Marion Cotillard, la chica del ?Bronx franc¨¦s? que se rifan las marcas de lujo
La actriz, imagen de Lady Dior, es la m¨¢s exitosa exportaci¨®n francesa en Hollywood, pero presume de su origen de extrarradio.
A los actores famosos y muy, muy especialmente a las actrices les gusta decir que de peque?os eran inadaptados, feos, impopulares, el rarito de la clase. La mayor parte de las veces, por muy buenos int¨¦rpretes que sean, no resultan muy convincentes. Pero cuando lo dice Marion Cotillard, algo invita a creersela un poco m¨¢s. "Hasta los 20 a?os -ha asegurado la actriz en varias ocasiones, la ultima en una entrevista en The Hollywood Reporter que, significativamente, la ha escogido para su portada del n¨²mero especial de Cannes- estaba muy, muy enfadada. No sab¨ªa que hacer con mi vida y no me gustaba nada de m¨ª misma, ni mi aspecto ni mi personalidad".
En la misma entrevista, Cotillard dice de s¨ª misma que siempre ser¨¢ "una chica del Bronx ", en referencia a su infancia en el barrio parisino de Alfortville. M¨¢s tarde, sus padres, un mimo y director y una actriz, se la llevaron al campo, cerca de Orleans.
Ahora llega a Cannes como hero¨ªna local, y nunca mejor dicho. La mujer herida (en todos los sentidos posibles) que interpreta en De rouille et d'os, trabaja en el Marineland de Antibes, a la vuelta de la esquina, como entrenadora de orcas y algunas de de las escenas m¨¢s significativas del filme (que hace el uso m¨¢s macabro y oscuro que se har¨¢ nunca de una canci¨®n de Katy Perry) tienen lugar en la Croisette, la playa de Cannes. Se dir¨ªa que es un papel de Oscar (recuerden Tropic Thunder: a Hollywood le gustan los lisiados) si no fuera porque Cotillard ya tiene uno, por hacer de Edith Piaf en La vie en rose, el papel que la dio a conocer fuera de Francia.
M¨¢s all¨¢ de su estatus como la actriz mejor pagada de Francia, hay un dato que prueba el relieve que ha conseguido tambi¨¦n al otro lado del Atl¨¢ntico. Cuando Christopher Nolan la llam¨® para The Dark Knight rises, la tercera parte de la trilog¨ªa de Batman, ella dijo que s¨ª encantada, sobre todo porque, seg¨²n dice, es fan¨¢tica del Caballero Oscuro, pero hab¨ªa un peque?o problema: sus fechas de rodaje coincid¨ªan con el nacimiento de su primer hijo, que lleg¨® al mundo en enero de 2011 y se llama Marcel, en honor al amante boxeador de Piaf. Ning¨²n problema, dijo Nolan, y la producci¨®n completa de una de las pel¨ªculas m¨¢s esperadas y caras de la d¨¦cada se pospuso para acomodarse al calendario de Cotillard, que tambi¨¦n ha rodado con James Gray y en breve lo har¨¢ con Asghar Farhadi, el director de la pel¨ªcula iran¨ª ganadora del Oscar, Una separaci¨®n.
La actriz es, desde 2008, imagen de Lady Dior, papel que semi-parodi¨® con humor en el corto L.A.dy Dior The Film, que caricaturiza lo serio que se toma a s¨ª misma la moda. El minifilme, de Cameron Mitchell, est¨¢ basado en un anuncio de los a?os setenta de Richard Avedon con Lauren Hutton. Su relaci¨®n con la casa es de las m¨¢s s¨®lidas que existen entre una maison y un actor, se ha solidificado con campa?as a cargo de Peter Lindbergh y Annie Leibovitz entre otros y con cortos con directores como David Lynch. Se calcula que la actriz cobra otro mill¨®n y medio de d¨®lares por cada una de estas minipel¨ªculas de unos cuatro minutos.
Cotillard ha suavizado sus aristas desde que, a finales de los noventa rechaz¨® un contrato con L'Oreal porque la marca de cosm¨¦ticos estaba entonces en la lista negra de Greenpeace por realizar pruebas con animales. Pero, aunque su pose de actriz-muy-actriz (los suspiros, la voz susurrante, los ojos que se alzan al cielo y su discurso de aceptaci¨®n del Oscar, tan necesitado de un director que le dijera "Marion, no te pases") podr¨ªa indicar que nos hallamos ante un especimen domesticado, la int¨¦rprete sigue teniendo tirada a meterse en l¨ªos. Como cuando dijo en televisi¨®n que quiz¨¢ las Torres Gemelas no cayeron derribadas por aviones (citando el incendio del Windsor de Madrid como evidencia) y que quiz¨¢ no se ha contado toda la verdad sobre el asunto. M¨¢s tarde se disculp¨® por sus palabras.
Sobre la alfombra roja suele optar por looks con su dosis de dramatismo. Sin llegar a ser una obsesa de la moda, como Diane Kruger (ex mujer de la actual pareja de Cotillard y padre de su hijo, Guillaume Canet. ?Le dar¨¢ Kruger, miembro del Jurado de Cannes este a?o, el premio a la novia de su ex?), los entendidos suelen aplaudir sus decisiones, que suelen implicar cierto riesgo. Aunque acostumbra a vestir Dior, por razones obvias, no le importa flirtear con otras marcas. Y a menudo adopta estilismos casi tem¨¢ticos. Su vestido de Oscar, de Jean Paul Gaultier, siempre una opci¨®n para valientes, llevaba el tema "acu¨¢tico" mucho m¨¢s alla que lo que solemos entender por vestido-sirena. Y cuando opta por un estilo a?os 20, como en la gala amfAR en 2009, lo hace a conciencia. De calle opta por los cl¨¢sicos del estilo bobo (borsalinos, ojos ahumados) y por ese aire que las revistas llaman rock'n'roll aunque no lo sea mucho.
La estilista Virginie Corr¨¦, que la visti¨® para una gala en 2010 con un mono de lentejuelas de la marca francesa Lefranc Ferrant y mantiene un concurrido showroom para estrellas con sede tempral en el hotel Martinez de Cannes la sit¨²a entre sus clientas preferidas. "Tiene un estilo propio, muy potente y muy franc¨¦s. Se atreve con nuevos colores y nuevas formas y da oportunidad a firmas menos conocidas, no es todo Dior", asegura a S Moda.
Ayer s¨ª opt¨® por la marca de la que es imagen por la ma?ana, con un vestido color melocot¨®n con contraste de texturas, cintur¨®n dorado y zapatos amarillo lim¨®n. Por la noche, para la alfombra roja, escogi¨® un vestido azul palabra de honor. Los medios franceses,encantados con su hero¨ªna local, dieron su aprobaci¨®n.
Su ¨²ltima aparici¨®n, en la gala del MET.
Getty
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