Estos abuelos merecen una ola
Los abuelos se han convertido en cuidadores. Cinco famosos nos relatan c¨®mo viven la experiencia con sus nietos.
V?CTOR ULLATE: "Tiene una fuerza incre¨ªble en las piernas, se nota que en su familia hay bailarines".
Reci¨¦n operado de una rodilla, el core¨®grafo y bailar¨ªn V¨ªctor Ullate no supo negarse a posar con su nieto. ?Si hubiese sido para otra cosa, no. Pero con mi nieto¡?. El reci¨¦n llegado, Aar¨®n, es el beb¨¦ de V¨ªctor Ullate Roche, tambi¨¦n bailar¨ªn y el m¨¢s medi¨¢tico de sus hijos. ?Ha sido un regalo. Es el primero para las dos familias, as¨ª que va a ser el mimado?. Al hablar de ¨¦l se le dibuja una sonrisa de oreja a oreja. ?Hace unos a?os el abuelo era el t¨ªpico se?or mayor. Yo me siento joven. Cuando eres padre tienes que educar, pero al ser abuelo no es tu responsabilidad. Yo soy el que da caprichos?. No deja de mirarle y hacerle fotos. ??Tengo el iPhone lleno!?. Y ya tiene alg¨²n plan para ¨¦l: ?Quiero que cada segundo que pase con su abuelo lo disfrute al cien por cien. Cuando sea m¨¢s grande me lo llevar¨¦ de viaje, a alguna gira¡ de hecho, me gustar¨ªa hacer alg¨²n cuento para ¨¦l?. A¨²n recuerda c¨®mo sud¨® la primera vez que lo cogi¨® en brazos. ?Tiene una fuerza en las piernas y da unas patadas que se nota que en su familia ha habido bailarines. ?Se pone ya de puntillas!?.
Galo lleva camiseta con dise?o adaptado y gafas de Super. Javier, camiseta de 42 Barquillo.
Pablo Zamora
JAVIER MARISCAL: "Lo que m¨¢s me emociona de los ni?os es ese punto de inocencia y curiosidad en el que el juego es fundamental".
Cuando el dise?ador Javier Mariscal se pone a hablar de su primer nieto, Galo, no tiene fin. Te cuenta el embarazo, la evoluci¨®n, el parto¡ pero aclara que no es orgullo. ?Es solo la suerte de tener cerca a una nueva persona en tu familia a la que puedes ver evolucionar. Lo m¨¢s importante es darle cari?o y ser un punto de referencia y seguridad?. No le gustan los t¨®picos. Por eso no se siente ni abuelo ni padre. ?Los hombres no somos nadie, son las madres las que sacan esa vida?. As¨ª ve ahora a su hija, la madre de su nieto. ?Esa chica peque?ita y po¨¦tica de repente est¨¢ embarazada y al verla te acuerdas de c¨®mo es la mirada de los padres?. Y eso que sus hijos peque?os, los gemelos Alma y Linus, tienen solo 10 a?os. ?Me encanta el lenguaje corporal de los ni?os. Lo que m¨¢s me emociona es ese punto de inocencia y curiosidad en el que el juego es fundamental. Es su mejor forma de relacionarse. Yo en los 80 sufr¨ª mucho eso de: ¡°Ya est¨¢ bien, ya eres mayor, no juegues m¨¢s¡±. Y resulta que ahora lo que yo hac¨ªa se llama pensamiento emocional?.
Paco, Toni y Guillermina llevan pijama de Shanghai Tang en Las Rozas Village. Las gafas de los nietos son de Super y las de la abuela de ?ptica Toscana.
