Anthony Vaccarello y su musa Isabeli Fontana
El dise?ador belga es hoy uno de los nuevos nombres m¨¢s aclamados de la moda. En Par¨ªs, nos abri¨® sus puertas para hablar de su trabajo y mostrarlo a trav¨¦s de su musa, la top brasile?a Isabeli Fontana.
Empez¨® como un susurro hace ya siete a?os, cuando fue descubierto por Ann Demeulemeester en el Festival d¡¯Hy¨¨res, encuentro anual de la moda parisina m¨¢s joven, adem¨¢s de vivero de nuevos talentos a quienes las grandes marcas suelen echar el ojo. Ser¨ªa inmediatamente promocionado a Fendi, donde fue formado por el mism¨ªsimo Karl Lagerfeld. Vaccarello abandon¨® la firma romana en 2008 para crear su marca. Desde entonces, se ha impuesto con una combinaci¨®n de sensualidad y rigorismo que no deja de ganar adeptos. Fiel a una naturaleza discreta a la que no piensa renunciar, Vaccarello no habr¨¢ tenido el mismo ascenso mete¨®rico que algunos de sus colegas, pero su paciente espera empieza a dar frutos. A los 33 a?os, el modisto belga de origen siciliano, el preferido de las mejores tops del planeta para vestir la alfombra roja, asienta su negocio mientras figura en todas las quinielas para ser el nuevo dise?ador de Versus, la l¨ªnea que Donatella Versace conf¨ªa por turnos a creadores en ascenso (por ejemplo, Christopher Kane o J.W. Anderson). Vaccarello nos recibe en Par¨ªs para conversar sobre pasado, presente y futuro.
?C¨®mo supo que quer¨ªa hacer esto de mayor?
Desde peque?o me fascin¨® lo que hac¨ªan modistos como Azzedine Ala?a. Entend¨ª enseguida que su labor consist¨ªa en fijar un ideal de belleza, en concretar esa idea abstracta e indefinible a trav¨¦s del atuendo. La funci¨®n de un dise?ador es convertir esa impresi¨®n fugaz en algo concreto. No somos so?adores ni poetas. En el fondo, nuestro trabajo es material y f¨ªsico.
Propone una estudiada combinaci¨®n entre lo austero y lo sensual. ?De d¨®nde surge?
Puede parecer algo caricaturesco, pero tal vez responda a mi doble cultura. Toda mi familia es italiana, pero yo crec¨ª en Bruselas. Es normal que esos dos extremos se encuentren en todo lo que hago. No soy creyente, pero resulta obvio que la religi¨®n cat¨®lica y la protestante me han influido.
En las ¨²ltimas dos temporadas, la atenci¨®n medi¨¢tica hacia su propuesta se ha multiplicado. En Par¨ªs se habla de usted como del dise?ador del momento.
Es cierto que el inter¨¦s ha aumentado, pero intento no pensar mucho en ello. Sentirme el ?dise?ador del momento? podr¨ªa ser peligroso y provocar un bloqueo, una especie de autocondescendencia de la que desconf¨ªo. Mi intenci¨®n es solo seguir mejorando. Para m¨ª, la mayor dificultad consiste en ser fiel a m¨ª mismo y a mis obsesiones ¨Ccomo la definici¨®n de lo sensual y el trabajo sobre lo ce?ido al cuerpo¨C, pero sin repetirme constantemente. Eso es lo que m¨¢s me angustia.?
Vestido de crep¨¦ con falda de piel y aplicaciones met¨¢licas de Anthony Vaccarello.
Gonzalo Machado
Alexander Wang dice que la era de los grandes egos en la moda ya ha pasado. ?Cree que los j¨®venes dise?adores son m¨¢s modestos que sus predecesores??
Estoy de acuerdo. Somos menos estrellas y menos excesivos. Ahora hay menos ego en la moda, tal vez porque los dise?adores m¨¢s j¨®venes creemos que nuestro trabajo es como otro cualquiera, con sus dificultades econ¨®micas y sus obligaciones de venta. No basta con hacer dos desfiles al a?o; tienes que llevar la producci¨®n y la administraci¨®n de tu empresa. La gente no siempre lo entiende, pero hay una parte de la moda que, en el fondo, no es nada glamurosa.?
?Dir¨ªa que se ha producido una evoluci¨®n desde los tiempos de Valentino y Karl Lagerfeld?
Sin duda, aunque no me parecen los mejores ejemplos de egos desmedidos. Tienen personalidades fuertes, pero los dos han llegado donde est¨¢n trabajando muy duro. Cuando trabaj¨¦ para Lagerfeld, entend¨ª que era ¨¦l quien lo hac¨ªa todo. Los que eran solo divas que montaban el?show?acabaron desapareciendo del panorama. En cambio, ellos dos siguen ah¨ª despu¨¦s de muchas d¨¦cadas.?
Seg¨²n reza el estereotipo, los belgas llevan la discreci¨®n y la modestia incorporada de serie. ?Lo confirma?
Totalmente. En B¨¦lgica no existe ning¨²n star system. No hay revistas de moda propias ni nos fascinan los famosos, como sucede en otros lugares. Cuando te cruzas con un actor conocido en un restaurante, lo dejas comer tranquilamente. Dir¨ªa incluso que ese reconocimiento p¨²blico nos incomoda.
?No le gusta que le aplaudan?
