Amberes, la ciudad que enciende la moda
Se convirti¨® en el centro de la vanguardia a finales de los a?os 80. Desde entonces, su escuela de moda es una cantera de nuevos talentos que cada a?o atrae a j¨®venes de todo el mundo.
Es una de las grandes capitales de la moda. Pero no es una macrourbe cosmopolita. Con poco m¨¢s de medio mill¨®n de habitantes (seg¨²n el ¨²ltimo censo, de 2013), sus medidas se parecen m¨¢s a las de M¨¢laga (568.479) que a las de Mil¨¢n (1.345.890, en 2012) o Nueva York (m¨¢s de ocho millones, tambi¨¦n en 2012). Su puerto fue durante la Edad Media y el Renacimiento uno de los centros de comercio y distribuci¨®n de mercader¨ªas m¨¢s importantes de Europa. Todav¨ªa hoy uno de cada siete empleos de la regi¨®n es generado directa o indirectamente por la actividad portuaria, seg¨²n el Gobierno de Flandes. Y aunque en algunos barrios se respira un ambiente posindustrial, la moda es, desde los a?os 80, otro de los sectores pujantes de la econom¨ªa de la ciudad: m¨¢s de 20.000 personas trabajan en la industria textil de B¨¦lgica, un segmento que hoy mueve m¨¢s de 7.000 millones de euros.
ModeNatie (Nationalestraat, 28) es un complejo que alberga el Instituto de Moda de Flandes, el Museo de Moda (MoMu) y las aulas del departamento de moda de la Academia.
Germ¨¢n Saiz
?La historia de la moda belga empieza en el departamento de moda de la Real Academia de Bellas Artes [que en 2013 celebr¨® su 50? aniversario]. En sus aulas estudiaron la mayor parte de los dise?adores del pa¨ªs que hoy son nombres de referencia en el circuito internacional?, cuenta a?S?ModaWalter Van Beirendonck, director del centro. ?l fue uno de Los seis de Amberes, junto a Ann Demeulemeester, Dries Van Noten, Dirk Van Saene, Dirk Bikkembergs y Marina Yee, el grupo que revolucion¨® la escena en 1987, cuando ?B¨¦lgica y tendencias eran t¨¦rminos contradictorios?, en palabras de la editora Suzy Menkes. Aquella promoci¨®n sent¨® las bases de la est¨¦tica transgresora e innovadora de Amberes y convirti¨® la ciudad en una incubadora de talentos que hoy atrae a j¨®venes de todo el mundo. ?Un lugar donde un estudiante puede vivir en su microcosmos, desarrollando, experimentando y buscando su propio lenguaje, sin las distracciones de una capital como Londres o Par¨ªs?, cree la bloguera brit¨¢nica Susie Lau (de Style Bubble), quien este a?o ha formado parte del jurado que eval¨²a las colecciones de los estudiantes del m¨¢ster.
Madeleine Coise en la Real Academia de Bellas Artes de Amberes, donde antiguamente estaba ubicado el departamento de moda.
Germ¨¢n Saiz
Educar la cantera del futuro.??A diferencia de la mayor parte de escuelas de moda, nosotros seguimos trabajando a un nivel muy personal con los estudiantes. De ah¨ª que, en comparaci¨®n, seamos una instituci¨®n peque?a. La relaci¨®n tutor-alumno es cercana y eso se refleja tambi¨¦n en el trabajo de los graduados. Intentamos que los j¨®venes desarrollen una voz y personalidad ¨²nicas?, cuenta Van Beirendonck. Tambi¨¦n es una de las m¨¢s econ¨®micas: los miembros de la Uni¨®n solo deben pagar unas tasas anuales de inscripci¨®n de 500 euros. Para los estudiantes extracomunitarios, la matr¨ªcula no llega a los 8.000 euros, comparados con los m¨¢s de 16.000 de Central Saint Martins, en Londres.
?El examen de acceso es relajado, muy distinto de lo que sucede en algunos centros de Francia?, asegura Madeleine Coisne, una alumna del m¨¢ster que, antes de entrar en la academia, tambi¨¦n present¨® solicitudes para ingresar en varias escuelas de moda de Par¨ªs. ?En Les Arts D¨¦coratifs el proceso de selecci¨®n constaba de cuatro pasos y duraba seis meses. Aqu¨ª, la convocatoria es m¨¢s ¨¢gil: apenas dos d¨ªas. El primero, debes esbozar una prenda en blanco y negro con todo lujo de detalles; para que puedan valorar tu habilidad para dibujar. El siguiente, por la ma?ana, tienes m¨¢s libertad, y puedes incorporar colores. A continuaci¨®n, hay una entrevista de 10 minutos con los profesores; y por ¨²ltimo, debes presentar ante un jurado tu trabajo y tu porfolio. En total, un d¨ªa y medio. Y en seis horas tienes los resultados?.
Uno de los maniqu¨ªs en la tienda Ann Demeulemeester (Kloosterstraat, 175), miembro del grupo Los seis de Amberes.
