Madre libre, hija libre: sobre el problema del nuevo culto al cuidado de la piel
La cultura del ¡®skincare¡¯ tiene sus riesgos. La escritora Leticia Sala los ha identificado a trav¨¦s de los ojos de su hija. ?Y si aceptamos que las arrugas no son un enemigo a batir?
![Madres e hijas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HTTMQFLNNNFZ7OOQJOIIUPV4HE.jpg?auth=18fabe6f5ae0a8e588602c971926e6232945ada61cb778d840704acc4186701f&width=414)
El altar de la mujer que escrut¨¦ de ni?a para enterarme de lo que significaba ser mujer ten¨ªa muy pocas cosas: rosarios, una virgen, fotos de carnet de sus cuatro hijos y un bote azul de crema Nivea que esparc¨ªa en su rostro ma?ana y noche con gestos mec¨¢nicos.
Para las que fuimos ni?as en los noventa, las arrugas no estaban en las conversaciones que escuch¨¢bamos entre nuestras madres y sus amigas, escondidas debajo de la mesa. Tampoco se hablaba de estas en la tele, ni en las revistas. S¨ª estaba presente la cultura de la dieta, el concepto ¡®estr¨¦s¡¯ ¡ªla adaptaci¨®n a un anglicismo que hab¨ªa llegado de muy lejos y que al parecer daba palabra justa a un sentimiento com¨²n entre aquellas adultas¡ª, la Thermomix, y Lady Di. Pero no las arrugas. No se hablaba de arrugas. Cuando las ni?as de los noventa dejamos de serlo, llegamos a la edad adulta con la carga de desaprender la dismorfia bajo la que nos hab¨ªan criado. Con un ¨¦xito discutible, algunas de nosotras hemos conseguido ver bello aquello que nos dijeron que no lo era, otras seguimos remando.
![Madres e hijas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UCFYQHXWXJAODKEFNVNFJ57WMM.jpg?auth=47934a7e444d039830543505c46d93bf1927269e27e35b367b475ce0f888169d&width=414)
El altar que mi hija escruta para enterarse de lo que significa ser mujer no tiene rosarios ni un bote de crema Nivea. Por el contrario, contiene entre 5 y 10 productos con la promesa de la ¡®antiedad¡¯, s¨¦rums, mascarillas de noche, hidratantes, muestras de retinol, alguna joya, piedras y dem¨¢s objetos miscel¨¢neos. Cuando mi hija escucha las conversaciones con mis amigas, escondida debajo de la mesa, seguro que le habr¨¢n llegado a sus o¨ªdos la palabra retinol, b¨®tox, ¨¢cido hialur¨®nico o ¡°tener la piel muy bien¡± como el mejor piropo. Fue a mis amigas a las que con 26 a?os escuch¨¦ decir que deb¨ªamos empezar a cuidarnos la piel, y ante una pregunta aclaratoria m¨ªa, se?alaron mis l¨ªneas de expresi¨®n en los ojos.
Las mujeres sabemos bien lo que es luchar contra un gigante. Vimos a nuestras madres hacerlo con la cultura de la dieta, perpetrada por nosotras, hasta que tomamos conciencia de que exist¨ªa otro modo de relacionarse con el cuerpo. As¨ª que la noticia que me dieron mis amigas lleg¨® simplemente como un trabajo m¨¢s que a?adir al saco.
![?Es posible disfrutar de una crema sin verla como una lucha contra las arrugas? Desde arriba, Universal Cream de USU, Roibos Face Scrub de MASQMAI, crema de d¨ªa Bella de BELLA AURORA y All in one de FARMA DORSCH.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JTDHFRHMNNE4LECPD7AVBGYVJE.jpg?auth=e531329a9b52d99f1284e622132ce023279d0300f02e2083596e96da5c1fcbc8&width=414)
Mi madre, cuya definici¨®n concuerda con la de una ni?a risue?a y pecosa, me explic¨® que de peque?a le advert¨ªan: ¡°No te r¨ªas tanto que te saldr¨¢n arrugas¡±. Y ella me cont¨® hace tiempo, con absoluta genuinidad, ajena por completo a que esa declaraci¨®n ser¨ªa un acto revolucionario en un futuro no tan lejano, que ¡°eligi¨® re¨ªrse¡±. Es posible que este sea el motivo de fondo de por qu¨¦ todav¨ªa no me estoy pasando al b¨®tox. Una hija protege con u?as y dientes lo que le influy¨® de su madre.
