Chrissy Teigen, el vino de 11.000 euros y la paradoja de la celebridad ?con la que te puedes identificar?
Las reglas que se hab¨ªan establecido en la ¨²ltima d¨¦cada para la comunicaci¨®n de famosos e ¡®influencers¡¯ parecen haber saltado por los aires con la pandemia. Analizamos el caso de Chrissy Teigen, la ¨²nica persona fuera de los empleados y agencias de la Casa Blanca a la que sigue Joe Biden.
El guionista Louis Virtel bromeaba hace unos meses en el podcast que copresenta, Keep It: si miras en las menciones de Twitter de Chrissy Teigen, tienes un 100% de posibilidades de encontrarte con una chica que fue contigo al instituto, habl¨¢ndole como si fueran amigas o como si la exmodelo e influencer fuera a leer su tuit. Teigen, que est¨¢ casada con el m¨²sico John Legend y ha ensanchado su marca personal en los ¨²ltimos a?os hacia el estilo de vida y la cosa dom¨¦stica, con la publicaci¨®n de dos vendid¨ªsimos libros de cocina y una exitosa l¨ªnea de productos para el hogar, tiene m¨¢s de 40 millones de seguidores en Instagram y 13 millones en Twitter. Entre esos 13 millones de usuarios est¨¢ la cuenta del presidente de Estados Unidos. Ella es la ¨²nica persona a la que sigue Joe Biden que no es un empleado o una agencia de la Casa Blanca.
Con sus seguidores lo comparte todo. Sus penas y sus alegr¨ªas. Su presencia en la toma de posesi¨®n del presidente y la p¨¦rdida de su tercer hijo a las 20 semanas de gestaci¨®n. Teigen, que ya se hab¨ªa sincerado sobre sus problemas de fertilidad, explic¨® casi a tiempo real c¨®mo sucedi¨® el aborto y colg¨® una foto en la que se desped¨ªa de su Jack, lo que le vali¨® algunas cr¨ªticas por sobreexposici¨®n pero muchos m¨¢s aplausos por contribuir a visibilizar y desestigmatizar el duelo perinatal.
Por todos esos motivos y por el tono que ha encontrado para comunicarse, una f¨®rmula muy contempor¨¢nea y muy estadounidense que contiene un porcentaje calculado de autoflagelaci¨®n ¨Chace unos d¨ªas colg¨® fotos de sus d¨ªas de modelo en Miami, cuando era ¡°una Naomi Campbell de serie C¡±, cobraba, dijo 200 d¨®lares por desfile y compart¨ªa apartamento con otras cinco chicas¨C y otro de aspiraci¨®n, y por su intens¨ªsima actividad en redes se ha convertido en la famosa-paradigma. Quienes la siguen creen que la conocen mejor que a sus hermanas, que si se la encontrasen en el s¨²per le explicar¨ªan que ellos tambi¨¦n le echan nata agria al guacamole, aunque as¨ª la receta sea menos aut¨¦ntica. Claro que para encontr¨¢rsela tendr¨ªan que vivir en la parte buena de Beverly Hills. Y algo muy gordo tendr¨ªa que haber pasado en casa de los Teigen-Legend para que nadie del servicio pudiese ir a hacer la compra.
La semana pasada, la exmodelo y empresaria quiso participar en el cl¨¢sico juego de ¡°citar tuit¡± contestando a una pregunta qu¨¦ corr¨ªa: ¡°?Qu¨¦ es lo m¨¢s caro que hab¨¦is comido y que en realidad apestaba?¡±, pregunt¨® a sus seguidores. Y ofreci¨® su respuesta: ¡°Una vez, John y yo est¨¢bamos en un restaurante y el camarero recomend¨® un agradable Cabernet. Nos trajeron la cuenta y costaba 13.000 d¨®lares. C?MO RECOMIENDAS ESE VINO COMO SI NADA. Ni siquiera nos lo terminamos y ya se lo hab¨ªan llevado¡±.
