Andador y zapatos gastados: as¨ª domina Harvey Weinstein la semi¨®tica de la est¨¦tica de juzgado
Dime c¨®mo te vistes para ir a juicio y te dir¨¦ de lo que se te acusa: o c¨®mo dominar la comunicaci¨®n no verbal en la pena del telediario.
Cabizbajo, encorvado, apoy¨¢ndose en un andador, lento de movimientos y con los zapatos sucios y gastados. Cualquiera dir¨ªa que es una piltrafa humana. Desde que empez¨® el juicio contra el productor cinematogr¨¢fico Harvey Weinstein, la misma estampa se repite en el juzgado con cada una de sus apariciones. Lentitud de movimientos, cara de pena. Alg¨²n que otro traje que no parece de su talla, alg¨²n que otro d¨ªa con barba descuidada. Debilidad f¨ªsica (y simb¨®lica) para enfrentarse a las c¨¢maras que captan cada uno de los momentos de un juicio esperado. Ni rastro de la ferocidad de la que presum¨ªa sin descanso el temido magnate cinematogr¨¢fico.
Viendo esas ¨²ltimas im¨¢genes de un Weinstein consumido se podr¨ªa concluir que no queda ni un ¨¢pice del hombre que lleg¨® a chillar en una de sus fiestas:??Estoy encantado de ser el puto sheriff de esta puta mierda de ciudad?. Lo hizo hace a?os, despu¨¦s de gritar ?Zorra, ?qui¨¦n te has cre¨ªdo que eres? a la periodista Rebecca Traister ¨Cque cometi¨® el error de hacer su trabajo y preguntarle por una de sus pel¨ªculas¨C para acto seguido realizar una llave e inmovilizar a otro reportero y pareja de la periodista, Andrew Goldman. Un show que perpetr¨® ante multitud de personas y papparazzi que captaron el instante. Te¨®ricamente se dispararon cientos de flashes pero el incidente, como recuerdan los agredidos en el recomendable documental Untouchable (disponible en Movistar+), nunca lleg¨® a verse en ning¨²n medio de comunicaci¨®n. Ni un tabloide se atrevi¨® a publicarlo. Esa era el poder de Harvey Weinstein, el ?sheriff? de Nueva York.?Nadie le llevaba la contraria. Todos callaban. ?Si me hac¨¦is una foto a m¨ª o a Bobby de Niro acabar¨¦ con vosotros y no volver¨¦is a publicar una imagen nunca m¨¢s?, amenazaba a la prensa en un momento del documental mientras los fot¨®grafos se disculpaban con ¨¦l. Ahora baja la cabeza y se tambalea con su andador de camino a la dependencias judiciales. Sabe lo que se hace. Weinstein es un maestro de la semi¨®tica en esto de vestirse para la pena del telediario.
Contin¨²a la selecci¨®n del jurado del juicio contra #Weinstein, que encara su segunda semana. pic.twitter.com/SOOai6FsAc
— Jorge Fuentelsaz (@jfuentelsaz) January 13, 2020
El fundador de Miramax ha calculado el lenguaje no verbal de cada una de sus apariciones frente a la justicia tras el esc¨¢ndalo del #MeToo. Siete meses despu¨¦s de que se hicieran p¨²blicas sus agresiones en la prensa, cuando se entreg¨® en la comisar¨ªa de Tribeca en mayo de 2018, no llevaba andador, pero?si visti¨® un oportuno jersey azul beb¨¦ (?Un abogado una vez me dijo que siempre ped¨ªa a sus clientes que para testificar se pusieran un jersey azul claro porque les hace parecer m¨¢s dulces y agradables?, analiz¨® la periodista de The Wall Street Journal, Elizabeth Holmes) y sosteniendo dos libros entre sus manos. Por un lado, la biograf¨ªa de Elia Kazan, el director acusado de delatar a sus compa?eros durante la?¡®caza de brujas¡¯?del macartismo ¨Clos agoreros del #MeToo hicieron los mismos paralelismos con aquellas listas negras de cineastas con los acusados ahora de acoso sexual¨C. Por otro,?Something Wonderful, un ensayo sobre c¨®mo Richard Rodgers y Oscar Hammerstein transformaron la industria de entretenimiento gracias a los musicales ¨CHarvey Weinstein y su hermano, Bob, tambi¨¦n revolucionaron la industria a su manera con nuevas formas de hacer cine¨C.? ?Tuviese o no mucho tiempo para la lectura esa ma?ana de viernes, el mensaje que transmiti¨® era que quer¨ªa volver al trabajo. Que estaba centrado en seguir adelante?, escribi¨® Eliza Brooke en Racked.
