C¨®mo el ¡®selfie¡¯ ha revolucionado la industria del maquillaje
El ¡®selfie¡¯ ha revolucionado el sector de los pigmentos, ha disparado las ventas y ha generado una nueva l¨ªnea de productos.
Han dado un vuelco. La terminolog¨ªa ¨Cmaquillaje HD, corrector camera ready¨C, la formulaci¨®n y nuestra percepci¨®n se han dejado llevar por un torbellino llamado selfie. Cada d¨ªa nos fotografiamos m¨¢s de un mill¨®n de veces, seg¨²n un estudio de Techinfographics. Una revoluci¨®n ¨Ccomparable a la que caus¨® el cine el siglo pasado al trastocar los fundamentos del maquillaje¨C que ha removido nuevamente los cimientos de los pigmentos. ?Nunca hab¨ªamos sido tan activos a la hora de retratarnos. En las im¨¢genes, muchos etiquetan el cosm¨¦tico empleado. El impacto publicitario no tiene precedentes: se han disparado las ventas de nuestros polvos bronceadores (46,30 €) y de productos tres en uno como el Face Enhancing Trio (colorete, iluminador y bronceador; 45,90 €)?, asegura Antonio Serrano, maquillador oficial de Shiseido. ?El sector est¨¢ experimentando un boom?, corroboran desde la consultora NPD Espa?a. Las ventas en el mundo de maquillaje del grupo L¡¯Or¨¦al, l¨ªder del mercado, aumentaron un 19% en 2015; las de Est¨¦e Lauder, un 9%; y las de Coty, un 5%; un repunte que ¨Cdespu¨¦s de un 2014 rampl¨®n¨C la industria relaciona con la cultura del selfie.
El sector m¨¢s tradicional las llama aficionadas, pero las estrellas de la era selfie movilizan a las masas: 16 millones de instagramers aprenden a usar la brocha con la estadounidense Huda Kattan (@hudabeauty) ¨Cla todopoderosa Victoria Beckham suma 13,2 millones de seguidores¨C. Sarahi Gonzalez (@iluvsarahii,3,2 millones) y Make Up Coach (@makeupcoach, 3,6 millones) tambi¨¦n han aprovechado el tir¨®n. La industria las corteja. La youtuber (cerca de tres millones de fans) e instagramer (2,2 millones fans) Amanda Steele, de 17 a?os, lider¨® junto a Rub¨¦n Zamora (Gato) el equipo de maquillaje de Maybelline durante la semana de la moda de Nueva York el pasado septiembre. ?Amanda es una experta (cre¨® su canal de YouTube con 10 a?os). Me encant¨® la experiencia. Coincidimos en varias decisiones: por ejemplo, para el desfile de Rebecca Minkoff, nos pareci¨® que lo mejor era un look fresco y rockero con un ojo ahumado?, cuenta Zamora, quien a?ade: ?Bienvenido al choque de dos mundos. Los maquilladores digitales han dado a conocer el oficio, distingui¨¦ndolo y populariz¨¢ndolo. Ahora todos hablan de strobing y contouring, t¨¦cnicas que tienen d¨¦cadas?.
El repunte en las ventas en Espa?a de brochas (13% en un a?o; 35% en los ¨²ltimos cuatro), cosm¨¦ticos para las cejas (23% en un a?o; 66% desde 2012) y de primers (15% en 12 meses; 26% desde 2014), seg¨²n datos de NPD, demuestra que el consumidor se ha convertido en un profesional, a lo que han contribuido los tutoriales online. ?Hay blogueras profesionales, pero como todos tenemos un smartphone, existe mucho intrusismo. En muchos casos, los maquillajes que firman en sus redes suelen ser copias. Cuentan lo mismo con un vocabulario llano, incluso vulgar; el objetivo es pescar me gustas y convertirse en virales. Otro pero: los cosm¨¦ticos que emplean y recomiendan suelen ser de gran consumo, con pigmentos gruesos que taponan y potencian el acn¨¦ y sin el plus de tratamiento antiedad?, lamenta Serrano.
