Dentro de la aventura americana de Pedro Almod¨®var: as¨ª se gest¨® ¡®La habitaci¨®n de al lado¡¯
De El Escorial a Manhattan y de la sala de maquillaje a la de montaje, hemos seguido al cineasta en el proceso creativo y rodaje de su primer largometraje en ingl¨¦s. El director, las actrices Tilda Swinton y Julianne Moore y otros integrantes del proyecto hablan de una pel¨ªcula que trata de la muerte como lecci¨®n de vida y de la amistad como refugio final
Craig Radioman Castaldo es uno de esos personajes que solo pueden existir en Nueva York. Veterano de la guerra de Vietnam, ser¨ªa otro sin techo m¨¢s de unas calles inmisericordes si no fuera por sus cameos en m¨¢s de 300 pel¨ªculas y series. Con una radio colgada del cuello, recorre Manhattan en bicicleta en busca de las localizaciones secretas de los rodajes desperdigados por toda la ciudad. Radioman no pod¨ªa perderse el de The Room Next Door (La habitaci¨®n de al lado), la pel¨ªcula con la que despu¨¦s de muchas idas y venidas Pedro Almod¨®var al fin ha emprendido su aventura americana para narrar la historia de dos viejas amigas. Dos periodistas, veteranas de otra guerra, la de la escena neoyorquina de los ochenta, que se reencuentran cuando una de ellas afronta un c¨¢ncer terminal.
As¨ª que all¨ª estaba Castaldo un viernes de principios de mayo con la nariz pegada al gran ventanal del vest¨ªbulo del Alice Tully Hall del Lincoln Center, reclamando la atenci¨®n de los que estaban al otro lado del espejo. Dentro, Almod¨®var (Calzada de Calatrava, 74 a?os) repasaba, con un cartel de Viaggio in Italia (Te querr¨¦ siempre), de Roberto Rossellini, de fondo, una de las secuencias clave de su pel¨ªcula junto a las dos actrices principales, Tilda Swinton y Julianne Moore.
El estreno del primer largometraje en ingl¨¦s del cineasta espa?ol, el vig¨¦simo tercero de su filmograf¨ªa, ser¨¢ este 2 de septiembre durante el Festival de Venecia. El 18 de octubre llegar¨¢ a los cines espa?oles. Se trata de un melodrama ajeno a sentimentalismos, propio del estilo conciso de sus ¨²ltimos a?os, que habla de la muerte como lecci¨®n de vida y de la amistad como refugio final. ¡°Para m¨ª, rodar en ingl¨¦s era casi como adentrarse en un nuevo g¨¦nero, pero con esta pel¨ªcula he perdido todo el miedo¡±, asegur¨® Almod¨®var un par de meses despu¨¦s en una entrevista en su casa de Madrid. All¨ª, su gato Pepito, grande y blanco, es el rey. ¡°Pepito, tesoro, no seas pesado y deja el bolso¡±, le dec¨ªa el cineasta. ¡°Es que le encantan los bolsos¡±.
Aquel d¨ªa en el Lincoln Center tambi¨¦n los acompa?aba Sigrid Nunez, la autora del libro en el que se inspira la pel¨ªcula, What Are You Going Through (2020), editado en Espa?a por Anagrama bajo el t¨ªtulo de Cu¨¢l es tu tormento. ¡°De alguna manera, ver morir a alguien es una historia de amor¡±, afirm¨® la escritora en un receso del rodaje. Nunez (Nueva York, 73 a?os), tan observadora y cercana como su escritura, creci¨® como autora bajo el paraguas de Susan Sontag. Sentada frente a un monitor del rodaje mientras Julianne Moore se acercaba para saludarla, habl¨® del poder del azar: ¡°Hab¨ªa ido al cine a ver Madres paralelas [anterior largometraje de Almod¨®var] y al volver a casa me encontr¨¦ con un e-mail de Barbara Peir¨® [productora asociada de El Deseo] pregunt¨¢ndome por los derechos de la novela. No pod¨ªa creer la casualidad, pens¨¦ que era un spam¡ No entiendo a los escritores que esperan que una pel¨ªcula sea la transcripci¨®n de su libro. A m¨ª me pasa lo contrario, lo que de verdad me interesa es ver c¨®mo lo interpretan. Una vez que vendes los derechos debes recibir lo que venga como lo que es: un regalo¡±.