Pablo Zamora
GUILLERMINA BAEZA: "Mis 12 nietos me dan alegr¨ªa y yo les ense?o a tener los objetivos claros y a perseverar"
La dise?adora Guillermina Baeza tiene 12 nietos. Puede decir todos sus nombres del tir¨®n y se acuerda de todos los cumplea?os. ?Creo que soy una buena abuela, aunque me llaman mumi?. El culpable de este apodo cari?oso tiene ya 23 a?os. ?Es que empec¨¦ muy pronto. Mi primer hijo naci¨® cuando yo ten¨ªa 20 a?os?. Es moderna y coqueta. ?Ellos saben que tengo un esp¨ªritu joven. Conocen mi edad, pero si se ponen pesados les digo que mis a?os del coraz¨®n son pocos?, r¨ªe. En la foto aparece junto a los m¨¢s peque?os, Toni y Paco, de ocho a?os. De los 12 solo dos son chicas, ?eso s¨ª, tenemos poetas, fot¨®grafos, periodistas¡ Ellos me dan alegr¨ªa y yo les he ense?ado a tener los objetivos claros y a perseverar?. Se considera amiga y c¨®mplice de sus nietos, ?de hecho, los mayores me llaman para ir de compras. Soy su estilista?. Con ellos es imposible aburrirse, ?cuando nos juntamos todos es muy divertido. Nunca imagin¨¦ que fuera a formar una familia tan grande. Fui discreta, solo tuve tres hijos, pero mira c¨®mo ha acabado la cosa?.
Adur lleva camisa de D&G Junior, tirantes de Zara y pantal¨®n de Gocco. Pedro, camisa de Emidio Tucci para El Corte Ingl¨¦s y tirantes de Zara. Sobre la mesa, pa?uelos de Hackett y de Talc.
Pablo Zamora
PEDRO SUBIJANA: "Mi bigote no me lo tocan ni enla peluquer¨ªa. Solo le dejo a mis nietos que jueguen con ¨¦l".
Tres hijos, tres nietos y tres estrellas Michelin. ?Es mi n¨²mero?, dice Pedro Subijana, due?o del restaurante Akelarre de San Sebasti¨¢n. ?Mi bigote solo lo toco yo. No me lo tocan ni en la peluquer¨ªa. Solo dejo a mis nietos que jueguen con ¨¦l cuando son beb¨¦s?, afirma. ??Hab¨¦is tra¨ªdo anestesia??, bromea, ?porque a este no lo para nadie?. Habla de Adur, el m¨¢s peque?o de la familia. ?Tiene 15 meses, pero parece que tiene dos a?os. Mis otros dos nietos, Ekhi de cuatro a?os y Oihan de ocho, son guindillitas. Pero este va a ser levantador de pesas?. Se declara un abuelo consentidor, ?pero si algo est¨¢ mal, tambi¨¦n se lo digo, como comer con las manos o no esperar en la mesa?. Lo ponen en pr¨¢ctica cada domingo. ?Tenemos la tradici¨®n de cenar en el restaurante. Alguna vez mis nietos han cocinado conmigo. ?O los he cocinado yo! Al mayor lo met¨ª en una perola con verduras para una foto?, r¨ªe. No le llaman abuelo, sino Aitatxi, ?que se dice por Navarra. En realidad es Aitatxi paparazi, porque siempre estoy con la c¨¢mara haci¨¦ndoles fotos?.
H¨¦ctor y Esther se han conjuntado en negro con su propia ropa. Las gafas de lectura son de Hackett.
Pablo Zamora
ESTHER TUSQUETS: "En general los ni?os no me gustan. Pero mis nietos me interesan, despiertan mi curiosidad".
La editora y escritora Esther Tusquets es una abuela diferente. Cuando se le pregunta por sus tres nietos confiesa: ?Creo que es casualidad que me lleve bien con ellos, porque en general los ni?os no me gustan. Pero mis nietos me interesan, me despiertan curiosidad?. En cuanto aparece el mediano, H¨¦ctor, cambia su actitud. ?Prefiero el papel de abuela al de madre. Cuando eres madre eres joven, pero tienes muchas cosas que te distraen. Ahora disfruto de m¨¢s tiempo libre?. Con ellos se considera divertida y fant¨¢stica, aunque ?no pretendo transmitir nada porque cuando lo he intentado ha sido un desastre. Adem¨¢s, ellos cogen de ti cosas que ni te enteras. En mi casa hay un arte para el que estamos negados, la m¨²sica y el mayor me pidi¨® el otro d¨ªa la novena de Beethoven. Yo pens¨¦, ?de d¨®nde ha salido esto??. Sabe que la relaci¨®n que tiene con sus nietos es ¨²nica. ?No la podr¨ªa tener con nadie m¨¢s. Lo interesante del amor es que cada caso es diferente. Eso de que cuando eres viejo y el matrimonio est¨¢ acabado vienen los nietos a sustituir, no funciona. El que no me quiere, pues no me quiere?
