Sexo anal en mujeres: por qu¨¦ sigue siendo un tab¨² y por qu¨¦ el fin del prejuicio est¨¢ cada vez m¨¢s cerca
Los expertos recuerdan que el sexo anal es una elecci¨®n, por lo que en el caso de que realmente no sea algo que se desee, jam¨¢s se ha de poner en pr¨¢ctica para satisfacer a la pareja
Una de las mejores pruebas de que una pr¨¢ctica sexual o una zona er¨®gena permanece a¨²n en la sombra es echar un vistazo a las series y pel¨ªculas que supuestamente m¨¢s liberadas est¨¢n en asuntos vinculados a las s¨¢banas y comprobar si incluso ellas tienen tapujos. Cuando en Sexo en Nueva York el novio de Charlotte le propone practicar sexo anal, tras hacer de la propuesta el nuevo tema de debate en el habitual brunch entre amigas, finalmente se niega a dar el paso.
La raz¨®n es que cree que ¡°los hombres no se casan con aquellas mujeres a las que les gusta el sexo anal¡±, perpetuando de esta forma el estigma de que esta pr¨¢ctica es especialmente reprochable.
Tiempo despu¨¦s, en 2014, algunas series se atrevieron a hablar incluso de anilingus, recurriendo a esta pr¨¢ctica como un recurso para hablar de c¨®mo evoluciona un personaje en cuesti¨®n. Eso ocurri¨® en Girls, donde Marnie disfruta de la pr¨¢ctica para expresar, como dijo Jenni Konner, productora ejecutiva, su cambio. ¡°En otros shows, quiz¨¢s mandas ese mensaje cort¨¢ndole el pelo al personaje, pero en esta serie, esto es lo que hacemos¡±, dijo. Sin embargo, y por m¨¢s que series como The White Lotus ya nos hayan regalado m¨¢s de una escena en la que el sexo anal tiene peso, estas secuencias est¨¢n destinadas a generar titulares y a conmocionar a la audiencia, quedando as¨ª claro que sigue siendo un tab¨². Tanto, que una de las cosas m¨¢s comentadas del primer cap¨ªtulo de la aclamada Fleabag fue que incluyera una escena de sexo anal.
Seg¨²n una encuesta realizada por LELO, un 35% de los encuestados practica sexo anal. Entre quienes no lo practican, el 44% expres¨® que aunque est¨¢n dispuestos a probarlo, el temor a experimentar dolor u otras inquietudes genuinas les impide intentarlo. Adem¨¢s, un tercio de los participantes evita el sexo anal debido a la negativa de sus parejas, mientras que el 15% opta por no hablar del tema con su pareja debido al estigma asociado. No existen encuestas espec¨ªficas en Espa?a sobre este tema, pero un estudio del Ministerio de Sanidad brit¨¢nico sobre actitudes sexuales del a?o pasado descubri¨® que en la ¨²ltima d¨¦cada la proporci¨®n de personas de 16 a 24 a?os que han tenido relaciones sexuales anales de tipo heterosexual ha pasado del 12% al 29%; en Estados Unidos, de un 30% a un 45%, en ambos sexos, dice haber experimentado con ello.
Megwyn White, sex¨®loga certificada y directora de educaci¨®n de Satisfyer, opina que estos datos ¡°indican que es bastante probable que estos estigmas contin¨²en en p¨²blico, a pesar de que la curiosidad y la exploraci¨®n son m¨¢s populares de lo que se supon¨ªa anteriormente en privado. Estas suposiciones han ido cambiando a medida que la educaci¨®n sexual y el positivismo sexual se han ido convirtiendo en la norma. El sexo anal no dice nada sobre tu sexualidad, sino que apunta a una preferencia de placer que se extiende a todos los sexos debido a su naturaleza salvajemente placentera. En las personas de sexo masculino, el sexo anal puede proporcionar un placer sin precedentes gracias a la capacidad de estimular lo que a menudo se denomina el punto G masculino, la pr¨®stata o punto P¡±. Seg¨²n la sex¨®loga, ¡°otras razones por las que el sexo anal sigue siendo tab¨² incluyen el hecho de que puede ser sucio, y a menudo hay verg¨¹enza asociada a este aspecto. Aunque se trata de una preocupaci¨®n comprensible, muchos de los problemas asociados al posible desorden del sexo anal pueden evitarse, o al menos minimizarse, con la preparaci¨®n adecuada y dejando de lado el apego al sexo preestablecido¡±, a?ade.
