Adi¨®s al canon ¨²nico: Tania Llasera y otros elogios a la diferencia
La tiran¨ªa de la delgadez, la proporci¨®n, la feminidad y la eterna juventud puede tener los d¨ªas contados. Llega la democratizaci¨®n de los c¨¢nones de belleza.
Barrigas generosas. Ese atributo era considerado una zona er¨®gena en la Prehistoria por ser sin¨®nimo de fertilidad. Siglos m¨¢s tarde, los gustos cambiaron y se exigi¨® a las mujeres que tuvieran la tez blanca y un rubor (simulado) en las mejillas, porque en el medievo el ideal consist¨ªa en parecer joven e inocente. Despu¨¦s llegar¨ªan las dolencias causadas por los estrechos cors¨¦s y, bien entrado el siglo XX, el arquetipo se trasladar¨ªa a la posadolescente eterna: delgada, de facciones sim¨¦tricas, en la que no hace mella el paso de los a?os. Los c¨¢nones est¨¦ticos siempre han sido relativos tanto a la etapa hist¨®rica como a la cultura en la que nacen. En la nuestra, como dec¨ªa Umberto Eco en su libro Historia de la belleza, prima la perfecci¨®n ?producida en serie?. Un modelo cuyas instrucciones de uso se encuentran cada d¨ªa en los medios: desde la ¨²ltima dieta milagrosa al tratamiento pionero para restar edad.
?Vivimos una estetizaci¨®n de la vida diaria. La apariencia ha ganado tanta importancia que es parte de la identidad. En algunos sectores se cree que la ropa, la cosm¨¦tica y el estilo reflejan el yo aut¨¦ntico?, explica Sylvia Holla, quien junto a otros tres soci¨®logos holandeses acaba de lanzar el proyecto Sociolog¨ªa comparativa de la belleza. A partir del estudio de participantes de seis pa¨ªses, analizan el canon occidental que, seg¨²n Holla, se define en cuatro rasgos: ?Esbeltez, palidez de la piel, juventud y altura?. Una descripci¨®n que se adecua, por ejemplo, a la que hoy es (con diferencia) la modelo mejor pagada del mundo, Gisele B¨¹ndchen, pero que no encaja totalmente con algunas de las tops m¨¢s laureadas del momento.
Alicia Borr¨¢s, modelo
Pablo Zamora
En el ranking de maniqu¨ªes m¨¢s influyentes que realiza la web models.com, Jourdan Dunn, de ascendencia africana, desbanca a B¨¹ndchen. La misma lista arroja nombres cuyos perfiles se alejan del ideal cauc¨¢sico, como Ming Xi (china) o Soo Joo Park (coreana). En otra clasificaci¨®n, la de estrellas en potencia, destacan, entre otras, Ondria Hardin y Saskia de Brauw; la primera ha copado varias portadas gracias a hacer de sus orejas uno de sus valores m¨¢s destacables, la segunda se ha ganado un hueco dentro de las supermodelos explotando sus facciones andr¨®ginas. ?Internet est¨¢ propiciando el ascenso de perfiles f¨ªsicos m¨¢s diversos?, explica Holla. Sin embargo, cuando se trata de autopercepci¨®n, las redes sociales funcionan como un arma de doble filo.
En un estudio realizado por la revista Glamour USA el pasado verano, el 60% de las participantes consideraba que Instagram era la causa de muchos de sus complejos. Esta y otras plataformas digitales alientan comparaciones poco beneficiosas, pero tambi¨¦n sirven como altavoz para denunciar el uso indiscriminado de Photoshop y dar visibilidad a la diversidad. ?Aunque queda mucho por hacer, la moda se est¨¢ abriendo a la diferencia. En parte gracias al activismo contra la imposici¨®n de un patr¨®n ¨²nico de belleza y por la insatisfacci¨®n de los consumidores?, cuenta la escritora Sharon Haywood, una de las art¨ªfices del proyecto Self Esteem, de la firma cosm¨¦tica Dove. Pero advierte: ?Solo cuando la pluralidad deje de ser algo anecd¨®tico habr¨¢ una ampliaci¨®n real del p¨²blico?.
Quiz¨¢ mostrar arquetipos realistas sea una novedad en moda, e incluso una estrategia para aumentar las ventas. Pero lo cierto es que este ¨²ltimo a?o hemos visto c¨®mo el canon femenino se ha ido ampliando poco a poco para dar cabida a esquemas m¨¢s naturales. Ser la excepci¨®n es la nueva regla.
