En ese reality de televisi¨®n no pegan a mujeres (pero es igual de violento)
?Qu¨¦ pasa cuando el programa m¨¢s seguido entre los j¨®venes legitima la cultura de la violaci¨®n? ?Y cu¨¢ndo se fomentan las relaciones t¨®xicas como ep¨ªtome del amor en los ¡®realities¡¯? La telerrealidad ha sido el espejo m¨¢s crudo de la violencia contra las mujeres en Espa?a.
?El asesino blande el cuchillo, aprieta las manos firmemente alrededor de la garganta de la mujer¡ y arrastra el cuerpo a trav¨¦s del bosque?. ?Les suena de algo? Este escenario es un lugar com¨²n de lo m¨¢s recurrente en la ficci¨®n de prime time nocturno: el del espect¨¢culo de mujeres maltratadas, asesinadas o violadas. Tambi¨¦n es la primera frase con la que la conocida actriz brit¨¢nica Doon Mackichan (Smack the Pony) arranca Body Count Rising,?un reciente documental para la BBC Radio4 en el que acusa a las televisiones y a plataformas como Netflix de promover una industria de entretenimiento basada en el ?porno criminal? o ?porno de asesinatos?.
Para la presentadora, las ?mujeres golpeadas? se han convertido en ?pasto del entretenimiento? televisivo. Un ejercicio recurrente especialmente explotado en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas en las series de investigaci¨®n policial (?cu¨¢ntas prostitutas o bailarinas apaleadas ¨Csin frase¨C aparecen en CSI?), y recientemente propiciado por el sello de calidad que aporta el noir escandinavo de sagas como Millenium o series como The Killing. ?En los ¨²ltimos 20 a?os, es imposible llegar a saber cu¨¢ntas series empiezan con una mujer siendo asesinada o con intenci¨®n de serlo?, recuerda Mackichan y destaca la? proliferaci¨®n de shows en las que ?las adolescentes violadas? y las ?esposas golpeadas? son ?aplaudidas por la audiencia?. Si bien el guionista The Fall, Allan Cubitt, invitado en el documental, asegura que su serie ?no es mis¨®gina? y que su mantra es ?no sensacionalizar la violencia?, en Espa?a s¨ª que se han dado casos de lo m¨¢s pol¨¦micos. En 2010, el Insituto de la Mujer recibi¨® m¨¢s de 2.000 quejas con la miniserie Inocentes, emitida en Telecinco y dirigida por Daniel Calparsoro. En una nota, la instituci¨®n alert¨® del uso continuado de la violencia sexual como entretenimiento (muchos telespectadores vieron similitudes de la serie con el caso de las ni?as de Alc¨¢sser).? Tambi¨¦n se detectaron protestas por c¨®mo publicit¨® la web de la cadena a la miniserie, donde se pod¨ªan encontrar secciones con ¡°los mejores momentos del cap¨ªtulo 1¡±, ¡°atadas y encerradas¡±, ¡°el mafioso viola a Carla¡± o ¡°im¨¢genes de las chicas¡±.
Hay veces en las que no hace falta ver una escena-espect¨¢culo de ficci¨®n bajo el t¨ªtulo ?el mafioso viola a Carla? para que se legitime la cultura de la violaci¨®n. A veces, basta con escuchar a concursantes que, sin supuesto gui¨®n de por medio, normalizan la violencia de g¨¦nero y las agresiones sexuales en pleno directo. Pas¨®, por ejemplo, en octubre, en Mujeres Hombres y Viceversa. El programa, muy seguido por los adolescentes (esta semana ha tenido un 9% de cuota de pantalla y unos 700.000 televidentes diarios), no solo permiti¨® a un ex concursante de Gran Hermano, Suso, entonar un discurso en el que daba validez a una posible agresi¨®n sexual (?Yo soy una persona que, si tu me das a entender una cosa, y yo¡ mmm, me acelero, ?vale?, luego no me digas: ¡®Hasta aqu¨ª, ahora ya no, me voy¡¯, porque sinceramente, Emma, yo ya no razono?); sino que despu¨¦s lo defendi¨® v¨ªa Twitter diciendo que ?Suso ten¨ªa derecho a enfadarse?, mientras la afectada asegur¨®, entre l¨¢grimas, haberse sentido inc¨®moda en esa cita sin c¨¢maras.
?Telecinco suele ser la cadena por la que m¨¢s quejas recibimos respecto a la imagen de la mujer?, explican desde el Instituto de la Mujer. Su ¨²ltimo informe anual (el de 2014) refleja que la televisi¨®n, por detr¨¢s de la prensa, es la que m¨¢s denuncias recibe y la telerrealidad se lleva la palma. S¨¢lvame, ese programa en el que sus tertulianos son los propios protagonistas de la informaci¨®n, acapar¨® el mayor n¨²mero (tanto la versi¨®n diaria y especial Deluxe) con 12 quejas por ?contenidos que reflejan trato vejatorio con participantes o colaboradoras del programa? y ?comentarios que banalizan la violencia de g¨¦nero?.
Su presentador, el ubicuo Jorge Javier V¨¢zquez, no se cort¨®? en llamar ?tramposilla? a una mujer que cont¨® los malos tratos de su primer marido en el programa Hay una cosa que te quiero decir. Bel¨¦n Esteban, colaboradora estrella de S¨¢lvame, dijo a su paso por GH Vip que ?Kiko Rivera no toca una fregona mientras haya una mujer aqu¨ª para hacerlo¡±. A veces no hace falta escribir un gui¨®n para convertir en espect¨¢culo televisivo la violencia contra las mujeres. Ya est¨¢ la telerrealidad para hacerlo. ?lvaro, concursante de GH 17 que lleg¨® a ser expulsado, pregunt¨® a otro concursante ?si alguna vez hab¨ªa abandonado a alguna hembra? (as¨ª, en plan animal). ??Alguna vez has?quedado con ella, has hecho el amor en un descampado y luego la has dejado tirada en el descampado??, dijo negando que lo hubiese hecho entre jolgorio y risas.?Simona, tambi¨¦n de GH 17 dice que ?una mujer tiene que ser m¨¢s limpia que un hombre?. La direcci¨®n del programa y sus guionistas se pasan la sororidad por el forro y fomentan las pelea de gatas y la exaltaci¨®n de las relaciones t¨®xicas para alegr¨ªa de sus aud¨ªmetros.
?O se denuncia o se calla una para toda la vida?, replic¨® To?i Moreno en uno de los programas m¨¢s vistos de la tarde hace un par de a?os, Entre Todos. La presentadora de la televisi¨®n p¨²blica cort¨® a una participante que asegur¨® haber sido maltratada por su ex pareja. Sus declaraciones le valieron acusaciones de hacer ?proseletismo de la violencia de g¨¦nero? y el programa acab¨® en los tribunales, pero dos a?os despu¨¦s, no hay que hacer mucho zapping, ni ser 25 de noviembre, para encontrarse con situaciones similares que normalizan toda esta lacra de violencia contra la mujer.
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