Costas de coral, las otras joyas por descubrir
La historia de la ciudad napolitana Torre del Greco no puede escribirse sin hablar de esta especie que sus artesanos trabajan desde tiempos remotos.
Situada en el golfo de N¨¢poles, a la falda del Vesubio, la ciudad de Torre del Greco es el centro del coral rojo mundial. Aqu¨ª llega en bruto la mayor¨ªa de corallium rubrum, el cl¨¢sico y m¨¢s apreciado del Mediterr¨¢neo, y desde este lugar tambi¨¦n sale tallado al mercado internacional. Procedente en su mayor¨ªa de la isla de Cerde?a, donde est¨¢ considerado un importante recurso comercial, puede encontrarse en otros lugares de la cuenca mediterr¨¢nea como el cabo de Creus, en la Costa Brava gerundense.
?Durante siglos, la pesca del coral se ha efectuado en estas aguas con una barra de hierro de un metro de largo y sesenta cent¨ªmetros de di¨¢metro que se adaptaba a las redes de pescadores y se arrastraba por el lecho marino hasta arrancarlo desde el barco y llevarlo a la superficie?, explica Giuseppe Marotta, de la firma Massa Gioconda, un referente internacional en la talla de este animal colonial. ?Hoy ¨Cespecifica¨C la pesca es selectiva, la realizan buzos de manera manual, se impone un l¨ªmite de tama?o y est¨¢ regulada para permitir la explotaci¨®n sostenible del ecosistema?.
No existe una legislaci¨®n internacional unitaria, cada pa¨ªs aplica la suya propia. En Cerde?a, tras 30 a?os de ordenanzas, se han conseguido paliar los estragos y preservar el recurso de coral rojo y la biodiversidad marina en un buen estado ecol¨®gico. ?Jam¨¢s trabajamos con material que no est¨¦ plenamente certificado?, afirma Marotta. ?Somos la cuarta generaci¨®n de una familia que ha vivido y vive de este negocio, sentimos mucho respeto por la naturaleza. Concienciar al consumidor es clave porque, en definitiva, la regulaci¨®n es el ¨²nico camino para conservar nuestro trabajo?, a?ade.
En el siglo XVII los principales centros de compra-venta de coral estaban en N¨¢poles (en la imagen), Marsella y Livorno.
Pere Peris
Son muchos los organismos que trabajan en pro de la conservaci¨®n del corallium rubrum, adem¨¢s de las normas propias que dicta cada pa¨ªs. Por ejemplo, desde mediados de 1980 en Espa?a est¨¢ regulada la extracci¨®n de coral rojo, los tipos de artes permitidos para extraerlo y los niveles y tama?os de la cosecha, as¨ª como los sitios de captura autorizados (Begur, cabo de Creus sur, este y norte) y las licencias para buceadores profesionales, que se cifran en 70. Red Coral Research Group es una de las instituciones cuyo objetivo principal es el mantenimiento del coral, y que colabora desde 2003 con el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona. ?ste ha denunciado en numerosas ocasiones que los furtivos se enfrentan, ¨²nicamente, a sanciones administrativas, frente a las elevadas ganancias que la venta del producto alcanza en el mercado negro.
Pero la pesca ilegal no es el ¨²nico enemigo a batir: el cambio clim¨¢tico y la contaminaci¨®n afectan tambi¨¦n a la salud del coral que ya, de por s¨ª, tiene un crecimiento lent¨ªsimo, de apenas un cent¨ªmetro de alto y 0,20 mil¨ªmetros de grosor al a?o. De ah¨ª que, seg¨²n la Convenci¨®n sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro (CITES, acuerdo mundial para evitar que ciertos ejemplares desaparezcan como consecuencia de su mercadeo), el corallium rubrum est¨¦ incluido en el ap¨¦ndice III que pone normas a su compra-venta: para ello se requiere un permiso de exportaci¨®n y un certificado de origen. Un ep¨ªgrafe considerado demasiado condescendiente para quienes abogan por catalogar el coral como especie en extinci¨®n y defienden que su captura se proh¨ªba definitivamente.