Las respuestas las podr¨ªa haber predicho cualquiera que haya pasado m¨¢s de diez minutos en Twitter. Por un lado, estaban los que respond¨ªan con sinceridad con sus propias an¨¦cdotas, filetes de 30 d¨®lares y cosas por el estilo. Por otro, los del tipo en-serio-con-la-que-est¨¢-cayendo. Por ejemplo: ¡°Genial. Estoy trabajando para sostener a mi familia sin seguro m¨¦dico pero esto que cuentas es divertid¨ªsimo¡±. Hubo, muchas, muchas capturas de Par¨¢sitos ¨Cotro d¨ªa tenemos que hablar de c¨®mo Par¨¢sitos se ha convertido en el verbo m¨¢s socorrido dentro de la lingua franca de los memes, la segunda pel¨ªcula que se puede citar sin miedo a que falte reconocimiento universal despu¨¦s de Harry Potter¨C, gente que la defend¨ªa explicando c¨®mo funciona el capitalismo y gente que la atacaba explicando c¨®mo funciona el capitalismo. Fue, como dijo Slate, ¡°el tuit que empez¨® una lucha de clases¡±.
Desde entonces, ella ha contestado con varios tuits. En el primero, demostraba una encomiable precisi¨®n para encontrar la ra¨ªz del problema: ¡°Hey, no todo lo que voy a decir en Twitter va a ser algo con lo que os pod¨¢is identificar. Porque es mi vida y mi Twitter y mis stories. Veo vuestros tuits, pillo vuestras bromas. S¨ª, sois muy divertidos. Realmente me hab¨¦is calado¡±. En el siguiente demostraba menos tino cuando sarc¨¢sticamente se consideraba ¡°acabada y cancelada¡± y se re¨ªa de la gente ¡°con 30.000 seguidores¡±. Desde los 13 millones deben ser pocos, pero en realidad 30.000 seguidores son much¨ªsimos.
owned and cancelled. everyone quote tweeted just that for their 30,000 followers so it is the perfect storm of being PISSED https://t.co/ZkrLpVhK2Q
— chrissy teigen (@chrissyteigen) February 3, 2021
M¨¢s tarde, Teigen parec¨ªa estar algo m¨¢s cabreada que en otras ocasiones en las que se ha metido en l¨ªos tuiteros, algo que ocurre aproximadamente cada tres meses: ¡°Yo, compartiendo la historia de la vez que nos tim¨® un camarero. La compart¨ª en una semana dif¨ªcil, en la que mi beb¨¦ hubiera nacido. Estoy ansiosa, triste. Vosotros: acabemos con esta maldita millonaria por los retweets¡±. Se podr¨ªa cuestionar si es justo que introduzca el elemento de su beb¨¦ en un momento en que est¨¢ siendo atacada, casi como una manera de hacer chantaje emocional a todo Twitter, o se puede pensar que, millonaria o no, no deja de se una mujer que ha sufrido un trauma y que, tenga asesores o no, utiliza las redes con la misma improvisaci¨®n y torpeza tentativa que el resto de los usuarios, a golpe de impulsos y estados de ¨¢nimo.
En cualquier caso, el episodio de la botella de vino, al igual que una situaci¨®n similar tambi¨¦n protagonizada por Teigen, cuando colg¨® una foto que mostraba a su enfermero personal disfrazado de doctor medieval en tiempos de la peste ¨Cla implicaci¨®n era que hab¨ªa hecho disfrazarse a un sanitario para entretenerse y colgarlo en redes¨C pone de relieve el glitch, el fallo en el sistema que la pandemia est¨¢ exacerbando en todo el tinglado de la celebridad. Como si de manera abrupta se hubiera descubierto que los famosos, incluso los que parecen m¨¢s amigables, no son como nosotros. El primer s¨ªntoma lleg¨® pronto, en las primeras semanas de confinamiento, cuando la actriz Gal Gadot lanz¨® el v¨ªdeo que hab¨ªa grabado con otros actores y cantantes famosos como Natalie Portman, Zoe Kravitz, Jimmy Fallon, Mark Ruffalo, Sia, Kaia Gerber y Kara Delevingne cantando Imagine desde sus mansiones? y pensando con sinceridad que con eso aliviaban el sufrimiento de sus seguidores. Espa?a, siempre dual en lo cultural, tuvo su propia versi¨®n con Eugenia Silva, Boris Izaguirre, Paula Echevarr¨ªa, Martina Klein y Los Morancos cantando Color esperanza.
