La invasi¨®n televisiva del machista sin complejos

??Ladran, luego cabalgamos!?. Cuando a Juan y Medio se le acus¨® de ser machista por la pol¨¦mica escena a lo Paco Martinez Soria en la televisi¨®n p¨²blica andaluza, donde destroz¨® a tijeretazos el vestido de su compa?era Eva Ruiz, al presentador no se lo ocurri¨® otra cosa que entonar esa frase con ¨¦pica triunfal al inicio de siguiente programa para dar carpetazo al asunto y obviar as¨ª cualquier reflexi¨®n sobre lo acontecido. El ente p¨²blico para el que trabaja, sostenido por los impuestos de los andaluces, ya lo hizo por ¨¦l. Tras el expediente (sin sanci¨®n) al presentador del Consejo Audiovisual de Andaluc¨ªa, las quejas del sindicato de periodistas andaluces o las cr¨ªticas internas del subdirector general de Radio Televisi¨®n de Andaluc¨ªa ¨C?lamentable y desafortunado error?, admiti¨® Joaqu¨ªn Duran¨C, RTVA asegur¨® que se impartir¨ªan cursos antimachistas entre sus trabajadores.

No sabemos si el presentador presenci¨® alguno de ellos, pero y Medio ha rematado el a?o volviendo a las andadas. Hace unos d¨ªas, y de nuevo en su programa con franja de horario infantil, solt¨® la gracia del d¨ªa cuando brome¨® sobre las ?secuelas? que dejan a un hombre el tener que convivir con una mujer. El p¨²blico, una vez m¨¢s, aplaudi¨® una broma en sinton¨ªa con aquella narrativa mis¨®gina y hom¨®foba de las matrimoniadas de Pepa y Avelino de hace 15 a?os.

La actitud del presentador, inmune a la autocr¨ªtica y sacando pecho ante sus actos, no es un hecho aislado en la televisi¨®n espa?ola. Como si de un ataque de los clones (sexistas) se tratara, 2017 se ha caracterizado por la proliferaci¨®n de conductores de televisi¨®n que exhiben su machismo sin complejos, sin iron¨ªas y con la firma convicci¨®n de sentirse perseguidos por la censura. En un pa¨ªs en el que se ha juzgado moralmente a v¨ªctimas de una supuesta violaci¨®n m¨²ltiple, se?ores como Risto Mejide llaman ?calientapollas? a chavalas que dan la mano y alg¨²n abrazo a sus amigos para que el p¨²blico se eche unas risas: ?Esto en mi pueblo tiene un nombre, lo voy a decir, es una calientapollas?, espet¨® en el estreno All you need is Love sobre una joven que,?por sorpresa y ante una c¨¢mara de televisi¨®n que no esperaba, lament¨® educadamente no corresponder los sentimientos de su compa?ero de piso.

Aqu¨ª las bromas sobre calientabraguetas conviven en armon¨ªa con esa normalizaci¨®n, ya por desgaste, de las gracias sobre hombres inexpertos en la cocina en las entrevistas de Bert¨ªn Osborne en Mi casa es la tuya. El mismo programa en el que el presentador es capaz de patinar por partida doble en una sola frase. Por un lado, asumiendo la heteronormatividad de sus invitados y, por otro, de nuevo, atribuyendo la cocina como territorio exclusivo de mujeres. Pas¨® en marzo, cuando Osborne le regal¨® un delantal a Miguel Poveda, artista que ha hablado abiertamente sobre su homosexualidad, dici¨¦ndole ?esto se lo das a tu novia o a tu madre?.

Al igual que Juan y Medio, Bert¨ªn hace o¨ªdos sordos ante las pol¨¦micas y espeta un ?me parece un gilipollas el que me llame machista? ante cualquier atisbo de autocr¨ªtica. Mismas maneras que exhibe Javier C¨¢rdenas, posiblemente el presentador con m¨¢s pol¨¦micas por salidas de tono en cualquier ¨¢mbito en lo que va de a?o. Firme defensor de las pseudociencias? y de dar p¨¢bulo a la conspiranoia en horario de m¨¢xima audiencia en la televisi¨®n p¨²blica, C¨¢rdenas es capaz de pedir perd¨®n por informar sin base cient¨ªfica sobre supuestos huracanes creados por humanos, pero no lo har¨¢ tras desnudar y cosificar a tres chicas en un plat¨® de televisi¨®n con un truco de magia e indignar a la audiencia. Es m¨¢s, responder¨¢ a las acusaciones llamando ?machistas y fascistas? a todo aquel que ¨¦l crea que se ha puesto en su contra. No es la primera vez que act¨²a as¨ª, en el pasado intent¨® que despidieran de su trabajo a una oyente de su programa en Europa FM que denunci¨® unos comentarios machistas del presentador.

Si Juan y Medio se r¨ªe al escucharse a si mismo decir que hay ?secuelas? por vivir con mujeres, Carlos Herrera pregunt¨® a sus (pocos) televidentes si las mujeres ment¨ªan mejor que los hombres. Lo hizo en su ya desaparecido programa C¨®mo lo ves en TVE, el mismo formato que trat¨® el tema de los esc¨¢ndalos sobre los depredadores sexuales poderosos con un panel de expertos en el que se inclu¨ªa a Salvador Sostres, que defendi¨® que el acoso sexual ?es subjetivo? y que la Ley de Violencia de G¨¦nero es ?fascista?. Tras cancelar el programa, RTVE asegur¨® que se deb¨ªa a la baja audiencia y no por las pol¨¦micas que gener¨® su emisi¨®n. Herrera agradeci¨® en tuit de despedida ?haber trabajado con compa?eros a los que admiro?. Tampoco, como el resto de conductores acusados de sexismo, reflexion¨® sobre lo acontecido en sus programas.

Claro que para mutis por el foro ante las acusaciones, el de Pablo Motos. Cero autocr¨ªtica frente al alud de momentos sexistas que ha protagonizado este a?o desde El hormiguero, analizados y denunciados desde las tribunas medi¨¢ticas a conciencia. El ??T¨² perreas?? a Blanca Su¨¢rez y parte del elenco de Las chicas del cable o sus besuqueos a Anastacia monopolizaron un debate sobre un car¨¢cter machista que ya ven¨ªa de largo. Motos ha emitido gags titulados Culos y Tetas, se ha inventado juegos para manosear a supermodelos como Alessandra Ambrosio y a la periodista M¨®nica Carrillo, autora de tres novelas, le dijo: ¡°?crees que a los hombres les atraes t¨² y por eso les gusta leerte?¡±. Claro que ¨¦l no correr¨¢ la misma suerte que Herrera. La audiencia, pese a las airadas denuncias y las ansias de boicot en las redes, sigue jugando a su favor en los aud¨ªmetros. La clave que valida todo el sonrojo.