Las estad¨ªsticas son contundentes: la entrega de los abuelos espa?oles al cuidado de sus nietos va mucho m¨¢s all¨¢ de la eventualidad. Seg¨²n la Encuesta Mayores 2010 del Imserso, (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), m¨¢s de un 50% atiende a sus nietos casi todos los d¨ªas. Y un 22% los cuida durante una media de siete horas, lo que equivale pr¨¢cticamente a una jornada laboral. Finalmente, un 45% ejerce de canguro casi todas las semanas. Frente a la frialdad de los porcentajes, la realidad ofrece evidencias por todas partes de la estrecha convivencia entre los ni?os y los padres de sus padres. En el parque, a las puertas del colegio, en el pediatra, en el mercado, en la biblioteca o en la peluquer¨ªa, son infinidad las situaciones cotidianas compartidas por abuelos y nietos en ausencia de los progenitores.
La figura del abuelo como cuidador habitual emergi¨® en paralelo a la reducci¨®n del n¨²mero de hijos por familia y la mayor incorporaci¨®n de la mujer al mercado laboral. Hoy por hoy, la crisis ha extendido a¨²n m¨¢s el perfil del abuelo canguro. ?En muchas familias, una o varias de las personas han perdido su empleo, y no pueden pagar una guarder¨ªa. Las hay que han debido mudarse a la casa de los abuelos por no poder siquiera pagar los gastos mensuales de una vivienda. Y en otros casos la familia entera est¨¢ viviendo gracias a la pensi¨®n de los abuelos?, se?ala la doctora en Psicolog¨ªa Sacramento Pinazo-Hernandis, que ha participado en numerosos estudios sobre la materia, entre ellos, Mis abuelos me cuidan. Gu¨ªa para los canguros del siglo XXI (Grupo Editorial ICM), libro en el que colabor¨® con el pediatra Joaqu¨ªn Ybarra.
Sea cual sea la casu¨ªstica, muchos asumen el papel de guarder¨ªa con agrado y entrega devota. ?Estamos en una ¨¦poca en la que, a diferencia de lo que ocurr¨ªa antes, lo que no sirve, se tira. As¨ª que nosotros queremos ser ¨²tiles para que se nos respete y considere dentro de la familia?, resume gr¨¢ficamente Francisco Mu?oz, presidente de la Asociaci¨®n de Abuelos y Abuelas de Espa?a (Abuespa), cuyos socios abarcan un amplio espectro de edades, desde quienes transitan la cuarentena hasta los nonagenarios. ?Cuidar de los nietos es beneficioso para los abuelos porque los aleja de la amenaza de la tristeza, la soledad y la depresi¨®n?, apunta el doctor Pedro Gil, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Geriatr¨ªa y Gerontolog¨ªa (SEGG). Por su parte, la doctora Pinazo-Hernandis pone de manifiesto que los beneficios viajan en ambos sentidos. ?La relaci¨®n cotidiana con los nietos permite estar al d¨ªa de los avances tecnol¨®gicos, y en muchas ocasiones es una nueva oportunidad para la paternidad, sobre todo en el caso de los abuelos varones que dedicaron muchas horas a trabajar y se perdieron la ni?ez de sus propios hijos?, indica.
Desde el punto de vista de los peque?os, ?los abuelos influyen en la socializaci¨®n familiar de los ni?os, transmiten valores, cuentan historias de antes. Disponen de m¨¢s tiempo y lo viven de otro modo, con menos estr¨¦s. Para los nietos, son un referente sobre c¨®mo hacer las cosas?, explica. El doctor Eduardo Estivill, pediatra y experto en sue?o infantil, a?ade: ?Los abuelos de hoy no son iguales a los de hace 50 a?os. Son m¨¢s saludables, est¨¢n mejor preparados y pueden seguir perfectamente las normas correctas de educaci¨®n y cuidado de los ni?os. Para el nieto, estar con sus abuelos puede ser un buen complemento a su proceso de maduraci¨®n. Solo es necesario que padres y abuelos act¨²en bajo las mismas directrices. El ni?o solo saldr¨¢ perjudicado si se imparten normas diferentes. Adaptarse a las circunstancias del momento en el que vivimos me parece una actitud inteligente?.
