La (otra) vez que Jane Fonda escandaliz¨® a EEUU con un arresto policial
La int¨¦rprete y activista fue detenida ayer en Washington en una protesta contra el cambio clim¨¢tico. En toda su carrera jam¨¢s abandon¨® el activismo.
Lo advirti¨® al Washington Post unas horas antes: ?Voy a usar mi cuerpo, que es ahora en cierto modo famoso y popular por la serie que voy a hacer en el Distrito de Columbia, y vamos a tener una manifestaci¨®n cada viernes?. Dicho y hecho. De rojo y con boina de cuadros, Jane Fonda fue arrestada ayer en las escaleras del Congreso de EEUU en una protesta contra la inacci¨®n frente al cambio clim¨¢tico.
Fonda jam¨¢s ha renegado de su lado activista. Si el viernes aseguraba que aprovechar¨ªa estar grabando en la ciudad Grace and Frankie ¨Cla serie de Netflix que produce y protagoniza¨C y utilizar su notoriedad para hacer visibles las protestas contra el cambio clim¨¢tico; hace medio siglo, us¨® todas las estrategias posibles con su fama para cargar contra la administraci¨®n estadounidense en conflictos como la guerra de Vietnam o las centrales nucleares. Organizaba protestas, viaj¨® a Hanoi para producir una pel¨ªcula, lo que ganaba en el cine, o con su popular rutina de ejercicios aer¨®bicos, lo invert¨ªa en campa?as contra la guerra o para sufragar al partido dem¨®crata. Ese activismo le vali¨® ser, tambi¨¦n en aquellos tiempos, una de las personas m¨¢s odiadas por la presidencia.
En 1970, declarada persona non grata por el FBI a causa de su activismo pol¨ªtico, entraba en una c¨¢rcel de Cleveland bajo la acusaci¨®n de tr¨¢fico de drogas. Una vez liberada y pagada la fianza, se pudo comprobar que los ?estupefacientes? no eran sino vitaminas que llevaba la actriz para consumo propio. La imagen de su arresto daba la vuelta al mundo y las fotograf¨ªas de la ficha policial de la actriz acabar¨ªan volvi¨¦ndose en contra de los propios instigadores. Fonda relanzaba su carrera y poco despu¨¦s ganaba su primer ?scar. El retrato de la actriz con su corte de pelo Klute quedar¨¢ como una de las im¨¢genes ic¨®nicas de la d¨¦cada de los setenta.
A finales de la d¨¦cada, Fonda lidiaba con una campa?a de hostilidad y de polarizaci¨®n medi¨¢tica sobre su persona. Muy inmersa en el activismo pol¨ªtico por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam ¨Cviaj¨® sola a Hanoi desde donde denunci¨® las intenciones de Nixon de bombardear las presas del norte del pa¨ªs para matar a millones de personas¨C, Fonda lleg¨® a ser acusada de traici¨®n por dos diputados, los republicanos ped¨ªan boicots a sus pel¨ªculas y en cada aeropuerto que aterrizaba sol¨ªa ser acosada por varias personas del entorno de Lyndon LaRouche, fundador de la Uni¨®n Nacional de los Comit¨¦s de Empresa.
LaRouche, que despu¨¦s crear¨ªa una secta derechista con teor¨ªas conspiranoicas de todo tipo, lleg¨® a lanzar una serie de pegatinas con el lema A?Fonda que se la coman a las ballenas. El empresario?detestaba que la int¨¦rprete hubiese protagonizado una pel¨ªcula sobre los peligros de las centrales nucleares (El S¨ªndrome de China, 1979), por lo que personas del entorno del empresario (?las mismas que entraban en los bares a pegar con cadenas a los sospechosos de ser gays?) se dedicaban a hostigar a la actriz all¨¢ donde se plantase con carteles tipo ?Jane Fonda tiene m¨¢s escapes de gas que una central nuclear?. La actriz descubri¨® en un art¨ªculo que la uni¨®n que lideraba Larouche se financiaba, en parte, por su empresa inform¨¢tica. ??Por qu¨¦ no montamos una empresa para financiar el CDE??,?dijo entonces a su segundo marido, el activista icono del pacifismo y por entonces pol¨ªtico Tom Hayden.
La CDE (Campa?a para una Democracia Econ¨®mica) era una organizaci¨®n que la pareja inici¨® para tratar de impulsar el cambio y el progreso social en EE UU. ?Sal¨ªa muy caro mantener una entidad nacional sin ¨¢nimo de lucro como la CDE en un estado tan grande y variado como California. Yo, en aquella ¨¦poca, hac¨ªa una pel¨ªcula al a?o y todos los estrenos se convert¨ªan en un modo de reunir fondos, pero me preocupaba no poder mantenerla a flote?, recuerda Fonda en sus memorias. Ella y Hayden se plantearon entonces copiar el modelo de su archienemigo para aportar m¨¢s recursos. Desecharon la idea de montar un restaurante o una taller de coches ?donde no timaran a la gente? y, tras el consejo de John Maher (?nunca te metas en un negocio que no conozcas bien?), al final result¨® que lo que Fonda sab¨ªa de sobra era hacer ejercicio.
En 1981, Fonda escribi¨® un libro sobre su programa: En forma con Jane Fonda. Ocup¨® el primer puesto de la lista de los m¨¢s vendidos del New York Times durante 24 meses. Al a?o siguiente lanz¨® En forma con Jane Fonda (1982)?no sab¨ªa que su v¨ªdeo se convertir¨ªa en el VHS m¨¢s vendido de la historia. 17 millones de copias vistas hasta la extenuaci¨®n en millones de hogares ¨Cy otros tantos m¨¢s escuchados en casetes por todos los rincones del mundo¨C.
Junto al ¨¦xito abrumador del v¨ªdeo (fue aventajada en esto de la diversidad de cuerpos: ?los grupos que hac¨ªan ejercicios conmigo estaban formados por hombres y mujeres de todas las razas, unos j¨®venes, otros mayores, unos delgados y otros menos delgados?) consigui¨® recaudar 17 millones de d¨®lares para la CDE. A mediados de los 80 decidi¨® desligar los ingresos del programa de ejercicios de la organizaci¨®n pol¨ªtica. Hayden ya hab¨ªa salido elegido miembro de la Asamblea del estado de California y la CDE la dirig¨ªan otros. (?Como propietaria del negocio de gimnasia, pod¨ªa seguir donando dinero a la CDE cuando yo lo considerase necesario?). Sus ganancias se estiman millonarias.
Fonda sustent¨® con su trabajo los ideales pol¨ªticos por los que luchaba en pareja, pero Hayden siempre ?odi¨®? el programa de ejercicios, como ella recuerda en su autobiograf¨ªa. ?Una vez me cont¨® que cre¨ªa que nuestro matrimonio empez¨® a naufragar por culpa de la gimnasia. Es posible. Indudablemente, yo dedicaba cada vez m¨¢s tiempo al negocio, pero siempre que hac¨ªa un comentario competitivo, yo pensaba: ¡®De acuerdo, ser¨¦ vanidosa y todo lo que t¨² quieras, pero tengo claro que estoy ayudando a much¨ªsimas mujeres. Y, adem¨¢s, ?de d¨®nde ibas t¨² a sacar 17 millones de d¨®lares?'?.
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