Los Clooney: la ¨²ltima ¡®power couple¡¯
La boda-escaparate de la pareja resucita los rumores sobre una posible carrera pol¨ªtica del actor.
El mes pasado, la abogada todav¨ªa conocida como Amal Alamuddin recibi¨® una oferta de la ONU para unirse a la comisi¨®n que investiga los cr¨ªmenes de guerra en Gaza. ?Es un honor, pero dados mis compromisos, que incluyen ocho casos en marcha, no puedo aceptar?, se disculp¨®. A nadie se le escapaba que, adem¨¢s de esos ocho procesos, casi todos de alto perfil medi¨¢tico, como la lucha de Grecia por recuperar los restos arqueol¨®gicos que se exhiben en el British Museum o la defensa de varios periodistas encarcelados en Egipto, hab¨ªa un peque?o ?compromiso previo?, su boda con George Clooney.
El enlace no result¨® ser la ceremonia hiperprivada que todos esperaban. Fue un festival de tres d¨ªas con multitud de actos (incluida la llegada a Venecia, que se hizo al estilo de su espectacular festival de cine), con cambios de ropa, invitados famosos, photo opportunities y exclusiva vendida a People, Vogue y ?Hola! por el m¨¦todo Brangelina. Es decir, el dinero recaudado por la venta de las fotos se destin¨® a varias organizaciones, sobre todo el Satellite Sentinel Project, que monitoriza los movimientos de las guerrillas en Sud¨¢n y que Clooney cofund¨® en 2010.
El matrimonio Clooney
Getty Images
La escala de la boda ha tenido varios efectos. El primero, dar un giro completo a la imagen de la abogada, a la que hab¨ªamos visto acompa?ando a su cliente m¨¢s famoso, Julian Assange, vestida con discretas gabardinas. El segundo, resucitar la posibilidad de que Clooney, con su largo historial de activismo c¨ªvico, pudiera entrar en la pol¨ªtica activa. ?Es por eso que el actor no se cas¨® con la culturista Stacy Keibler o la velina venida a m¨¢s Elisabetta Canalis? ?Estaba esperando a su Jackie Kennedy? Ni el Sunday Times se ha privado de especular. ?Ir¨®nicamente, nadie se est¨¢ preguntando si ella se va a meter en pol¨ªtica, y eso que est¨¢ mucho m¨¢s cualificada?, comenta Tom Fitzgerald, la mitad del mordaz blog Tom and Lorenzo. A ambos les sorprendi¨® la superproducci¨®n veneciana. ?Nos choc¨® much¨ªsimo el nivel de publicidad y ostentaci¨®n. Clooney no hab¨ªa vivido as¨ª hasta ahora, as¨ª que hay que asumir que fue ella la que quiso. Es parte del motivo por el que hay rumores pol¨ªticos, como si estuviesen tratando de lanzar un mensaje?, se?ala Fitzgerald.
Por halag¨¹e?a que parezca, la comparaci¨®n con los Kennedy tampoco es del todo acertada. Es cierto que el joven senador Jack hizo una elecci¨®n estrat¨¦gica al casarse con la culta y refinada Jacqueline Bouvier, quien hab¨ªa estudiado en Vassar y La Sorbona, pero la ¨²nica experiencia laboral que ten¨ªa ¨¦sta eran los meses que fue reportera y fot¨®grafa en el Washington Times-Herald.
Gtres
Como se?al¨® el director de la revista Legal Cheek, Amal Alamuddin ?siempre se las arregla para trabajar en los casos m¨¢s sexies? (en el sentido jur¨ªdico del t¨¦rmino). Tras graduarse en Oxford, la abogada vivi¨® un tiempo en Estados Unidos, donde trabaj¨® para la actual juez del Tribunal Supremo Sonia Sotomayor, y al volver a Reino Unido ¨Call¨ª vive su familia libanesa desde que ella ten¨ªa dos a?os¨C ingres¨® en la firma Doughty Street. Uno de sus primeros casos fue la defensa de la l¨ªder ucraniana Yulia Timoshenko. El encargo requer¨ªa frecuentes apariciones en la BBC y le dio una reputaci¨®n de jurista media friendly.
Todo esto es lo que llev¨® a la publicaci¨®n Business Woman, ligada a Harvard, a titular la noticia de su boda con una frase que hizo fortuna en Internet: ?La abogada de fama internacional Amal Alamuddin se casa con un actor?. La editora ejecutiva de la revista, Karla Pincott, explica sus motivaciones: ?No sab¨ªamos si el titular causar¨ªa revuelo. Simplemente, lo escribimos tal y como lo vemos. Se ha hablado tanto de Clooney abandonando la solter¨ªa que estaba claro que no hab¨ªa suficiente foco sobre el considerable talento de Amal Alamuddin?. Quien, por cierto, ya no se llama as¨ª, sino Amal Clooney. Su decisi¨®n de adoptar el apellido de su marido tambi¨¦n ha dado combustible para cientos de art¨ªculos, la mayor parte en contra de una resoluci¨®n que se ve como un gesto sumiso y anticuado.
Junto a uno de sus clientes m¨¢s famosos, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, en 2011.
Getty Images
M¨¢s all¨¢ de Business Woman, en lo que se fijaron los medios de aquella boda fue en el vestuario. El novio llev¨® Armani, como se esperaba. Y ella se hizo con un ajuar a la altura de los tours de las actrices. Lleg¨® a Venecia en un vestido de rayas de largo midi firmado por Dolce & Gabbana. Esa misma noche se puso un Alexander McQueen rojo. Asisti¨® a su ceremonia civil con un traje pantal¨®n de Stella McCartney y una pamela de lo m¨¢s teatral, se cas¨® con el ya famoso Oscar de la Renta y al d¨ªa siguiente luci¨® un Giambattista Valli de alta costura con un dif¨ªcil corte mullet y algo de miri?aque.
Para encontrar a la responsable de tama?a gesta, hay que mirar la lista de invitados. Anna Wintour, quien da un lugar preferencial a la boda en el ¨²ltimo n¨²mero de Vogue USA, asisti¨® a los fastos de Venecia y hay fundadas sospechas de que orquest¨® los estilismos. La ¨²nica pista confirmada (aparte de lo evidente) proviene de la dise?adora australiana Johana Johnson, quien declar¨® que recibi¨® el encargo de confeccionar los trajes de las damas de honor desde Vogue.
Seg¨²n Fitzgerald, todo indica que a partir de ahora se ver¨¢ a ambos ?luci¨¦ndose en las alfombras rojas. Entonces sabremos que hay algo detr¨¢s, pues ¨¦l odia este tipo de cosas?. Las odie o no, en el pasado tambi¨¦n pos¨® con sus novias. Apariciones que iban acompa?adas de otro rumor, el de su supuesta homosexualidad. El actor se niega a desmentirlo porque ser¨ªa insultante para la comunidad gay, como si se defendiera de un ataque. Su sorprendente boda p¨²blica tampoco ha matado esa narrativa que Clooney abord¨® en una ocasi¨®n con elegante ingenio. Ante el titular de un tabloide que dec¨ªa ?Clooney es gay, gay, gay?, ¨¦l dijo: ?Soy gay-gay. El tercero es pasarse?.
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