Un a?o y medio despu¨¦s, Weinstein no aguanta triunfante libros a su llegada al juzgado. Ha escogido un andador para marcar su nuevo s¨ªmbolo de estatus. Curiosamente, solo recurre a ¨¦l cuando le toca enfrentarse a las c¨¢maras que hacen cola esperando cada una de sus apariciones en la Corte Federal del Estado de Nueva York. Sus abogados aseguran que ?no lo necesita para dar compasi¨®n? y que lo utiliza debido a una lesi¨®n de espalda ocasionada por un accidente de coche el pasado mes de agosto. Tambi¨¦n que Weinstein se someti¨® a una operaci¨®n de tres horas de duraci¨®n en diciembre, pero el tabloide Page Six?ha puesto en duda esta informaci¨®n al publicar unas fotos del magnate sin su accesorio favorito, ni ning¨²n soporte para desplazarse, en un supermercado Target de Nueva York poco despu¨¦s de someterse, supuestamente, a la intervenci¨®n, y poco antes de volver recurrir al andador para acudir al juzgado.
En el arte de vestirse para ir a declarar uno se viste en funci¨®n del delito y del n¨²mero de c¨¢maras que le esperan a las puertas del juzgado. Est¨¢n los que, como Weinstein, buscan la compasi¨®n y bajar el list¨®n. Como en su d¨ªa hizo?F¨¨lix Millet con su c¨¦lebre americana de cuadros de pata de gallo. Se la puso tantas veces durante el proceso judicial que los medios bromeaban con el hecho de que ?Felix Millet ha cambiado m¨¢s de abogado que de americana?. El locutor Toni Clap¨¦s la bautiz¨® como ?chaqueta de Barrag¨¢n? y su mujer?contar¨ªa que el objetivo estaba claro: ?mejor que le hicieran la foto ese d¨ªa que llevaba la ropa agujereada?.
O?las que se visten de ni?a buena. Joan Didion fue la encargada de comprar?el c¨¦lebre y folcl¨®rico vestido de mexicana?con el que subi¨® al estrado Linda Kasabian, testigo de los asesinatos de la familia Manson, bajo unas indicaciones rigurosas que tuvo que cumplir al dedillo. El?cuello Peter Pan?tambi¨¦n es un cl¨¢sico en el juzgado para infantilizar y aportar ese toque de inocencia a la imagen femenina. Winona Ryder lo eligi¨® cuando tuvo que declarar por su famoso robo de ropa.?Rebekah Brooks, la ex mano derecha de Rupert Murdoch, tambi¨¦n tir¨® de este cl¨¢sico y le cayeron cr¨ªticas por todas partes por hacerlo.
La foto de banquillo importa. Mucho. Bien lo sabe?Anna Delvey (o Anna Sorokin), la estafadora m¨¢s popular de Nueva York. Se han comprado los derechos cinematogr¨¢ficos de su vida para una pel¨ªcula y entre la multitud de empresarios que cayeron en su farsa est¨¢ uno de los hijos de Calatrava. Tal fue su notoriedad en los medios que lleg¨® a contratar a una estilista para que decidiera su armario durante el juicio. Anastasia Walker, la elegida, cont¨® a GQ que entre los estilismos incluy¨® a Saint Laurent, Victoria Beckham, Michael Kors, Wolford y Chlo¨¦. Looks de prendas b¨¢sicas y funcionales con el negro como protagonista: ¡°El negro es un color fuerte y serio. Es un caso grave, es su vida real. Pensaba en funcionalidad, versatilidad. Pens¨¦ en cl¨¢sicos. Si va a tener una foto suya, especialmente una foto como esa mientras est¨¦ en el juicio, una imagen que durar¨¢ para siempre, querr¨¢ asegurarse que lo que lleva no est¨¢ pasado?.
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