Menos kil¨®metros y peores premios: ?por qu¨¦ las carreras de mujeres a¨²n no conocen la paridad?
Los organizadores argumentan que ellas son m¨¢s lentas o que es la tradici¨®n. Movimientos como #RunEqual promueven el activismo por la igualdad en el running.
Cuando era ni?a me encantaba ir al f¨²tbol con mi padre. Al Vicente Calder¨®n, como buenos atl¨¦ticos. En el descanso, mientras mi padre entraba al ba?o sin agobios, a m¨ª me tocaba recorrer medio estadio para encontrar un aseo de se?oras. Y, claro, aguantar una cola monumental. A quienes dise?aron el estadio les hab¨ªa parecido correcto poner menos aseos para mujeres, porque, obviamente, el f¨²tbol era cosa de hombres. Eran los a?os 80 y a¨²n deb¨ªa llover mucho para que en las instalaciones deportivas los aseos para hombres y mujeres se repartieran equitativamente.
Es solo una an¨¦cdota que suena a cuento prehist¨®rico, pero en lo deportivo todav¨ªa quedan rescoldos de una sociedad patriarcal que se resiste a ver a sus integrantes femeninas compitiendo en igualdad de condiciones con los varones. Por rancio que parezca, a¨²n hay carreras en las que las mujeres ganan premios peores que los hombres. O que deben encarar menos distancia que los hombres, simplemente, porque el organizador as¨ª lo tiene a bien. Es raro en las carreras sobre asfalto, pero a¨²n pervive en las pruebas de cross. S¨ª, son esas que discurren campo a trav¨¦s, cruzando lodazales, pedregales o arroyos. Carreras no aptas para melindres en las que, lo m¨ªnimo que te puede pasar, es volver a casa con barro hasta en el carnet de identidad. Ya seas un visigodo con barba y pelo en pecho o una dulce princesa. Hay barro para todos. Pues bien, puedes toparte con que si ellos corren 12 kil¨®metros, las mujeres solo cubren una distancia de 8 kil¨®metros. O que ellos hagan 10 y ellas deban conformarse con 7. Calculadora en mano, supone negarse a que las chicas corran entre un 30% y un 50% del total del recorrido o montarles uno m¨¢s breve. Simplemente por haber nacido mujeres. Por poner un ejemplo, en el Cross de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, donde ir¨®nicamente se conmemoraba el D¨ªa Internacional de la Mujer y la Ni?a en la Ciencia, la salida masculina era de 8 km. La femenina, justo la mitad: 4 km.
En 2016, la Asociaci¨®n Mundial de Carreras de Monta?a (WMRA) unificaba las distancias para hombres y mujeres en 10 km, pero ese reglamento solo se aplica en las pruebas oficiales.?Los organizadores de competiciones universitarias, comarcales o locales, se agarran a costumbres m¨¢s antiguas y siguen decretando menos distancia para las chicas. En otros deportes, como el esqu¨ª alpino, el esqu¨ª de fondo?o el biatl¨®n?sucede algo similar.
Here's an idea for your new years resolution. In 2019 ask your clubs and races to offer equal distances, age cats, prizes to women and men. Here's some ideas of what you can do to make a difference! https://t.co/qlNzAtqvGd #activeactivism #runequal ?? #happynewyear
— RunEqual (@run_equal) December 31, 2018
En el Reino Unido, con larga tradici¨®n de carreras por campos embarrados, ya hay una plataforma llamada #RunEqual, con presencia en todas las redes sociales, incluida Strava. En esta red social para corredores, hombres y mujeres compiten por ver qui¨¦n corre m¨¢s kil¨®metros cada semana. Parad¨®jicamente, en la semana del 9 de abril, la clasificaci¨®n la lidera una mujer, Jemma D. Los promotores del movimiento hablan de #activeactivism (activismo activo). ¡°No es una cuesti¨®n de distancias, sino de equidad. El hecho de que las mujeres tengan que hacer menos kil¨®metros esconde desigualdades estructurales mucho mayores. Cuando te dicen que eres m¨¢s d¨¦bil y m¨¢s lenta por ser chica y que las cosas que haces son menos importantes, empiezas a cre¨¦rtelo. Tambi¨¦n lo creen los que te rodean. Y antes de que des cuenta, tienes una brecha salarial por raz¨®n de g¨¦nero y menos oportunidades laborales. Los j¨®venes inmediatamente absorben esas diferencias. Tenemos adolescentes con un enorme potencial que creen que no son capaces de llegar tan lejos como los hombres. Creemos firmemente que el deporte deber¨ªa ser un ejemplo para nuestros j¨®venes atletas y que la igualdad deber¨ªa ser un pilar en los clubs de running, tal como recalca la Convenci¨®n Europea de Derechos Humanos¡±, explican desde su p¨¢gina web, Runequal.org.
