Helena y alrededores
A las citas importantes hay que ir con los labios pintados
Hace pocos d¨ªas estuve oliendo perfumes junto a Helena Bonham Carter. No me negar¨¢n que quieren saber m¨¢s. Est¨¢bamos (me permito el lujo del plural, como si fu¨¦semos dos amigas que salen juntas de compras) en Londres, en Liberty, el gran almac¨¦n m¨¢s hermoso del mundo. Ella, sin prisa aparente, se confund¨ªa con la multitud, pero mi yo peliculero la detect¨® de inmediato. Vest¨ªa de negro, justo como nos la imaginamos, y se probaba uno de los aromas de la colecci¨®n Editions de Parfums, de Fr¨¦d¨¦ric Malle; lamento no tener el dato exacto del aroma, pero estaba entretenida mirando la piel de esa mujer a la que llevamos viendo 40 a?os en la pantalla. Me impresion¨® lo hermosa que era: esos ojos abiertos, esa tez de porcelana, ese pelo despeinado¡ Confirm¨¦ algo que ya sab¨ªa: que una estrella de cine, bisnieta de una baronesa y de un primer ministro brit¨¢nico, y una tipa normal podemos dejar por la calle el mismo halo de perfume. Mientras pensaba esto, ella desapareci¨®. La belleza de esta mujer es propia del Reino Unido, como la de Pen¨¦lope Cruz o la de ?ngela Molina lo son de Espa?a o de la cuenca mediterr¨¢nea. Nuestro aspecto es el resultado de una econom¨ªa y una cultura. Esto es una simplificaci¨®n barata de un tema complejo, pero aqu¨ª va.
Mi yo peliculero, que lo invade todo, me hab¨ªa llevado a Liberty a comprar el labial que aparece en La habitaci¨®n de al lado. La pel¨ªcula de Almod¨®var tiene a dos mujeres protagonistas. Una, interpretada por Julianne Moore, est¨¢ llena de salud y lleva siempre los labios pintados; otra, encarnada por Tilda Swinton, est¨¢ cerca de la muerte. Aparece sin maquillar toda la pel¨ªcula, hasta un momento en el que se pinta los labios de un rojo fresa mate. En ese plano, Almod¨®var cuenta c¨®mo ese gesto nos conecta con la vida y me reafirma en algo: a las citas importantes de la vida hay que ir con los labios pintados. A la muerte, quiz¨¢s la m¨¢s importante, tambi¨¦n. Tengo el labial elegido por Morag Ross, responsable de maquillaje de la pel¨ªcula, en el bolso: es el Ribbon, de la colecci¨®n True Velvet de Lisa Eldridge.
Esta chica Almod¨®var de chichinabo se pint¨® los labios en cuando compr¨® el labial y se lanz¨® a visitar tiendas, porque para eso estaba en Londres. Aunque era primeros de octubre, los calendarios de adviento cosm¨¦ticos no solo se vend¨ªan en cada esquina, sino que muchos ya estaban agotados. Liberty lanza uno de 260 libras y los 28 productos que incluye tienen un valor de 1.205 libras. En Espa?a hemos adoptado la costumbre, pero se siente un poco impostada. En ese paseo descubr¨ª algo que me hizo pensar: Fenty Beauty, de Rihanna, presentaba su colecci¨®n de cosm¨¦tica capilar. Lo hac¨ªa en un pop-up dentro del otro gran almac¨¦n-para¨ªso, Selfridges. Fenty naci¨® en 2017 vendiendo maquillaje y con la diversidad como bandera: ofrec¨ªa decenas de tonos para adaptarse a todas las pieles. Ahora busca el mismo objetivo (abarcar la diferencia) desde el lado opuesto, el de la simplificaci¨®n. Para ello ha formulado una l¨ªnea que funciona en todos los cabellos. Si van a Londres ya no encontrar¨¢n esta tienda, y eso era parte de su encanto.
Ya hay m¨¢s pop-ups que tiendas f¨ªsicas y me pregunto si las relaciones l¨ªquidas tambi¨¦n se trasladan al territorio comercial. Me respondo que no. Que la explicaci¨®n es m¨¢s prosaica: esto permite reinventar la marca con frecuencia y, sobre todo, sortear los endemoniados precios de los alquileres en las calles comerciales de las ciudades. Liberty lleva abierto desde 1875, Selfridges desde 1908 y los pop-ups que acogen o los que se encuentran en las calles de los alrededores abren solo durante d¨ªas o semanas y todos conviven en este tiempo y este lugar en el que nos ha tocado vivir. Seguir¨¦ pensando en este tema y lo har¨¦ con los labios pintados de Ribbon. Se piensa mejor as¨ª.
*Anabel V¨¢zquez es periodista. ?Sus obsesiones confesas? Piscinas, masajes y juegos de poder.
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