Por qu¨¦ Mark Zuckerberg recomienda un libro sobre vacunas
El creador de Facebook comparte en su club de lectura ¡®On Inmunity¡¯ y se moja en el momento m¨¢s candente del debate en EEUU, que sufre una epidemia de sarampi¨®n
Desde hace alg¨²n tiempo, Mark Zuckerberg quiere imitar a sus mayores en Silicon Valley, hacer un Bill Gates y utilizar su enorme poder para influir en pol¨ªtica, o por lo menos en debates de la sociedad civil. Para eso form¨® la fundaci¨®n Fwd y puso a su cargo a su compa?ero de habitaci¨®n en Harvard, Joe Green. Ahora acaba de dar un paso inequ¨ªvoco en ese sentido entrando a bocajarro en el debate de las vacunas, que est¨¢ candente en Estados Unidos desde que estall¨® una epidemia de sarampi¨®n, causada por los padres que se oponen a la vacunaci¨®n obligatoria.
La ¨²ltima elecci¨®n del fundador de Facebook para su famoso club de lectura, ese que empez¨® a principios de a?o, es On Inmunity, de Eula Biss, un manifiesto provacunaci¨®n. ¡°La ciencia lo deja completamente claro. Las vacunas son importantes para la salud de todos en nuestra comunidad. El libro explora las razones por las que la gente las cuestiona y luego explica de manera l¨®gica por qu¨¦ esas dudas son infundadas y las vacunas son de hecho efectivas y seguras¡±, a?ade por si hubiera duda de en qu¨¦ bando est¨¢.
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Si con algunas de sus elecciones anteriores, Zuckerberg lo tuvo complicado para impulsar a sus seguidores a tener un debate fruct¨ªfero (y a que ¨¦stos pasasen de la primera p¨¢gina), con ¨¦ste tiene todos los puntos para calentar el di¨¢logo, aunque no necesariamente para elevarlo. Como tantos temas que conciernen a la crianza infantil y al estilo de vida, el de la vacunaci¨®n provoca una brecha aparentemente insalvable. Un bando, el de los llamados antivaxxers, los que se oponen a la vacunaci¨®n, es considerablemente menor que el otro, pero se trata de una minor¨ªa muy activa y ruidosa.
La controversia est¨¢ centrada en la triple v¨ªrica, que previene contra la rubeola, el sarampi¨®n y la paroditis. En 1988, un doctor brit¨¢nico, Andrew Wakefield, public¨® en The Lancet un controvertido estudio que relacionaba esta vacuna con el autismo. Posteriormente, la teor¨ªa se prob¨® err¨®nea; a Wakefield se le acus¨® de conflicto de intereses y perdi¨® la licencia para practicar la medicina en Reino Unidos. The Lancet retir¨® la publicaci¨®n y pidi¨® disculpas p¨²blicas. A pesar de todo eso, su estela permanece y da alas a los antivacuna.
En Estados Unidos, el sarampi¨®n se consideraba oficialmente erradicado desde el a?o 2000, pero ha tenido un fuerte revival en 2014 y, sobre todo, en 2015, con un epicentro de la epidemia que los medios sit¨²an en Disneylandia. California, el estado en el que se inici¨® el problema, exige a los ni?os estar vacunados para escolarizarse pero permite a los padres acogerse a ¡°excepciones filos¨®ficas¡±. Casi todos los estados menos dos se rigen por esta norma, a la que hasta hace relativamente poco s¨®lo se aferraban minor¨ªas como la Amish, pero que ahora practican tambi¨¦n muchas familias, habitualmente de nivel econ¨®mico medio-alto que creen que las vacunas en general, y la triple v¨ªrica en particular (pero tambi¨¦n se ha notado un repunte de la tos ferina) son veneno para los ni?os. Seg¨²n la CDC (Centro para el Control de Enfermedades), el 79% de los casos de sarampi¨®n en Estados Unidos correspond¨ªan con esas ¡°excepciones filos¨®ficas¡±.