?Qu¨¦ razones explican que en pleno siglo XXI se condene a las atletas a afrontar distancias m¨¢s moderadas, quieran o no quieran? Los organizadores salen al paso esgrimiendo que ?si no, no da tiempo para que corran desde los seniors a las categor¨ªas menores?, ?las mujeres son menos r¨¢pidas?, ?ellas prefieren distancias m¨¢s asumibles? o, simplemente, ?siempre ha sido as¨ª?. Naiara Cambas es corredora de trails, embajadora del Marat¨®n de Madrid (Mapoma Ambassador) y firme opositora a este tipo de discriminaci¨®n sexista. ¡°Con los hechos en la mano, no tiene pies ni cabeza sostener que las mujeres somos el sexo d¨¦bil. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, hemos demostrado que podemos correr, subir monta?as, o lo que nos propongamos hacer, igual que los hombres. Fisiol¨®gicamente, los hombres son m¨¢s r¨¢pidos (por musculatura y producci¨®n de testosterona), pero las mujeres tenemos otro aliado: la resistencia (basada en una mejor gesti¨®n natural del consumo de grasas frente a la glucosa). Esto se est¨¢ viendo ya en carreras de ultra distancia. Recientemente Jasmin Paris gan¨® el The Spine Race (un ultramarat¨®n de 430 km). Su tiempo: 83 horas. El primer hombre emple¨® 98 horas, 15 m¨¢s que ella¡±. La gesta de la brit¨¢nica podr¨ªa animar a otras mujeres a apuntarse m¨¢s a pruebas de alta dureza. ¡°Tambi¨¦n deber¨ªa abrir los ojos de la prensa a dar visibilidad a las participantes femeninas. Las primeras clasificadas siempre tienen menor repercusi¨®n en medios y parece que tienen que reivindicarse mucho m¨¢s. Azara Garc¨ªa de los Salmones inici¨® hace un tiempo una campa?a #nosomosinvisibles para hacer una llamada de atenci¨®n con este tema¡±.
Ole ole y ole ,mujeres fuertes ,mujeres #nosomosinvisibles ,que grande sin palabras y de estas noticias aun nos quedan muchas mas!! https://t.co/W3et79mGK7
— Azara Garc¨ªa de los Salmones (@AZARASTORM) July 16, 2017
M¨¢s sangrante a¨²n es montar una carrera y decretar premios inferiores para las mujeres. Es lo que suced¨ªa en las 24 Horas en Punto, celebrada en la localidad madrile?a de Pinto. Para tres primeros clasificados hombres, hab¨ªa trofeos y obsequios. En el caso de las mujeres, 2? y 3? clasificadas deb¨ªan conformarse con un obsequio. Twitter no tard¨® en arder al descubrirse el agravio comparativo. @noeliagcanser les recordaba que ¡°repartir los premios equitativamente es responsabilidad de la carrera¡±. @srtaofood a?ad¨ªa: ¡°No pienso correr una carrera en la que me consideran de segunda categor¨ªa. Y no es cuesti¨®n de que se apunten m¨¢s mujeres. Es una cuesti¨®n de respeto¡±. @pher_pere_ aportaba una soluci¨®n salom¨®nica: ¡°Los trofeos valen cuatro duros (¡) Igual lo que hay que hacer es recortar en premios a los hombres, si supone problema el dar los mismos a mujeres¡±. La Organizaci¨®n ataj¨® torpemente el asedio, acusando a algunas corredoras de no tener ni idea de la dureza de una carrera de ultra distancia y excus¨¢ndose en que normalmente hay muchas menos corredoras que corredores. Lo que no quita para que unos y otros paguen lo mismo por el dorsal (40 euros). El debate subi¨® de tono.
Otros colegas, como el Club de Atletismo San Fernando @atletismosanfer, les recriminaba que ¡°ya solo plantearlo y defenderlo es indecente. Salvo que solo os interese el dinero, sin saber si son muchas o pocas, los premios deben ser igualitarios¡±. Finalmente, la organizaci¨®n de la carrera decid¨ªa eliminar la cuenta @pinto_turismo, borrando as¨ª todos los tuits. La periodista y runnerBego?a Beristain reprueba este tipo de actitudes: ¡°No me vale eso de que ¡®como ven¨ªs pocas, los premios son menos¡¯. La categor¨ªa es la que es y el premio es el que debe ser, seamos dos o trescientas. Y m¨¢s cuando por el dorsal se paga lo mismo. Para estas cosas muchos organizadores a¨²n viven en el siglo XIX¡±. Insiste en que no es una locura m¨¢s de las feministas, ni una petici¨®n hist¨¦rica por un trofeo. ¡°Las mujeres queremos los mismos premios y las mismas distancias. Que tardaremos m¨¢s en hacerlo, s¨ª. Pero pagamos lo mismo, nos esforzamos lo mismo y debemos tener la misma recompensa. Ya est¨¢ bien de pasear el ¡®sindrome de la impostora¡¯, esa man¨ªa femenina de creer que no nos merecemos lo que tenemos, que no vamos a ser capaces, que lo hacemos peor que ellos. Eso tiene que acabarse. Somos iguales¡±.
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