¡°Sigrid, tus palabras estaban hoy aqu¨ª¡±, le dijo Almod¨®var esa tarde a la escritora ante todo su equipo. Tambi¨¦n sirvieron para despedir a las dos actrices principales, que cumpl¨ªan su ¨²ltima jornada de trabajo despu¨¦s de 10 semanas de rodaje. ¡°Es un milagro y un regalo que estas dos mujeres hayan entendido mi cabeza¡±, les confes¨® el director visiblemente emocionado. ¡°Y para nosotras es un orgullo haberte tra¨ªdo a nuestra lengua¡±, le replic¨® Swinton. ¡°Sin duda, era un reto, pero Tilda y yo nos sentimos unas privilegiadas por estar en su primera pel¨ªcula en ingl¨¦s, es un honor que pensara en nosotras¡±, explic¨® semanas despu¨¦s Moore en una conversaci¨®n por Zoom desde su casa en Long Island. ¡°A veces era frustrante no saber espa?ol, porque quieres aportar m¨¢s, o impresionarlo, pero los actores nos expresamos con emociones y sabemos encontrar el camino¡±, a?adi¨® la actriz estadounidense. Swinton, que inici¨® su colaboraci¨®n con el director en el cortometraje La voz humana (2020) ¡ªprimer experimento del cineasta con actores anglosajones, antes de Extra?a forma de vida (2023)¡ª, a?adi¨® en una videollamada desde su casa de Escocia, sentada en un sill¨®n junto a uno de sus perros, un precioso springer spaniel: ¡°Pedro habla ingl¨¦s mucho m¨¢s fluido de lo que quiere admitir, pero poco importa, porque en el fondo todos hablamos el mismo idioma, el del cine¡±.
Para La habitaci¨®n de al lado, Almod¨®var parti¨® de un instante concreto de Cu¨¢l es tu tormento. ¡°Empec¨¦ a pensar que ten¨ªa una pel¨ªcula a partir de la visita al hospital de la amiga y, sobre todo, cuando le pide que la acompa?e en sus d¨ªas finales. Quer¨ªa hablar del renacimiento de una amistad y de algo que va m¨¢s all¨¢ de la solidaridad, que es estar al lado de alguien en silencio, sin m¨¢s, porque muchas veces eso es lo que todos necesitamos. Esa capacidad de acompa?ar es un sentimiento que va m¨¢s all¨¢ del amor y de la amistad. Luego me fui inventando las carreras de las dos, quer¨ªa que una de ellas estuviera muy en contacto con la muerte, y adem¨¢s fuera due?a de su muerte, y que la otra tuviese una relaci¨®n mucho m¨¢s temerosa¡±.
Tilda Swinton es Martha, una excorresponsal de guerra de The New York Times que afronta sus d¨ªas finales. Es una mujer que se est¨¢ despidiendo de lo que fue su vida. Ingrid (Julianne Moore) se ha reconvertido con los a?os en una autora de no ficci¨®n de ¨¦xito cuyo ¨²ltimo libro se titula De muertes repentinas. Con ¨¦l, explica el director, pretende ¡°entender y aceptar la muerte¡±. La historia transcurre entre la ciudad de Nueva York y un paraje perdido de Woodstock, al norte del Estado, aunque quiz¨¢ lo correcto ser¨ªa decir que ocurre entre el rostro de una mujer que avanza hacia su final y el de otra que la observa, escucha y acompa?a.
La muerte es central en la pel¨ªcula, tambi¨¦n en un orden casi fantasmag¨®rico. ¡°No soy yo muy paranormal, pero es verdad que a partir del momento en que las dos amigas van a la casa del bosque entran en una especie de limbo, un lugar entre la realidad y el m¨¢s all¨¢ m¨¢s inmediato¡±, explica Almod¨®var. ¡°Hay que tener conciencia de la muerte, por nosotros y por nuestros seres queridos¡±, dice Tilda Swinton. ¡°En las sociedades occidentales lo olvidamos, pesa demasiado aquella famosa frase de Raymond Williams que dec¨ªa que todos morimos solos. Pero el prop¨®sito de esta pel¨ªcula es el contrario, porque una de las formas m¨¢s grandes de compa?erismo y amistad que existen, y s¨ª, tambi¨¦n de amor, es acompa?ar a alguien a abandonar esta vida, que te inviten a estar en esa zona, algo que por fortuna he experimentado en persona, es una de las experiencias m¨¢s hermosas que existen y no tiene nada que ver con la muerte¡±.
