woman of substance, ?c¨®mo traducir¨ªas eso?¡±.
Estilismo: Beatriz Moreno de la Cova
Maquillaje: Lisa Eldridge (Streeters). Peluquer¨ªa: Davide Barbieri (A-Frame). Producci¨®n local: Thuy Tran (2b Management). Producci¨®n: Cristina Serrano. T¨¦cnico digital: Bruno Conrad. Asistentes de fotograf¨ªa: Benedikt Frank y Kad Aliu. Asistente de estilismo: Diego Grimaldi. Asistente de maquillaje: Nilofar Mussa. Asistente de producci¨®n: Louis Guillemain (2b Management).
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