Encarni Lovexx, modelo
Pablo Zamora
Muchas bellezas (sin medida). Cuando el Ministerio de Sanidad realiz¨® en 2008 su famoso estudio antropom¨¦trico de la silueta de las espa?olas, se dio de bruces con una conclusi¨®n alarmante: el 40% tiene problemas para encontrar su talla. El abismo entre los cuerpos medi¨¢ticos y los reales se sent¨ªa en todas las fases, de los medios de comunicaci¨®n a los percheros de los grandes almacenes. Algunas cadenas, como Asos o Forever 21, se dieron cuenta entonces de la incongruencia y comenzaron a ampliar su tallaje. Mango, una de las ¨²ltimas en sumarse a esta tendencia con su l¨ªnea Violeta by Mango, fue objeto de alabanzas en Estados Unidos. ?Acaban de demostrar que conocen el negocio mejor que Zara?, escrib¨ªan en la web Business Insider. Las cifras hablan por s¨ª solas: el 20% del total de la moda femenina corresponde al negocio de las tallas grandes, seg¨²n la consultora WGSN.
Sin embargo, es precisamente esa etiqueta de ?talla grande? la que segrega a las consumidoras que superan la 40. Aunque existe una mayor variedad de productos, las revistas, campa?as y pasarelas prefer¨ªan segmentarlos en nichos de mercado diferentes a reflejar la diversidad femenina en un ¨²nico mensaje¡ Hasta ahora.
La modelo de tallas grandes Candice Huffine, durante la sesi¨®n de fotos del ¨²ltimo calendario Pirelli.
Cortes¨ªa calendario Pirelli
Modelos voluptuosas como Tara Lynn, Robyn Lawley o Candice Huffine han logrado hacerse un hueco en la moda convencional. Aparecen en editoriales junto a otras maniqu¨ªes con medidas estandarizadas o protagonizan la publicidad de firmas masivas (de H&M a la marca de lencer¨ªa Chantelle). Huffine, adem¨¢s, forma parte del ¨²ltimo calendario Pirelli, icono del erotismo y la sensualidad femeninos.
Lindsey Averill, codirectora del documental Fattitude, que analiza las complejas relaciones entre la cultura popular y las artistas con sobrepeso, considera que este ha sido un gran paso, pero no es suficiente: ?Son modelos de f¨¦mina con cuerpos perfectos. ?Qu¨¦ pasa con las que tienen f¨ªsicos menos proporcionados? Por otro lado, parece que solo los extremos importan. Hay muchas mujeres entre ambos polos?.
Winnie Harlow, la primera modelo con vit¨ªligo.
Cortes¨ªa Desigual
Justamente, la ¨²ltima campa?a de lencer¨ªa de Calvin Klein Underwear se convirti¨® en fen¨®meno viral por retratar a Myla Dalbesio, una modelo cuyas medidas encajan en la talla 40 y a la que los medios bautizaron como inbetweenie (intermedia). ?Cada vez hay m¨¢s demanda de este tipo de perfiles?, apunta Gary Dakin, agente de la agencia JAG, que se encarga de la carrera de Dalbesio. Su leitmotiv se basa en ?no discriminar a nuestras clientas por edad, raza, peso o altura?, a?ade. S¨ª a las arrugas. 2014 fue el a?o de la ampliaci¨®n del tallaje y, antes, 2012 supuso la ruptura del prejuicio de la juventud eterna. Aupadas por el blog Advanced Style, varias mujeres que superaban los 60 a?os volvieron a ser reclamadas para ejercer su antiguo oficio. Jacky O¡¯Shaughnessy (62), Daphne Selfe (86) o Carmen Dell¡¯Orefice (83) regresaban a las pasarelas y las sesiones de fotos. ?En una ocasi¨®n, al ver a una mujer de unos 70 o 75 a?os saliendo de la ¨®pera le dije a mi marido: ¡®Cuando sea mayor no quiero que digan que parezco joven, sino que soy una se?ora elegante¡¯?, confiesa la modelo menorquina Alicia Borr¨¢s. Esta sofisticaci¨®n que solo da la madurez, lejos de ser una tendencia pasajera, se ha convertido en un valor en alza. Los ¨²ltimos ejemplos: Joan Didion (80) y Joni Mitchell (71), en las campa?as de primavera-verano 2015 de C¨¦line y Saint Laurent, respectivamente.
Jessica Lange para Marc Jacobs.
