Sobrevivir a ser Linda Ronstadt, icono sexual a su pesar: el biopic que retratar¨¢ su lucha en el mundo del rock

Linda Ronstadt anunci¨® su retirada de la m¨²sica un 23 de agosto de 2013. Su salud se hab¨ªa complicado desde hac¨ªa bastante tiempo y se dec¨ªa incapaz de cantar una sola nota m¨¢s. Ella achacaba el deterioro general a la picadura de una garrapata y, el temblor de manos, a una operaci¨®n de hombro mal curada. Pensaba que era algo muscular, mec¨¢nico, as¨ª que tard¨® ocho a?os en acudir al neur¨®logo. ¡°Ni en un mill¨®n de a?os¡± habr¨ªa imaginado que el diagn¨®stico apuntara hacia el p¨¢rkinson, un trastorno m¨¢s tarde precisado como par¨¢lisis supranuclear progresiva. ¡°Y no importa lo mucho que lo intentes¡±, precis¨® la matriarca de la m¨²sica popular estadounidense con cuatro d¨¦cadas de ¨¦xitos a sus espaldas y m¨¢s de cien millones de discos vendidos, ¡°nadie puede cantar con esa enfermedad¡±.

Sin embargo, pese a que su voz de mezzo soprano ya solo puede deleitarnos en forma de grabaciones pret¨¦ritas, su legado e historia est¨¢n lejos de frenar su impacto en la cultura pop. Muestra de ello es que, hace solo unos d¨ªas, Selena Gomez confirm¨® en su cuenta de Instagram que iba a protagonizar el primer biopic cinemotagr¨¢fico sobre Ronstadt, que comparte con ella el recorrido como cantante y ascendencia mexicana. El realizador David O. Russell (El lado bueno de las cosas) se har¨¢ cargo de la direcci¨®n de un proyecto del que no se conocen m¨¢s detalles.

Lo que s¨ª es una certeza es que el reto al que se enfrentar¨¢ la estrella de Solo asesinatos en el edificio es may¨²sculo. Encapsular en apenas un par de horas de metraje el brillante historial de la ecl¨¦ctica artista de 77 a?os, ganadora de once premios Grammy y la ¨²nica mujer en lograr cinco discos de platino de forma consecutiva, se antoja casi tan dif¨ªcil como tratar de sintetizar la fuerza interpretativa de quien brill¨® transformando y haciendo suyo todo tipo de g¨¦neros y estilos. Del rock a la opera, del country al jazz e incluso Broadway. La int¨¦rprete de ¨¦xitos como Blue Bayou, You¡¯re No Good o Long Long Time (de reciente viralidad tras su inclusi¨®n en la banda sonora de la serie The Last of Us) supo desde la infancia que ella no quer¨ªa ser enfermera, el puesto al que aspiraban el grueso de sus amigas en Tucson, Arizona, sino cantante. Y cuando le preguntaban por los motivos de tan temprana vocaci¨®n, ella establec¨ªa una simple analog¨ªa: ¡°La gente canta por muchas de las mismas razones por las que cantan los p¨¢jaros. Cantan para encontrar pareja, para reclamar su territorio o simplemente para expresar con su voz la alegr¨ªa de estar vivos en un hermoso d¨ªa. Cantan para que las generaciones futuras no olviden lo que la generaci¨®n actual soport¨®, so?¨® o disfrut¨®¡±.

Ella es el ejemplo perfecto de las luchas, anhelos y regocijos de toda una generaci¨®n. Criada en el seno de una familia muy mel¨®mana, con su padre como gran inspiraci¨®n musical y cantante frustrado, las primeras canciones que aprendi¨® eran las que este entonaba en la ferreter¨ªa que regentaban. Aunque muchas d¨¦cadas despu¨¦s cosechar¨ªa uno de sus mayores triunfos profesionales con el ¨¢lbum de versiones Canciones de mi padre, por entonces la peque?a Ronstadt era castigada en la escuela si sal¨ªa una palabra de espa?ol de su boca. El racismo de la Arizona de la ¨¦poca llegaba hasta el punto de que algunas de sus amigas, tambi¨¦n de origen latino, ten¨ªan vetada la entrada a la piscina p¨²blica por el moreno de su piel. ¡°Pero creo que el racismo ha ido a peor¡±, contaba en The New York Times.