Eran los d¨ªas iniciales de la pandemia, cuando Ellen DeGeneres hac¨ªa bromas (que ahora le est¨¢n saliendo caras) diciendo que se sent¨ªa ¡°como en una c¨¢rcel¡± encerrada en su mansi¨®n. ¡°Las celebridades no est¨¢n entre los americanos m¨¢s ricos. La riqueza de Jennifer Lopez [otra fue vilipendiada por lanzar un mensaje de coraje desde su jard¨ªn infinito] es una fracci¨®n muy peque?a de la de Jeff Bezos ¨Cescribi¨® Amanda Hess en The New York Times¨C pero son ellas las que tienen la tarea de relacionarse con el p¨²blico general, ofreciendo un acceso vicario a su estilo de vida. La cultura de la celebridad les glorifica no solo por sus actuaciones o sus perfiles p¨²blicos pero por su riqueza. Sus car¨ªsimas fiestas de cumplea?os infantiles, colecciones de coches, cirug¨ªas y casas (¡) La posibilidad de acceder a este espect¨¢culo del exceso ha funcionado como un extra?o alivio de esta desigualdad¡±.
Todo eso ocurri¨® en marzo. Desde entonces, se han hecho infinitos memes con guillotinas. Y, en un giro de simp¨¢tica iron¨ªa, es posible comprar en Amazon varios modelos de camiseta con el lema ¡°c¨®mete a los ricos¡±, algunos con una hoz y un martillo hechos con un cuchillo y un tenedor.
Cuando Chrissy Teigen volvi¨® a ser noticia por su vino de 11.000 euros ¨Cno hace mucho lo fue tambi¨¦n porque hab¨ªa empezado clases de equitaci¨®n y la acusaron de elitista. Ella respondi¨® que al menos no se hab¨ªa comprado un caballo y que si lo hac¨ªa, era asunto suyo¨C, la periodista y ensayista Roxanne Gay se?al¨® que las personas que se suelen llevar las cr¨ªticas en este terreno son todas mujeres. Cierto, pero tambi¨¦n suelen ser mujeres las celebridades que mejor monetizan lo de la identificaci¨®n. Reese Witherspoon llena su Instagram con bromas sobre lo duro que es ser madre de adolescentes, Jennifer Garner hace v¨ªdeos de cocina en ch¨¢ndal. Incluso las actrices que no jugaban a ese juego, como Natalie Portman, se han sumado al carro. Ahora ofrece v¨ªdeos de recetas veganas aptas para ni?os.
La cultura del famoso asequible se perfeccion¨® en la d¨¦cada pasada, en la que ¡°la aspiraci¨®n sobrepas¨® a la admiraci¨®n a la vez que la naturaleza del entretenimiento popular pivotaba su atenci¨®n de la fantas¨ªa imposible a las realidades banales de aquellos que hab¨ªan sobrevivido a la crisis¡±, como apuntaba la periodista Emma Garland en un art¨ªculo en Vice. ¡°Nuestros antepasados sobrevivieron a la Gran Depresi¨®n gracias a los maravillosos bailes de Fred Astaire y Ginger Rogers. Nosotros escapamos al crash econ¨®mico viendo a multimillonarios vestidos de athleisure comiendo ensaladas enormes¡±, escribi¨®.
Teigen, que no tiene un negocio paralelo cantando canciones o haciendo pel¨ªculas, cuya ocupaci¨®n es ser una marca de si misma, hab¨ªa logrado sublimar ese estatus, la de la multimillonaria que podr¨ªa ser tu vecina. La web HelloGiggles incluso le hizo una galer¨ªa hace un par de a?os titulada ¡°Los 15 momentos de Chrissy Teigen con los que m¨¢s te identificas. Porque la reina de Twitter es justo como nosotras¡±. La lista inclu¨ªa desde ¡°cuando ense?¨® sus estr¨ªas¡± a ¡°cuando habl¨® de sus problemas mentales¡±. Pero eso era en 2018, dos a?os antes de que la pandemia complicase y alterase el consumo de las vidas c¨¦lebres y les obligase a ellos, los ricos y famosos, a ensayar un nuevo tono para sus comunicaciones con el p¨²blico.
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