Cortes¨ªa de Marc Jacobs
Al principio, fueron las marcas de ropa las que reivindicaron el estilo de las mujeres mayores. Ahora es la industria de la cosm¨¦tica la que se est¨¢ desembarazando de ideales inalcanzables y dibujando un panorama publicitario m¨¢s realista. ?Me interesan los rostros con personalidad y fuerza?, declaraba el maquillador Fran?ois Nars cuando el pasado verano eligi¨® a la veterana Charlotte Rampling como imagen de sus productos. Poco despu¨¦s Jessica Lange se convirti¨® en el rostro de la l¨ªnea de maquillaje de Marc Jacobs, aunque quiz¨¢ el contrato m¨¢s sonado lo protagoniz¨® Helen Mirren (69) en octubre. La actriz ser¨¢ la nueva mujer L¡¯Or¨¦al. Su elecci¨®n se realiz¨® por votaci¨®n popular; 9.000 clientes consideran que ella es, seg¨²n la marca, ?brillante, irreverente, hermosa¡ y sexy?.
La empat¨ªa es un factor clave. ?Las mujeres compran m¨¢s cuando se sienten identificadas con las modelos en cuestiones de raza, talla y edad?, se?ala la escritora Sharon Haywood. Una hip¨®tesis demostrada por la marca de ba?adores y lencer¨ªa Aerie, que increment¨® sus ventas globales un 9% tras negarse a retocar sus campa?as con Photoshop. O a la ense?a de higiene personal Dove, que tras 10 a?os trabajando por dirigirse a mujeres de edades y caracter¨ªsticas muy diversas, pr¨¢cticamente ha duplicado su facturaci¨®n: de 2.500 a 4.000 millones de euros. Era cuesti¨®n de tiempo que un negocio como el de la cosm¨¦tica dejara de contemplar el paso del tiempo como un defecto y comenzara a verlo como una cualidad a explotar.
Andreja Pejic antes de cambiar de sexo, en el desfile de hombre o-i 2013/14 de Jean Paul Gaultier.
Getty Images
Facciones ambivalentes: Marlene Dietrich, Grace Jones o Tilda Swinton. En lo que respecta a la creaci¨®n de iconos de estilo, la androginia siempre ha sido considerada un valor a tener en cuenta. Hace d¨¦cadas que la moda viste a f¨¦minas con sombreros borsalinos y corbatas bajo el ep¨ªgrafe de tendencia dandi o tomboy. ?Las mujeres llevan siglos asaltando el armario masculino, de Juana de Arco a Lauren Hutton o, m¨¢s recientemente, Shiloh Jolie-Pitt?, afirma Emma McilRoy, cofundadora de Wildfang, una marca de prendas masculinas para mujeres. La diferencia entre pasado y presente reside, precisamente, en ese punto: si antes el aspecto masculinizado era una cuesti¨®n omnipresente en el mundo del arte, el cine o las pasarelas pero oculta (aunque real) en el ¨¢mbito cotidiano, ahora florecen firmas de este tipo junto a l¨ªneas de ropa unisex. El dise?ador Rad Hourani afirma crear alta costura sin g¨¦nero y ense?as m¨¢s masivas como Kling o American Apparel poseen l¨ªneas que tambi¨¦n se ajustan a clientes y clientas.
En este caso, es la moda la que ha escuchado una demanda social, y no al rev¨¦s. Wildfang naci¨® ?en la secci¨®n masculina de unos conocidos grandes almacenes. Julia, la otra cofundadora, y yo nos planteamos qu¨¦ pasar¨ªa si hici¨¦ramos esas mismas prendas con medidas femeninas. Hicimos varios estudios de mercado y descubrimos que es un nicho de negocio creciente?, explica Emma. Desde su nacimiento hace un a?o, la marca se ha convertido en la favorita del d¨²o Tegan & Sara, de actrices como Ellen Page o Kristen Stewart o de la editora de moda Laurel Pantin. Todas ellas encarnan y reivindican (algunas expl¨ªcitamente) una est¨¦tica que no discrimina entre g¨¦neros.
Junto a las veteranas Stella Tennant y Omahyra Mota, ha surgido una nueva hornada de modelos femeninas de rasgos masculinos o viceversa. Stav Strashko o Erika Linder son algunos de ellos, aunque quiz¨¢ el caso m¨¢s relevante sea el de Casey Legler, la primera mujer en firmar un contrato como modelo masculino, que no est¨¢ muy contenta con que consideren su condici¨®n como una tendencia pasajera o un simple juego entre binarios. ?Tengo una responsabilidad con todos los j¨®venes que se averg¨¹enzan de ser diferentes?, escrib¨ªa en una extensa carta en el diario The Guardian.