Coral rojo en bruto de 40 a?os de antig¨¹edad, patrimonio de la familia Marotta.
Pere Peris
En los talleres de Torre del Greco la vida transcurre como anta?o. Entre herramientas y mesas centenarias, el coral rojo se corta en cabuj¨®n, en tallas ornamentales o esculturas. Cuando est¨¢ en bruto, es mate; para que exhiba su atractivo brillo v¨ªtreo se pule con piedra arenisca de grano fino, se lija y luego se remata con muelas de fieltro. El entorno y la maestr¨ªa permanecen inalterables: ?Desde aqu¨ª salen piezas para las grandes firmas de joyer¨ªa del mundo?, apunta Giuseppe Marotta. Y es que la ciudad tiene una larga tradici¨®n en la talla, manufactura de joyas y objetos de coral, desde que en 1790 se estableciera la Coral Real Company, que promov¨ªa la comercializaci¨®n de esta especie. La empresa no tuvo ¨¦xito, pero en 1805, Paolo Bartolomeo Mart¨ªn de Marsella consigui¨® que Fernando IV le diera una licencia de diez a?os y construy¨® la primera f¨¢brica. Fue ese el verdadero principio del negocio en esta urbe que, hasta ese momento, se hab¨ªa centrado en la pesca como casi ¨²nica pr¨¢ctica.
Caminando por la plaza Luigi Palomba, en pleno centro de Torre del Greco, se encuentra la Scuola del Corallo, un edificio del siglo XIX que actualmente se ha convertido en una escuela de Bellas Artes. Aunque la construcci¨®n mantiene en su fachada la inscripci¨®n original, poco queda en su interior de los viejos oficios asociados al coral. ?Estas profesiones han pasado de padres a hijos y, durante mucho tiempo, se ense?aron en este centro. Hoy en d¨ªa se siguen impartiendo algunas clases, pero el inter¨¦s del alumnado ha deca¨ªdo, como ocurre con la mayor¨ªa de trabajos artesanales?, cuenta el tallador y maestro en el tema Antonio Stilla.
En el taller se corta la rama para crear figuras, esferas¡ El proceso artesanal es el mismo que se utilizaba antiguamente.
Pere Peris
Joyas, objetos de decoraci¨®n y camafeos se exponen en el museo de coral de los Ascione en N¨¢poles (Pl. Matilde Serao, 19). Esta herencia ilustra la grandeza art¨ªstica de unas piezas que dieron gran fama a esta ciudad, hasta donde acud¨ªan arist¨®cratas y familias reales de todo el mundo, ¨¢vidas de un producto ¨²nico. ?La m¨ªa es una familia de artistas que dise?¨® siempre siguiendo las vanguardias?, explica Mauro Ascione, que pertenece a su quinta generaci¨®n (los Ascione trabajan este material desde antes de la erupci¨®n del Vesubio, en 1794).
En el siglo XIX, los artesanos de Torre del Greco ampliaron sus miras y comenzaron a importar y a trabajar con el coral del Pac¨ªfico, tambi¨¦n muy adecuado para la talla. Adem¨¢s, otra de sus ventajas es que presenta diferentes colores, del rojo oscuro al rosa pasando por el blanco. Proviene de una zona que se extiende entre Jap¨®n y Hawai, y su nombre cient¨ªfico es corallium secundum. Durante a?os, la mayor parte de su cosecha mundial se ubic¨® en el ¨¢rea de Milwakee Bank y de los montes submarinos Emperor. Pescadores japoneses y taiwaneses cosechaban cientos de toneladas. Hoy, la producci¨®n es aproximadamente de unas 20 toneladas respecto a las cinco anuales que se cosechan en el mar Mediterr¨¢neo.
La tienda de antig¨¹edades Bowinkel, en N¨¢poles (Santa Luc¨ªa, 25), donde pueden encontrarse corales negros.
Pere Peris
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