¡°Pienso en la muerte todos los d¨ªas y en ese sentido esta pel¨ªcula ha sido bals¨¢mica¡±, confiesa el director. Aunque La habitaci¨®n de al lado no es su primera pel¨ªcu?la sobre el tema ¡ªen Matador (1986) ya lo encaraba, aunque aquella vez lo invoc¨® con la furia de un orgasmo final¡ª, s¨ª es una aproximaci¨®n m¨¢s resignada y melanc¨®lica. ¡°No entiendo la muerte, ni tengo el culto que ten¨ªa, por ejemplo, la generaci¨®n de mi madre, que con toda naturalidad y de una forma muy sana pon¨ªan unas lucecitas en aceite que se llaman pasavidas en el corredor de la casa del difunto por si la noche despu¨¦s de su desaparici¨®n volv¨ªa. Ojal¨¢ creyera en eso, pero no, para m¨ª la muerte es el final, algo que no acabo de aceptar¡±.
Moore pone por su parte el foco en c¨®mo su personaje sublima sus miedos en nombre de la amistad: ¡°Son dos amigas que han perdido el contacto, pero es esa idea profunda de la amistad femenina la que me resulta m¨¢s conmovedora y una de las cosas que m¨¢s me interesan del trabajo con Almod¨®var. A mi personaje le aterra la situaci¨®n, pero va a estar ah¨ª, no importa cu¨¢nto la asuste, no va a fallarle¡±.
En La habitaci¨®n de al lado las ventanas (del hospital, del apartamento neoyorquino y, sobre todo, de la casa del bosque) son el marco que separa la vida del camino final, un pre¨¢mbulo idealizado a los ojos del personaje de Swinton, que tambi¨¦n se despide de Nueva York a trav¨¦s de ellas. Detr¨¢s de esos enormes cristales asoma el mundo, tan real como imaginario. La primera vez que Almod¨®var pis¨® Nueva York fue en 1980, junto a su amiga Blanca S¨¢nchez y el galerista Fernando Vijande, para la inauguraci¨®n de la exposici¨®n del Guggenheim New Images from Spain. ¡°Aquella primera impresi¨®n fue muy infantil, yo asociaba Nueva York al c¨®mic de Superman. Me impresion¨® mucho, y de alguna manera aquella imagen primera sigue intacta. Al principio fue el impacto visual, por su belleza arquitect¨®nica, pero luego lleg¨® una m¨¢s profunda, esa sensaci¨®n de que todo se coc¨ªa ah¨ª. Llegu¨¦ tarde al momento del Studio 54, pero en cambio s¨ª viv¨ª el reinado de las drags cuando se convirtieron en las reinas de la noche. Viv¨ª el inicio de los balls y las casas del voguing antes de que Madonna lo pusiera de moda, aunque luego, en los noventa, tambi¨¦n fui con ella a alg¨²n ball. Eran impresionantes¡±.
¡°Pedro imagina Nueva York tanto como imagina Madrid¡±, dice Julianne Moore, que desde hace a?os vive en Manhattan. ¡°Cuando llegu¨¦ a Madrid tampoco encontr¨¦ la ciudad que hab¨ªa visto en sus pel¨ªculas, ¨¦l reinventa la realidad y eso es lo maravilloso de su cine¡±. ¡°El cine de Pedro me ha acompa?ado toda la vida¡±, asegura Swinton. ¡°Derek Jarman y yo no nos perd¨ªamos un estreno suyo. Esa corriente que nos llegaba desde Madrid, atravesando el canal [de la Mancha], siempre era un evento para nosotros, lo sent¨ªamos como un primo hermano. Colaborar con ¨¦l es algo que jam¨¢s pens¨¦ que ocurrir¨ªa, lo ve¨ªa tan imposible como trabajar con Hitchcock, Michael Powell o Bresson. Pero, adem¨¢s, todo lo que cat¨¦ en La voz humana se ha confirmado con esta pel¨ªcula: Pedro trabaja con un rigor y una maestr¨ªa asombrosos, es una fuente constante de inspiraci¨®n¡±. La relaci¨®n de Moore con el universo de Almod¨®var lleg¨® m¨¢s tarde, cuando el p¨²blico estado?unidense lo descubri¨® con Mujeres al borde de un ataque de nervios: ¡°Me re¨ª tanto¡ El humor, la paleta de colores, la emoci¨®n, la humanidad¡, hab¨ªa tantas cosas ¨²nicas¡±.