Esa experiencia la marcar¨ªa para siempre, convirti¨¦ndola en una de las m¨¢s vocales activistas por los derechos sociales del ¨²ltimo medio siglo en Estados Unidos, con especial sensibilidad por la causa migrante. Se ha enfrentado a la facci¨®n m¨¢s reaccionaria del pa¨ªs sin temor a las repercusiones que sus ideales pudieran tener en su carrera. Tal es as¨ª que su animadversi¨®n por Donald J. Trump le hizo referirse a ¨¦l en varias ocasiones solo como ¡®el 45 presidente de los Estados Unidos¡¯. ¡°No digo su nombre porque no debe ser nombrado. Es como el malo en Harry Potter, Voldemort¡±, ratificaba.

Linda siempre fue a contracorriente. Con solo 12 a?os ya tuvo que rechazar una propuesta de matrimonio por parte de un joven mexicano llamado Mario, cinco a?os mayor que ella. Linda ten¨ªa otros planes y, con solo catorce a?os, form¨® un grupo junto a sus hermanos Peter y Gretchen con el que amenizaban a diferentes cafeter¨ªas de la ciudad. Cuatro a?os despu¨¦s, y tras abandonar la universidad tras el primer trimestre, la joven se march¨® a Los ?ngeles para perseguir su sue?o. Lleg¨® all¨ª con apenas 25 d¨®lares a la semana para alojamiento y manutenci¨®n; hoy cuenta con una fortuna que ronda los 130 millones de d¨®lares.

Tras hacerse un hueco en la escena folk con la banda The Stone Poneys, la cantante lanz¨® una estelar carrera como solista. No le gustaba vivir en la carretera, pero ninguna mujer vendi¨® m¨¢s discos, llen¨® m¨¢s estadios ni gan¨® m¨¢s dinero que ella en los sesenta. La necesidad de contar sus historias eran el ¨²nico remedio para sobreponerse al p¨¢nico esc¨¦nico y a una inseguridad cr¨®nica que la hac¨ªan rezar para que ¡°un autob¨²s la atropellara para no tener que salir a actuar¡±. El mundo del rock&roll en aquellos a?os era una pesadilla para cualquier mujer que quisiera tener una carrera serie e independiente. En sus memorias ha narrado innumerables episodios de acoso sexual (como el protagonizado por ¡°un ebrio y salvaje¡± Jim Morrison cuando ella ejerc¨ªa como telonera de The Doors) y de chantaje por parte de ejecutivos que condicionaban el apoyo a su carrera a recibir favores sexuales. Su car¨¢cter, forjado en el desierto, la hizo sobrevivir a todo aquello: ¡°Siempre hay depredadores alrededor de ti, y tienes que tener un ojo puesto en ellos¡±.

Era un icono y una sex-symbol, posando en lencer¨ªa roja para el objetivo de Annie Leibovitz para la revista de Rolling Stone en 1976. La portada fue publicada contraviniendo los deseos de la cantante, que ha renegado siempre de esa etiqueta y de la deshumanizaci¨®n del artista inherente a una fama tan medi¨¢tica como la suya: ¡°Para m¨ª era dif¨ªcil ir m¨¢s all¨¢ de unos vaqueros Levi¡¯s y un jersey ancho. Siempre parece que voy vestida para limpiar la casa de alguien¡±. Nunca se cas¨®, pero en su historial amoroso aparecen nombres tan reconocidos como el gobernador de California Jerry Brown, Mick Jagger, Robert Plant o estrellas del cine como Bill Murray, Jim Carrey y George Lucas, con quien lleg¨® a estar prometida. Tras el final de la relaci¨®n a finales de los ochenta, Ronstadt adopt¨® a su primera hija, Mary Clementine, seguida cuatro a?os despu¨¦s por su segundo v¨¢stago, Carlos. Su faceta como madre, y el deterioro de su voz, la hicieron retirarse progresivamente de los escenarios a principios de este siglo. Aunque su ¨²ltima grabaci¨®n data de 2010, la conocida como ¡®primera dama del rock¡¯ sigue cantando. As¨ª lo evocaba en una de sus ¨²ltimas apariciones p¨²blicas, en 2022: ¡°No es lo mismo¡­ pero puedo cantar con mi mente¡±.