La verdadera historia de la lesbiana que inici¨® el movimiento LGTBI golpeando a un polic¨ªa
Cuando detuvieron a Storm¨¦ DeLarverie, su grito ??Es que no pens¨¢is hacer nada?? no cay¨® en saco roto. As¨ª se lanzaron los primeros ladrillos de Stonewall.
El 28 de junio de 1969, ?una mujer golpe¨® a un polic¨ªa?. As¨ª se inicia la narraci¨®n can¨®nica de la revuelta de la comunidad gay en 1969, los conocidos como disturbios de Stonewall, momento ic¨®nico del inicio de la lucha del movimiento LGTB+. Pero para una fecha tan sumamente simb¨®lica y mitificada resulta curioso que, hasta hace relativamente poco, pocos supieran que esa primera mujer ¨Cla que golpe¨® a un polic¨ªa¨C era una cantante negra y lesbiana que respond¨ªa al nombre de Storm¨¦ DeLarverie.
Storm¨¦ hab¨ªa nacido en 1920. Era hija de un acaudalado empresario de Nueva Orleans y de una madre negra. En una entrevista en 2001, se defini¨® como ?una negra con cara blanca?, motivo por el cual sufri¨® el acoso de ambas comunidades. Abandon¨® su hogar a los 15 a?os para enrolarse en diferentes bandas de jazz. Pronto desarroll¨® un peculiar estilo dentro y fuera del escenario: sobre ¨¦l, vest¨ªa como un hombre, con un elegante traje oscuro y una pajarita de nudo impecable al que, en ocasiones, acompa?aba de un fino bigotito a lo Clark Gable dibujado sobre sus labios; cuando no estaba delante de un micro, vest¨ªa como una mujer. En una entrevista para la p¨¢gina web AfterEllen.com, reconoc¨ªa su condici¨®n de pionera en el mundo de la moda: ??Me empec¨¦ a vestir as¨ª y despu¨¦s (otras lesbianas) empezaron a imitarme!?.
Tan popular era su carrera art¨ªstica y tan caracter¨ªstica su voz de bar¨ªtono que incluso recibi¨® los halagos de grandes damas del jazz como Dinah Washington o Billie Holliday. Tan impactante resultaba su estilismo que Diane Arbus, la gran fot¨®grafa neoyorquina, no pudo dejar de captarla con su objetivo en una instant¨¢nea tomada en 1961 con el revelador t¨ªtulo: ?Miss Storm¨¦ de Larverie, la mujer que parece un caballero, N.Y.C?.
Ocho a?os despu¨¦s, el 28 de junio de 1969, la polic¨ªa de Nueva York inici¨® una redada en The Stonewall Inn, un bar de ambiente situado en el Village. Por entonces, el transformismo era motivo de arresto, y all¨ª estaba Storm¨¦ con su irreprochable atuendo masculino. Pasada la una de la ma?ana, ?una lesbiana marimacho? seg¨²n se pod¨ªa leer en el atestado policial, golpe¨® a un polic¨ªa. Seg¨²n Storm¨¦, todo empez¨® cuando el polic¨ªa, creyendo que era un hombre, le solt¨® un ??andando, maric¨®n!?. Storm¨¦, acostumbrada a luchar por su raza y su orientaci¨®n sexual durante sus 48 a?os de existencia, se revolvi¨® contra el insulto reclamando dignidad. El polic¨ªa no mostr¨® una faz muy dialogante: su porra vol¨® por los aires e impact¨® en su cabeza y, de nuevo, Storm¨¦ no se qued¨® quieta y devolvi¨® el golpe con un en¨¦rgico pu?etazo. ?A m¨ª me sangraba la cabeza, pero ¨¦l estaba en el suelo, inconsciente?, contaba en una entrevista en 2001. Cuando se la llevaban esposada y la introduc¨ªan en el furg¨®n policial, Storm¨¦ se dirigi¨® a los que asist¨ªan a su detenci¨®n y les grit¨®: ??Es que no pens¨¢is hacer nada??. Su proclama no cay¨® en saco roto. Sus vecinos del West Village, sus compa?eros y compa?eras de orientaci¨®n sexual, decidieron enfrentarse a la polic¨ªa durante varias semanas defendiendo su derecho a vivir libremente su sexualidad. El resto es historia.
Despu¨¦s de aquellos d¨ªas, la memoria del liderazgo de Stonewall recay¨® principalmente sobre dos activistas transexuales, Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. El recuerdo de Storm¨¦ desapareci¨®. En parte porque nunca quiso atribuirse el m¨¦rito, y en parte, porque apenas un mes despu¨¦s de los disturbios, DeLarverie qued¨® desconsolada tras la muerte de Diana, la que hab¨ªa sido su novia durante 26 a?os. Abandon¨® los escenarios y la vida art¨ªstica. Se instal¨® en el c¨¦lebre Chelsea Hotel y se reinvent¨® como agente de seguridad de los bares de lesbianas, ofreciendo protecci¨®n a las m¨¢s j¨®venes.
Tuvieron que pasar d¨¦cadas hasta que, reconstruyendo aquellos d¨ªas para su libro The Gay Metropolis, en 1997, el escritor Charles Kaiser dio con la pista de la misteriosa ?lesbiana marimacho?. El libro la recuper¨® para el movimiento y, a partir de entonces, se convirti¨® en todo un referente. Muri¨® en 2014, con 83 a?os. En su obituario, The New York Times describi¨® sus paseos por la parte baja de Manhattan como los de ?una s¨²per hero¨ªna gay?. Ella siempre se mostr¨® mucho m¨¢s modesta al recordar aquel pu?etazo que cambi¨® la historia del movimiento LGTB+: ?Solo soy un ser humano que ha sobrevivido. Tan solo me he dedicado a ayudar a otras para que tambi¨¦n sobrevivan?.
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