La mayor y m¨¢s famosa ap¨®stol de las teor¨ªas de Wakefield ha sido durante a?os la actriz Jenny McCarthy, ex mujer de Jim Carrey, que sostiene que una vacuna provoc¨® el autismo de su hijo. ¡°?Para qu¨¦ quiero a la ciencia si tengo la evidencia en mi casa?¡±, suele decir en muchos de los actos que protagoniza, donde arenga contra las vacunas y el establishment m¨¦dico. Le secundan una variopinta amalgama de voces p¨²blicas, entre las que hay partidarios de estilos de vida alternativos y antimedicalizados (Alicia Silverstone, Mayim Bialik, Billy Corgan), liberales que no creen que el Estado deba decir a los padres qu¨¦ hacer con los cuerpos de sus hijos (Donald Trump, el republicano gobernador de Nueva Jersey y posible candidato a la presidencias Chris Christie y el senador Rand Paul) y personajes dif¨ªciles de clasificar como Charlie Sheen, que en 2008 dirigi¨® una carta p¨²blica al pediatra de sus hijas acus¨¢ndole de querer inyectarles ¡°veneno¡±.
En el otro lado, se ha pronunciado Hillary Clinton, que tuite¨® recientemente: ¡°La ciencia es clara. La Tierra es redonda, el cielo es azul y #lasvacunasfuncionan. Protejamos a nuestros hijos #lasabuelassaben¡±. La actriz Kristen Bell tambi¨¦n ha dicho que apoya ¡°a los m¨¦dicos y no a los sabelotodo¡± y ha contado que, cuando naci¨® su primera hija, Lincoln, s¨®lo dejaba que la sostuvieran en brazos aquellos que ten¨ªan puesta la vacuna de la tos ferina.
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Jenny McCarthy.
Getty
En Espa?a, la triple v¨ªrica no es obligatoria, como ninguna vacuna salvo en caso de crisis de salud p¨²blica ¨Csucedi¨® en Granada en 2010, cuando la Junta de Andaluc¨ªa oblig¨® a vacunar a 35 menores tras un brote de sarampi¨®n en un colegio¨C pero s¨ª son altamente recomendadas. El pediatra Carlos Gonz¨¢lez, popular autor de best sellers m¨¦dicos y gur¨² que defiende m¨¦todos cercanos a la crianza natural ¨Cse habla de estivillistas, seguidores del Dr. Estivill y su famoso m¨¦todo espartano para ense?ar a dormir, versus gonzalistas, partidarios del mimo a ultranza, explicado en su libro B¨¦same mucho¨C escribi¨® en 2010 un libro inequ¨ªvocamente titulado En defensa de las vacunas que enfureci¨® a muchos de los que antes eran sus seguidores. Lo hizo porque detect¨® hasta un 15% de familias en su consulta que se opon¨ªan a vacunar a sus hijos. Recientemente en la cadena SER y en otros medios se ha refrendado de su tesis de entonces (que le cost¨® que le acusaran de estar a sueldo de las farmac¨¦uticas) y ha alertado de que no existe un ¡°paquete ideol¨®gico progre natural que exige estar en contra de las vacunas¡±.
En cualquier caso, en nuestro pa¨ªs muchos de los padres que no aplican algunas de las vacunas no perceptivas pero s¨ª recomendadas (el rotavirus, el neumococo) no lo hacen precisamente por ¡°motivos filos¨®ficos¡± sino sencillamente porque no los pueden pagar. Vacunar contra estas dos enfermedades, como aconseja la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa, cuesta m¨¢s de 500 euros en el primer a?o de vida de un beb¨¦ (unos 208 euros por las tres dosis de Rotateq, contra el rotavirus y unos 305 por cuatro dosis de Prevenar, contra el neumococo) y muchas familias no pueden hacer frente al gasto. Est¨¢ previsto que en 2016 el Prevenar entre a formar parte del calendario de vacunas estatal. No est¨¢ previsto, pero s¨ª es m¨¢s que probable, que la pol¨¦mica contin¨²e en 2016 y m¨¢s all¨¢.
Hilary Clinton.
Getty
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