Germ¨¢n Saiz
Cada a?o, en junio y durante tres d¨ªas seguidos, el instituto organiza un evento para presentar las colecciones de final de curso, en el que participan incluso los alumnos de primero. Una pasarela maratoniana de cuatro horas que finaliza casi a medianoche con el desfile de los estudiantes del m¨¢ster; y que escenifica la escabechina de ?aspirantes a dise?ador? de un a?o a otro: de los 46 que entran en primero, a los 24 que se matriculan en segundo, los 16 que pasan a tercero y los apenas 10 talentos en ciernes que llegan al final. ?En realidad, muchos abandonan por voluntad propia. Y no todos los que aprueban tercero quieren seguir estudiando. Algunos prefieren incorporarse al mercado laboral y entrar a trabajar directamente en una empresa?, dice Coisne.
Al fondo del gigantesco?backstage, en una nave industrial del puerto, casi ocultos tras los pasillos de burros con perchas en las que cuelgan las propuestas experimentales de los primeros cursos, los alumnos del m¨¢ster dan las ¨²ltimas puntadas a su colecci¨®n sobre el cuerpo de las modelos. Detr¨¢s hay muchas horas (incluso meses) de trabajo. ?Y un ej¨¦rcito de madres?, advierte Coisne. ?La m¨ªa vino, por ejemplo, una semana para ayudarme a marcar y cortar las piezas del patr¨®n sobre la tela?, nos cuenta. Su compa?era Virginia Burlina aprendi¨® (y ense?¨® a algunos miembros de su familia) a bordar para poder realizar la intrincada labor de aguja de sus dise?os. El resultado era cautivador.
Detalle en el backstage de un dise?o de Hyein Seo.
Germ¨¢n Saiz
Pero ?qu¨¦ pasa despu¨¦s? ?Esperamos mucho del mundo exterior?, admite Coisne. ?Creemos que estamos en el punto de mira y vamos a recibir 10 propuestas de trabajo el d¨ªa despu¨¦s de la graduaci¨®n, pero, en realidad, todo depende de nosotros. Intentas no pensar en ello, aunque tarde o temprano tienes que enfrentarte a la realidad. No hay un plan perfecto. Muchas veces el ¨¦xito es el resultado de estar en el sitio adecuado en el momento oportuno, con la gente correcta?, dice Coisne. Y a hacer contactos es, precisamente, a lo que se dedican los alumnos en un c¨®ctel al aire libre tras la informal entrega de premios, en la que dise?adores como Dries Van Noten se mezclan con empresarios locales como Ilse Cornelissen, copropietaria junto a su marido de la?concept storeGraanmarkt 13.
Experto en moda, el gu¨ªa y productor Tanguy Ottomer ha buscado localizaciones para Testino en Amberes.
Germ¨¢n Saiz
Gu¨ªa alternativa.?Es una de las principales capitales del mercado internacional de diamantes. Pero en las calles de Amberes se respira un ambiente bohemio, alejado del aburguesamiento de Bruselas, que estimula la creatividad. Su originalidad y su sentido inherente del dise?o se perciben en cada uno de sus caf¨¦s,?boutiques, restaurantes¡ En un mundo de productos cada vez m¨¢s estandarizados ¨Cque unifica la moda y el estilo en nombre de la globalizaci¨®n¨C, ir de compras en Hong Kong o Nueva York puede parecer una experiencia casi id¨¦ntica. Sin embargo, aqu¨ª todav¨ªa es posible descubrir prendas originales y marcas locales con un patr¨®n genuino. Mirar escaparates resulta as¨ª m¨¢s divertido y estimulante. Un ejemplo: la zapater¨ªa de lujo Cocodrilo (Schuttershofstraat, 9). Mientras en su interior los tacones de Saint Laurent se mezclan con sandalias de Dries Van Noten o Prada, en una de las vitrinas exteriores se exhibe el zapato arquitect¨®nico de un alumno de la academia de la promoci¨®n anterior.
El Het Modepaleis (Nationalestraat, 16), donde tiene su tienda Dries Van Noten, con la catedral al fondo.
Germ¨¢n Saiz
Apostar por nuevas etiquetas e invertir en moda local est¨¢ grabado en el ADN de los dise?adores y los compradores de la ciudad. Incluso en tiendas multimarca de nombres ya consagrados como DVS (Shuttershofstraat, 9), la l¨ªnea de su propietario (Dirk Van Saene) comparte espacio con prendas de talentos menos conocidos, como Sofie d¡¯Hoore. Tambi¨¦n en la concept store Graanmarkt 13. En esta tienda, que es a la vez galer¨ªa de arte y restaurante, y que desde junio es tambi¨¦n hotel-boutique, las tendencias m¨¢s vendidas del planeta (de Kenzo a Isabel Marant) se mezclan con dise?os que todav¨ªa ni siquiera se comercializan: en oto?o tendr¨¢n un?corner?dedicado a la l¨ªnea c¨¢psula de la reci¨¦n graduada Coisne. Otras direcciones para?fashionistas?inquietos: el multiespacio Atelier Solar Shop (Dambruggestraat, 48), de un exalumno de la academia; RA (Kleine Markt, 7-9, primera planta); o Collectif d¡¯Anvers (Maarschalk Gerardstraat, 9).
A la izda., el edificio ModeNatie. A la dcha., Walter Van Beirendonck, director del centro, en uno de los pasillos de la antigua Real Academia de Bellas Artes.
Germ¨¢n Saiz
Interior del restaurante de pescado y marisco Fiskebar.
Germ¨¢n Saiz
Bustos de la ¨®ptica E. Blond¨¦ (Nationalestraat, 141), con una cuidada selecci¨®n de gafas y dise?os in¨¦ditos.
Germ¨¢n Saiz
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