Jap¨®n en pie de guerra contra Kim Kardashian por apropiarse de su cultura

Kim Kardashian posee la cualidad de incendiar Internet con todo lo que hace. La reina de la telerrealidad, que se dio a conocer despu¨¦s de protagonizar una sex tape que la elev¨® a los altares de la popularidad televisiva, es experta en revolucionar las redes sociales ¨Cdonde acumula 142 millones de seguidores solo en Instagram, siendo la tercera persona con m¨¢s followers del mundo¨C con cada declaraci¨®n, fotograf¨ªa o lanzamiento. Despu¨¦s de romper literalmente Internet posando desnuda para la revista Paper, de generar controversia por utilizar vientres de alquiler para tener a sus dos ¨²ltimos hijos o de levantar suspicacias por cobrar, dicen, un mill¨®n de d¨®lares por cada publicaci¨®n en Instagram, Kim protagoniza su en¨¦sima pol¨¦mica vital. El lanzamiento de su nueva firma, Kimono, viene acompa?ado de numerosas cr¨ªticas por utilizar el nombre de una prenda tradicionalmente japonesa para vender fajas reductoras.

¡°Por fin puedo compartir con vosotros este proyecto en el que he estado trabajando este a?o. He vivido apasionada por esto los ¨²ltimos 15 a?os?, anunciaba Kardashian en Instagram. De sobra es conocida su obsesi¨®n por lucir prendas superajustadas utilizando, debajo de ellas, todo tipo de cors¨¦s y bajas moldeadoras. Era cuesti¨®n de tiempo que buscara una forma de comercializar uno de los aspectos que m¨¢s llama la atenci¨®n de su f¨ªsico y m¨¢s interesa a sus seguidores. De igual modo que su hermana Kylie Jenner lanzara una completa l¨ªnea de maquillaje que la ha convertido en la millonaria m¨¢s joven echa a s¨ª misma con 900 millones de d¨®lares (770 millones de euros) recaudados con su propia marca (as¨ª lo afirm¨® Forbes, aunque lo de ?echa a s¨ª misma? despierte dudas), Kim prueba ahora suerte con una colecci¨®n de prendas que prometen una silueta similar a la suya. Por algo no ha dudado en posar ella misma en la campa?a.

La primera colecci¨®n de Kimono Solutionwear, que a¨²n no puede verse en la web, que por ahora solo permite unirse a la lista de espera registrando una direcci¨®n de mail y contestando a varias preguntas sobre tallas y color de piel, es un conjunto de sujetadores, bragas y monos reductores que moldean la silueta. Como puede verse en las redes sociales de la marca, la prenda estrella cubre tanto el torso como parte de las piernas y tambi¨¦n existe una variante de pernera asim¨¦trica, una soluci¨®n para llevar vestidos con grandes aperturas en uno de los lados. Los dise?os est¨¢n disponibles en nueve tonos de piel distintos para cubrir las necesidades de distintas razas y etnias, como ya hiciera Rihanna con su diversa l¨ªnea de maquillaje. Aunque a¨²n no puede comprarse ninguna de las piezas, la cuenta de Instagram de Kimono ya acumula 112.000 seguidores.

Pero trat¨¢ndose de Kim Kardashian, el lanzamiento no pod¨ªa estar exento de pol¨¦mica y las cr¨ªticas no han tardado en llegar. Un buen pu?ado de usuarios se han sumado al hashtag #KimOhNopara expresar su desacuerdo con el nombre de la firma, que hace referencia a la prenda tradicional japonesa que tiene su origen en el siglo XV y que no tiene nada que ver con las fajas de Kim. Mientras que la ropa interior de la celebrity pretende ?celebrar y realzar las curvas femeninas?, el patr¨®n del kimono japon¨¦s hace todo lo contrario. La profesora Sheila Cliffe, de la universidad japonesa Jumonji, ha explicado a la BBC que ?el kimono no es extremadamente revelador ni tampoco se entalla a la figura, sino que envuelve a los que lo visten para que no est¨¦n expuestos?.

Muchos tuiteros ¨Cno todos japoneses¨C han manifestado su tristeza por la apropiaci¨®n del t¨¦rmino por parte de Kim Kardashian y su temor a que, dado su poder e influencia en Estados Unidos y a que incluso ha registrado el t¨¦rmino en el pa¨ªs, termine calando como nombre de su firma olvid¨¢ndose la historia y tradici¨®n de la prenda original. La actriz y cantante japonesa Tamlyn Tomita, por ejemplo, ha colgado una foto comparativa entre el ¡®kimono real¡¯ y el ¡®kimono de Kim¡¯ dejando claro que ?mientras que en una imagen puede verse un kimono, en la otra es Kim vendiendo descaradamente una l¨ªnea de fajas. Que nadie necesita?.

No es la primera vez, adem¨¢s, que es acusada de apropiaci¨®n cultural: en 2018 fue criticada por llevar trenzas de boxeador, un peinado vinculado a la cultura afro. Aunque no se ha pronunciado respecto al aluvi¨®n de comentarios negativos que ha despertado el nombre de su firma, sigue colgando im¨¢genes de la marca en sus redes sociales hashtag de promoci¨®n #KimonoBody mediante. Parece que su estrategia pasa por ignorar la pol¨¦mica y centrar sus esfuerzos en ganar otros tantos millones de d¨®lares como su hermana peque?a.