Las dos actrices ¡ªambas de 63 a?os, ambas madres de dos hijos, mellizos en el caso de Swinton, ¡°y con barba pelirroja nuestros dos varones porque yo tambi¨¦n tengo sangre escocesa¡±, apunta Moore¡ª han vivido en Madrid durante m¨¢s de dos meses. Swinton, instalada entre el barrio de Chueca y Malasa?a, y Moore, en el de Salamanca. La ruta tur¨ªstica de los escasos ratos libres inclu¨ªa, en el caso de Moore, unos famosos grandes almacenes de su zona: ¡°Me da verg¨¹enza admitirlo, pero era mi sitio favorito de Madrid, cada noche me escapaba al supermercado a comprar algo distinto, ?lo amaba!¡±.
Los exteriores se rodaron en su mayor¨ªa en Estados Unidos, entre Manhattan, la isla Roosevelt y una peque?a localidad de Nueva Inglaterra; y los interiores, incluida la casa de Woodstock, en Espa?a, entre las localidades madrile?as de Tres Cantos y El Escorial, donde est¨¢ ubicada la casa de perfiles c¨²bicos que tanto protagonismo adquiere en la recta final de la pel¨ªcula. ¡°Si se pudo rodar la estepa rusa de Doctor Zhivago aqu¨ª al lado, digo yo que tambi¨¦n se podr¨¢ rodar un melodrama contempor¨¢neo¡±, afirmaba risue?o el director en uno de los d¨ªas de trabajo en El Escorial. ¡°Hemos trabajado la vegetaci¨®n para que sea como en lo alto del Estado de Nueva York en mayo, florido y lustroso¡±, apunt¨® la directora de arte, Inbal Weinberg.
Ese d¨ªa se rodaron secuencias complicadas para un equipo de cine en una casa llena de alturas, recovecos y esos enormes ventanales que dotan a la pel¨ªcula de una inesperada aura expresionista. ¡°Tuvimos la suerte de encontrar una casa con esas ventanas en forma de trapecio que casi parecen de una pel¨ªcula de terror. No era mi intenci¨®n, pero surgi¨® as¨ª¡¡±.
Almod¨®var carga con su copia del guion a todas partes. Lo lleva anotado, tachado y subrayado. Cada d¨ªa quita algo, cada jornada va m¨¢s al grano. Las secuencias de esa tarde en El Escorial eran ¨ªntimas y dif¨ªciles, pero el visto bueno llegaba r¨¢pido: ¡°En esta pel¨ªcula he repetido muy poco, dos o tres tomas. En el momento de decir motor-acci¨®n estas mujeres son soldados¡±. En el set, Moore se muestra curiosa y parlanchina, mientras Swinton sobrevuela como un p¨¢jaro por encima de todos, manteniendo seria la concentraci¨®n. La experiencia de trabajar con dos actrices anglosajonas ha dejado en Almod¨®var un poso distinto. ¡°Con los cortometrajes ya me di cuenta de que no les gusta ensayar tanto y ellas lo han hecho mucho menos de lo habitual. Los ensayos me dan muchas ideas, pero a veces peco de querer dar demasiada informaci¨®n y los agobio. Me ocurri¨® con Ethan [Hawke, en Extra?a forma de vida] y ahora con Julie, que fue clara en ese sentido y se lo agradezco¡±, explica el director.
Al observarlas trabajar durante el rodaje resultaba llamativo comprobar la poderosa presencia de Swinton. ¡°La inteligencia emocional de Tilda, su educaci¨®n y empat¨ªa le permiten adaptarse a todo¡±, apunta Almod¨®var. ¡°Su belleza es ¨²nica, pero adem¨¢s, tiene la bondad y la curiosidad de una ni?a. ?Sabes a quien me recuerda? A Chus Lampreave, que nunca perdi¨® la inocencia y la sorpresa de la infancia. F¨ªsicamente son opuestas, pero para m¨ª tienen el mismo esp¨ªritu¡±.
