Carolina Yuste: ¡°Ya no nos tragamos las historias que nos han contado: las mujeres no somos enemigas, hay mucha sororidad¡±
La actriz, ganadora del Goya a la mejor actriz de reparto, reclama una feminidad libre y tribal.
Bail¨® sin parar, brind¨® con sus compa?eros y se fue pronto a la cama. ?A las 10.30 de la ma?ana siguiente estaba en pie?, recuerda Carolina Yuste. La actriz celebr¨® as¨ª alzarse con el ¡®cabez¨®n¡¯ a Mejor actriz de reparto en la pasada edici¨®n de los Premios Goya. La fiesta grande le espera en su tierra. ?No he visto a mis amigas de Badajoz desde entonces, est¨¢n deseando que vuelva?, comenta.
Esa noche, la pacense llam¨® la atenci¨®n con su dos piezas de Roberto Diz y con su maquillaje, sencillo y efectivo: un eyeliner gr¨¢fico, grueso y bien definido sobre el p¨¢rpado, de efecto floating. ?Fue idea de Jos¨¦ Juan y Paco (sus estilistas para la alfombra roja). Al principio no me convenc¨ªa, pero en cuanto me la vi puesta pens¨¦ que me pegaba, tiene mucha fuerza?. En lo personal, reconoce no tener tanta ma?a. ?Soy un desastre, estoy aprendiendo ahora?. Sus b¨¢sicos, mientras se forma, mantienen un perfil bajo. ?Un b¨¢lsamo sin color para los labios y r¨ªmel?.
El galard¨®n lo consigui¨® gracias a Paqui, su personaje en Carmen y Lola. En la pel¨ªcula, sobre el amor de dos mujeres gitanas, Yuste era la ¨²nica profesional de la actuaci¨®n. Sus compa?eros, cal¨¦s, debutaban en el mundillo. ?Supuso una cura de ego. Te repiten tanto que para los dem¨¢s es su primera vez, que temes que se note?. Para preparar el rodaje, Arantxa Echevarr¨ªa, su directora, mont¨® un coaching de interpretaci¨®n previo en el que Yuste particip¨®. ?Nuestras capacidades se equilibraron, fuimos construyendo los personajes juntos?. Lo mismo sucedi¨® con los di¨¢logos. ?Arantxa tuvo una enorme generosidad, se abri¨® a cambiar partes del guion para reflejar las vivencias reales de los gitanos?, cuenta la actriz. ?Los actores le dec¨ªan: ¡®Esto no lo decimos, es de payos¡¯, y se modificaba?.
De Paqui, se queda (y se identifica) con su solidaridad. ?Una de las cosas m¨¢s importantes en la actualidad es crear v¨ªnculos con las personas y molestarse en conocerlas de verdad, tanto sus luces como sus sombras, pues solo as¨ª es posible amarlas plenamente?. Y lanza un llamamiento: ?Necesitamos m¨¢s Paquis en un mundo donde todo es cada vez m¨¢s violento, m¨¢s extremista, m¨¢s peligroso. Ellas pueden desviarnos del camino que est¨¢ tomando la sociedad, que ya sabemos ad¨®nde nos lleva. Debemos formar peque?as tribus?.
En su vida, cuenta con muchas Paquis, y a ellas les dedic¨® el Goya en su discurso, y con alg¨²n Paquito, su padre. ?Me ha ense?ado a valorar el arte. Se sac¨® la carrera de Historia del Arte al jubilarse, por puro placer; me parece admirable?. Tambi¨¦n hay mujeres a las que admira: su madre, que le ha ense?ado a valorar las peque?as cosas, y su hermana mayor, que dej¨® su tierra a los 17 a?os para buscar su camino. ?Y mucha gente que me ha herido y ayudado as¨ª a crecer?. En su sector, tambi¨¦n tiene algunos apoyos. ?Mi profesor Carlos Silveira, con el que me introduje en esta profesi¨®n, y muchas compa?eras de oficio que no son capaces de acceder a este dif¨ªcil mercado y trabajan cada d¨ªa en tiendas y bares mientras no dejan de formarse confiando en que la interpretaci¨®n, en alg¨²n momento, les abrir¨¢ las puertas?.
Habla en femenino porque considera que ser mujer supone, como en otras profesiones, un h¨¢ndicap. ?Ahora es menos habitual, pero recuerdo que cuando me llegaba un perfil casi siempre ped¨ªan que fuese exuberante, guapa¡ A veces puede ser necesario para el personaje, pero no se exig¨ªa lo mismo a los hombres?. Y reclama m¨¢s personajes femeninos de calidad. ?Muchas mujeres solo influyen en la trama si son madre de, esposa de o hija de. Tambi¨¦n hacemos falta en puestos de decisi¨®n?. Ve, eso s¨ª, que el panorama cambia y caen las barreras, aunque todav¨ªa hay mucho por hacer. ?Queda mucho por derribar, sobre todo los miedos propios de unos pocos: cuando temes al otro, e intentas que siga por debajo. Pero despu¨¦s de tantas olas feministas, ya no nos vamos a dejar. No nos tragamos la historia que nos contaron de peque?as: ni somos enemigas, ni tenemos celos las unas de las otras. Hay mucha sororidad?.
Ella, por su parte, lleva tres a?os viviendo de su profesi¨®n. ?Afortunadamente, he podido mantenerme este tiempo con el dinero que he ganado como actriz, sobre todo gracias al teatro. Ojal¨¢ fuese lo habitual?. De hecho, una semana despu¨¦s de recibir el galard¨®n, Yuste estrenaba Suaves, de Gon Ramos, en el Teatro Pav¨®n de Madrid, mientras segu¨ªa de gira por escenarios patrios con Hablar por hablar, de Fernando S¨¢nchez Cabezudo. En la gran pantalla, aparece en otro largometraje de Goya: Qui¨¦n te cantar¨¢. ?Ninguno de los cuatro personajes femeninos tiene un trauma o un objetivo en la vida que depende de un hombre?, destaca de la obra de Carlos Vermut. Sobre el director, con el que comparti¨® un d¨ªa de rodaje, expresa su deseo de volver a trabajar. ?Solo ten¨ªa cuatro frases para servir al arco del personaje de Natalia (Molina), pero Carlos no da puntada sin hilo. Pude saborearle y tengo ganas de m¨¢s?. Tambi¨¦n le gustar¨ªa ponerse a las ¨®rdenes de Isaki Lacuesta (Entre dos aguas), Paula Ortiz (La novia) o Carla Sim¨®n (Estiu 1993), entre otros. De fuera, admira a Xavier Dolan. ?Pero tengo que aprender franc¨¦s?, bromea. Al futuro, adem¨¢s de trabajo, le pide estar tranquila. ?Al final, ambas cosas est¨¢n relacionadas?.
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