El vestido de Nola Darling o por qu¨¦ ir sexy no significa ?pedir guerra?
El tercer cap¨ªtulo de la serie de Spike Lee para Netflix analiza muy bien c¨®mo el atuendo de una mujer no da derecho a que los hombres la miren, la juzguen o se propasen con ella. Incluso aunque sean su pareja.
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¨C ?Est¨¢s diciendo que es mi culpa que me asaltaran?
¨C No, solo digo que ese vestido¡
Ese vestido. Un vestido negro, corto y escotado que simboliza todas esas veces que los hombres se creyeron con derecho a mirar, juzgar o propasarse con una mujer solo porque, seg¨²n ellos, su ropa ?iba pidiendo guerra?. El mismo que lleva la joven artista Nola Darling en el tercer cap¨ªtulo de la serie hom¨®nima de Netflix, basada en la ¨®pera prima?de Spike Lee. La ficci¨®n sintetiza en poco m¨¢s de media hora esa situaci¨®n a la que muchas mujeres se han visto expuestas por el simple hecho de elegir un atuendo sexy y ajustado. El argumento, que es desmontado por la protagonista en el cap¨ªtulo m¨¢s debatido de la serie, ha servido incluso para exculpar a violadores como el del ¡®caso de la minifalda¡¯, en el que la Audiencia de Lleida afirm¨® que la denunciante ¡°pudo provocar¡± al violador ¡°por su vestimenta¡±.

Nola Darling cuenta la historia de una joven artista que sobrevive en Brooklyn intentando vivir de su obra mientras explora su identidad y disfruta del sexo con sus tres amantes. Una noche (atenci¨®n, spoilers de baja graduaci¨®n) un desconocido la asalta por la calle y, aunque consigue librarse de ¨¦l, el suceso marca su rutina. Nola decide transformar su impotencia y frustraci¨®n en la campa?a My Name Isn¡¯t, carteles que empapelan el barrio con su cara y la de otras mujeres. Al lema ?Mi nombre no es? le siguen adjetivos como ?tu zorra?, ?tu mamita? o cualquiera de los improperios que muchos viandantes sueltan a las mujeres por la calle. Un grafitero an¨®nimo destroza la obra con insultos y dibujos obscenos, en otra met¨¢fora m¨¢s de la sumisi¨®n del trabajo femenino en la actualidad. Nola decide visitar a una psic¨®loga despu¨¦s de ver c¨®mo, tanto su arte como su cuerpo, son atacados de manera sistem¨¢tica. Intentando seguir adelante con su vida y sentirse querida por ella misma, Nola se compra un vestido caro y atrevido siguiendo los consejos de su terapeuta.
?Me encanta tu vestido negro, estoy deseando quit¨¢rtelo. Pero joder, esto no es una discoteca de Miami?, le dice uno de sus amantes, de posici¨®n social privilegiada, mientras la cubre con una chaqueta que ella tira al suelo acto seguido. ?Francamente, Nola, si no quieres que te miren no deber¨ªas llevar este vestido?, a?ade m¨¢s tarde. La cosa no va mucho mejor con sus otras dos parejas. Mars, un boricua a medio camino entre lo nerd, lo hispter y la est¨¦tica rap, alaga su vestido para m¨¢s tarde responsabilizarlo de una trifulca discotequera con otro hombre que intentaba sobrepasarse con Nola. ??Sabes qu¨¦? Mi vestido no tiene la culpa de que ese t¨ªo sea idiota, es cosa suya. Me pongo lo que me da la gana y punto. Si no puedes lidiar con este vestido quiz¨¢ no puedas lidiar conmigo, Mars?, afirma para despu¨¦s abandonarlo en mitad de la calle. Greer, el tercero en discordia; fot¨®grafo y narcisista de profesi¨®n, encuentra en el vestido una excusa para cosificarla y tratarla como si fuera una de sus modelos.
Ninguno de los tres entiende por qu¨¦ Nola se cabrea. Tampoco parece que su intenci¨®n inicial fuera ofender a ¡®su¡¯ chica. Pero todos lo hacen. Por eso el cap¨ªtulo ha conseguido poner sobre la mesa ¨Cy sobre los timelines de las redes sociales¨C, la reflexi¨®n que muchos de estos individuos deber¨ªan de hacerse antes de opinar sobre el atuendo o el cuerpo de una mujer. Incluso aunque la conozcan y, por descontado, si son extra?os. ?A medida que los hombres utilizamos las redes sociales para denunciar comportamientos como el de los depredadores de Hollywood y dejar claro que no somos como la escoria de nuestro g¨¦nero, un episodio como este provoca que incluso nosotros, tipos decentes, tengamos que reflexionar sobre c¨®mo nuestras palabras y nuestras acciones podr¨ªan herir, sin saberlo, a las mismas mujeres que amamos?, resume Matt Melis en su cr¨ªtica para Consequence of Sound.
Nola Darling aborda en ese cap¨ªtulo un debate tan interesante y actual como los que plantea en los otros nueve. Como dec¨ªamos al principio, la serie es una adaptaci¨®n de la ¨®pera prima de Spike Lee (She¡¯s Gotta Have it), y cuya relectura se levanta ahora como una obra tan ejemplificadora como vergonzante de la sociedad en la que vivimos: 30 a?os despu¨¦s, los pecados de la sociedad siguen repiti¨¦ndose. Nola Darling es la hero¨ªna de un tiempo en el que ya no deber¨ªa serlo, que lucha contra el acoso callejero, disfruta y reclama la libertad sexual femenina, defiende que no son necesarias las operaciones de est¨¦tica para gustar a los hombres y se enfrenta a la gentrificaci¨®n en tiempos de Trump. El guion, acompa?ado por los mon¨®logos de Nola mirando a c¨¢mara, resume todos los debates que ocupan la actualidad con un punto documental (hasta las portadas de los maravillosos discos que suenan se insertan entre las im¨¢genes) y despreocupado al mismo tiempo. Por medio de hashtags como #BlackLivesMatter (homenaje al movimiento activista), Lee bautiza los cap¨ªtulos y los temas de actualidad sobre los que quiere hacer reflexionar al espectador.

Nola Darling env¨ªa un necesario mensaje a todas las mujeres del mundo que sigan sus aventuras al otro lado de la pantalla. ?No es no? aunque se tengan tres ?follamigos?. Aunque primero se les haya dado pie a mantener relaciones sexuales y despu¨¦s se decida no continuar. ?No es no? aunque se est¨¦ liberada sexualmente y se quiera disfrutar del sexo sin etiquetas. Y, por supuesto, ?no es no? aunque se lleve un vestido negro corto y escotado capaz de poner en pie al restaurante m¨¢s frecuentado a este lado del r¨ªo Hudson. Su historia ya ha inspirado a mujeres que como @VivaLaCaLeah han decidido compartir sus experiencias en Twitter al ponerse sus minivestidos tras ver la serie. Aqu¨ª, aqu¨ª y aqu¨ª dejamos tres vestidos negros, cortos y escandalosamente ajustados para todas aquellas que quieran seguir su ejemplo.
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