Oler m¨¢s

Ojal¨¢ existieran las alfombras rojas de perfume. Ojal¨¢, cuando vuelvan (si lo hacen) lo hagan con periodistas olisqueando como sabuesos intentando averiguar a qu¨¦ huelen las estrellas.

¨CReese, noto un aroma dulz¨®n.

¨CHe elegido un eau de parfum con notas de fondo de bourbon, me recuerda a mi Nashville.

¨CSaoirse, t¨² eres de chipres, ?a qu¨¦ se debe este salto a los oce¨¢nicos?

¨CEl otro d¨ªa me vi en Chesil Beach y me inspir¨¦.

¨CEthan, no hueles a nada. ?C¨®mo es eso posible?

¨CCuesta, pero creo que en estos Oscar lo he logrado.

Al d¨ªa siguiente los titulares ser¨ªan: ?Los amaderados y Woody Allen fueron los triunfadores de la noche? o ?Serge Lutens arrasa en los Globos de Oro?. Las galer¨ªas de fotos de las webs perder¨ªan sentido y la industria de la moda pondr¨ªa el grito en el cielo, pero qu¨¦ m¨¢s da, si ya est¨¢ todo revuelto. Lo veo como una forma de sabotear el sistema de las alfombras rojas que regresar¨¢n, pero no sabemos c¨®mo. La de los ¨²ltimos Emmy fue de andar por casa, y no es una forma de hablar: los protagonistas estaban en sus casas. Zendaya estaba en su sal¨®n y nosotros en el nuestro. Fue la gala m¨¢s interesante de los ¨²ltimos a?os. Pero no quiero despistarme de mi teor¨ªa de que no concedemos al perfume la importancia que tiene y que es, nada m¨¢s y nada menos, que Toda. Denme una may¨²scula m¨¢s grande.

Umbral escribi¨® en Mortal y rosa que ?la vida se inicia como aroma?; y como aroma contin¨²a. La forma en la que olemos nos retrata m¨¢s que la ropa. Es algo que, como Hey Jude de los Beatles, llega al coraz¨®n sin pasar por la raz¨®n. Elegir una fragancia es decisi¨®n privada y poco mediatizada por la moda. Las estilistas como Micaela Erlanger o Karla Welch dise?an la imagen de las estrellas (Meryl Streep y Sarah Paulson, respectivamente), pero el perfume sigue siendo una decisi¨®n personal, una grieta por la que se cuela la personalidad. Cu¨¢nto cuesta saber a qu¨¦ huelen las celebridades: guardan el secreto, si no hay contrato mediante, todo lo que pueden. A nadie le gusta oler como el resto y el perfume es algo f¨¢cil de copiar. Quiz¨¢ no podamos comprar un vestido de Loewe, pero Santal 33, que lo usa medio Hollywood, s¨ª. Una vez el perfumista Francis Kurkdjian me dijo (no es que me suela decir cosas ni nos mandemos whatsapp desde el sof¨¢) que no entend¨ªa que los perfumes estuvieran en la secci¨®n de Belleza de una revista. Seg¨²n ¨¦l, deber¨ªan estar en Moda, ya que eran accesorios invisibles. Lo son. Son como unos zapatos que nos calzamos cuando salimos de casa.

Y la pregunta que lanzo en este s¨¢bado de oto?o es: ?por qu¨¦ en Espa?a nos cuesta tan poco cambiar de zapatos y tanto cambiar de perfume? Es un tema de pereza olfativa. Olemos poco. Reivindico los paseos para oler; no mucho, cuatro, cinco aromas en una tarde. Cuando llevas varias caminatas olfativas te das cuenta de lo que te pierdes. Solo el pasado mes de septiembre hubo m¨¢s de 140 novedades de fragancias comerciales; solo en un mes y en un a?o desastroso para la industria. Y nosotros olemos a lo mismo que ol¨ªamos hace cinco iPhones. La respuesta a esa cuesti¨®n suele ser: ?Porque me identifico con ese olor?. Lamento comunicar que no eres Marilyn Monroe. Ni la propia Marilyn usaba solo Chanel N?5, como nos ha contado la leyenda: tambi¨¦n ol¨ªa a Rose Geranium, de Floris. Ava Gardner usaba, entre otros, Fleur de The Rose Bulgar, Fracas y Mitsuoko, pero nosotros llevamos a?os usando el mismo perfume porque queremos que nos relacionen con ¨¦l. Ava cambiaba y nosotros no podemos hacerlo porque no queremos despistar al mundo.? C¨®mo me voy a relajar.

Adem¨¢s, nos perfumamos siempre para otros, siempre para la calle. Defiendo los perfumes para estar en casa, como la edici¨®n de los ¨²ltimos premios Emmy. Los perfumes, como el maquillaje, han sido grandes damnificados por la pandemia. Hans Holger Gliewe, presidente de The International Fragrance Association (IFRA), ha declarado a la plataforma Cosmetic Business que las razones de la ca¨ªda de ventas de las fragancias comerciales son el cierre de tiendas, la escasez de vida social, la preocupaci¨®n por las financias personales y, un factor importante, la reducci¨®n de los viajes en avi¨®n. Los perfumes se compran en los aeropuertos y se usan en la calle. Error. Igual que existen nap dresses, vestidos de siesta (la industria de la moda enternece en su af¨¢n por no descansar), podemos elegir un aroma para estar en casa y hasta para dormir la siesta. Seguro que Zendaya da una cabezadita oliendo a Id?le.