Christina Hendricks en la ¨²ltima edici¨®n del festival de cine de Cannes.
Cordon Press
Si Legler quiere que se asuma realmente su ausencia de g¨¦nero, Andreja Pejic, que acaba de someterse a una operaci¨®n de cambio de sexo, pretende que su carrera sea igual de exitosa que cuando era un hombre de rasgos femeninos. El resultado puede parecer el mismo, pero para la industria no lo es. Si bien las facciones andr¨®ginas siempre han resultado valiosas, la transexualidad no lo ha sido tanto. Aunque Pejic est¨¢ de suerte, y planea su regreso en el momento m¨¢s propicio.
Hermanos, hermanas, hijos e hijas, as¨ª se titula la campa?a que el centro comercial Barneys lanz¨® en febrero del a?o pasado junto a 17 modelos transexuales. ?Con las luchas por el matrimonio entre personas del mismo sexo, nos hemos olvidado de la T (de transexual) en las reivindicaciones LGBT?, declaraba en un comunicado Mark Lee, CEO de estos grandes almacenes. Mientras esto ocurr¨ªa, en la peque?a pantalla la audiencia se rend¨ªa ante la actriz Laverne Cox, que interpreta a Sophia, la presidiaria transexual de la serie Orange Is The New Black. Despu¨¦s llegar¨ªa Erika Ervin en la ¨²ltima temporada de American Horror Story, y la que quiz¨¢ sea una de las confirmaciones definitivas de que la transexualidad ha dejado de verse como una excepci¨®n: en noviembre Lea Cerezo, portavoz de los derechos transg¨¦nero y musa de Givenchy, firmaba un contrato publicitario con la firma de productos capilares Redken. RuPaul ha trabajado a las ¨®rdenes de la casa de cosm¨¦tica MAC, pero siempre desde el imaginario glam asociado al mundo del travestismo. As¨ª que ahora puede decirse que por primera vez, una transexual es (realmente) imagen de una ense?a de gran consumo.
Laura O¡¯Grady, en Saint Laurent.
Imaxtree
El defecto es una virtud. En Francia utilizan la expresi¨®n jolie laide para referirse a aquellas mujeres que no poseen una belleza convencional. Hace tiempo que la industria se fija en estos perfiles. Sin ir m¨¢s lejos, Louis Vuitton tuvo y tiene como musas a dos mujeres que encajan en esta categor¨ªa: Sofia Coppola y Charlotte Gainsbourg.
Recientemente, la moda libra una batalla por la originalidad, y un grupo de modelos est¨¢ triunfando haciendo de sus imperfecciones su principal valor. La mand¨ªbula de Lindsey Wixson, el albinismo de Diandra Forrest o el estrabismo de Moffy cotizan al alza. Incluso se ha creado una agencia, Ugly Models, que solo representa a maniqu¨ªes considerados feos.
?No se proponen exclusivamente tendencias ligadas a la ropa. La moda tambi¨¦n cambia peri¨®dicamente sus perfiles?, opina Holla, y cita el caso ?del diastema de modelos como Lara Stone, que se convirti¨® en un ¨¦xito hace unos a?os?. Puede que esta b¨²squeda de la diferencia sea temporal, o quiz¨¢ se trate de la reacci¨®n frente a un panorama de bellezas id¨¦nticas. En cualquier caso, la moda no es la ¨²nica que est¨¢ encumbrando lo distinto. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, la triunfadora musical del pasado a?o, FKA Twigs, cuyo f¨ªsico (y estilo indumentario) no se corresponde al esperado en una superestrella.
Seg¨²n Lindsey Averill, ?no solo se trata del sobrepeso o el envejecimiento. Otros personajes est¨¢n abriendo el debate sobre la aceptaci¨®n de la mastectom¨ªa (Angelina Jolie) o la fealdad en la industria del cine (Ron Perlman)?. Para la escritora Sharon Haywood, ?algunas de las mujeres que est¨¢n ejemplificando la diferencia son Jillian Mercado, una modelo con distrofia muscular que ha sido imagen de Diesel, y Winnie Harlow?, explica. Esta ¨²ltima padece vit¨ªligo, una enfermedad que despigmenta la piel. Tras participar en el reality America¡¯s Next Top Model protagoniz¨® una campa?a para Desigual. ?Las diferencias son la salsa de la vida?, afirmaban desde la marca tras su contrataci¨®n. Ahora es la estrella de uno de los v¨ªdeos de Showstudio, la productora de fashion films m¨¢s prestigiosa del mundo.
Stav Strashko en el backstage de DKNY.
Imaxtree
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