No s¨¦ lo que es limpiar un prepucio. Ni perseguir por el supermercado a un individuo con una motricidad asombrosa. No s¨¦ lo que significa ser seducida por una sonrisa encantadora o ser testigo de un inter¨¦s incomprensible por los dinosaurios. Pero s¨ª s¨¦ lo que es criar a una ni?a. Una que por ahora se identifica como tal, y que est¨¢ tremendamente interesada en mi cuerpo, en preguntarme qu¨¦ son aquellas cosas que identifica en el m¨ªo y no en el suyo.
![Madres e hijas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/3FB7CZ3SLVBI5EDXND7VYEWWQM.jpg?auth=3ee2b188c1e2ad72380b217dbcaecad827d12c5fd3d7a2cc9d184e0ec16a19e4&width=414)
Empezando desde la clav¨ªcula, siguiendo por mi vello, pechos, cadera¡ Cada cent¨ªmetro de mi cuerpo contiene una potencial pregunta para una cabeza que las lanza m¨¢s r¨¢pido de lo que las sabe formular. El otro d¨ªa, en un escrutinio rutinario mientras est¨¢bamos en la ba?era, le indiqu¨¦ todo lo que le llegar¨¢ cuando sea mayor. Antes de terminar, por primera vez, le se?al¨¦ tambi¨¦n mis arrugas y l¨ªneas de expresi¨®n.
Y sin embargo. Cada ma?ana y cada noche que dedico al skincare, la tengo a mi lado pidi¨¦ndome que le aplique mis cremas. Mi hija me ve librando una batalla diaria contra las arrugas. Conoce mi altar a la perfecci¨®n, observa c¨®mo mis productos cambian de casa conmigo, a veces me acompa?a a la farmacia para comprarlos cuando se han acabado. A veces la veo observ¨¢ndome y me descubro irritada. Su atenci¨®n lleva a la conciencia una frase que he dicho sin pensar, un gesto que he hecho sin darme cuenta. D¨¦jenme decirles: no es f¨¢cil pasar de ser la ni?a a la adulta, la pasajera a la capitana, la observadora a la observada.
Las madres mileniales estamos obsesionadas con romper los traumas generacionales. Ser las conejillos de Indias de internet no nos pareci¨® suficiente. Otras generaciones nos tachan de atormentadas, pero yo creo que estamos consiguiendo un peque?o se¨ªsmo que se comprender¨¢ m¨¢s tarde. Sin embargo, de la mano de todos nuestros nobles prop¨®sitos, hay una cosa que estamos obviando. Una moda muy c¨¢ndida y bondadosa que, con sus dulces promesas de cuidado y amor propio y belleza y juventud eterna, viene con un mensaje subliminal que me parece igual o m¨¢s peligroso que el de la delgadez: que tener arrugas es un fracaso.
![El dise?o de los frascos avanza, pero en muchas ocasiones lo hace mirando atr¨¢s para buscar inspiraci¨®n. Desde arriba, y de izquierda a derecha, fragancia Cedrus Intense de la colecci¨®n Atelier des Fleurs de CHLO?, labiales Rouge ¨¤ L¨¨vres en acabados mate y satinado de GUCCI BEAUTY, crema de manos Alantoine de BENAM?R (en Mumona.com), rizador de pesta?as de GLOSSIER, jab¨®n de manos Vixi de TRUDON, y polvos compactos The Powder y brocha The Compact, ambos de HERRERA BEAUTY.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4WQGJNU5OJF3BDTB6Y5WBMG37U.jpg?auth=cc9e913ed973682bd6e93dba54478d89d9b2cc8390d21b312dd770d66813d8f2&width=414)
Ay¡ ?Pero y cuando cumpla 40 a?os y entre en la perimenopausia? ?Qu¨¦ har¨¦ cuando deje de reconocerme? ?D¨®nde se ir¨¢n todos mis buenos prop¨®sitos? Aquellos de alguien cuya ovulaci¨®n ayuda a que por ahora todo se mantenga aceptablemente en su sitio.
Cuando escribo sobre la cultura del skincare es cuando reconozco tener menos respuestas, s¨®lo ofrezco mi confusi¨®n. Me entrego a mi lucha pero tambi¨¦n a mi fallo. Temo y deseo desdecirme a partes iguales. Soy v¨ªctima de unos est¨¢ndares que no vot¨¦, de una industria que mueve cantidades indecentes de dinero, pero tambi¨¦n puedo ser una verduga para una ni?a que est¨¢ palpando el mundo. Nuestras hijas vienen dispuestas a ser libres, por ahora nadie les ha dicho otra cosa. Su casilla de salida ser¨¢ la libertad que hayan alcanzado sus madres. Queremos proteger a nuestras hijas, rodearlas de amor, deseamos que vean las cimas que nosotras no veremos. Quiz¨¢ la soluci¨®n sea simple: madre libre, hija libre.
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