Borrar las fotos de tu ex en tus redes, ?s¨ª o no?
Taylor Swift y Calvin Harris, Fernando Alonso y Lara ?lvarez y hasta Saint Laurent con Slimane. Eliminar todo rastro digital de la felicidad compartida en el pasado cotiza al alza. ?Es beneficioso?
De la relaci¨®n entre Taylor Swift y Calvin Harris no quedar¨¢ huella en las redes sociales, tanto en las de la cantante como en las del afamado DJ, que dio el primer paso y envi¨® a la papelera todos sus recuerdos digitales de esas instant¨¢neas en playas paradis¨ªacas y corazones sobre la arena que tanto dieron que hablar entre el fandom tuitero. De la de Fernando Alonso y Lara ?lvarez, tampoco hay rastro. Borrar digitalmente el amor que un d¨ªa exhibimos en internet se est¨¢ convirtiendo en algo parecido a una liturgia que trasciende los l¨ªmites de lo personal y coloniza territorios empresariales: esta primavera, la cuenta oficial de Saint Laurent en Instagram borr¨® todas las im¨¢genes que daban cuenta del paso de Hedi Slimane por la direcci¨®n creativa de la firma. Por lo que se ve, que el silgo XXI ser¨¢ el siglo en el que lo emocional tenga per¨ªmetro p¨²blico ya es un hecho posibilitado gracias a la relevancia ¨Cincontrolable por mucho que borremos¨C que la dimensi¨®n digital tiene en nuestra vida.
Somos la primera generaci¨®n en la que opera la ficci¨®n de que podemos eliminar una parte de la memoria, justo la que nos duela m¨¢s. Un ensayo publicado hace poco en The Cut suger¨ªa que es tal la sensaci¨®n de intimidad que experimentamos al chequear nuestros dispositivos m¨®viles, que los recuerdos que almacenamos en ellos son la representaci¨®n de nuestras obsesiones, querencias y neurosis. Y creer que podemos administrarlos tranquiliza. Aunque la memoria sentimental, ya lo sabemos, sea tan poco gestionable como la nostalgia, la rabia o el sufrimiento que genera.
A favor
¡°Yo, despu¨¦s de cada ruptura he borrado absolutamente todas las im¨¢genes. Cuando luego aparece por ah¨ª alguna foto d¨ªscola es como ver una aparici¨®n. Hasta que no pasa un cierto tiempo no soy capaz de mirar, es como asomarme a un pozo¡±, lo cuenta Rosa, de 38 a?os, d¨¢ndole la raz¨®n a Cristina Lago, coach y autora del blog Locos de amor, que recomienda un primer borrado pragm¨¢tico de todo aquello que impida la recuperaci¨®n: ?¡°Muchas personas experimentan sensaciones de alivio y liberaci¨®n al borrar las fotos. Un cliente m¨ªo, que hab¨ªa decidido hacerlo despu¨¦s de intentar infructuosamente el regreso de su ex pareja, me lo explicaba de esta manera: Me siento como si por fin volviese a tomar las riendas de mi vida?. Tomar esta resoluci¨®n conlleva necesariamente una actitud de mirar hacia el futuro, donde uno se dirige y empezar el camino de renunciar a aferrarse al pasado. Otra persona me dec¨ªa que borrar las fotos y guardar los recuerdos hab¨ªa sido como un ritual de despedida. Este acto puede tener un valor muy simb¨®lico y por ello hay personas que esperan a hacerlo cuando sienten que est¨¢n dispuestas a despedirse¡±, dice.