Pero el placer y la satisfacci¨®n pueden esfumarse r¨¢pidamente cuando la labor de cuidador se realiza sin l¨ªmites (ocasionando as¨ª el denominado s¨ªndrome del abuelo esclavo, sobrepasado por la carga e incapaz de quejarse para no enfrentarse a los hijos) o cuando la salud no acompa?a. Puede ocurrir que, aunque su predisposici¨®n sea muy buena, la persona mayor no est¨¦ preparada para asumir el ejercicio f¨ªsico y las responsabilidades de tener un menor a cargo de manera habitual. O que, simplemente, no se quiera renunciar a la parcela de libertad conquistada tras la jubilaci¨®n. ?Que ejercer de canguros sea algo placentero no depende tanto de la edad como del estado f¨ªsico?, se?ala el doctor Gil, y recomienda a los abuelos que no se olviden de s¨ª mismos, en ning¨²n ¨¢mbito. ?Deben tener tiempo para sus contactos sociales, su actividad intelectual, para cuidar de su propia salud?.
En esta l¨ªnea, la SEGG ha elaborado un dec¨¢logo con recomendaciones para los abuelos cuidadores, uno de cuyos puntos aconseja ?aprender a decir no?. Fortalecer la asertividad, saber qu¨¦ dedicaci¨®n se puede y se debe ofrecer, es algo que se promueve firmemente desde la Asociaci¨®n de Abuelos y Abuelas de Espa?a. ?No podemos ser solo recaderos y canguros. Estamos para todo lo que sea necesario, pero no para caprichos. Debemos poder tener nuestra vida social, profesional y personal?, se?ala el presidente. Cuando habla de necesidad, la entiende en un sentido amplio: desde abuelos que abren las puertas de su casa a los hijos en paro hasta los picos de fiebre de un beb¨¦ que impiden llevarlo a la guarder¨ªa. En cuanto a los caprichos, se?ala situaciones que considera injustas, como los padres que aparcan a los ni?os con los abuelos todo el fin de semana para poder descansar, o quienes ahorran en guarder¨ªa lo que luego invierten en un coche de lujo.
Mu?oz, profesional en activo a sus 70 a?os, da ejemplos a partir de su propia experiencia. Cuando naci¨® su nieta mayor, su mujer y ¨¦l la cuidaron durante sus dos primeros a?os de vida porque la situaci¨®n laboral de los padres as¨ª lo requer¨ªa. Ahora que ya tienen ?cinco nietos? se hacen cargo de ellos de manera puntual: no hay necesidad de una entrega mayor. As¨ª tienen ocasi¨®n de disfrutar de los ni?os sin desatender sus propias inquietudes. Pero entiende que cada caso es distinto. ?A muchos abuelos les viene muy bien, los mantiene en forma, les indica que no pueden quedarse en un rinc¨®n y vestirse de negro a la espera de morirse. Lo primero que le ense?amos a los socios es que no son viejos, son abuelos. El viejo es el que no tiene proyectos, tenga 80 a?os o 18?.
Pinazo-Hernandis tambi¨¦n diferencia entre ?ofrecerse como ayuda en el cuidado? y ?tener que renunciar a lo que a uno le apetece hacer por cuidar de los nietos?. Para lograr un buen entendimiento recomienda que abuelos e hijos se sienten ?a negociar qu¨¦ tipo de cuidado pueden ofrecer a los nietos, respetando siempre los derechos y gustos personales y dejando claro hasta d¨®nde llegar. Si todos son conocedores de estos l¨ªmites, nadie abusar¨¢ del otro y nadie tendr¨¢ por qu¨¦ sentirse defraudado?.
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