Tener la casa muy desordenada puede dar paz mental (o eso dicen algunos los expertos en decoraci¨®n)
La pandemia convierte en tendencia tener la casa hecha un desastre y, adem¨¢s, presumir de ello. Detr¨¢s de la pesadilla de Marie Kondo (y de toda madre) hay una explicaci¨®n psicol¨®gica.
Nos pasamos la vida luchando contra nuestro propio caos, pero parece que nos estamos cansando. Al calor del encierro provocado por la pandemia una nueva tendencia florece en las redes sociales, especialmente en Tik Tok: el desorden est¨¦tico o #Cluttercore, un movimiento que reivindica que una casa vivida tiende al desorden y que los objetos que nos rodean (aunque sean pura chatarrer¨ªa) nos conectan con nosotros mismos. Casi cuatro millones de tiktokeros se regocijan ense?ando camas deshechas, ropa tirada, plantas medio pochas, libros y papeles amontonados y estanter¨ªas a rebosar. Adem¨¢s, etiquetan su desastre con su correspondiente hashtag. Lo que pondr¨ªa la piel de gallina a Marie Kondo -la gur¨² del orden de este milenio- o a cualquiera de nuestras madres -incansables luchadoras contra nuestro desbarajuste dom¨¦stico desde que nacimos- se expande ahora como una moda.
https://www.tiktok.com/@mdugy/video/6849791361982450950?lang=es
Uno de los primeros en hablar del tema en la red social (es decir, el proto-influencer) fue @mDugy, un joven pianista de 18 a?os -cuyo nombre real es Micah- fascinado por esta est¨¦tica vintage. En su v¨ªdeo m¨¢s visto sobre la tendencia se pueden ver salones, cocinas y ba?os atestados de cosas (fotos sacadas de Pinterest, otro nido para el acopio) presentados con una m¨²sica muy relajante extra¨ªda de la pel¨ªcula animada japonesa Howl¡¯s Moving Castle. Tambi¨¦n publica horrorizado fotos de casas minimalistas, ense?a los muebles centenarios de su dormitorio y cuenta cu¨¢nto le gusta colgar tapices y velas de sus paredes. @apricotdreams, de nombre real Ada, tambi¨¦n pertenece a la generaci¨®n Z y en sus v¨ªdeos pone referencias de lo que ella llama ¡°desorden limpio¡±: nada de porquer¨ªas, sino habitaciones que parecen un decorado de la pel¨ªcula de los 90 Pr¨¢cticamente magia. Claire (@awasheuglee) ha llegado a este movimiento desde otro, el #Cottagecore (inspirado en las casas de la campi?a inglesa), y pone sonidos de la naturaleza para acompa?ar las estancias que le inspiran.
Para ser precisos, el Cluttercore no es un desorden sin m¨¢s sino uno voluntario e intencional. Un desorden ¡°con amor¡±, como dicen los tiktokeros, que a menudo comparan la sensaci¨®n que les produce con un ¡°abrazo c¨¢lido¡±. Esta est¨¦tica es una versi¨®n moderna de las casas victorianas y eduardianas, con multitud de muebles, mucho terciopelo y toneladas de figuritas, marcos y molduras por todas partes. Una celebraci¨®n de lo exagerado, lo raro, lo antiguo y lo vivido; en el fondo consiste en crear espacios aut¨¦nticos y habitados, en dejar que nuestras cosas cuenten nuestra historia. Es, por tanto, un desorden controlado, con un sentido. Lo cierto es que estas habitaciones abarrotadas provocan un curioso efecto en quien las admira: una intimidad muy reconfortante. ?Ser¨¢ que nos hemos cansado de aparentar? ?Ser¨¢ un triunfo de la honestidad sobre lo aspiracional?
Jennifer Howard es la autora de ¡°Clutter: An untidy history¡± (publicado en septiembre de este mismo a?o), una reflexi¨®n sobre el impacto del desorden en nuestras vidas y as¨ª entiende el fen¨®meno: ¡°El Cluttercore es una especie de correctivo, una reacci¨®n comprensible a a?os de dominio del minimalismo. ?S¨¦ t¨² mismo y acepta el desorden de la vida!¡± nos escribe. ¡°Pasar tanto tiempo en casa significa pasar m¨¢s tiempo con nuestras cosas, para bien o para mal. No podemos escapar de ellas. Que eso sea bueno o malo depende de tus circunstancias y necesidades. ?Las cosas de tu hogar te parecen m¨¢s ¨²tiles ahora, o simplemente est¨¢n ocupando espacio y creando m¨¢s trabajo dom¨¦stico? Las respuestas cambiar¨¢n de persona a persona, de hogar a hogar. Yo paso de estar molesta a estar agradecida por mis cosas¡±, nos cuenta. Seg¨²n esta escritora y periodista, despu¨¦s de varios a?os de obsesi¨®n por el orden en redes sociales (traducido en la impecable tendencia n¨®rdica de casas semivac¨ªas en tonos claros) este nuevo caos est¨¦tico surge como una forma de conectarnos con los objetos que nos rodean. Los v¨ªdeos y fotos avanzan imparables hacia el inmaculado reino de Instagram, donde las etiquetas y perfiles dedicados a este tema aumentan por momentos. Y la relaci¨®n entre este movimiento y la pandemia, dicen los expertos, es directa.