Lo agradezco, pero a veces me bloqueo. Una de las cosas que llevo peor es que me digan: ?Me encanta lo que haces?. Nunca s¨¦ qu¨¦ responder. Ni siquiera doy un simple ?gracias?, porque me parece pretencioso. Lo que m¨¢s odio en el mundo es la arrogancia y la pretensi¨®n. Me cuesta aguantar a esa gente que toma todo el lugar en la conversaci¨®n o que la convierte en un espacio donde exhibir sus conocimientos.
?Hasta qu¨¦ punto le influy¨® la generaci¨®n que despunt¨® en Amberes en los a?os 80, como Martin Margiela o Dries Van Noten?
La ¨²nica que me marc¨® de verdad fue Ann Demeulemeester. Todo lo que hace me parece perfecto, porque no hay ni un solo elemento que sobre. A los dem¨¢s nombres los respeto mucho, aunque la verdad es que me conmueven menos. De todas formas, yo no estudi¨¦ en la Academia de Amberes como ellos, sino en la escuela rival [La Cambre de Bruselas], donde nos interesaba menos la teatralidad y m¨¢s la funcionalidad en el vestir.?
Gonzalo Machado
Se nota en lo que hace. Sus mujeres pueden imponer, pero no parecen diosas inalcanzables.
Es lo mejor que me pod¨ªa decir. No me interesa poner a la mujer en un pedestal. Me interesa m¨¢s su veracidad. No quiero que est¨¦ sola en lo alto de un podio, sino que parezca real. Dise?o para una chica seductora y libre, pero no necesariamente agresiva o castradora. Eso es muy de los 80. Hoy ya est¨¢ un poco pasado de moda.?
Tambi¨¦n estudi¨® Filolog¨ªa cl¨¢sica. ?Hay algo en la iconograf¨ªa grecorromana que le inspire?
No estoy seguro. La verdad es que trabajo m¨¢s a partir del cine. He hecho colecciones que surg¨ªan de Fritz Lang o de Fassbinder. Tengo una manera visual de crear y me doy cuenta de que soy poco cerebral. Se trata de un largo proceso creativo que dura seis meses enteros. Tengo una pared en mi casa en la que cuelgo todo lo que me inspira. A medida que pasan los meses, voy descartando im¨¢genes, hasta que solo queda un par. Para la ¨²ltima colecci¨®n, fueron estas dos: un fotograma de?Crash, de David Cronenberg, y un cuadro de Pierre Soulages, quien pinta lienzos en tonos exclusivamente negros.?
?D¨®nde queda la influencia mediterr¨¢nea?
De peque?o, cada domingo ve¨ªa la RAI con mi abuelo. En el televisor aparec¨ªan presentadoras y bailarinas exuberantes, que no se parec¨ªan en nada a las mujeres belgas. Ahora las encuentro algo tontas, claro, pero entonces esas veline me fascinaban, porque me parec¨ªan libres. Me atrever¨ªa a decir que hay algo de eso en mis vestidos.
Pregunta obligatoria para todo dise?ador joven: si le proponen dirigir una gran marca, ?qu¨¦ responder¨ªa??
Hace tres o cuatro a?os habr¨ªa dicho que s¨ª sin dudarlo. Ahora lo tengo menos claro. Me parece importante seguir con mi propio proyecto. Me han hecho ofertas, pero hasta ahora siempre he dicho que no, ya sea porque no me sent¨ªa preparado o porque no cre¨ªa que la oportunidad valiera tanto la pena.
?Qu¨¦ importancia tiene que una estrella vista sus creaciones? ?Existe un riesgo de que se vulgarice lo que hasta ahora era exclusivo?
Recibo bastantes peticiones, pero practico un control muy estricto sobre ello. El hecho de que una celebridad vista algo que has dise?ado t¨² tiene una repercusi¨®n que no tienen mil desfiles juntos. Forma parte de las reglas del juego en el que estamos metidos. Yo he aceptado esas normas, as¨ª que no me dedico a luchar contra ellas. Pero, a la vez, prefiero establecer relaciones privilegiadas con un pu?ado de personas. Por ejemplo, Charlotte Gainsbourg, Lou Doillon, Anja Rubik o Isabeli Fontana. Gwyneth Paltrow tambi¨¦n apareci¨® con uno de mis vestidos en una portada que tuvo mucha resonancia. Me gust¨® c¨®mo su belleza fr¨ªa y hitchcockiana se mezclaba con lo que yo hago. De repente, perd¨ªa ese aspecto control freak de estadounidense eternamente perfecta.
Si pudiera elegir a un personaje, ?a qui¨¦n le gustar¨ªa vestir?
[Reflexiona] Tal vez a Kristen Stewart. Creo que le quedar¨ªa bien mi ropa. Me encanta su actitud, un poco distante, como si la fascinaci¨®n que despierta no fuera con ella. Me gusta lo que ese distanciamiento representa.
Vestido de crep¨¦ asim¨¦trico con detalles de malla met¨¢lica y sandalias de piel con aguja de metal en el empeine, todo de Anthony Vaccarello.
Gonzalo Machado
Camisa de cuero, pantal¨®n de sat¨¦n y cintur¨®n de piel con tachuelas y hebillas met¨¢licas, todo de Anthony Vaccarello.
Gonzalo Machado
Vestido de cuero de Anthony Vaccarello.
Gonzalo Machado
Vestido de piel tipo camisero con apliques met¨¢licos de Anthony Vaccarello.
Gonzalo Machado
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