De Moore llama la atenci¨®n su control gestual, capaz de mutar su registro en una mil¨¦sima de segundo. ¡°Ella sabe tocar todos los palos. Su personaje es muy complicado porque es la que escucha, pero ella es una actriz dram¨¢tica extraordinaria, honda, muy consciente de sus herramientas sin que se note¡±, a?ade el cineasta frente a su monitor del rodaje. ¡°He trabajado con cineastas maravillosos, pero creo que no me equivoco si digo que ninguno reconoce tanto nuestra labor como Pedro. ??l respeta mucho m¨¢s la actuaci¨®n que yo misma!¡±, exclama d¨ªas despu¨¦s Swinton. ¡°Dedica mucho tiempo a los actores porque sabe que nos necesita para llegar a la emoci¨®n que persigue, pero a m¨ª lo que me sobrecoge es c¨®mo se fascina con nuestro trabajo, c¨®mo le intriga y maravilla ese algo nuestro que sabe que no puede controlar. Es precisamente eso, lo que est¨¢ fuera de su control, lo que tanto nos agradece¡±.
Las dos actrices insisten en que Almod¨®var ¡ªque este a?o recibe el Premio Donostia en el Festival de San Sebasti¨¢n¡ª les interesa por ser un director ¡°escritor¡±. ¡°Sus pel¨ªculas son novelas¡±, afirma Swinton sobre ese car¨¢cter literario de su cine, que no est¨¢ solo en su manera de hacer hablar a los personajes, sino en la propia identidad de muchos de ellos, de sor Rata de Callej¨®n, la monja que escrib¨ªa bajo cuerda en Entre tinieblas (1983), a Amanda Gris, seud¨®nimo literario de la escritora que interpretaba Marisa Paredes en La flor de mi secreto (1995), o el director al que daba vida Eusebio Poncela en La ley del deseo (1987), pel¨ªcula que aqu¨ª conecta con otro de sus t¨ªtulos fundamentales, Hable con ella (2002) ¡ªquiz¨¢ la m¨¢s presente en su nuevo filme¡ª, a trav¨¦s del cuadro People in the Sun, de Edward Hopper, uno de los pintores que, seg¨²n Almod¨®var, m¨¢s han marcado la historia del cine ¡°despu¨¦s de Vel¨¢zquez¡±.
Pero m¨¢s all¨¢ de estas referencias, sobre todo son los libros y las lecturas los que asaltan, quiz¨¢ m¨¢s que nunca, la nueva pel¨ªcula de Almod¨®var. ?l no los pierde nunca de vista, como objetos los cambia de sitio, como tema los introduce en los di¨¢logos y como lector los recomienda a su equipo. La pel¨ªcula arranca con una firma de libros en Rizzoli y en otro momento las dos amigas visitan una librer¨ªa cercana a la casa del bosque, cuya localizaci¨®n para el rodaje fue en una de segunda mano de Montclair, en el Estado de Nueva Jersey.
All¨ª las dos amigas se recomiendan lecturas, muchas de mujeres corresponsales de guerra como Martha Gellhorn, Marie Colvin o Janine di Giovanni. Tambi¨¦n hablan de otro libro, uno sugerido por Swinton, Erotic Vagrancy, una biograf¨ªa monumental sobre Elizabeth Taylor y ?Richard Burton. ¡°Lo le¨ª en enero y se lo recomend¨¦ de forma entusiasta a Pedro¡±, recuerda la actriz. A Almod¨®var le llama la atenci¨®n que en esta librer¨ªa, como en tantas del pa¨ªs, se encuentra una misteriosa caja con libros envueltos en papel de estraza y con unas palabras escritas por alguien an¨®nimo que lo recomienda y que la gente compra a ciegas, sin saber de qu¨¦ t¨ªtulo se trata. ¡°Qu¨¦ idea tan maravillosa, quiero dejar algunos¡±. ¡°Los libros fueron mi puerta de entrada a la actuaci¨®n, me resultaba muy f¨¢cil leer en voz alta, sab¨ªa escucharme¡±, cuenta Moore. ¡°De ni?a viv¨ª en muchas partes y lo ¨²nico que me hac¨ªa sentir en casa eran las bibliotecas. He le¨ªdo mucho, desde muy peque?a. Los libros me han ayudado a no sentirme nunca sola, a vivir mil vidas y comprenderme mejor. La ficci¨®n es vida¡±.