Uno de los motivos por el que tantos hombres fantasean con el sexo anal es precisamente su naturaleza tab¨². As¨ª lo refleja la mencionada encuesta de LELO, que dice que al 26 % les excita la idea de que el sexo anal sea considerado tab¨². No solo supone ir m¨¢s all¨¢ del sexo tradicional, sino que exige un cambio en la din¨¢mica f¨ªsica, emocional y psicol¨®gica del sexo. Incluso hay quien habla de este cambio desde la perspectiva de las din¨¢micas de poder.
Cecilia Bizzott es soci¨®loga y portavoz de la app de citas JOYclub y opina que ¡°si bien es una pr¨¢ctica que provoca mucho disfrute al que penetra (es una sensaci¨®n diferente a la de penetrar una vagina), tambi¨¦n tiene toda la parte estimulante asociada a la innovaci¨®n y las sensaciones nuevas. Adem¨¢s, iniciarnos en el sexo anal ampl¨ªa las posibilidades: la persona que recibe la penetraci¨®n puede disfrutar de una doble penetraci¨®n si lo desea, puede estimular el cl¨ªtoris y otras zonas er¨®genas¡ ?Vamos, que es muy completo! Evidentemente, tambi¨¦n podemos tener la mirada negativa de: ¡°Los hombres fantasean con el sexo anal porque lo han visto en el porno. No aprendamos a hacer sexo anal viendo porno, por favor, pero s¨ª us¨¦moslo como un lugar donde descubrir pr¨¢cticas nuevas y erotizarnos m¨¢s all¨¢ de lo convencional¡±.
El miedo al dolor y la inexperiencia contribuyen tambi¨¦n a estigmatizar esta pr¨¢ctica, pero las expertas consultadas explican que si se practica adecuadamente no deber¨ªan ser preocupaciones reales. Antes de nada, Megwyn White advierte de la importancia de no precipitarse, algo que puede hacer que la experiencia sea dolorosa y que refuerce un ciclo del denominado ¡°dolor anticipatorio¡±, que consiste en que el cuerpo empieza a prepararse literalmente para el dolor, tens¨¢ndose y amplificando la experiencia, ante la creencia de que algo va a ser especialmente doloroso. ¡°Es importante que los principiantes entiendan que el sexo anal no es simplemente un acto, sino m¨¢s bien una progresi¨®n de placer que puede llevar tiempo a trav¨¦s de un proceso de entrenamiento y preparaci¨®n del cuerpo para recibirlo. El proceso en s¨ª puede ser muy placentero cuando ambos miembros de la pareja est¨¢n dispuestos a estar ¨ªntimamente presentes el uno con el otro y no precipitarse. La buena noticia es que cuando ambos miembros de la pareja desean explorar el sexo anal con paciencia y cuidado, esto puede ayudar a crear nuevas dimensiones de intimidad y expresi¨®n sexual¡±, se?ala.
Otro dato a tener en cuenta es que, como explica Cecilia Bizzotto, la postura del perrito, pese a ser la que tradicionalmente nos viene a la cabeza al pensar en la pr¨¢ctica, no es la id¨®nea para iniciarse. ¡°La persona que recibe la penetraci¨®n no tiene mucho control sobre la profundidad ni la embestida. Lo mejor es empezar con un misionero con las piernas levantadas de la persona que recibe la penetraci¨®n anal (sea con un strap on o con un pene)¡±, recomienda.
Por descontado, la lubricaci¨®n es clave. ¡°Dado que el ano no se lubrica por s¨ª solo, siempre querr¨¢s tener lubricante a mano cuando explores el ano para ayudar a reducir la fricci¨®n, amplificar las sensaciones y favorecer un juego seguro y c¨®modo¡±, dice White. ¡°Prep¨¢rate poniendo tu cuerpo a punto para el placer y adoptando posturas que maximicen el disfrute del sexo anal. Para las formas m¨¢s indirectas de juego anal esto ser¨¢ menos preocupante, pero si decides introducir algo m¨¢s sustancial, deber¨¢s encontrar una postura en la que la pelvis y los m¨²sculos que la componen puedan abrirse y relajarse, como la postura del perrito o tumbado de espaldas con almohadas apoyando la pelvis. Con el juego interno tambi¨¦n puedes considerar empezar con un dedo o un plug anal. Estos se han dise?ado pensando en los principiantes o en parejas que desean a?adir m¨¢s puntos de estimulaci¨®n para amplificar el placer, y pueden llevarse con las manos libres mientras se exploran otros actos sexuales¡±, asegura.
Lo esencial es recordar que el sexo anal es una elecci¨®n, por lo que en el caso de que realmente no sea algo que se desee, jam¨¢s se ha de poner en pr¨¢ctica para satisfacer a la pareja. Sin embargo, si hay ganas de darle una oportunidad, la paciencia y la conversaci¨®n ser¨¢n claves para disfrutar.
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