En contra
Otros expertos en el arte de relacionarnos en tiempos digitales aconsejan todo lo contrario. Es el caso de Remedios G¨®mis, love coach y autora de All you need is love: ¡°ante la ruptura de una relaci¨®n es imprescindible normalizar nuestra vida lo antes posible y evitar desarrollar pautas de conducta destructivas. Si borramos todos esos recuerdos nos podemos encontrar con que nuestra mente muchas veces nos juega malas pasadas y construimos una imagen de nosotros mismos y de la otra persona que no se ajusta a los hechos, a las circunstancias, a la vida y a los motivos de la ruptura. Sin embargo, si mantenemos lo que fue esa relaci¨®n como algo finiquitado pero que existi¨®, nos har¨¢ revivir la ruptura, de la separaci¨®n, del despecho y esto facilitar¨¢ tu recuperaci¨®n. Duelo que no se habla es duelo que no cicatriza. Recordando los hechos y circunstancias de la ruptura podr¨¢n venir a nuestra memoria los detalles y las cosas que realmente pasaron. Esto nos permitir¨¢ traer a nuestra memoria a la otra persona, a la relaci¨®n, sin culpa ni rabia¡±, asegura Gomis.
La necesidad de pasar p¨¢gina
Frente a las ideas reflexivas de Gomis sobre la aceptaci¨®n a trav¨¦s de la memoria: ¡°una ruptura sentimental es un proceso m¨¢s en la vida de mucha gente de la cual habremos aprendido lecciones que nos servir¨¢n para no repetir dichos errores en nuestra pr¨®xima relaci¨®n. No debemos considerar esa ruptura como un fracaso si no como un aprendizaje. Y por ello las fotos que se hicieron en las mismas forman parte de nuestra vida¡±; surgen las ideas pr¨¢cticas de Lago: ¡°la consecuencia m¨¢s obvia de conservar las fotograf¨ªas es que tienes m¨¢s material a mano con el que obsesionarse con la relaci¨®n perdida y alimentar la negaci¨®n de dicha p¨¦rdida. siendo pr¨¢cticos: si est¨¢s padeciendo una ruptura, en nada te ayuda encontrarte con la prueba gr¨¢fica de lo felices que erais t¨² y tu ex pareja en, por ejemplo, aquel viaje a Tenerife del a?o 2010 cuando todo iba perfecto y parec¨ªais hechos el uno para el otro. El acto de borrar puede ser doloroso, incluso generar una primera oleada de culpa, miedo y ansiedad al sentir que estamos cortando un v¨ªnculo. Pero todav¨ªa no he conocido a nadie que se haya arrepentido, pasado el tiempo, de haberlo hecho. En el mejor de los casos, te ayuda a pasar p¨¢gina, en el peor, te deja como est¨¢s¡±, asegura.
Ambas posturas pueden defenderse, igual que las dos partes de una relaci¨®n pueden optar por conservar o hacer desaparecer el rastro de su romance. Los datos hablan de diferencias tibias. En 2013, un estudio revel¨® que el 42 por ciento de las personas dejaban de ser amigos de sus ex en Facebook o dejaba de seguirlos en Twitter en el primer mes tras la ruptura y que el 34 por ciento eliminaba todas las im¨¢genes en l¨ªnea de su antiguo amor.
En 2009, cuando la extensi¨®n de nuestra vida digital todav¨ªa no hab¨ªa alcanzado el protagonismo actual, una peque?a editorial public¨®, en forma de cat¨¢logo de subasta, la historia de Lenore Doolan y Harris Moris, personajes inventados por Leanne Shapton para indagar en la naturaleza de los 325 lotes en que se hab¨ªa convertido el recuerdo de su amor fracasado, tasado, pujado y vendido. En 2016, no hace falta meterse a tal mudanza. Un min¨²sculo icono con forma de papelera y presencia en todas nuestras pantallas ya es el encargado de apartar de nuestra vista ?lo que nos hiere o no permite que olvidemos lo que un d¨ªa quisimos¡ y lo hacer con la rapidez que requieren estos tiempos.
En el imaginario colectivo suprimir, eliminar, desaparecer, negar¡ forma parte del proceso doloroso de olvidar un amor. Hasta que alguien invente un bot¨®n para borrar, con un clic, nuestra memoria en la vida real, podremos conformarnos con el simulacro virtual borrar fotos de tu ex y de no ver ?(y no mostrar) lo que hubi¨¦ramos querido evitar.
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