El ¨²ltimo d¨ªa en el Lincoln Center estuvo lleno de significados. All¨ª empez¨® con apenas veinte a?os Julianne Moore su carrera y all¨ª se celebra el Festival de Nueva York, el primero que apost¨® por Almod¨®var en Estados Unidos. ¡°Nuestra punta de lanza internacional fue EE UU y este lugar fue fundamental. De aqu¨ª, saltamos a Francia¡±, recuerda su hermano, el productor Agust¨ªn Almod¨®var. A su lado, Moore y Nunez hablan sobre el rodaje de otra de sus novelas, El amigo, que trata sobre la relaci¨®n de una mujer que, ante la muerte de un ¨ªntimo amigo, se ve obligada a hacerse cargo de su gran dan¨¦s. El personaje lo interpreta Naomi Watts. Es un libro que Almod¨®var tuvo en mente cuando rod¨® el cortometraje La voz humana (2020). ¡°Sigrid tiene un tipo de escritura con la que me identifico mucho porque va m¨¢s all¨¢ de la autoficci¨®n, en el que va contando lo que le pasa, los lugares que visita, las cosas que lee, casi de forma err¨¢tica, y que es muy interesante porque ella lo es¡±, explica Almod¨®var. ¡°En La voz humana quise reproducir un pasaje en el que ella le lee Las cartas a un joven poeta de Rilke al perro porque piensa que es bals¨¢mico para el animal. Intent¨¦ hacerlo con Tilda y el perro del corto, que tambi¨¦n estaban viviendo un duelo, quer¨ªa que le leyese una carta de amor del hombre que les ha abandonado a los dos, pero no hubo manera¡±.
Otro de los elementos clave de la pel¨ªcula son sus primer¨ªsimos planos: ¡°M¨¢s que nunca, he buscado la ¨¦pica del rostro femenino¡±, afirma Almod¨®var. Esa ¨¦pica discurre con la ayuda de las manos de una maquilladora estrella, Morag Ross, que como Swinton empez¨® su carrera en los ochenta con Derek Jarman. Es la mano derecha desde hace 25 a?os de Cate Blanchett y, entre retoque y retoque, revel¨® alg¨²n secreto de su m¨¦todo en los estudios de Madrid: ¡°El cine se construye sobre la confianza y el trabajo del d¨ªa empieza en la sala de maquillaje, es un lugar muy importante, donde puedes sentirte muy vulnerable, y en el que yo persigo, sobre todo, la calma¡±. Al preguntarle a Moore si no le intimidan esos primer¨ªsimos planos, la actriz responde: ¡°La c¨¢mara es mi amiga, no me incomoda porque no la siento como una m¨¢quina, sino como una extensi¨®n del ojo del director. No hay un segundo que no disfrute actuando, que para m¨ª es el acto elaborado de fingir. Me permite experimentar cosas incre¨ªbles porque nada me interesa m¨¢s que el ser humano y su expresi¨®n¡±.
En esta ocasi¨®n, el ojo del cineasta ha contado con un director de fotograf¨ªa nuevo, Eduard Grau (Barcelona, 43 a?os), un hombre alto y afable que vive desde hace a?os en Los ?ngeles. Grau dio el salto gracias a la primera pel¨ªcula de Tom Ford, A Single Man (2009), y ahora, curtido en la compleja industria de Hollywood, explica el reto de suceder ¡°al genio¡± Jos¨¦ Luis Alcaine. ¡°El list¨®n estaba muy alto y al principio estaba muy estresado por la presi¨®n de querer hacerlo bien, pero he estudiado a fondo todas sus pel¨ªculas para no traicionar su esp¨ªritu¡±, explica Grau en la cafeter¨ªa de un hotel neoyorquino. ¡°En t¨¦rminos fotogr¨¢ficos, yo distingo tres ¨¦pocas en el cine de Almod¨®var: la primera, con ¨®pticas esf¨¦ricas en 1.85 de formato, en celuloide; una segunda, a partir de Carne tr¨¦mula, en ¨®ptica anam¨®rfica panavisi¨®n de 2.35, y una tercera ¨¦poca, a partir de La piel que habito, en la que vuelve a una ¨®ptica esf¨¦rica de 1.85 pero ya en digital. Lo que he intentado es volver a la segunda etapa. La fotograf¨ªa que piden sus pel¨ªculas est¨¢ anclada en la realidad, pero se dirige a otro mundo, que es suyo, y ese es el reto con ¨¦l. Viene con las ideas muy claras y a veces cuesta convencerle. Aunque siempre te acaba sorprendiendo¡±.