El reconfortante abrazo del desorden
Tiene sentido que, en medio del clima de estr¨¦s e incertidumbre que ha provocado la pandemia, las personas pongan un mayor ¨¦nfasis en construir un entorno con objetos que les induzcan a la calma. Las personas han vuelto a abrazar sus pertenencias porque el encierro nos oblig¨® a todos a revaluar lo que tenemos. ¡°Durante la pandemia, la casa ha servido para muchos prop¨®sitos y para mantenernos seguros y resguardados. El ambiente dom¨¦stico es m¨¢s importante que nunca. No es de extra?ar que la gente ponga en ello su coraz¨®n¡±, nos cuenta Howard.
Efectivamente 2020 ha cambiado mucho el significado simb¨®lico de lo que significa nuestra casa. Ahora es hogar, oficina, gimnasio, ambulatorio, universidad, guarder¨ªa y refugio. Si vamos a hacer tantas cosas en su interior, era necesario reconfigurar espacios y cosas. Libros viejos y revistas pasadas son el soporte de los port¨¢tiles son el pan nuestro de cada d¨ªa para las reuniones v¨ªa Zoom. Hemos tenido que ser pr¨¢cticos. La propia Howard, que vive con su familia en un adosado de 1922 en Washington D.C. ?c¨®modo pero no grande?, donde todos estudian y trabajan, ha visto c¨®mo la pandemia les ha obligado a ellos tambi¨¦n ¡°a ser creativos sobre c¨®mo organizar y estructurar las cosas para aprovechar al m¨¢ximo lo que ya tenemos¡±. Ellos han recuperado una vieja losa de cemento y unos muebles baratos en un rinc¨®n de evasi¨®n en su jard¨ªn.
Si almacenar cosas es positivo o no depende de cada uno. ¡°Hay muchas pruebas de que el desorden puede hacer que sea m¨¢s dif¨ªcil concentrarse y disfrutar de la vida. Depende de si te sientes a merced de demasiadas cosas (el cl¨¢sico desorden) o eliges tener abundancia de cosas en tu vida (una oda al desorden)¡±, especifica Howard.
La otra lectura es algo m¨¢s melanc¨®lica. En algunas casas hay demasiado ruido y en otras demasiado silencio, pero en todas el aislamiento acarrea cierta sensaci¨®n de soledad. Y esto nos ha hecho ver un tesoro del pasado en los objetos m¨¢s random que nos vamos encontrando. Joseph Ferrari, investigador del impacto psicol¨®gico del desorden de la Universidad DePaul de Chicago, dice en una entrevista en The Guardian que el hogar no es solo un lugar sino una extensi¨®n de nosotros mismos, ?un archivo vivo de la memoria?. Por eso ahora por primera vez apreciamos ese im¨¢n hortera pegado en la nevera, que habla de un lugar, un viaje y una emoci¨®n.
La delgada l¨ªnea verde
Es evidente que la tendencia del Cluttercore est¨¢ atrayendo principalmente a adolescentes y j¨®venes. Quiz¨¢ su conciencia con el planeta haya disparado sus ganas de dar una nueva vida a las cosas que ya tenemos, al fin y al cabo son la generaci¨®n m¨¢s comprometida con el cambio clim¨¢tico, como demostr¨® hace unos meses otro hashtag, #ClimateStrike. Sin embargo, la l¨ªnea entre aprovechar lo que hay y la obsesi¨®n por tener m¨¢s cosas a veces parece desdibujarse: ¡°Estoy m¨¢s preocupada que nunca por el origen y el destino de todas nuestras cosas¡±, nos cuenta Howard. ¡°?Cu¨¢l es el coste humano y ambiental de fabricar y enviar tanto? ?Qu¨¦ sucede cuando decidimos que ya no queremos algo? ?Qui¨¦n tendr¨¢ que lidiar con nuestras cosas cuando ya no estemos? Esas son las preguntas que espero que la gente se haga a s¨ª misma, ya sean minimalistas, fan¨¢ticos del desorden o algo intermedio. Los sistemas de basura y reciclaje ya ten¨ªan tensi¨®n antes de la pandemia. Todas esas cajas de entrega de Amazon y contenedores de comida para llevar no pueden ayudar¡±. Y es cierto: cuando la vida fuera es incierta, es f¨¢cil caer en el s¨ªndrome del nido.
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