Cuando el sexismo se disfraza de moda ¡®hipster¡¯

?Por qu¨¦ no hay personajes de color en 'Girls'? ?Por qu¨¦ todos sus protagonistas son en realidad 'hijos de'? ?Por qu¨¦ va a cobrar tanto Lena Dunham por su primera novela? ?Por qu¨¦ Lena Dunham no viste pantalones? ¡°Racista¡±, ¡°nepotista¡±, ¡°abusona¡± o ¡°exhibicionista¡±. El abanico de perlas que la prensa ha dedicado en los ¨²ltimos meses a la joven guionista/directora/actriz de la serie 'Girls', Lena Dunham, est¨¢ empezando a ser cansino de lo inabarcable que es. No hay movimiento de la artista al que no se le saque punta. ?El ¨²ltimo incidente? El video de la campa?a de Obama en el que animaba a las j¨®venes a votar por el candidato dem¨®crata. En ¨¦l, Dunham comparaba el voto con la p¨¦rdida de virginidad, alentando a las ne¨®fitas en las urnas a que ¡°su primera vez¡± deber¨ªa ser con ¡°un tipo genial¡± como Obama. Un locuaz mon¨®logo que no gust¨®, obviamente, en las filas republicanas, pero que tambi¨¦n ha despertado reticencias en el sector liberal.

As¨ª lo ha hecho saber la escritora Alissa Quart ¨Cautora de Branded, un ensayo contra el bombardeo de las marcas sobre la cultura adolescente¨C en un art¨ªculo de The Cut, el blog de tendencias del New York Magazine. Aunque la escritora aplaude el video de Dunham, considera que las cr¨ªticas que ha recibido por su tono ¡°extra?amente paternalista¡± no est¨¢n del todo desencaminadas. Quart toma como ejemplo el spot electoral para introducir el concepto del ¡°sexismo hipster¡±, o la misoginia moderna que afecta a los ¡°menores de treinta y a los que ya no son treintea?eros, pero que hacen anuncios, camisetas, pel¨ªculas, revistas y programas de televisi¨®n para ellos¡±.

?Es necesario crear una etiqueta para definir el sexismo que se da entre modernos? Seg¨²n Quart s¨ª, y lo define como la ¡°objetificaci¨®n de la mujer, pero de una forma en la que se utiliza la burla, las comillas, y la paradoja: todo lo que aprendiste en tu clase de literatura¡±. El sexismo sigue presente en las esferas de lo 'cool', pero camuflado por una iron¨ªa moderna, a la b¨²squeda del 'me gusta' en la red social de turno o una carcajada c¨®mplice entre la legi¨®n 'hipster'. Algunos de los ejemplos que entona: las (ya retiradas) camisetas del 'Eat Less' de Urban Outfitters, el idolatrado Terry Richardson ¨C¡°si examinamos las fotos del t¨ªo Terry, podemos imaginarnos como unos connoisseurs de la perversi¨®n teatral, pero luego o¨ªmos que el t¨ªo supuestamente abus¨® de sus modelos en los sesiones de fotos'¡±¨C, o considerar divertido que Sacha Baron Cohen convierta en comedia hilarante la historia del millonario que ofreci¨® 65 milones de d¨®lares a un hombre para casar a su hija lesbiana.

¡°Los sexistas cl¨¢sicos te dir¨¢n que los embarazos por violaci¨®n son actos de Dios. Los sexistas 'hipsters' te dir¨¢n que el autodesprecio y la explotaci¨®n 'fashion' de las mujeres es divertida¡±, apunta. Y no es la ¨²nica en verter esta opini¨®n.

A tenor de la teor¨ªa de Quart, desde el blog XOJane recordaron que la periodista australiana Candice Yung ya acu?¨® este t¨¦rmino hace unos meses, cuando utiliz¨® a Terry Richardson como icono del 'sexismo hipster' y sum¨® otras variantes bochornosas: la etiqueta que se inclu¨ªa en los pantalones de la firma Madhouse (en las instrucciones de lavado inclu¨ªan los iconos habituales m¨¢s un "o d¨¢selo a tu mujer, es su trabajo"), o las camisetas de Topman con el lema "Bonita novia, ?de qu¨¦ raza es?".

?D¨¢selo a tu mujer, es su trabajo? es una de las instrucciones de lavado que aparecen en las etiquetas de los pantalones masculinos de la firma Madhouse.

La firma brit¨¢nica Topman tambi¨¦n levant¨® polvareda cuando lanz¨® una l¨ªnea de camisetas sexistas.

La nueva misoginia ¡°con gui?o¡± funciona y se asume porque, seg¨²n defiende Susan J. Douglas (autora de Enlightened Sexism: The Seductive Message that feminism¡¯s work is done) ¡°ahora que las mujeres han conseguido muchos progresos gracias al feminismo ¨Ce incluso se ha llegado a afirmar que 'existe' la igualdad plena¨C, puede parecer que est¨¦ bien, y hasta sea divertido, resucitar estereotipos sexistas de chicas y mujeres¡±. ?Perpetuamos el sexismo ir¨®nico porque creemos jugar en la misma liga que los hombres y podemos re¨ªrnos de ello?

Para el escritor Eloy Fern¨¢ndez Porta, que ya desenmara?¨® el latir de la cultura de tendencias en? Homo Sampler: Tiempo y consumo en el era Afterpop y en su reciente Emoci¨®nese As¨ª, ¡°Quart tiene raz¨®n cuando se?ala que el uso ir¨®nico de referentes sexistas no representa ning¨²n progreso de por s¨ª, y que con frecuencia produce un sexismo de segundo grado (de la misma manera, a?ado, que cuando Clint Eastwood hace una pel¨ªcula que parece cuestionar el rol del macho oldschool no est¨¢ enterrando ese rol sino reafirm¨¢ndolo)¡±. El problema por el que cojea la teor¨ªa del sexismo hipster es, seg¨²n el escritor, describir ¡°esos procesos ir¨®nicos como si tuvieran el mismo sentido en el mainstream que en las subculturas, y eso no es as¨ª. Los c¨®digos que definen el g¨¦nero pueden encerrar al sujeto, como una c¨¢rcel, pero el sujeto tambi¨¦n puede jugar con ellos, como si fueran un disfraz. En el ¨¢mbito subcultural suelen ser entendidos como un disfraz, y tienen que ser entendidos as¨ª, porque el objeto ¨²ltimo de las subculturas no es vender ropa o m¨²sica sino producir un sujeto que el mainstream es incapaz de producir e incluso de asumir¡±. El contexto, entonces, ser¨¢ la clave.

Est¨¢ claro que el humor es necesario y re¨ªrse nunca est¨¢ de m¨¢s en nuestras vidas. Quiz¨¢ la respuesta est¨¦, tal y como analizan en Bitch Magazine, en re¨ªrse del sexismo y no con los sexistas.?

En las olimpiadas ¡®hipsters¡¯ que se llevaron a cabo este verano en Berl¨ªn no faltaron obras ?con mensaje?.

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Lena Dunham, creadora y protagonista de ¡®Girls¡¯.

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