Para su aventura americana, el cineasta ha renovado una parte importante del equipo, algo inusual en un director muy fiel a sus colaboradores. En el departamento de vestuario, Bina Daigeler tambi¨¦n guarda sus secretos: entre las fotograf¨ªas para encontrar la inspiraci¨®n del personaje secundario que interpreta John Turturro, un escritor cercano a las dos periodistas, hay referencias visuales a Roberto Bola?o y a Paul Auster. Turturro y Almod¨®var se conocieron hace dos d¨¦cadas en un concierto de Chavela Vargas en el Olympia de Par¨ªs y el sue?o de trabajar juntos se ha cumplido. Frente a los nuevos, los de siempre: el segundo operador de c¨¢mara, Joaqu¨ªn Manchado; la eterna script, Yuyi Beringola (¡°es tan emocionante acompa?ar a Pedro en este viaje¡±, comenta), o su montadora desde Dolor y gloria, Teresa Font. ¡°Escribo pensando en la sala de montaje, cada vez me gusta m¨¢s el montaje, para bien o para mal es donde la pel¨ªcula toma forma¡±, asegura el cineasta un d¨ªa de rodaje en los estudios de Tres Cantos. Font le ofrece varias opciones de premontaje (¡°ella es tan buena que valen todas¡±, asegura el director), aunque otra vez son los peque?os matices los que cuentan. ¡°Pedro tiene sentido del ritmo y mi beat es muy parecido al suyo, por eso entiendo bien el punto de corte. ?l busca un corte emocional, te dice poco, es claro y conciso¡±, aclara ella.
Si Dolor y gloria (2019) parec¨ªa una pel¨ªcula testamentaria, La habitaci¨®n de al lado tambi¨¦n. ¡°Ahora Pedro hace pel¨ªculas sobre lo que le ocurre a la gente de nuestra edad, sobre la enfermedad, sobre los amigos que perdemos, sobre los que recuperamos, sobre la soledad¡, y yo solo puedo estarle agradecida por eso. En gran medida es como si nos hubi¨¦semos conocido desde siempre, como si dos viejos dinosaurios que vagan solos por el mundo se encontrasen. Y no lo digo con nostalgia, al rev¨¦s, adoro vivir este momento¡±, dice Swinton. ¡°Bueno¡±, remata Almod¨®var, ¡°es que adem¨¢s no tengo ni remota idea de c¨®mo es eso que llaman la generaci¨®n tiktok, aunque a veces pienso que me encantar¨ªa hacer un Eva al desnudo sobre una tiktokera y una estilista, porque ah¨ª tambi¨¦n veo un tema¡±.
La habitaci¨®n de al lado est¨¢ llena de citas a otras ficciones, algo que comparte con el libro de Nunez, aunque Almod¨®var los lleva a su propio terreno. Pero de todas hay una, Los muertos, la pel¨ªcula de John Huston sobre el relato de James Joyce, que funciona como un leitmotiv que atraviesa toda la historia. Tanto, que en un momento, quiz¨¢ el de mayor emoci¨®n, la ficci¨®n dentro de la ficci¨®n literalmente cruza la pantalla. ¡°Para m¨ª que Huston se despidiese del cine con esa pel¨ªcula es algo maravilloso¡±, afirma el director. ¡°Recuerdo aquella imagen suya de los ¨²ltimos a?os, rodando en silla de ruedas y con ox¨ªgeno, y recuerdo pensar que as¨ª me gustar¨ªa acabar mi vida¡±.
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