El ¡®CSI¡¯ de Balenciaga
Tras el viaje vintage que propone el museo se esconde un taller de ¨²ltima generaci¨®n donde los trajes son tratados con guante blanco.
Son piezas de ropa, pero, a fuerza de a?os, sus patrones exquisitos han adquirido el valor de tesoros. En su b¨²squeda se ha lanzado la Fundaci¨®n Crist¨®bal Balenciaga, con Sonsoles D¨ªaz de Rivera y de Icaza al frente como vicepresidenta (el presidente es Hubert de Givenchy). Ya tienen 1.200 prendas, que los responsables de conservaci¨®n tratan con guante blanco. Detr¨¢s de la media luz de las salas de exposici¨®n, donde los sue?os de un baile de puesta de largo nunca vivido se pasean entre trajes de princesas de otro tiempo, se abre un mundo de talleres y laboratorios m¨¢s propios de CSI que de un museo de moda.
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Estos d¨ªas, en las entra?as de la unidad cient¨ªfica de Balenciaga andan revolucionados. Acaban de recibir 35 piezas del armario de do?a Socorro Ali?o, esposa del famoso psiquiatra Juan Jos¨¦ L¨®pez Ibor . Y llegan cargadas de historia: ?Era una se?ora muy moderna, que se atrev¨ªa con modelos del taller de Par¨ªs. Ten¨ªa varios vestidos de 1952: parece que aquel a?o disfrut¨® de una agitada vida social?, cuenta Igor Ur¨ªa, responsable de conservaci¨®n del museo. ?Fluctuaba de talla. Se puede ver en los arreglos que experimentaron algunas piezas: unas se han estrechado por el costadillo y en otras se han soltado las pinzas originales. Seguramente ten¨ªa una modista en la casa?.
El estudio no ha hecho sino empezar. Antes de limpiar las telas, se piden im¨¢genes de microscopio del tejido y an¨¢lisis de materiales a un laboratorio. ?Debemos conocer su composici¨®n exacta para saber qu¨¦ productos podemos aplicar?, cuenta Igor mientras se?ala una pared llena de gr¨¢ficos y fotos de hebras gigantes. Unas veces se llevan a la sala de h¨²medos, donde los trajes son tratados con agua o con disolventes espec¨ªficos. Otras se extrae el polvo acumulado durante a?os con una microaspiraci¨®n: ?Es el que provoca que la tela se rasgue con el tiempo?.
Al fondo, un chico acaricia un vestido como busc¨¢ndole las cosquillas, mil¨ªmetro a mil¨ªmetro. Cada tanto, hace anotaciones en un papel que tiene al lado. Registra las heridas de la pieza. El esquema que elabora servir¨¢ para saber c¨®mo tratar, agarrar y colgar este traje de aqu¨ª en adelante. El examen del forense puede detectar zonas en las que la tela est¨¢ especialmente da?ada. ?Ocurri¨® con 50 piezas de la colecci¨®n inicial a las que tuvimos que aplicar un trabajo de restauraci¨®n extremo?. En el argot lo llaman consolidaci¨®n y consiste en reforzar las ¨¢reas m¨¢s deterioradas con parches apenas perceptibles. Para ello, encargan muestras del mismo tejido, con el color y densidad exactos. ?La tintera dispone de un cat¨¢logo de f¨®rmulas o combinaciones de porcentajes de tonos y tiempos de aplicaci¨®n del tinte. Y, cuando se da con la r¨¦plica exacta, se utiliza un fragmento para cerrar la cicatriz sin dejar puntos a la vista.
Igor ayuda al joven forense a manipular un vestido para colocarlo en una caja. Sale de la mesa de exploraci¨®n como un enfermo al que cambian de camilla. Una vez dentro, le ponen saquitos de hasta 500 gramos de peso en las puntas para que la pieza no se mueva ni se arrugue. Otros trajes se cuelgan en perchas mullidas, fabricadas ex profeso. Cada uno recibe su tratamiento personalizado.
Para los que van a ser expuestos se fabrica un maniqu¨ª a medida, recubierto con enaguas que permiten a la tela descansar. As¨ª permanecen un m¨¢ximo de nueve meses, en c¨¢maras aisladas a 18 grados de temperatura y 50% de humedad. Todos los lunes por la ma?ana se revisan las constantes. ?A veces entramos en una c¨¢mara para retocar algo, pero es cuesti¨®n de minutos?.
Pasado su tiempo de exhibici¨®n, las piezas se retiran a la oscuridad del almac¨¦n. El pr¨®ximo relevo ser¨¢ en abril, cuando los trajes que han sido la carta de presentaci¨®n de la modateca Balenciaga se guardar¨¢n durante meses ¨Cquiz¨¢ a?os¨C y en su lugar saldr¨¢n, entre otras, las piezas de la se?ora de L¨®pez Ibor. En el taller ya se han puesto los guantes blancos.
No te pierdas el v¨ªdeo Alta tecnolog¨ªa para conservar un vestido de Balenciaga.
El vestido preferido de Hubert de Givenchy, en seda amarilla con bordados.
Mirta Rojo
El detalle Bordado del vestido de novia de Sonsoles D¨ªaz de Rivera, hoy expuesto.
Mirta Rojo
los trajes permanecen expuestos nueve meses a 18 grados, 50% de humedad y 50 luxes
Mirta Rojo
Las ¨¢reas m¨¢s da?adas se refuerzan con fragmentos de tela. Tambi¨¦n se repasan dobladillos y costuras con agujas ultrafinas.
Mirta Rojo
Mirta Rojo
Madame de Bismarck. Collection Mr de Givenchy.
Mirta Rojo
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