El nuevo medio condiciona: ?Adaptarse a la luz exterior e interior es vital?, apunta el experto. La nueva generaci¨®n de bases (Syncroskin de Shiseido; 49 €) incluye pol¨ªmeros y pigmentos que se sincronizan con la iluminaci¨®n. ?Esta nueva categor¨ªa de productos, de bases o sombras conocida como HD, est¨¢ experimentando un boom?, explica Jane Jensen, directora de NPD Group Uk. Fondos capaces de reflejar la luz y burlarse de la alta calidad de las im¨¢genes ¨Clos diminutos p¨ªxeles no perdonan poros ni manchas¨C con un efecto borroso. ?Minimizan incluso el efecto de piel azulada y fr¨ªa de los neones?, describe.
Maybelline, Rimmel y Covergirl prueban en sus laboratorios el efecto de estas f¨®rmulas sobre la piel en las fotos sacadas con un iPhone. ?Crear contraste sobre el rostro es fundamental, por eso se vuelve a vender mucho el labial rojo, denostado en los ¨²ltimos a?os. El efecto buena cara es instant¨¢neo?, opina Serrano.
?El poder de estas im¨¢genes es incuestionable: son cercanas y cre¨ªbles; prescriptoras?, opina Zamora. Las estad¨ªsticas de Instagram dan una idea de su influjo: 600 millones de instagramers dedican 257 minutos al mes a curiosear contenido. Lo mismo en estos otros h¨¢bitats del selfie: 1.150 millones de usuarios de Facebook le dedican dos horas diarias; los 100 millones de Pinterest, 14,2 minutos; y los 125 millones de Snapchat, 20 minutos.
La lente, los filtros y el maquillaje tamizan poros, arrugas, brillos y canas. El resultado es un ej¨¦rcito de Kardashians de teces impolutas, rostros contorneados, cejas gruesas y pesta?as mariposa. ?Parecen clones. Adem¨¢s, este estilo impulsado por chicas de entre 18 y 25 a?os no funciona en rostros maduros con manchas, ojeras y flacidez. No se adapta a las fisionom¨ªas?, alerta Serrano. ?Pero as¨ª son las modas, ?no? Aunque es cierto que en este caso el resultado sea artificial?, opina Gato.
Este terremoto social despierta aptitudes. ?Nuestro ojo se ha entrenado para reconocer esa falsedad. Cuanto m¨¢s se retoca una foto [36% reconoce hacerlo, seg¨²n Techinfographics], menos emociones genera. Al perfeccionarla, la despojamos de toda emoci¨®n?, razona Arnaud Aubert, catedr¨¢tico de Neurociencia de la Universidad Fran?ois-Rabelais (Francia). ?Ni con el maquillaje ni con las apps se deben borrar todas las arrugas. Deshumaniza y el resultado es inquietante. De hecho, la expresi¨®n m¨¢s escalofriante es la neutra. Algunas marcas son positivas, como las del contorno del ojo, relacionadas con la sonrisa; en cambio, las del entrecejo, sin¨®nimo de enfado, son negativas?. Aubert defiende el autorretrato. ?Es una revoluci¨®n psicol¨®gica y social: el gesto sube la autoestima. Nuestro reflejo influye en la opini¨®n que tenemos de nosotros y en la manera en la que interactuamos. Cuando nos miramos al espejo no vemos nuestro mejor yo, pero con un selfie la cosa cambia: nos captamos felices o de vacaciones y con los likes nuestros defectos desaparecen. No solo modifica el maquillaje, lo est¨¢ revolucionando todo?. Tambi¨¦n las definiciones de belleza y edad. ?Los ocho signos de envejecimiento que manej¨¢bamos han cambiado: las marcas est¨¢n analizando cu¨¢les son los nuevos. Tambi¨¦n Microsoft y Google con iniciativas online donde animan al internauta a subir su imagen y decir su edad. Est¨¢n alimentando una tecnolog¨ªa de reconocimiento facial ¨Csuperando obst¨¢culos como un maquillaje recargado¨C para la publicidad inteligente. El futuro pasa por pantallas de plasma con anuncios personalizados capaces de reconocer la edad y el g¨¦nero del transe¨²nte?, vaticina el cient¨ªfico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.